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** Musas Ardley ** La verdadera historia de Neal - Capítulo IV ** Apología No. 5 para Neal ** Crossover Candy Candy/Crepúsculo **

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Ikebana
Lady Lyuva
Sabrina Cornwell
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Sabrina Cornwell

Sabrina Cornwell
Niño/a del Hogar de Pony
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** Musas Ardley ** La verdadera historia de Neal - Capítulo IV ** Apología No. 5 para Neal ** Crossover Candy Candy/Crepúsculo ** 2vuyglz

** Musas Ardley ** La verdadera historia de Neal - Capítulo IV ** Apología No. 5 para Neal ** Crossover Candy Candy/Crepúsculo ** Vpaq8k

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I

CAPÍTULO II

CAPÍTULO III

CAPÍTULO IV: HUIDA

Neal resopló hastiado. Se había alejado de la casa de las hermanas Denali, aburrido de la vida tan anónima que llevaban, ocultando su verdadera naturaleza de la sociedad humana, aunque de vez en cuando, las vampiras se mezclaran con los humanos de Alaska. Tenía pocos meses desde su conversión, pero la “vida” al lado de las tres hermosas rubias no llenaba sus expectativas, tal como él había esperado cuando decidió huir de Chicago.

De vez en cuando, una ligera punzada de culpabilidad le penetraba en el congelado corazón; pero a su modo de ver, había ganado en mucho con este cambio de vida, el cual era irreversible. Era egoísta a más no poder, eso era algo que ni siquiera él, con su inflado ego, cuestionaría. Y sin embargo, no llegaba a tanto ese egoísmo como para volver al lado de su familia y poner en riesgo las vidas de sus padres y su hermana. Total, dentro de unas décadas, eso carecería de la menor importancia. Porque, ¿qué son los lustros, las décadas, incluso las centurias en la existencia de un vampiro? Nada.

Pero ahora, todavía tenía fresco el último recuerdo de su vida como humano: su conversión en vampiro y el dolor que sufrió por tres días, y el cual se vio lleno de los más bajos improperios y hasta las más duras blasfemias mientras aguantaba la ordalía en la cual su vida humana terminó y su existencia vampírica empezó. No pudo menos que reír al recordar la inquietud e incomodidad que sufrieron Irina, Kate y Tanya, mientras asistían a su transformación.

–Nunca había escuchado tal vocabulario, Neal –le reprendió Tanya, una vez que terminó el proceso.

Era lo bastante vanidoso como para regodearse en la figura en que se transformó: rasgos varoniles y sumamente atrayentes, hasta los ojos rojos por su propia sangre, la cual todavía permanecía en su sistema, eran hermosos. Y supo que ninguna mujer se resistiría a su sonrisa y a su voz grave y modulada.

–Valió la pena tanto dolor –comentó, al contemplarse al espejo que las hermanas tenían en la habitación donde pasó su tortura.

Ni siquiera extrañaría el color avellana de sus ojos, cuando estos pasaran del rojo oscuro al dorado–café que seguramente adquirirían bajo la “dieta vegetariana” que las Denali, y por consiguiente él, llevaban. Neal frunció el pálido entrecejo, molesto al recordar el lobo del cual había bebido en su última cacería. Él sabía bien qué necesitaba: sangre humana.

Y esta necesidad, que Neal tenía que ahogar en lo más íntimo de su ser, estaba causándole múltiples problemas con sus tres mentoras. Incluida Irina, quien le había defendido desde el momento que se unió a su clan. Kate y Tanya no estaban muy a gusto con la presencia del arrebatado neófito, quien gustaba de imponer su voluntad en todo lo que hacía, tal como era su costumbre en Chicago y Lakewood. Por Irina, las dos hermanas soportaban a Neal en su hogar, dispuestas a “cargar con la responsabilidad del nuevo convertido”, durante un año.

–¿Por qué un año? –preguntó Neal, molesto con Tanya, quien era la que más difícil se ponía con él.

–Cuando termines tu primer año como neófito tu sed será más controlable, y podrás acercarte a la sociedad humana sin peligro –explicó Irina–. Los Volturi insisten en que los vampiros convertidos sean vigilados durante ese primer año por quienes los convierten.

Los Volturi. Neal ya tenía conocimiento de la crema y nata de los vampiros. Los Volturi, que vivían en Volterra, Italia, auto–erigidos en realeza y gobierno de los demás vampiros. Con muchos siglos de existencia. Le había llamado la atención que las Denali se sometieran a la autoridad de dichos personajes; sobre todo viviendo tan lejos de ellos.

