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(SEGUNDA PARTE DE LA RESEÑA)
CAPITULO DIECISIETE:
En la ciudad de Leptis Magna el ludo se instala a causa de las celebraciones a las que han sido convocados; las dos mujeres nuevas son diestras pero una de ellas ofrece el problema de ser “ávida de vientre” y Tulio no desea problemas de ese tipo, así que luego de encontrarla teniendo intimidad con los esclavos, decide venderla antes de partir. Cosa de la que se arrepentiría poco después, pues en otro sitio le tocaría a aquella enfrentarse con Lysia, quien la vence y le da muerte de manera brutal.
Camino a Alejandría, Lysia se pone inquieta; Tulio le exige a Syria que la tranquilice. Lysia se altera demasiado y Albreasheen pregunta a Syria el motivo, a lo que esta contesta con evasivas.
La gran y hermosa Alejandría deja azorada a Albreasheen, y la primera en salir a la arena es Nut, quien es nativa de esa ciudad, luciéndose. Le siguió en turno Syria quien también hizo despliegue de pericia.
Lysia por su parte, aún alterada por un desconocido motivo, sale a la arena ataviada como un pretoriano igual que su oponente. La pelirroja pone toda su rabia contenida en ese encuentro y logra vencer a la mujer, al final el público pide el casco de la caída. Cuando Lysia le retira el casco al cadáver, se queda azorada de ver que la mujer tenía una larga y abundante mata de cabello rojo fuego, igual que ella, y por un momento siente que la muerta es ella. Cuando vuelve en sí, le llama la atención un instrumento pequeño y curioso que se escapa del armamento de la mujer: una daga de pecho. Lysia la toma a escondidas y se retira.
En Londres; los amigos asisten al funeral de la abuela de Patty para hacerle compañía, ahí Stear se da cuenta de que Patty aún lo quiere y llega a la conclusión de que su alejamiento seguro que era por la enfermedad de su abuela.
De vuelta a la universidad, Susanna que no puede más con la culpa, se sincera con Stear y le revela que ella es la culpable de que Leagan les robara la investigación. Le cuenta la verdad sobre la procedencia del esmeril que necesitaba para restaurar el gladius y le revela una anterior relación amorosa con Leagan que la dejó dolida durante mucho tiempo y que casi destruye su carrera.
Stear aconseja a Susanna contar la verdad a Albert pero ella se niega, él le advierte que no hacerlo podría ser muy perjudicial, pero ella igual se afirma en su decisión de no hablar.
CAPITULO DIECIOCHO:
El tiempo en Alejandría se termina y el ludo debe partir; Lysia, Syria y Tulio continúan con sus actitudes sospechosas. Una mañana, Tulio castiga fuertemente a Lysia y Albreasheen que intenta defenderla siendo golpeada también. Syria interviene.
Tulio pregunta a Nut por la muerte de su anterior amo y esta le dice que lo picó un alacrán. Aquella noche luego de una jornada en el coliseo, Albreasheen escucha a Syria rezar a sus dioses por Lysia y le pregunta lo que sucede, Syria le responde que hay asuntos en Alejandría que le interesan a Lysia y Tulio no se siente capaz de responder por ello, pidiéndole luego que no la interrumpa más y que mantenga vigilada a Kío.
Esa noche, tal como Syria le hubiera contado alguna vez, Albreasheen escuchó a Kío hablar y llorar en sueños y se entristeció pensando en sus hijos. A la mañana siguiente Tulio intenta castigara Kío alegando que ha intentado matarlo poniéndole unos alacranes en la tina de baño y las mujeres la defienden. Él amenaza con que si algo le pasa las regalará a los burdeles.
Syria la regaña y Lysia la castiga duramente increpándola, golpeándola e insultándola, cosa muy dolorosa para Kío.
Era el ultimo dia de actividades en Alejandría, Albreasheen y Lysia pelean en la arena desquitando toda la presión de aquellos difíciles días, cuando toca el turno a Kío, un hombre sumamente grande fue su oponente. Lysia tiene un mal presentimiento y pide aTulio parar la pelea a lo cual él no accede.
Kío muere en la arena y Lysia, presa del dolor se enloquece intentando asesinar a Tulio con una espada, los esclavos la retienen. Tulio ordena ponerla en un cepo y tras varios días de cautividad, Syria se acerca al lanista a pedirle que la libere a lo que él se niega. Ella apela a su conciencia recordándole todas las cosas malas que le ha hecho a Lysia durante años y todo lo que su talento ha hecho por él; recordándole además aquello por lo que ella desearía quedarse en Alejandría y él no permite. Al final, el recurso de Syria da resultado, y Lysia es liberada.
En Londres; Anthony va al Museo de Londres a sacar datos para una tarea de la universidad, a lo lejos ve a Karen entrando al museo y decide encontrarse con ella pero la ve entrar hacia las oficinas. Decide seguirla; ahí presencia cómo Karen y Neil Leagan se besan cayendo en cuenta de que ella es la verdadera culpable de todo lo que ha sucedido.
