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EL REGALO
-Albert, ¿que haces? -lo llamaba la voz de George-. Vamos deja el trabajo, todos están aquí hoy por ti, es tu cumpleaños y tu aquí encerrado en el despacho, se que te he enseñado que siempre debes finalizar algo y no dejarlo a medias, pero no crees que estás exagerando, la señorita Candy me ha preguntado por ti tres veces, vamos hijo deja todo esto y vayamos con tu hermosa familia, la comida está por servirse, Candy ayudo hacer el pastel para ti. No tardes te esperamos.
-En un momento voy George.
Albert se levantó del gran escritorio de caoba y dirigió sus pasos al gran ventanal, aquel gran ventanal donde Candy descubriera una tarde que él era el verdadero tío Abuelo William Albert Andrew.
En esos momentos observó a su pequeña como siempre le decía, en el jardín, como ayudaba a trepar a un gran árbol, al pequeño Darren Cornwell, hijo de Annie y Archie, era una imagen que lo hizo sonreír y en una de las mesas del jardín, estaba sentado leyendo un diario Terry, se alegraba tanto de que hace unos meses Candy y Terry por fin se reencontraron, el destino había jugado a su favor y eran una pareja de recién casados muy feliz.
Que esos dos rebeldes le causaron dolor de cabeza, vaya que se lo causaron, tratar de reunirlos no fue nada facil y mas por que Terry decía que ella no lo aceptaría, sin embargo George y el trazaron un plan donde los hicieron a los dos enfrentarse uno al otro.
Llevó a la pequeña Candy a un viaje a Londres, donde le dijo que era necesaria sus presencia como hija del patriarca de los Andrew. A ella le molestaba ese tipo de compromisos sociales, pero por Albert, aceptó embarcarse a ese viaje.
Albert espero que Terry la buscara después de la muerte de Susana Marlow y no lo hizo, esperó un año entendía el respeto del luto y seis meses más pasaron y nada, las noticias que tuvo de él, fue que se iba a trabajar a la William Royal Shakespeare Company y decidio que debia hacer algo al respecto con ese par de testarudos.
Así fue como Candy y Albert iniciaron su viaje a Londres, sin embargo en ese viaje empezaron fuertes dolores de cabeza para el rubio, permaneció acostado en su camarote la mayor parte del viaje y aunque Candy como enfermera lo cuidaba hubo un día que tuvo fuertes fiebres, la rubia fue en busca del doctor del barco, y para sorpresa de ella, o mala suerte, el doctor estaba atendiendo un parto prematuro, el capitán del barco le dijo que preguntaría entre los pasajeros, tal vez vendría otro doctor a bordo, y así fue como una doctora muy conocida por Candy, venía en el RMS Lusitania.
Kelly, caminaba de prisa, estaba cenando cuando escuchó la noticia por el altavoz del barco, el capitán pedía ayuda, y al escuchar que necesitaban de un médico a bordo corrió por su maletín y se dirigió al camarote donde la necesitaban.
-¡Doctora Kelly! -emocionada la llamo Candy al verla.
-¡Hola! ¡Candy! qué gusto encontrarte aquí, es un placer para mi verte nuevamente.
-Dime ¿que necesitas? ¿Eres tú la que necesita un doctor?
-Sí doctora.
-Llevame con el paciente el Capitán me dijo que era algo urgente.
-Sí venga -la tomó de la mano y caminaron hacia el camarote.
Cuando entraron Albert, deliraba por la fiebre, Kelly sacó de su maletín un medicamento y una jeringa para aplicarlo a Albert.
-Yo puedo hacerlo -dijo Candy.
-No, yo lo hago, descansa un poco tienes una cara, se ve que no has dormido nada Candy, toma un baño descansa yo puedo cuidar de tu esposo.
-¡Oh no Kelly! él es mi padre adoptivo, pero más que eso en realidad es mi hermano, nos vemos como hermanos, se llama William Albert Andrew.
-¡Oh! lo entiendo, bueno como doctora te ordeno que tú también necesitas descansar, anda ve vuelve al anochecer, con el medicamento que le acabo de administrar bajará la fiebre.