–Los Volturi tienen medios de saber lo que sucede en el mundo, Neal –le comentó Irina.

En esa salida, la cual efectuaron solos, Irina le confesó lo sucedido con su madre y los Volturi. Claro que entendió que la “madre” de Irina y sus hermanas no lo era en el sentido biológico; si no que fue quien las convirtió a su nueva existencia. Pero pasado algún tiempo, la mujer, llamada Sasha, había convertido a un niño pequeño de unos cuatro años de edad (Vasilii), cometiendo el más abominable crimen ante los ojos de la justicia italiana. Y no tanto por truncar la vida de un infante, sino por el hecho de que los niños vampiros eran totalmente imposibles de controlar. Y, sobre todo, impedían guardar el secreto en el cual se movía la sociedad vampírica. Así que los famosos Volturi, con Aro al frente, se hicieron cargo de la situación: destruyeron tanto al niño como a la madre de las Denali. Lo cual dio como resultado que las tres hermanas se volvieran furiosas puristas respecto a las normas y las cumplieran al pie de la letra. Si las Denali fueron perdonadas, se debió a que ellas desconocían la existencia de su “hermanito”, ya que su madre lo había ocultado a las rubias vampiras, Aro solo tuvo que tocarlas para darse cuenta de ello, por lo cual les perdonó la vida.

Neal resintió la tristeza que su amiga sentía ante los dolorosos recuerdos sobre lo sucedido, así que decidió, a pesar suyo, cumplir con lo solicitado por las tres rubias. Pero era tan difícil de cumplir. La sangre humana le atraía poderosamente, sabía que si la bebía, sería sumamente fuerte, a diferencia de la dieta vegetariana a la que Irina le había sometido. Y además, él sabía que los Volturi no le castigarían por beber de los humanos. Esa no era una falta.

Si bien no todo era malo, a su mejorado físico había que añadirle que su vida íntima con Irina había mejorado considerablemente, cosa que él no creía posible. Pero así era, ahora que ella no debía cuidar de no lastimarlo y él casi no necesitaba tiempo para recuperarse, podían llevar su pasión a nuevos niveles.

Acabó por regresar a la casa Denali, después de resoplar frustrado por su destino.

OoOoOoO

El pleito fue de antología, y Neal salió disparado de la casa y del estado, harto de Tanya y de Kate. ¡Suficiente!

–¡Suficiente, Neal! –gritó Tanya–. Entiéndelo de una vez ¡NO BEBEMOS DE LOS HUMANOS!

–¡No tengo por qué obedecerte, Tanya! –replicó el señorito, furioso por la intransigencia de la mujer y gruñendo entre dientes, ganándose otro gruñido igual de fiero por parte de la mujer.

Irina no se encontraba presente, ella y Kate habían salido al pueblo, en un intento de distraerse de la atmósfera tan tensa que, de un tiempo acá, se estaba creando en su hogar.

–¡Tengo diez meses alimentándome de una serie de insulsos animales y estoy harto! –continuó Neal, dando varias zancadas, marcadas con el retumbar de sus pasos.

–Y nosotras hemos permanecido así por bastantes centurias, así que muy bien puedes controlarte –replicó Tanya.

Si Irina hubiera sospechado siquiera lo que podría suceder entre su hermana y su amante, jamás les hubiera dejado a solas. Sí evitaba dejar a Kate con él, puesto que la última vez su hermana no había dudado en usar su habilidad para infligir dolor y zanjar una discusión con Neal.

–¡Pues te tengo una mala noticia: yo no soy como tu precioso primo Carlisle! –gritó Neal.

–¡Entonces tendrás que marcharte! –replicó Tanya.

–¡Así será!

Neal acabó por salir corriendo, sin importarle nada más que su propia frustración. Y cuando detuvo su enloquecida carrera, se encontraba muy alejado de la ciudad donde había comenzado su nueva vida. Aunque la carrera entre Denali y la Columbia Británica no le llevó mucho tiempo, ni siquiera se regaló la vista con la belleza del bosque de gigantescos y centenarios árboles en el cual detuvo su correr.

Y entonces pasó.