En la universidad, la decana Grey y Albert hablan y ella le revela que han “descubierto” que la posible traidora es Susanna por unas grabaciones donde se la ve entrar al museo y entrevistarse con Leagan unos días después del descubrimiento, Albert se siente desilusionado y va a encararla.
CAPITULO DIECINUEVE:
Embarcados rumbo a Grecia, Albreasheen reflexiona acerca de las cosas que ha vivido; al admirar el mar siente una gran soledad pues nunca se había encontrado antes con tal inmensidad. Hace comparaciones entre las chicas; Lysia es altanera y grosera. Syria es amable y cordial, pero en algo eran iguales: no creaban vínculos, trataban de mantenerse lo más individuales posible.
De pronto pensó en Kío y comprendió el porqué; no era bueno crear vínculos pues no se sabe cuando perderás a una compañera; a pesar de todo ella espera jamás volverse así; si bien se había acostumbrado a muchas cosas que nunca pensó lograr, no quería acostumbrarse a ser tan desapegada ni quería acostumbrarse a que matar es algo cotidiano.
Habla con Tulio para pedirle que la deje ir a lo que él se niega, le explica que aun no ha pasado el tiempo que él considera “prudente” para darle su libertad y que además, está muy lejos de su hogar; le muestra una “carta marina” (mapa) y hace que Nut se la interprete para que comprenda lo que le está diciendo; en realidad está muy lejos de casa. Él le menciona los grandes anfiteatros donde participará y le habla de Roma pero ella no está interesada. Al final le dice que quizá será un año más lo que le tome volver a Britania y entonces, si llega viva, talvez la deje libre.
Albreasheen agobiada sale de su presencia y va a cubierta. Nut le aconseja tener paciencia y esperar a estar cerca de su hogar, y sobre todo, mantenerse a salvo. Lysia quien oye la conversación le advierte que Tulio nunca cumplirá, le enumera todas las bondades de su talento lo que aunado a su belleza la hacen sumamente valiosa, razones por las cuales Tulio jamás la dejará ir y que solo podrá ser libre cuando muera. Albreasheen le pregunta sobre lo sucedido en Alejandría pero la mujer vuelve a evadirla.
En Londres; Albert montado en cólera va donde Susanna y le increpa que ha sido ella quien les ha traicionado lo cual ella niega. La acusa de mantener una relación con Leagan y su mentira en el curriculum al no decir que había trabajado antes para el Museo. Él le recrimina la razón de su visita al museo aquella mañana y ella termina revelando que en efecto tuvieron algo hace muchos años y que fue a verlo porque él le había dado el esmeril, el cual ella dijo haberlo conseguido por otros medios.
Para Albert son demasiadas mentiras, y no le cree ni una sola de sus palabras o lágrimas.
Anthony cuenta Stear lo que ha presenciado en el museo con Karen y Leagan y le cuenta sobre el interés de la joven por saber todo sobre la investigación de su tío. Stear lo regaña pero ya nada puede hacerse al respecto sino informar. Stear va a ver a Susanna y la encuentra llorando, ella le cuenta todo lo sucedido con Albert.
Él se ofrece a decirle toda la verdad pero ella se niega, si no le ha creído a ella misma no le interesa nada.
CAPITULO VEINTE:
Susanna se enfrenta a la junta directiva de la universidad Oxford quienes la acusan de mantener relaciones con el museo de Londres y de haber colaborado a lo que sucedió, ella se defiende y acusa a Karen Klise, sin decir que la información que tiene le ha sido proporcionada por Anthony para no perjudicarlo. La junta decide tomar en cuenta la petición de Susanna de investigar a Karen y ellos acceden, prometiendo que, si todo lo que ella dice es verdad, podrá quedarse sin problemas en Oxford, pero ella declina; ha decidido marcharse.
Ya a solas, la decana cuenta a Susanna y a Stear que Karen llegó a Oxford recomendada por Patty ya que es amiga suya. La decana alega no estar acusando a Patty de nada y que por eso no dijo nada dentro en la junta pero pide a Stear que vaya y hable con ella. Stear se retira.
La decana ofrece a Susanna ayudarla con algunos contactos para que logre conseguir trabajo en otro sitio, luego Stear vuelve y le informa a Susanna que Karen se encuentra en los sótanos y ella va a encararla.
El ludo ha llegado a Grecia y han comenzado una vez más su viaje por tierra. En la ciudad de Mégara Tulio se encuentra con compañeros de profesión y uno de ellos reta a sus gladiadoras a un duelo con las suyas, a ver si en verdad son tan buenas cono Tulio dice.
Hacen las apuestas y el hombre accede, Syria alecciona a Albreasheen para que luche junto con Lysia y ella irá con Nut, Tulio no está de acuerdo pero la rubia insiste en que es lo mejor. Las mujeres lucharán esposadas la una a la otra, cosa muy difícil, pero al final la contienda resulta a favor.
