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❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert.

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an le mon

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Niño/a del Hogar de Pony
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❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. Portad10

Legados de Sangre

Escrito realizado por: Saadesa & An Le Mon
Capitulo Ocho

- ¡Vamos tía! cuéntame una vez más, lo que sienten las aves al volar

- No… y ya ándate a alistar. Te pondrán tu vestido, el de “¡¡Mérida!!” – la pequeña niña, pego un tremendo grito lleno de emoción. Y salió “volando” hacia la mansión –. Apresúrate, que tu primo no tarda en llegar para partir tu torta

Para Enami, mirar a esa pequeña muñeca, era como reencontrarse con el espíritu de su hermana Ayira [no me gusta que se aficione tanto por las guerreras] pensó Enami, pero sabia que era inevitable. Por su sangre corría la valentía de un guerrero y el su espíritu, era acompañado por un Arrendajo azul. Herencia de las que nunca podría separarse.

- ¡Papi! – grito la pequeña Aytana, al mirar llegar a Albert – ¡dame mi abrazo! hoy seré una señorita

Albert, soltó la carcajada. Aytana, había heredado la belleza de su madre Ayira, y de su tía Candy. Sus rasgos perfectos, eran complementados por la conjugación de las nueve poderosas deidades femeninas. El rubio, temblar ante tal panorama. Solo de pensar en el día, en que su pequeña hija llegase a la edad, donde su belleza afrodisíaca saliera a la vista del hombre.

[vos estaréis complaceíros ante lo que vuestros ojos mirad. Pero las “¡¡¡Guerras Floridas!!!” estaís no os podréis deteneros]

Inmediatamente, Albert agito su cabeza. Necesita espantar los fantasmas del pasado. Pero… no lo desea…, si hacia eso, el recuerdo de Ayira se esfumaría con ellos.  

- ¡Mi bella niña! – dijo el rubio, tomando a su pequeña por la cintura. Estirando sus brazos la hizo que se elevara. El rubio giro una y otra vez. Aytana extendió sus brazos, como si abriera sus alas para emprender su vuelo.

- ¡Y sí que es una belleza! – Terry, gritaron tras de él. Venia llegando con su bella pecosa y su pequeño hijo Graham – es tan bella tu hija, parece una diosa. Podría desatar grandes guerras luchando por su amor. Pero mira aquí esta quien le ahuyentara a la jauría

Terry, tomo por los hombros a su hijo, y apenas audible le dijo: vamos mi caballero inglés, vaya y juegue con su hermana ¡ah! y la cuidas.

Albert, sintió un súbito estrujo en su estómago, las palabras de Terry, le habían sacudido los pensamientos. El rubio se encamino hacia Enami, ella le obsequio una tierna sonrisa a sus ojos. Como le daba paz, la cercanía de Enami.
La joven unió sus manos con las de él y dijo: “Albert, me tengo que marchar. El convento solo me autorizo la salida por un par de horas. Y… bueno…, ya que estoy próxima a iniciar mi juniorado. Aproveche para despedirme.

- ¡Enami…! no te vayas. Eres lo único que mantiene en pie – la tristeza en los lindos y azulados ojos de Albert, no se podía esconder – Enami, sé que es egoísta de mi parte, pero yo te suplico…

Enami, silenció la voz de Albert, apretando más el agarre de sus manos. Después de un apaciguador respiro dijo: “¡Mi Gran Guerrero!” siempre que te sientas abatido por la vida, recuerda que para Ayira, tu siempre serás su
“Gran Guerrero” y ella, detrás de esas nubes nos mira. Siempre brindándonos su apoyo. Se que te angustias: por que regresare a la comunidad de “Kenia” pero… los caminos ya están escritos y mi suerte, me mando nuevamente al principio.

- ¿Cuándo te vas? – pregunto Albert soltando sus manos. Tiro de la cintura de la joven novicia, atrayendo su cuerpo a el de él, y lo enredo entre sus brazos.

- En dos días…

- Entonces ¿no iras con nosotros al zafarí? saber que, Aytana se pondría muy feliz

- Albert… - dijo Enami, con un tono de voz un poco cansino

- De acuerdo… Lo admito – Albert elevo sus manos abiertas, a ala altura de sus hombros, en señal de rendición -. soy tramposo y chantajista, utilizo a mi hija para que se ablande tu corazón y no nos abandones.

- En un año volveré. Recuerda tengo que renovar mis votos y se me cambiara de lugar y…

- Enami… se lo que buscas. Pero no olvides que a veces, lo que encontramos pueden ser dolorosas. Aun no comprendo, como una mujer tan bella como tú, decidió enclaustrar su vida ¡y mira que te lleve a muchas fiestas!