Apareció la sua cantante. No en la presencia de una mujer, sino de un hombre. El aroma de la sangre del perdido paseador que se movía cuidadosamente entre los majestuosos árboles le llenó las fosas nasales. Diez meses de abstinencia, de práctica en la dieta vegetariana, de cuidados bajo el tutelaje de Irina y sus hermanas se fueron al caño en un segundo. El olor era tan atrayente, que ni siquiera pasó por su mente bloquearlo evitando respirar, no pensó que cegaría una vida inocente, no pensó que su humanidad quedaría ya enterrada para siempre bajo la nueva naturaleza a la cual había despertado hacía casi un año. No pensó en nada, apenas el suculento aroma le llenó la nariz, perdió por completo el sentido y se dejó guiar por su instinto más básico: beber sangre humana. Saltó con agilidad y elegancia sobre el caminante y le clavó los dientes en la palpitante y deliciosa vena yugular.

¡Dios bendito! (lo pensó y un tenue sentimiento de culpa, al bendecir al Creador mientras mataba a uno de sus hijos, le cruzó fugazmente por el ánimo) ¡Qué dulzura y qué fuerza sintió! Terminó rápidamente con la fuente de su placer y un cuerpo desmadejado y flácido, que no muestra ni siquiera un gesto de sorpresa, debido a la rapidez del ataque, cae al piso. Neal le mira, recuperando la cordura que le abandonó hace pocos segundos.

–No podré volver con las Denali –decidió.

Su vida ahora será la de un vampiro nómada. Ante todo, es un caballero, y si bien su carácter puede ser muy contradictorio, como sucedió durante su adolescencia cuando Candy llegó a su casa y él se dedicaba a molestarla, pero nunca sobrepasando su fuerza varonil, a fin de no causarle un daño serio, un sentido de honorabilidad le recorre el frío cuerpo de neófito: no volverá con las Denali, porque no desea ponerlas en peligro ante la nobleza de los vampiros y tampoco quiere que se vean en un aprieto si se dan cuenta que él ha decidido alimentarse de sangre humana.

Jamás de los jamases, se dice, volverá a beber de un animal. Y sin embargo, un dejo de malestar le inquieta. Como sea, le agradecerá por siempre a Irina su nueva vida, e incluso a sus hermanas, con todo y lo cargosas que han sido con él. Al contrario de lo que hizo con su familia humana, Neal decide que en cuanto pueda, se pondrá en contacto con ellas, a fin de hacerles saber que está bien y ha tomado su propia vida en sus manos.

Mira el cuerpo humano sin vida con ojo crítico. Con la dieta animal, por lo regular entierran los cuerpos, ya que los carroñeros no se acercan a comerlos, llenos como están por la ponzoña vampírica. Neal conoce la ley (obviamente dictada por los Volturi), que indica que los cuerpos deben desaparecer, así que decide hacer lo propio con el cadáver que se encuentra a sus pies. Cava un profundo hoyo en el cual deposita al hombre, que ahora que se fija, era un maduro cazador que seguramente buscaba alguna pieza la cual cobrarse, aunque no porta arma alguna. ¡Quién le iba a decir que resultaría cazado! Lo entierra y, aunque algo torpe, disfraza lo mejor posible la tumba que guardará, tal vez por siempre, su primera víctima. Neal se sacude el lodo que le cubre parte de su vestimenta y los zapatos que aún porta.

Su velocidad le aleja rápidamente del bosque; mientras cavaba, decidió partir hacia Europa, la cual siendo víctima de la Primera Guerra Mundial, piensa será un campo rico en el cual él podrá cazar para mantener su existencia.

OoOoOoO

Tuvo razón en huir hacia Europa, las batallas que componían la Gran Guerra le dejaban una amplia libertad de movimientos. Tal como había decidido, en cuanto pudo, envió un telegrama a las Denali, comunicándoles su decisión de “vivir su vida”. Tanya, Kate e Irina comprendieron lo que dicha frase quería decir. Era claro que Neal no les confesaría, por medio de unas líneas impresas, que bebería sangre humana de ahora en adelante.

La guerra ha terminado, pero dice el dicho: a río revuelto, ganancia de pescadores. Europa tardará muchos años en recuperarse por lo sucedido, así que Neal (que ahora ya no es Leagan), tiene asegurado el sustento durante mucho tiempo. Además, ha madurado como vampiro, así que poco a poco ha desarrollado trucos que le permiten mantenerse en total anonimato. Poco le importa no convivir con los humanos.