El vencido ofrece a Tulio comprar a Lysia y Albreasheen y ofrece quince mil denarios de oro por cada una, pero Tulio no acepta, luego ofrece treinta mil solo por Albreasheen pero Tulio necea.
Al final, Se retira con sus gladiadoras, con lo ganado y con las mujeres vencidas como premio de la apuesta.
CAPITULO VEINTIUNO:
El ludo continúa el viaje por territorio griego, las nuevas adquisiciones de Tulio son dos mujeres jóvenes y altaneras que se creen superiores y suelen hablar pestes de sus compañeras creyendo que nadie comprende su idioma pero con un golpe en la nariz a una de ellas, Lysia les deja claro que ella sí les comprende.
Acampando, Albreasheen hace algunas preguntas a Syria y ella le cuenta algo de la llegada de Lysia al Ludo y también que en una ocasión ella misma había huído pero luego había vuelto por voluntad propia. Albreasheen no cree lo que oye y atosiga a Syria pero esta no quiere responder más.
Continúan el viaje y se detienen en un burdel, propiedad de una vieja amiga de Tulio. Esto pone nerviosas a las mujeres; es un sitio que Tulio visita cada vez que está en Grecia y la última vez fue hace 15 años.
La propietaria recibe al lanista y le pregunta por la chica que le regaló hace tiempo, él le responde que se ha convertido en la mejor gladiadora de su ludo lo cual hace adivinar que la mujer se refiere a Lysia. Esta ofrece nuevamente una muchacha a Tulio ya que la considera “llorona” y mala para su negocio.
Pasan la noche ahí y Syria le cuenta a Albreasheen y a Nut la forma cómo ella llegó al ludo, y el porqué habiendo escapado una vez, decide regresar por voluntad propia.
También le cuenta que, efectivamente, Lysia salió de ese mismo burdel hace quince años para formar parte del ludo y cómo esta se convirtió en la mejor gladiadora de Tulio. Le revela además que la madre de Lysia aún vive y sigue en ese mismo burdel, aunque ella misma haya dicho lo contrario.
A la mañana siguiente Albreasheen encuentra a Nut leyendo algo a escondidas, charlan acerca de su gusto por la lectura y Nut le habla acerca de su amo que era muy bueno con ella, y le revela además que tuvo una hija suya, también le cuenta porqué ha sido vendida y lo que ha sido de su hija.
Cuando estaban por marcharse la dueña del burdel se acerca a saludar a Lysia y esta le entrega unas joyas agradeciéndole el haberla regalado, salvándola así de volverse como ella. Fue el primer día en mucho tiempo que las mujeres vieron sonreír con genuina alegría a Lysia.
Al partir, se llevaron entre ellos una nueva muchacha; una joven de 15 años llamada Nía.
En Londres; Stear se entrevista con Patty para preguntarle acerca de Karen Klise, cuando él le cuenta todo lo que ha sucedido, que el museo se llevó la investigación y que estaban Susanna, Albert y él metidos en un lío, la mujer se echó a llorar y entre lágrimas confesó a Stear su participación en el asunto; que accedió ya que le prometieron ayudarla con su abuela pero que al final había decidido no participar.
Patty le dice que Karen le mintió cuando le dijo que ya no harían nada al respecto y que Leagan ya no estaba interesado, y dice que se presentará a decir la verdad para que no los perjudiquen más.
Albert sale de una de sus clases y topa con su sobrino quien muy someramente le cuenta que Karen es la espía de Neil, pero no puede ahondar pues debe irse. Albert se da cuenta de que ha cometido una estupidez.
CAPITULO VEINTIDÓS:
El ludo continúa su viaje hasta que ven puerto otra vez; Syria y Albreasheen son las encargadas de entrenar a Nía, pero la muchacha no da ni una sola de habilidad.
Harto de escucharla llorar tanto Tulio le dice un día que es igual que Syria cuando llegó, que así era ella de llorona y asustadiza; y la amenaza diciéndole que quiera o no quiera de todas maneras la iba a meter a una arena de combate.
Syria le dice a Tulio que no está segura de que logre estar lista hasta llegar a Roma, pero la estrategia de Tulio es que la chica vea los combates de ellas en los diversos anfiteatros que aun deben visitar en territorio italiano y que dada su experiencia en el burdel, se decidirá a ser gladiadora antes que su amante.
Syria se pone severa con Nía y le dice que si no se dedica a aprender no sobrevivirá a su primer combate y eso deja pensando a Nía. En cada ciudad donde hubo enfrentamientos Nía observaba y el estilo de Syria la impresionaba; luego de ver varios combates, le dijo a Syria que estaba lista y comenzaron a entrenar.
Después de pasar por varias ciudades importantes como Nola, Pompeya, Pozzuoli y Bevagna, por fin una mañana llegaron a Roma.