Candy obedeció y se retiró, Kelly cuidaba de Albert, cambiaba las compresas de agua fría de la frente de Albert, la fiebre disminuyó y Albert abrió los ojos y al hacerlo lo primero que observó fueron unos dulces ojos color miel mirándolo.
-¿Tú quién eres? -preguntó el rubio.
-Buenas tardes señor William Andrew, soy la doctora Kelly Sanders, su hija me trajo estaba delirando y con fiebre muy alta, parece que el medicamento ha hecho efecto y los dolores de cabeza, de los que me habló Candy, me preocupan bastante, debería visitar un médico especialista en Londres.
-No, son normales ya me lo han dicho, son secuelas de mi pérdida de memoria.
-Oh si es así, entonces le han dicho lo correcto.
Él se incorporó sentándose en la cama, busco a Candy con la mirada.
-Su hija no está, la mande a dormir le dije que yo lo cuidaría por la noche, ella se veía muy mal, se ve que ha estado en vela cuidando de usted; pero si se siente incómodo, puedo retirarme.
-No, no está bien doctora.
-Dime kelly por favor, conozco a Candy, ella trabajó conmigo en Greytone. Y le debo tanto a ella, me ayudo a mi y mi hermano Arturo.
Ella contó toda la historia de lo ocurrido, como el hecho de como Candy pensó que ella era un hombre, los dos reían al recordar aquellas anécdotas de lo sucedido.
-No te imagino como hombre -dijo Albert mirándole y sonriendo-. Eres una mujer de admirarse.
-Gracias señor William, así es, mi hermano y yo no hemos tenido una vida fácil, pero gracias a Candy, hoy estamos juntos.
-Por favor no me digas señor William, soy Albert llámame así, los amigos de mi pequeña son míos y además no estoy tan viejo.
-Está bien Albert, -respondió sonrojándose un poco la doctora.
La tarde transcurrió entre anécdotas de cada uno de ellos. Albert le contó cómo desde pequeño él amaba la naturaleza, en muchos aspectos se dieron cuenta que congeniaban en varias cosas, desde el hecho de haber perdido trágicamente a sus padres ambos en un accidente, a él le admiro ver la mujer que era y cómo sacó adelante de su hermano Arturo, y la lucha que llevó estudiar la carrera de medicina, una de las primeras mujeres en aspirar ser doctora, tuvo el desprecio de varios hombres siendo sobresaliente, con gran esfuerzo logró terminar su carrera y graduarse de doctora. Le contó cómo fue que trabajaba de noche para poder comprar libros y comida aunque tuviera una beca.
-Ser doctora no ha sido nada fácil Albert, llore lágrimas en un principio, pero ahora se que todo sacrificio tiene una recompensa y la mía ahora es ser una reconocida cirujana toda América.
-¿Y dime que te lleva a Londres ? -preguntó Albert.
-Bueno veras mi hermano está en Londres, hace dos años es veterinario del hípico, el ama todos los animales y tiene fascinación por los caballos desde niño, hace seis meses conoció una chica muy bonita que le presentó un amigo suyo, no para de hablar de él y de la chica que es su novia, se llama Karen y parece que le quiere pedir matrimonio y quiere que yo esté presente, no me puede negar es mi único hermano, mi única familia y voy también por que son vacaciones muy necesarias para mi, hace mucho que no las tomó.
De hecho ya me estaba preocupada, de que no tenía ninguna novia, no cabe duda como dicen casamiento y mortaja del cielo baja, estoy muy feliz por él, sólo estoy un poco preocupada.
-¿Por qué lo dices Kelly?
Es que la novia es actriz, no se como le van hacer; el veterinario y ella una famosa actriz.
-¡Actriz has dicho!
-Si es Karen Kleiss, y su amigo del que te mencione no para de hablar es Terrence Grandchester.
-¡No puede ser! -exclamó Albert.
-¿Pasa algo?
-Yo voy en busca de Terrence a Londres, Necesito que él y Candy se reencuentren.