Ambos rieron. Apretando mas su abrazo. Albert con gran pesar y renuente a terminar con el abrazo. Soltó de su agarre el frágil cuerpo de cuñada.      

Mientras miraba como la jovencita se alejaba. En la mente de Albert se escucho (todo estará bien) la vos de Ayira, aun vivida en su corazón, le daba consuelo.

Hay tristezas, que no se pueden esconder y cuando se tratan, de las que salen del corazón, esas salen a borbotones por nuestros ojos. Albert no podía ocultar, el dolor que le causaba recordar su único y gran amor. Ese hilo rojo, que lo llevo hasta donde se encontraba su legado. Lo dejo con una gran maraña en su corazón.

- ¿Quieres hablar? – pregunto George, sentando a un lado de Albert.

El rubio solo negó con la cabeza, miraba como su pequeña corría, tras su primo Graham. La pequeña Aytana, elevaba sus pequeños brazos al aire, el resplandor del sol podía iluminas sus ocultas alas. Albert, de nueva cuenta, agito su cabeza negándose a su pensamiento.

- De los legados… no se huyen hijo – dijo George, al ver la negativa del rubio

- Ella no… ¡por favor! George ¿porque si sabias me has mandado…?

- Porque…, así como cuide de ti y de tu hermana; de tus bienes, de darles una buena educación y jure protegerlos con mi propia vida. También tenía una encomienda. No me odies, las cosas ya están escritas. Es una mentira el decir que uno tiene el poder, de cambiar el destino. Por más que nos escondamos… más dolorosos será asimilar el final.

- ¡¡¡Duele, George!!! duele su ausencia, me falta a mí, a… nuestra hija. Siento como si mi espíritu, también hubiese sido atravesado, por esa punzante estaca. Ahora me siento solo, más solo que nunca y tan perdido ¡George! Pequeños fragmentos de mi vida, se han borrado de mi cabeza. Necesito saber, para encontrar la paz que mi centro espiritual necesita.

George, se levantó de la banquilla. Después de soltar un inaudible suspiro dijo: “hay madrugadas… que nos regalan paz. Deja descansar tu mente, deja de presionarte para recordar. Solo duerme… duerme hijo

George se encamino a la pequeña Aytana. La niña lo llama como su tito, invitándole a partir, la deliciosa torta


****


- ¡A dormir niñita! – dijo Albert, después de ponerle el pijama a su niña.

- Un cuento papi – el rubio solo negó con la cabeza

- No hermosa. Ya cantamos en la bañera, ya te conté un peque cuento, mientras te colocaba el pijama. Te dará un beso y tú, cerraras los ojitos – con toda la ternura del mundo, Albert se soltó con una ráfaga de besos, sobre el rostro de su pequeña. La bella princesa de papi, reía sin parar, ¡la barba del su papi picaba! – ya ahora sí, ni una vocecita o mañana, no habrá paseo ¿estamos?

Con picardía y gracia, la niña apretó sus ojitos. Albert, ante la graciosa mueca de su hija, oculto una risilla. Apago la luz y se condujo a su habitación.

Con una enorme pesadez, se dejó caer sobre la cama. (dormir) recordó las palabras de George. Desde aquella noche, su sueño se había espantado, solo dormitaba por ratos. Sabía que George, tenia razón. Debía dormir… descansar…, dejar de pensar.

Sus ojos se sentían tan pesados que, en un instante se perdió, internándose en el mundo de los sueños. Donde “Morfeo” le esperaba con un regalo.


****

Los pasos de Albert, no podían parar. Camina tras aquel hermoso pelaje, tan dorado como las espigas de un bello trigal. Su espíritu se comenzaba a sentir libre. De vez en vez, los felinos ojos viraban hacia él. Pero sus hermosos rosales negros, se comenzaron a perder junto con el pelaje.

Desorientado, su consiente le pedía regresar, pero había una fuerza mas grande, que lo mantenía parado ahí; estático, como una roca más del camino. Un conocido y atrayente olor, llego a sus fosas nasales, inundando su memoria. Llevándolo a un pasado desconocido para él, pero con la sensación, de una experiencia ya vivida.

El almizcle, romero, pachuli y lavanda; se mezclaban los olores, unos con otros. Sentía algo cercano a él, pero sus ojos no lo podían vislúmbralo. Una tenue luz se dejó vislumbrar, tras el más grande de los romeros. Sin dudarlo se encamino hacia ese punto.