CAPITULO VEINTITRES:
En Roma; Terius es despertado por su sirviente diciéndole que su esposa está a punto de dar a luz; cuando él acude, ella una vez más le promete que será un varón. Shai su médico no le permite quedarse y él sale reviviendo lo que han sido los meses de miedo desde que se supo del embarazo de Ageda, quien ya no es una mujer joven.
Leonor se despierta y acude a él haciéndole compañía, luego de muchas horas Shai le anuncia que su hijo ha nacido y se lo pone en los brazos, efectivamente es un varón. Ageda está bien y Terius se siente feliz.
En Londres; Patty le cuenta a la junta directiva de Oxford toda su relación con Karen Klise y con el caso narrándoles lo del cheque y la mentira de la joven a lo cual ella se confió.
Obviamente la junta directiva decide separarla de la universidad inmediatamente.
Albert, Stear y Anthony conversan de lo sucedido; Albert se siente muy mal y relata a los jóvenes las cosas que le dijo a Susanna preso de la ira; cada uno de los amigos se echa su parte de culpa pero no hay nada más que hacer. Al final Stear y Anthony aconsejan a Albert que vaya y hable con Susanna y terminan convenciéndole.
Al principio Albert no sabe cómo comenzar y entonces se da cuenta de que Susanna está recogiéndolo todo de la oficina, y le pide que no se vaya que ya iban a recuperar todo y tenían que presentar la investigación los tres, pero ella declina.
Le cuenta que la esperan en su nuevo trabajo en Francia.
Albert se deshace en disculpas para con ella, las cuales ella acepta pero, aunque aún lo quiere y él a ella; Susanna comprende que quizá lo que ha sucedido haya sido lo mejor para ambos. Se abrazan y se dan un último beso antes de despedirse; después de eso Albert se va y poco tiempo después, Susanna termina de empacar y abandona su oficina.
CAPITULO VEINTICUATRO:
Susanna se ha ido desde hace ya varios días y ya alguien más toma su lugar, Stear intenta animar a Albert pero sin resultado, Archie ha enviado por su medio un informe detallado de su trabajo, Albert lo recibe sin mucho ánimo.
Conversando de todo para matar el tiempo, Albert recibe la llamada de la decana para informarle que los vestigios vuelven a Oxford y que tiene que recibirlos.
Los dos amigos muy entusiasmados van por sus cosas y comenzaron a revisarlas minuciosamente; es entonces cuando Stear monta en cólera al darse cuenta de que falta el hueso de la pelvis del esqueleto; importante pieza que comprueba que el esqueleto es femenino.
Ya en Roma, el ludo llega y busca instalarse; Tulio para un momento en la imponente construcción del anfiteatro y uno de los capataces se ríe de él cuando le cuenta que sus gladiatrices entrarán a la naumaquia y le recomienda que mejor las alquile para entretenimiento de los gladiadores.
En una escuela de gladiadores donde intentan hospedarse, los hombres se mofan de las mujeres y uno de ellos comete el error de preguntar cuánto cuesta una noche con Lysia. Esta lo reta a un duelo y si él gana se acostará con él; pero pierde y lo deja herido en carne y orgullo.
Entre los gladiadores libres se haya André, el que besó a Syria antes de ser vencido por ella en Mauritania.
El encargado de la escuela dice a Tulio que tiene un lugar para ellas solamente, sin hombres y le aconseja no llevarlas a la naumaquia pero él no lo escucha. El hombre les lleva a un lugar abandonado y lleno de maleza, pero que una vez limpio sirve muy bien. Ahí Tulio regaña a Lysia por haber desafiado a aquel gladiador.
André se acerca al encargado de la escuela y le pregunta por ellas, el hombre le dice que el lanista pretende llevarlas a la naumaquia. André se alarma y pide ser inscrito en el evento también.
A la mañana siguiente, Syria y Tulio salieron muy temprano a caballo; mientras entrenaba con Nía, Albreasheen escuchó que la llamaban y vio a André colgado de una pared; preguntaba por Syria. Por medio de él ella se enteró de que Terius y su familia estaban en Roma.
Un día después, Tulio y Syria volvieron con seis nuevas mujeres para el ludo, a Lysia le pareció muy extraño pues solo recordaba una ocasión en que Tulio hubiera comprado tantas de una vez, pero Tulio le responde con evasivas. Va con Syria quien intenta hacer lo mismo pero el carácter de la pelirroja la obliga a decir la verdad: Las han comprado para que sirvan como escudo de ellas en la naumaquia; para que sean como carne de cañón. Albreasheen se horroriza pero Syria les pide ayuda a ambas para entrenarlas bien y tratar de volverlas tan buenas como ellas y así tratar de que varias salven la vida. Lysia se sentía renuente a esto pero al final, accede.