Albert le contó toda la historia sobre ambos chicos y su amor fallido por poner el deber encima del amor y como él lo conociera una noche, defendiendolo de unos maleantes y terminara enamorado de Candy.
Contó los motivos de la separación de Ambos. Y lo que planeaba hacer.
Kelly le dijo que lo apoyaría junto con Arturo, que ellos tenías una deuda a pagar con Candy, y si podían se parte de ello, ella sería muy feliz. Sólo faltaban dos días para desembarcar, Albert mejoró y al llegar al puerto se despidieron de Kelly, él y Candy. Mientras la miraban alejarse Candy preguntó:
-¿Ella te gusta no es así? -preguntó Candy.
-No, no es lo que tú piensas pequeña.
-¡Oh vamos Albert aceptalo!
-Bueno yo lo acepto si tu aceptas que sigues amando a Terry.
-¡Albert…!
Se hizo el silencio y ambos tenían emociones y sentimientos que hacían que su corazón latiera. Aunque para Albert solo fueron unos días, el trato con la doctora Kelly, sintió mucha afinidad con ella, ¿pero acaso podría ser amor? se negó a decirlo o aceptarlo. Cada uno guardó la respuesta para si.
Los días pasaron en Londres y Albert, siguió viendo a Kelly, para formular el plan junto con Arturo para hacer que se encontraran Terry y Candy, los tres trazaron un plan donde los reunieron a los dos en el hípico.
Las tardes de Albert en el hípico junto con Kelly, fueron de sonrisas y alegrías caminar juntos por el pequeño lago, montar a caballo al lado de ella, el hecho de ayudarla a subir al caballo y bajar de él, eran momentos que disfrutaba tanto, su cercanía, su olor, tomarla por la cintura. Y cuando por fin definió y acepto sus sentimientos hacia ella y pensaba declararle lo que sentía esa tarde. En el hípico se apareció un tal Edward, ella corrió a abrazarlo, al mirar la escena él sintió un ardor en su pecho, un sentimiento que nunca antes había experimentado, ¿acaso celos? ella se lo presentó y le contó que era doctor igual que ella y había estado en el frente de guerra.
Albert se retiró a toda prisa, no quiso saber más de aquello, he hizo sus conjeturas, la manera de como lo abrazó y sonrió, era algo que para él era más que obvio, le decía todo, el cometido de reunir a Candy y su viaje a Londres dio fruto. Decidió que era tiempo de partir a la mañana siguiente y así lo hizo se despidió de Terry y Candy.
-¿Como que te vas Albert? -preguntó Candy.
-Si pequeña tengo cosas que hacer en Escocia unos dias y despues ustedes dos me alcanzaran allá que les parece, te quedas en buenas manos, me alegra que ustedes dos, mis rebeldes están juntos yo vine en realidad con ese cometido y se cumplio.
-Amigo nunca sabré cómo pagarte esto -dijo Terry.
-Haciéndola feliz Terry, de ese modo me pagaras.
-Y no piensas despedirte de Kelly, -preguntó Terry.
No, no lo creo, ella esta muy bien acompañada -respondió con un dejo de molestia y celos en su voz.
-Pero Albert, no hagas conjeturas -pronunció Terry al mirar la cara de Albert.
Terry al mirar el rostro de Albert, reconoció su expresión, era de amor; su amigo se había enamorado.
Albert viajó a Escocia solo para alejarse de ella, mujeres nunca le faltaron detras del el, siendo el reconocido Patriarca de los Andrew, pero eso era para todas aquellas chicas un premio por el que peleaban varias de ellas, y qué decir cuando hablaba con alguna de ellas superficiales y vanas como su sobrina Eliza, por primera vez conoció a una mujer a la que admiraba pero reconoció que el amor tal vez no estaba hecho para el.
Unas semanas después Terry y Candy, viajaron a Escocia, le dieron la sorpresa a Albert, de no querer esperar y en una pequeña ceremonia se casaron en Escocia, el lugar que vio crecer su amor, sin nadie más que Albert presente, el lo acepto ya habían sufrido demasiado en estar lejos uno del otro, para ponerles trabas.