- ¿¡¡Ayira!!? - la veía tan expuesta, como la misma luna. En los ojos de la joven, se iluminaba una deslumbrante ráfaga, esta lo invitaba a correr por los valles; donde en algún momento se sembró, el pecado carnal. Pero la pureza de su rostro, quitaba toda lujuria, que se fuese acompañada por el remordimiento.

Como dos pinzas, guiadas a los terroncillos de azúcar, comenzaron a endulzar sus sabores. Delicadas y tibias descargas, comenzaron a efervescer por los montes sagrados jamás profanos. La blancura de la porcelana, no se comparaba con el suave lienzo, donde se pintaban hermosos caminos a el edén.

Solo la luz de las estrellas, acompañaban la pequeña llama, que a paso presuroso amenaza con transformarse, en una ondeante llamarada. No había ni una parte fría, ni una parte seca. Solo humedad cristalina, de la cual se mezclaba las secretas voces.

Las hojas secas, se arremolinaban cubriendo el renacer, de un pasado doliente. No se sentían en el cielo, mucho menos a las puertas del infierno. No… los caminos, habían calmado sus errantes pasos. Permitiéndose mover, al ritmo y compás de los cánticos de las cócoras, que con timidez se escondían, entre el verde prado.

Los pétalos de la bella flor se abrían, dejando paso a la admiración del pistilo. Centro donde se acurrucaban, los suaves filamentos del polen. Una ardiente llamara, era apagada con la belleza del vaivén ancestral, sobre la pureza mineral.  Sus esencias se había reunido en su espacio sideral. Labrando su camino, con una peque semilla, pura he importar, llena de alegría; pero propiciante al dolor.  
La fuerza de un puro acero, envolvía con suavidad, los capullos virginales del nirvana. Tan suaves como la pluma, de un ala de ángel. Tan bellos, como el dorado cosmos que los rodeaba.

Hermosos hilos rubios de seda, se agolpaban en la humedad del deseo. La belleza del cielo, se dilataban a cada moviente. Destellos del sol, resucitaba ante el pecado orinal

Los azotes de los aires, no llevan la fuerza suficiente, para apagar las unidas llamas encendidas. Todo lo contrario, aviva mas el deseo de una pasión legendaria. Se los debía el tiempo, la vida y la paciencia de su largar espera.  

Ella le pidió que la llevara al fin del mundo, pues sabía que la bestia había despertado. Pero ya era demasiado tarde… muros, fronteras y montañas; fueron derribadas con su amor.

Y así, en medio de un gran vendaval, caminaba el amor. Amor sereno, pasivo, sin la terquedad humana; por llenar espacios vacíos.

Albert, súbitamente despertó. Pero… su corazón aun galopaba, por aquellos pastizales. Sus sabanas húmedas y la blanquizca resina pegada a su pierna, le demostraba que: los sabores nunca se olvidan, y menos cuando se degusta con tanto placer.

Aytana entro a su habitación, como sabia entrar a todos los lugares. De un golpe y sin avisar. A grito abierto dijo: ¡papi! Ya estamos listos, dice tía Candy que, hoy si fuiste un perezoso.

- ¡Lo siento hermosa! en uno minutos estaré listo – Aytana lo miraba cuestionaste. El rubio solo escondió su sonrojo ante su hija - ¡que pasa cielo!

- Papi se te mira feliz… muy, ¡¡muchísimo muy feliz!! – y así como entro la pequeña salio

[Ayira… mi hermoso sol, has venido ¿verdad?] pensaba Albert, mientras se encaminaba a la ducha. La sonrisa, se había quedado pegada, a su feliz y luminoso rostro.


****


- Vamos ahora a los elefantes ¡corre Graham! – ordenaba Aytana a su primo, que ya se sentía cansado.

Albert, vio una banquilla desocupada y se encamino hacia ella. Necesitaba descansar unos minutos. Pero… como si una fuerza magnética lo llamara. Se fue acercando paso a paso y sin prisa, hacia el cartel que, describía las características de cada animal. Albert comenzó a leer:


“CHITRAKA”
Extraído de los refugios deshabitados de Kenia.

Velocidad: 93 Km/h (Maximum, En periodos muy cortos, Corriendo)

Masa Corporal: 21 – 72 Kg
(adulto)

Familia: Felina

Clase: Mammalia

Longitud: 1.1 – 1.5 m (Adulto, Cabeza y Cuerpo)

Filo: Chordata



Albert, se aproximó hacia el cristal. Y lo miro. La Bestia, ahora estaba bajo cauterio, preso de sus demonios. Que acabado se le veía.  