CAPITULO VEINTICINCO:
Stear y Albert acuden a la decana Grey a comunicar lo sucedido: el esqueleto está incompleto, el Museo no lo ha entregado todo. La mujer pregunta si de verdad es tan concluyente aquella pieza y los jóvenes le explican su importancia. La queja se presenta y días después todos comparecen en el ministerio, Neil se defiende como es normal, alegando que los profesores Andrew y Cornwell siempre lo atacan.
Se habla de Karen y de Patty pero el hombre niega que exista alguna confabulación. Leagan obviamente se coloca en papel de víctima ofendida y el todo parece encaminarse a su favor; al final Albert explota y Neil lo amenaza con demandarlo si lo sigue calumniando. Albert monta en cólera y lo golpea delante del ministro y las autoridades. Neil exige para él la sanción máxima en la rama educativa.
En Roma; en el Senado el administrador imperial Plinio, tío de la esposa de Terius, anuncia a los asistentes que ya está todo organizado para las festividades que se darán a cabo en honor del dios Baco y pide a sus compañeros de toga sus generosas colaboraciones. Titus dona por él y su hermano 200 denarios y Terius hace un donativo extra, a nombre de su hijo.
En el ludo, Tulio alecciona a sus mujeres para que se preparen entregándoles ropas y perfumes pues han sido invitados al banquete de bienvenida. Albreasheen le cuenta a Syria que André ha venido a verla y ella le cuenta a Nía cómo fue que casi lo mata cuando lo enfrentó.
Al atardecer, todas asisten ataviadas al banquete en el palacio del mismo César, despertando la admiración de los presentes por su belleza. Ahí estaba André quien, al verlas llegar se acercó a Syria quien intentó alejarlo sin éxito hasta que llegó Tulio y le dijo que si quería hablar con Syria, debía pagar por ella.
Tulio se encuentra con Titus Severo, quien ante sus amistades alaba a sus diestras gladiatrices y les cuenta las hazañas que presenció de ellas. Cuando Vespasiano César llega al salón, pide verlas de cerca quedando visiblemente congraciado con la belleza de Lysia.
Terius no asistiría al banquete, su esposa estaba atravesando una ligera fiebre puerperial que no pasó a mayores pero él no se movió de su lado. A la mañana siguiente comenzaron los combates y la primera en salir a la arena fue Albreasheen y él se sintió muy complacido de verla completamente recuperada.
CAPITULO VEINTISEIS:
Las mujeres de Tulio siguen reuniendo triunfos en la arena, solo Nía sigue siendo para él un eslabón débil a pesar de lo mucho que se esfuerza; Syria, Lysia y Albreasheen siguen entrenando a las nuevas compañeras para mejorar sus técnicas de combate cada día más.
Un día las llamaron a participar en una carrera de cuadrigas en la cual participaron Lysia, Syria y Nut, luego de lo cual el nombre de “Lysia la griega” fue coreado por toda la cavia del circus, comenzando desde el podio del mismo emperador Vespasiano.
Tulio promete de premio lo que ellas quieran, Nut pide efigies de Isis y Anubis, dioses de los que es devota; Tulio le da dos hermosa lamparillas de cerámica talladas con el rostro de estos dioses.
André de Galia anuncia a sus compañeros gladiadores que entrará a la naumaquia; luego de varios regaños y de algunos que se alejan, pregunta quienes desean acompañarlo. Sabiendo que su amigo entraba por ayudar a las gladiadoras de Tulio y que tiene sentimientos por una de ellas, sus amigos acceden.
Por la tarde André se presenta al ludo de Tulio a escondidas y soborna a un esclavo para poder hablar con Syria un momento, quiere contarle sobre la naumaquia pues, tal como lo imaginaba, Tulio no las ha informado de nada; pero son interrumpidos. André se va preocupado y pensando cómo volver a hablar con ella para advertirla.
El César ha enviado regalos para las gladiadoras por su victoria en el Circus Magna, y a la noche siguiente llegó un sirviente pidiendo a la gladiatrix Syria por una noche para su señor.
Syria pide a Tulio que desista, siente que sus preocupaciones no le permitirían servir a nadie, pero Tulio no acepta. Al llegar al sitio se da cuenta que el hombre que pagó por ella no es otro que André el gladiador, quien no tuvo otra manera de poder hablar a solas con ella para poder explicarle en qué consiste la naumaquia. Syria lo escucha y queda anonadada por lo terrible que se escucha. Pero no se preocupa por ella sino por sus compañeras.
En el ludo Tulio ha hecho llamar a Nía a sus aposentos e intenta aprovecharse de la chica, pero Lysia no lo permite y actúa una escena de celos para que Tulio una vez más se satisfaga con ella y no con la muchacha.
CAPITULO VEINTISIETE:
Las mujeres de Tulio se preparan para la Naumaquia y… lo siento no hallé manera de resumir eso, simplemente hay que leerlo.