El volvió a América y dejo que ellos dos disfrutaran de su luna de Miel.
Los días, semanas y meses transcurrieron y lejos de olvidar a Kelly, parecía que se adentraba más en su corazón trato de olvidar con el trabajo y no podía, cada momento recordaba su sonrisa y sus ojos, esos que viera por primera vez en el barco.
La tarde de su cumpleaños llego y ahi parado frente a ese ventanal en Lakewood, era feliz en cierta medida viendo a sus seres amados siendo feliz.
-toc.. toc.. -se escuchó el sonido de la puerta.
-¿Puedo pasar? -dijo la dulce voz de Candy, sacándolo de sus pensamientos.
-Si adelante pequeña ¿qué pasa?
-Es lo mismo que pregunto Albert, ¿que haces aqui? vamos es hora de comer, pero antes te tengo dos sorpresas una te la diré ahora, por que quiero que cambies esa cara un poco y sonrías por favor.
-El la miro sonriente, bueno pequeña anda dime cual es esa sorpresa, la primera sorpresa que tengo para ti ¿es…? que vas a ser abuelo.
Albert la miró con una expresión de asombro y se acercó para abrazarla.
-¡Felicidades Candy! que hermosa noticia y lo mejor de todo es que sere tio, te lo aclaro, no abuelo -rió él. Tu y yo lejos de ser padre e hija somos hermanos.
-Lo sé Albert, sabes que estoy jugando.
-Y bien cual es mi segundo regalo.
-Bueno veras no se como decirlo, yo sé lo que tu sientes por Kelly.
-¡Candy…!
-¡Oh vamos! Albert, no seas testarudo como lo era yo, ya basta de querer ocultar tus sentimientos, dejame decirte que ella siente lo mismo que tú, la dejaste desconcertada con tu partida y su hermano Arturo encontró esta carta que iba dirigida a ti, él me la dio para hacerla llegar a tus manos; ella no la puso en el correo, ten este es mi regalo para ti, leela y te dejo a solas para que pienses y medites que vas hacer.
Ellos están apunto de llegar, Terry invitó a Karen y Arturo, ellos se han casado hace poco y espero que con este regalo que te estoy dando tomes el valor y hagas lo que debiste hacer hace tiempo hermano, te amo y quiero verte Feliz.
Ella se retiró y él tomó el abrecartas rasgó el sobre y leyó.
Albert:
Sigo sin entender tu manera de partir, no se si hice algo que te molestara, en estas pocas semanas de convivir contigo por un momento pensé que tu y yo…
Soy una tonta en imaginar que tú tal vez tendrías algún tipo de sentimiento por mi, de verdad creo que me equivoque todo fue imaginación mía, y supongo que ni tu amiga me consideras, pues ni siquiera me dijiste adios. He sido una tonta que se enamoro de ti, pero era de suponerse una persona como tu, jamas se fijaria en una doctora humilde e insignificante como yo, seguramente te casaras y amaras a una de las mujeres refinadas de la alta sociedad, que estoy segura tendrás varios prospectos en puerta para casarte, espero de verdad que encuentres el amor y seas feliz, si tu lo eres yo lo seré, tal vez algún día volvamos a encontrarnos, deseo de todo corazón verte amando a alguien, no será fácil para mi, creo que estoy destinada a ser una solitaria mujer. Se que para esta sociedad, ven mal a mi edad el no haberme casado todavía, pero no me importa nunca me ha importado el qué dirán, por eso soy la doctora que hoy soy, si me hubiera dejado vencer por las críticas hubiera fracasado, se que está carta nunca llegará a tus manos sólo es un desahogo para mi, te Amo y nunca te olvidare Albert.
El se sorprendió al leer aquellas palabras, guardó el sobre en el cajón y salió deprisa del despacho resonaron las palabras de Candy en él “ están apunto de llegar” ella la persona que invadiera sus sueños y anhelos, no había podido dejar de pensar en ella ni un segundo llegaba a su casa.
Al salir de su despacho, recargado en la pared ahí estaba Terry esperando por el.
