El Comedor
La característica más sobresaliente de los comedores de la era victoriana era el aparador. A pesar de que se encontraba elaboradamente tallado y pesadamente decorado, el aparador, como puede verse a la izquierda, tenía un propósito práctico. La platería y mantelería familiar se guardaba en sus gavetas. La mejor china y cristal era exhibida en sus repisas. Incluso los espejos en el aparador servían para reflejar la luz de los candelabros. Durante una gran comida como la cena del domingo, las bandejas de plata se arreglaban en el aparador para mantener la mesa despejada.
Los cortinajes en las casas victorianas eran, frecuentemente, complejos arreglos de dos o tres capas de tela, como se muestra en la ilustración. La primera capa sería elaborada de una tela liviana, como el organdí, que permitiría la entrada de la luz en la estancia. Los cortinajes, de un grueso y pesado terciopelo, eran cerrados durante la noche para permitir privacidad y ayudar a eliminar las corrientes de aire frío. Estas cortinas eran tan pesadas, que frecuentemente era la tarea de dos hombres el colgarlas de nuevo, luego de la limpieza de la casa en primavera.
Cerca del ventanal se encuentra un biombo japonés. Durante la última parte de la era victoriana, objetos orientales eran de gran demanda y pantallas, grabados y tapices así como jarrones y tarros, empezaron a aparecer en comedores y salas.
Bibliografía:
Lewis, Daniel; Helberg, Kristin
The Victorian House Coloring Book
Dover Publications, New York, 1980
Los cortinajes en las casas victorianas eran, frecuentemente, complejos arreglos de dos o tres capas de tela, como se muestra en la ilustración. La primera capa sería elaborada de una tela liviana, como el organdí, que permitiría la entrada de la luz en la estancia. Los cortinajes, de un grueso y pesado terciopelo, eran cerrados durante la noche para permitir privacidad y ayudar a eliminar las corrientes de aire frío. Estas cortinas eran tan pesadas, que frecuentemente era la tarea de dos hombres el colgarlas de nuevo, luego de la limpieza de la casa en primavera.
Cerca del ventanal se encuentra un biombo japonés. Durante la última parte de la era victoriana, objetos orientales eran de gran demanda y pantallas, grabados y tapices así como jarrones y tarros, empezaron a aparecer en comedores y salas.
Bibliografía:
Lewis, Daniel; Helberg, Kristin
The Victorian House Coloring Book
Dover Publications, New York, 1980