CAPITULO VEINTIOCHO:
Albert está en su oficina, ha recibido dos sobres: uno del ministerio y otro de su sobrino Anthony, este lleno con las fotografías de su viaje; el otro es una demanda de Neal Leagan, Stear entró sin llamar como siempre y al ver el sobre de la demanda lo abre sorprendiéndose con las mentiras del hombre y la suma que pedía de indemnización.
Stear ofrece a Albert la idea que tratar de buscar ADN en los huesos de la tumba para comprobar que es femenino y así tener la prueba concluyente que necesitan, van donde la decana Grey para ofrecerle la idea pero ella tiene una noticia que darles: la investigación queda desestimada por orden de la junta directiva y además el ministerio exige que el Prof. Albert Andrew sea destituido de Oxford por agravante de conducta violenta.
La decana ofrece a Albert una recomendación como hizo con Susanna pero él se siente ofendido, le cuenta a la decana quién es él en realidad y le dice que dejó detrás la fortuna de su familia porque él no quería ser el recomendado de nadie.
La decana le da una cachetada con guante blanco con un discurso que es una gran lección para el joven quien se da cuenta que no ha sido más que un tonto y un soberbio.
Al final acepta irse a su hogar un tiempo, descansar y luego quizá aceptar el ofrecimiento de la decana. Stear lo espera afuera, cuando salen le revela que a pesar de haber sido despedido, se siente muy bien, y se van juntos por un whisky.
CAPITULO VEINTINUEVE:
En Roma; Albreasheen despierta sobresaltada pero se recupera pronto al darse cuenta que no está en la naumaquia; a su lado Terius la acaricia sabiendo que aún está muy nerviosa por todo lo vivido.
Ella le pide volver y él le dice que ha ofrecido comprarla. Ella le pide que no lo haga ya que no soportaría que él la tratara como su propiedad y que además, su sueño es volver a su hogar, Terius lo comprende y le dice que es exactamente lo que él desea para ella.
Momentos después de terminada la Naumaquia, Syria vuelve en sí; no ha muerto pero está muy grave.
Shai, el médico personal de Terius ha venido y felicita a Albreasheen por haber atado aquel lazo en la pierna de Syria, lo cual impidió que ella se desangrara del todo. Llevan a Syria al ludo para poder operarla y ahí, Terius y Tulio tienen una conversación muy acalorada.
Terius le exige a Tulio que le venda a Albreasheen, pero el hombre se niega, Terius le menciona que ellas han podido morir ahí a lo que Tulio le responde que si hubieran muerto él simplemente habría tenido que comprar más. Terius queda sorprendido y asqueado de ver cómo el alma de un hombre puede corromperse tanto con la ambición al punto de que la vida humana se vuelve desechable para él.
Tulio le dice que no puede venderle a la Celta ya que le ha dado su palabra de que llegando a Britania la dejará en libertad; entonces bajo amenazas, Terius obliga a Tulio a firmar un documento en blanco como una salvaguarda de que él cumplirá su palabra y si no lo hace, lo perjudicará con ese documento.
Luego Tulio pregunta a Lysia si podría volver a entrar a la arena pronto, ella se ríe de ver lo malsano que puede llegar a ser pero ya lo conoce y no le queda más que acceder.
Un esclavo llega solicitando la presencia de Tulio en casa de su señor, Tulio se presenta y quien le ha mandado llamar no es otro que André que lo espera con un arcón de denarios para comprarle a Syria.
Tulio se burla de él diciéndole lo vieja que está Syria y la cantidad de hombres que han pasado por ella. Aunque André le ofrece más no hay manera de que él acepte, no se la dará.
Al volver al ludo Tulio le pregunta a Syria si quiere irse con él, dejándole antes implícita la inocente amenaza de que cuando ella se vaya las venderá a todas las demás. Ella le dice que no quiere irse, que se quedará. Tulio finge aceptar, cuando él ya sabía que esa sería su respuesta.
André va al ludo a ver a Syria y se da cuenta de que está vacío. Tulio se las ha llevado sin decir nada a nadie y dejando varias fechas incumplidas, pero para cuando André se da cuenta ya ellos van atravesando las montañas. Las chicas reclaman a Tulio que Syria aun no estaba en condiciones de viajar pero él no las escucha.
CAPITULO TREINTA:
Desde la perspectiva de Terius, vemos lo que él vio y cómo él lo vio durante la naumaquia.
No muy dado a los espectáculos de arena, se ve obligado a asistir cuando el emperador o el senado asisten. Esa tarde no tenía ni idea de lo que vería y se altera al ir presenciando poco a poco la masacre que se arma. Sin oír las advertencias de sus compañeros de toga, Terius sale del podio y dice a uno de sus esclavos de compañía que vaya por su médico y luego lo lleva hasta donde Tulio, anonadado, observaba.
El mismo Tulio no podía creer lo que veía, jamás había visto una naumaquia; cuando todo terminó y vio a los sobrevivientes correr para ponerse a salvo, nada le importó que toda Roma mirara, Terius aferró a Albreasheen a su pecho como si no la quisiera soltar.