- Mira a donde nos venimos a encontrar (?) señor y dueño, de la comunidad de Kenia. ¿Qué paso? ¿¡se te acabo tu reinado!? – el gusto que le daba a Alber, no lo podía ocultar. Mirar a ese chamal encerrado, bajo cauterio. Era un gran motivo de felicidad.

El felino, al instante lo reconoció. No retrocedió ante su humillación, ni la jeta la inclino. Seguía siendo el mismo ser despreciable, pero ahora enclaustrado. “Exhibido” como él, lo hizo con Ayira, su más grande amor.

- Papi – grito Aytana, pegándose al cristal. La Bestia, perdió el control y se arrojó sobre el vidrio que, le impedía salir y destrozar lo que más odiaba. Al instante Albert, la escondió tras de él

(¡¡¡con ella nunca!!! ¿Me escuchaste?)

Dijo Albert en su mente. El animal comenzó a retroceder. Pero bajo esa sumisa jeta, Albert sabía que había una socarrona risa con la que ocultaba su dolor.


****


[Desde lo más alto de la montaña de Kenia, ese amante letal, que había esperado con feroz voracidad, romper el pulcro cristal. Enardecía en furia. Diez décadas habían regresado, y se llevaba lo que le pertenecía. Pero él, seria paciente y se quedaría, con el fruto de aquella semilla sembrada.

- ¡¡¡Keyla!!! ¡¡¡venid!!! – la joven, se encamino temerosa hacia la Bestia. Esa noche… ella complacería lo que su hermana, ya había roto con aquel guerrero, de mirada azulada. Él la miro y con desprecio, y la razón sobre los muros de piedra – ¡no me gustáis! miráis vos sois carroñera.

Lo sano, lo tierno, lo lleno de vida… eso era más apetitoso para él]


****


- ¿Esta en celo la gatita? - dijo Archie, al ver la furia del felino

- Es macho – respondió Albert, sin ninguna expresión en su voz

Archie, Graham y la pequeña Aytana; miraban como el “CHITRAKA”, se metía a su cueva. Detrás de un bello árbol de romero, salió una ronronear “CHEETAHA”.  [¡Keyla!] el semblante de Albert palideció. Pero sabía que no podía hacer nada por ella.

- Vamos chicos, veamos otros animales - dijo Albert, tomando de la mano a su hija

Avanzaron hacia otra área del Zafarí. Albert, volvió su vista hacia atas y encontró lo mágicos ojos de Keyla, la última mujer “CHEETAHA” fijos en la mirada de su sobrino. Los conocidos ronroneos que emitía la felina, helaron su piel…


Fin (?)


Agradecimientos.

Este es un agradecimiento en conjunto, por parte de: An Le Mun y Saadesa para todas las chicas bellas, que nos siguieron en este escrito, realizado en equipo. Entre la sal y la pimienta. ¡Ah! gracias a la mano fantasma que nos apoyó.

Saadesa: Quiero agradecer a mi parce An Le Mon, por motivarme y empujarme a escribir, en cosas que yo creí no escribiría, y sin embargo aquí estamos con esta otra historia, si llegaron hasta aquí es porque se tomaron el tiempo de leernos, muchísimas gracias por su apoyo y comentarios. Una Guerra Florida más que nos recibe este foro como “Niñas del Hogar de Pony” es un honor ser parte de el, nos leemos en la próxima historia con cariño Saadesa.

An Le Mon: Chicas… creo que nos hemos fumado, un buen churro y seee... de esos, bien maga. Bueno… esta vez quisimos hacer alguito diferente, y como somos multifacéticas, he aquí el resultado. Mil gracias a todas las que nos apoyaron con la lectura, y sí… lo admito, esta historia nos costo “un blanquillo de ornitorrinco” Gracias parcerita Saadesa, por seguirme el juego, y quemarnos las pestañas en la investigación.

Gracias, MS de Jesus “Odett chica de Terry”. Por despertar nuestro subconsciente, y tráelo al mundo de la escritura. Sabéis que se te aprecia.

Julieta Granchester

Julieta Granchester
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

.     Hola chicas felicidades ambas exelente trabajo en equipo y su pequeña hija de Albert su legado del amor de t ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 463717  

Saadesa

Saadesa
Niño/a del Hogar de Pony
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❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 334740Legados de sangre que no se pueden cambiar, su pequeña  hija trasendio a otro  plano, con el espíritu de un hermoso Arrendajo Azul, y se que da ( ?) Pendiente al final acaso affraid  ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 895558 ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 161932 ❤❤❤❤❤❤⚔⚔LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO⚔⚔ octavo regalo para Albert. 161932 una gatita. Para el gatito :rofl::rofl::rofl:  jajaja. Gracias otra vez chicas.

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