Es más, en el poco tiempo que ha pasado desde su conversión, Neal ha olvidado por completo, o mejor dicho, ha decidido olvidar que alguna vez perteneció a la raza humana. Su verdadera naturaleza es la vampírica, donde se siente totalmente cómodo, feliz e incluso realizado. Tal vez sea que él nació para ser vampiro. Nunca, durante su breve humanidad, se sintió tan seguro de sí. Excepto el tiempo que pasó en Alaska. Si se pone a reflexionar, su conversión empezó la noche que conoció a Irina. Y ahora lo entiende, su transformación comenzó esa noche y no paró hasta salir de esos tres días de llamaradas y dolor que le dejaron una piel fría, los sentidos del oído y de la vista superfinos y una fuerza sobrehumana.

Y, curiosamente, en esta nueva existencia, Neal hace gala de la misma elegancia de la cual presumió durante su vida como miembro de la alta sociedad humana. De por sí, los vampiros son seres totalmente elegantes.

Pero algo que él no olvidaba, era que había pertenecido a una de las familias más poderosas de Estados Unidos, había crecido acostumbrado a pertenecer a la crema y nata de la sociedad. Recordaba bien que en las reuniones familiares, por muy inocentes que parecieran, muchas veces se decidía el destino económico de la nación y su influencia se dejaba sentir en todas las esferas de la sociedad. Se podía decir que eran parte de la “realeza” estadounidense. Esta idea lo llevó a pensar en la realeza vampírica: los Volturi. De humano había experimentado los dos estilos de vida: la opulencia y el poder de los Ardley, y por otro lado, uno rústico y simple en Alaska. Al ser convertido en vampiro había continuado con la vida sencilla junto a Irina y sus hermanas, y en este momento su existencia de nómada tampoco era muy glamorosa que digamos, ¿por qué no probar estar cerca de los poderosos de nuevo? Así que se dirigió a Italia, un poco de sofisticación no le vendría nada mal.

OoOoOoO

Como casi siempre que él toma una decisión, es su impetuosidad la que lo mueve, no su mente y una adecuada planeación. Llegó a Italia, llegó a Toscana y pretendía llegar a Volterra. En primer lugar, su aspecto, que debido a la vida nómada que estaba llevando no siempre era tan pulcro como en sus tiempos de humano. Sin embargo, Neal hace lo posible por mantener su elegancia, algo no tan fácil y no tan difícil. No tan fácil, porque cazar como un nómada impide que se acerque a la civilización y, por lo tanto, a las comodidades de un dandy. Y no tan difícil, porque las veces que ingresa a una ciudad, no tiene ningún empacho, ni le cuesta ningún trabajo, irrumpir en alguna tienda y hacerse con prendas que cambia por sus ropas maltratadas y polvorientas.

Italia le gusta, a pesar de la reciente devastación sufrida por la guerra apenas terminada. Es un país hermoso, lleno de hermosos paisajes y de historia (aunque a él esto no le interese en demasía). Los colores son cálidos: verde, amarillo, café, rojo. El aire es delicioso, y trae con él, una enorme gama de posibilidades para cazar. Ahora, ¿qué hará para encontrar a los vampiros que busca? O más bien, que anhela encontrar, porque no tiene siquiera la más mínima idea de dónde se localizarán. Algo en su interior, le dice que los Volturi solamente encuentran a quien ellos desean encontrar. Es impensable ponerse en riesgo, no es tan idiota como para poner en peligro su existencia; no en balde las Denali se encargaron de machacarle, durante meses, lo peligroso que es incumplir alguna de las pocas leyes que los vampiros tienen.

¿Entonces? ¿Qué hacer? Por lo mientras, se dedica a vagar en Italia, regresando de vez en cuando a Volterra, mientras idea algún plan para contactar a la realeza vampírica de su nuevo mundo.

OoOoOoO

La suerte le acompaña, como desde que se convirtió en vampiro; la noche es fragante, ideal para cazar, pues muchos de los italianos pasean por los bosques, que en un momento dado, le ofrecen un gran coto para satisfacer su sed. Acaba de irrumpir en una de las tiendas más elegantes de la ciudad cercana, por lo que su atuendo, en azul oscuro, hace resaltar la piel blanca y refulgente bajo una luna de plata y una miríada de estrellas. Curiosamente, se encuentra bastante alejado de Volterra. Y, mientras da cuenta de una víctima joven, percibe el fino movimiento que otros de su especie emiten.

–Vaya, vaya, vaya –escucha una voz sarcástica y grave–. Mira lo que el viento trajo.

Una tríada de vampiros se dejó ver, entre los árboles que ocultaban a Neal y su víctima. Y el muchacho tuvo un momento para soslayarse en el triunfo, al darse cuenta de que se había topado con los Volturi.