Terius y su médico volverían a su casa al día siguiente de la naumaquia; cuando su esposa lo vio abatido y con la toga sucia él le cuenta lo que había presenciado y externó sus sentimientos al respecto.
Ageda su esposa, se ofreció a hablar con su tío para conseguir una audiencia con el César y al ver la bondad de su mujer, Terius decide sincerarse con ella y confesar su aventura con Albreasheen, pero ella ya lo sabe. Sin embargo, como toda buena esposa romana, siempre supo que era su deber callar y aceptar, pero renueva su deseo de ayudarlo a que esas mujeres consigan su libertad.
Su tío Plinio la recibe airado, ofendiendo a Terius contándole cosas que ella no tenía porqué saber y lastimándola aún más, pero Ageda se mantiene firme explicando las razones de su marido para querer la libertad de esas mujeres.
Plinio una vez más se niega intentando meterle en la cabeza que Terius será tan sinvergüenza como él mismo lo ha sido y que la obligará a aceptar a su amante en su propia casa. Ella defiende airadamente el honor de su marido pues lo conoce y sabe que no haría tal cosa. Plinio se niega rotundamente y ella se retira pero no deja de pensar en las palabras de su tío.
Un par de días después, Shai va a revisar a Syria, pero vuelve con la novedad de que el sitio está vacío y nadie sabe de ellos. Terius va y en efecto lo encuentra vacío y cerrado, se encuentra con André quien también está decepcionado y sin saber qué hacer.
Entonces Terius le dice que por ahora no hay mucho que hacer, pero que dentro de un año todos deben encontrarse en Londunim, en Britania.
CAPITULO TREINTA Y UNO:
Luego de varias semanas viajando, el ludo de Tulio ha llegado a la Germania Superioris (Alemania), Syria mejoraba pero su incapacidad los obligaba a viajar más despacio de lo que a Tulio le gustaría.
Topa amistades que le dan datos de donde podría hacer participar a sus mujeres y así ellas poco a poco reanudan actividades, un par de meses después a Lysia le tocó enfrentar a una germana enorme y que casi la mata. Lysia salió viva de milagro en un combate muy desigual, pero aunque ganó la contienda, resulta mal herida. Tuvieron que detener el viaje para que Lysia pudiera recuperarse de una fractura en las costillas. Albreasheen y Nut se dedicaron a entrenar arduamente a Nía mientras Syria que de a poco se recuperaba, las supervisaba.
Pasaron dos meses en los que tanto Lysia como Syria terminaron de recuperarse, Lysia volvió a tomar la espada de entrenamiento y reta a Nía a un duelo para probarla y luego poder decir, no sin asombro, que ya estaba más que lista para cualquier arena y no mentía, pues su primer combate a muerte Nía lo ganó en minutos y casi sin rasguño alguno.
En Roma, Terius recibe a su hija quien enfadada le pregunta si es cierto que le va a conseguir un marido y le revela que ella no quiere casarse porque desea ser una gladiatrix.
Sus padres intentan disuadirla y entonces ella decide que será una actriz y se retira recitando versos de Eurípides. Cuando Terius se queda solo con su esposa, le cuenta que el César ya ha mandado por él y que lo quiere para gobernador de Britania, a lo que Ageda se siente acongojada pues sabe que ese nombramiento no le permitirá gozar de la presencia de su marido.
Terius tiene una idea: llevarse con ellos a su hermano Titus y su familia para ver si les dan una gobernación compartida como en Mauritania.
Eso no alegra mucho a Ageda a quien no agradan mucho algunos procederes de su cuñado, pero acepta.
En el anfiteatro de Xantén en Germania (Alemania) Syria entra nuevamente a la arena luego de varios meses de inactividad; ingresa en una lucha a mancuernas junto con Nut, y se da cuenta con placer de que su pierna no le presenta molestias y de que no ha perdido cualidades.
Por fin una mañana en un puerto fluvial que desemboca al mar, se embarcan y parten hacia Britania. La primera en divisar las islas en medio de la espesa niebla fue Syria y se lo hace notar a Albreahseen quien, con lágrimas en los ojos abraza a su amiga. Por fin está volviendo a casa.
CAPITULO TREINTA Y DOS
Albert preparaba su viaje, ya lo tenía todo listo y Stear se quedaría con muchas de sus cosas, incluyendo la música para lo que tenían gustos afines. Donó muchas de sus cosas a la beneficencia, dejó su departamento en venta, se despidió de todos los que había conocido y llegó el día de marcharse. Ya en el avión listo para marcharse, llega Stear y se sienta a su lado, ya que ha decidido acompañarlo a América un tiempo.
Ya en América, Stear se gana a la familia en especial a la tía Elroy; Albert tiene que asistir a su entrevista con el Dr. George Johnson, Rector de la U. de Chicago y Stear decide acompañarlo para conocer el lugar.