-Vaya, ya era hora que salieras de tu cueva -le dijo en burla.
-¡Terry!
-Conmigo no fijas yo se perfectamente por lo que tu estas pasando, yo convencí a Candy que te diera la carta, lo supe el día que partiste del hipico, te retiraste sin luchar por la mujer que amas, ese hombre sólo es su amigo, ella está apunto de llegar, este es nuestro regalo para ti. Ve y haz lo que debiste hacer hace meses, no dejes escapar el amor, así como tu nos ayudaste; hoy queremos que tú seas feliz, ella no sabe que nosotros te dimos esa carta, así que por favor no nos hechas de cabeza y menos a su hermano -le guiño el ojo Terry.
-Señor William, han llegado sus invitados -mencionó la voz del mayordomo.
Su corazón empezó a latir, camino aprisa y bajó las escaleras, ahí parada en la puerta la observó a ella, con un hermoso vestido azul, nadie más existía sólo ella la mujer que lo amaba de igual manera, era el mejor regalo de su vida. Nunca más la dejaría ir.
-Bienvenidos esta es su casa -dijo Albert, ella le sonrió fugazmente.
Así transcurrieron la comida y el festejo del pastel.
Después de la comida mientras Annie tocaba el piano para todos en el gran salón, Albert se acercó a Kelly y pidió:
-¿Quieres caminar conmigo? ellas sólo asintió con la cabeza.
Caminaron en silencio por los jardines por varios minutos.
-Gracias por venir, -dijo Albert.
-Gracias a ti por invitarnos -respondió secamente-. Que más bien creo la invitación fue para Karen y Arturo y por educación tuviste que hacerla para mí, me quedó muy claro en Londres, que yo no significó para ti nada, pensé que éramos amigos pero vi que no es así, así que por favor no fijas, será mejor que vuelva a la casa, quiero irme.
-¡No, no te vayas! -le dijo tomándola del brazo.
-¡Suéltame Albert! aquí no hay gente, no necesitas fingir
-Kelly por favor - la tomó del brazo-. Yo te Amo….
-Ella sólo abrió un un poco más los ojos en asombro ante la confesión de Albert.
-No te creo, alguien que ama no se aleja como tu lo hiciste.
-Diablos Kelly, vi la manera en cómo abrazaste a Edward tu amigo, no soy masoquista no me iba a quedar a ver como se basaban, nunca había experimentado lo celos y ese día me consumieron, pensaba decírtelo ese dia y me di cuenta, que yo no significaba nada para ti.
Se acercó a ella y posó su manos en su rostro sujetándola. Te amo Kelly, y no estoy dispuesto a dejarte ir, casate conmigo.
-¿Lo dices en serio, no estás jugando conmigo?
Albert asintió con la cabeza y acercó su labios a los de ella. A Kelly se le aceleró el corazón y respondió al dulce beso de él, lo rodeó del cuello con sus brazos y se apretó a su torso. Él le acarició la espalda y continuó el beso más profundo, enredando de sus lenguas descubriendo sabores nuevos uno del otro, cuando se separaron ambos sonrieron.
-Eres el mejor regalo de cumpleaños que he podido tener Kelly.
-También te amo Albert, y si quiero ser tu esposa.
Los dos se abrazaron.
Cuando se separaron miraron hacia el gran ventanal y ahí estaban todos de chismosos sonriendo, sólo se retiraron rápido y los dos soltaron la carcajada.
Creo que hoy hemos sido el Show del dia -dijo Kelly.
-Pues vamos a dárselo completo, -la sujetó por la cintura y la jalo mas a él pegando su cuerpo y la volvió a besar nuevamente en un beso más apasionado, al separarse de ella entrelazo sus dedos de su mano con los de ella y dijo-: Ven vamos a darles la noticia que pronto habrá boda.
Los dos caminaron hacia la casa con grandes sueños e ilusiones por compartir.
Fin.
Última edición por Saadesa el Vie Abr 17, 2020 10:39 am, editado 2 veces
Saadesa. Qué bella pareja🥰
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