
Continuando con las partes de una casa victoriana clásica, les traigo la segunda parte de estas entregas. Espero que les agrade.
El porche anterior (The Front Porch)
Las personas que vivieron en la era victoriana consideraban que vivir al aire libre era muy saludable. Muchos hogares poseían porches frontales o anteriores, que se convirtieron en verdaderas salas al aire libre en las tardes de primavera o verano.
Los muebles de mimbre y las sillas mecedoras eran populares para estos espacios. Cuando se reunían grupos grandes, los anfitriones de una casa podían incluso sacar muebles y alfombras de la sala al porche para acomodar a todos sus huéspedes.
Plantas ornamentales se colocaban en veladores (mesa pequeñas, redondas y de un solo pie) o en soportes adornados especialmente y dedicados a este fin. Los adornos eran algo muy popular y todas las personas pudientes, adornaban sus puertas de entrada con cristales biselados.
El ritmo de vida de aquella época era mucho más relajado de lo que es ahora y las personas solían disfrutar de las tardes de verano en sus porches, contando estrellas fugaces e intercambiando historias mientras hablaban sobre los demás. Las horas de la tarde se escapaban mientras los hombres fumaban y las mujeres y los niños tomaban limonada.
Como siempre, les dejo la bibliografía:
Lewis, Daniel; Helberg, Kristin
The Victorian House Coloring Book
Dover Publications, New York, 1980
Los muebles de mimbre y las sillas mecedoras eran populares para estos espacios. Cuando se reunían grupos grandes, los anfitriones de una casa podían incluso sacar muebles y alfombras de la sala al porche para acomodar a todos sus huéspedes.
Plantas ornamentales se colocaban en veladores (mesa pequeñas, redondas y de un solo pie) o en soportes adornados especialmente y dedicados a este fin. Los adornos eran algo muy popular y todas las personas pudientes, adornaban sus puertas de entrada con cristales biselados.
El ritmo de vida de aquella época era mucho más relajado de lo que es ahora y las personas solían disfrutar de las tardes de verano en sus porches, contando estrellas fugaces e intercambiando historias mientras hablaban sobre los demás. Las horas de la tarde se escapaban mientras los hombres fumaban y las mujeres y los niños tomaban limonada.
Como siempre, les dejo la bibliografía:
Lewis, Daniel; Helberg, Kristin
The Victorian House Coloring Book
Dover Publications, New York, 1980