Son tres varones, vestidos de una manera totalmente estrafalaria (en unas décadas, las túnicas Volturi serán calificadas como góticas); dos de ellos son altos, mientras que el tercero apenas rebasa la estatura media y su rostro muestra los rasgos finos de la adolescencia. Claro que Neal ha aprendido a no juzgar la edad de los vampiros por sus rostros. Los dos más altos muestran rostros más maduros; uno de ellos es ancho de espaldas, ideal para la pelea cuerpo a cuerpo, el otro, es más delgado, pero con músculos firmes y fuertes. Los tres visten de oscuro y las túnicas que los cubren son negras, con forro bermellón, más una capucha para cubrir la cabeza del portador. Como único adorno, portan un amuleto que representa una “V”, con algunos adornos, esmaltada en negro y rojo.

Neal procesó la información en una fracción de segundo, y no pudo evitar sonreír triunfante, con esa sonrisa suya tan arrogante y burlona. El trío de vampiros no tomó a bien la sonrisa del extranjero que se atrevía a mirarles con toda desfachatez. Neal no lo sabe, pero está ante los vampiros más arrogantes y sádicos que nunca conocerá.

–Y se permite reír de nosotros –comentó el jovencito.

–Acabará recibiendo su merecido, Alec –apuntó el vampiro alto y de espaldas anchas, con un cabello oscuro y rasgos pétreos.

Una sonrisa macabra adornó la faz blanca y plasmó un brillo asesino en los ojos de profundo color escarlata, mientras se aprestaba a saltar sobre su posible víctima.

–¿Lo quieres en bandeja de plata, Felix? –preguntó un diabólico Alec.

Jamás pensó Neal que un rostro tan angelical pudiera corresponder al de un demonio.

–No, Alec, quiero divertirme un rato.

Felix saltó sobre Neal, mientras que Alec y el otro vampiro lanzaban una sonora carcajada de diversión.

Continuará

Sabrina Cornwell/Lady Lyuva


Si a alguien le interesa saber más de esta historia pueden leer los fics previos Candy, antes de Forks y Neal e Irina AQUÍ




Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Y se enontró con los Volturi!


Un capítulo lo más. Gracias, pareja, por subirlo.

Ikebana

Ikebana
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Se ha encontrado con la familia política, supongo que todos nos sentimos igual, aunque no sean humanos, jejeje...

Como saben, a mí el tema vampiros me cuesta un poco; pero esto está tan bien escrito que engancha. ¡Ya quiero saber qué onda con Neal!

https://www.fanfiction.net/u/4785954/Stear-s-Girl

Weiss

Weiss
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony


Igual por aquí, a velocidad de la luz,
solo a saludarlas paso queridas chicas.

El sábado me pongo al día, hasta allí
tengo deberes offline sagrados que cumplir
bbuaaa.

beatiful frog

beatiful frog
Rosa Abierta
Rosa Abierta

Cada vez más interesante, Neal no cambia ahora ya frente a los Volturi que intentará hacer este chico, a él no le fue nada bien como nuevo neófito, prefirió tener experiencias más intensas.

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

¡son crueles, chicas! En todo este tiempo, y no nos han dado ni una pista sobre el don vampírico de Neal. De ello dependerá el interés de los Vulturi, ¿los sorprenderá? ¿Lo han encontrado por alguna razón específica? ¿nos sorprenderán a los lectores?

Estoy segura que algún as debe tener bajo la manga,o el señorito no se arriesgaría a una confrontación.

Han captado a la perfección la esencia del morenazo, que ahora luce un pálido tono. Y ahora, siendo vampiro, y con más experiencia en la vida, es sencillamente cautivador.

El malote, ha perdido ya lo que quedaba de su humanidad y por decisión propia. Y ahora quiere pertenecer a la sádica "realeza". Suena totalmente como él.

Las sigo. Me dejan comiéndome las uñas por la expectación

Sabrina Cornwell

Sabrina Cornwell
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Chicas aquí les dejamos el CAPÍTULO V, ojalá les guste.

Weiss

Weiss
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony


Ya estoy aquí,
y con un día antes de lo previsto por suerte.

Un Neal converso woow...
Me pierdo un poco con los personajes
y al mismo tiempo me mantiene en espectativa.

Saludos Sabrina y Lady Lyuva.

B R A V O

GEZABEL

GEZABEL
Guerrera de Lakewood
Guerrera de Lakewood

estos me los guardo para leerlos con calma


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