El Dr. Johnson informa, como al descuido, a Albert que es el nuevo decano de la facultad de ciencias sociales y él no lo puede creer luego de todo lo que ha pasado, pero el Dr. Johnson le informa que conoce de lo acontecido y le reitera todo su apoyo como profesional. Albert es nombrado decano.
En Londinum; Terius y su familia por fin han llegado a Britania, a Leonor no le agrada el sitio porque dice que es muy frío.
Plinio, el tío de Ageda les ha conseguido una casa preciosa, y es ahí cuando Terius ve el primer indicio de que realmente algo no va bien entre Plinio y él, pero no le da mayor importancia. Titus alaba la casa que les han conseguido sin darse cuenta siquiera que Tadea, su joven esposa en su tercer embarazo, no está sintiéndose bien. Titus comenta a Terius de la frialdad de Plinio hacia él pero Ageda aligera el momento, haciéndole mención a Titus de la salud de Tadea.
Tulio y sus gladiatrices han llegado a Londinum y la gente admira la belleza de las mujeres que Tulio trae encadenadas a pesar de las protestas de Syria; pero Tulio no se arriesgaría a un intento de escape.
Ya instalados algunos días Albreasheen increpa a Tulio sobre su libertad y le exige que cumpla la palabra empeñada, él que no desea ceder, apela a su conciencia hablándole de las heridas de Syria y Lysia y pidiéndole que no las deje solas pues no se sabe cuándo esas heridas podrían traicionarlas.
Le pide que espere solo a que terminen las festividades que les han llevado a Londinum, dos meses.
Ella le hace mención a la promesa que le ha incumplido a Lysia y él le dice que esas son cosas de pareja que ella no entiende; al final por la insistencia de Albreahseen el lanista termina revelándole que Terius le ha hecho firmar un documento que significa su libertad aunque él no quisiera dársela. Entonces, sabiendo que tiene esa garantía, Albreasheen decide aceptar esperar esos dos meses.
Terius está preparando todo para posicionarse como gobernador pero menciona que quisiera la gobernación compartida con su hermano, a lo cual tanto el actual gobernador como Plinio, aceptan; Titus está de acuerdo con la idea pero parece no estar complacido con la propuesta de sueldo compartido, Terius le menciona que ellos tienen mucho dinero y que lo que realmente importa es la posición pidiéndole que le diga con tiempo si acepta o no para no tener que darle disgustos al César. El joven acepta.
André llega a Londinum y se encuentra con un antiguo compañero de espada que ahora se dedica al comercio; este le informa que, por las señas que André le ha dado, Syria y sus compañeras han desembarcado ahí mismo hace pocos días; le invita a quedarse con él y escucha su historia.
CAPITULO TREINTA Y TRES:
Habiendo escuchado toda la historia, el amigo de André se ofrece a ayudarle averiguando por el domicilio del nuevo gobernador. Albreasheen cuenta a sus compañeras lo que Tulio le ha dicho de Terius, ellas le recomiendan que acepte irse con él y que no se quede, pero ella dice tener un presentimiento que la obliga a quedarse.
André da con la casa de Terius y pero al no estar él en casa lo recibe Ageda. André decide volver en otro momento, pero saliendo alcanza a ver al mismo Tulio en su litera cargada por esclavos, intenta seguirlo pero tropieza con una niña que llevaba unas frutas y lo pierde de vista. Se encuentra con Terius y le comunica que las gladiadoras ya están en Londinum.
Días después, Terius y Titus eran posicionados como gobernadores de Britania y Tulio se da cuenta del poderoso enemigo que le ha tocado; una vez más son invitados al banquete presidido por el mismo Vespasiano César, ahí Syria y André pudieron verse de nuevo después de tanto tiempo, aunque sea de lejos.
También Albreasheen vio a Terius y sintió ganas de correr a él, pero cuando vio a su esposa a su lado profesándole tanto amor en la mirada, sintió vergüenza de la pasión que ese hombre despertaba en ella porque se sentía culpable de que Terius le fallara a su esposa.
Cuando llegó el momento de presentar a las gladiadoras, el mismo Vespasiano tomó la palabra contando él mismo las hazañas de esas mujeres enalteciendo en especial a Lysia, quien ya era obvio se había ganado la simpatía del César desde la primera vez que la viera, por su gran belleza.
A Terius no le pasa por alto que Albreasheen lo evita y Ageda a su lado sufre sintiéndose vieja y fea frente a la joven belleza que es Albreasheen. Tulio por su parte está más que amargado; tiene ahí al hombre que lo tiene amenazado, se topa con el gladiador que se la tiene jurada por Syria y como si eso fuera poco, el mismísimo César parece estar enamorado de su mejor gladiadora que además es su mujer.
El día que comenzaron los juegos la ciudad era una locura la gente esperaba ver a las campeonas de la naumaquia lucirse en la arena. Unos niños le regalaron a Nía una estatuilla de cerámica que representaba a Lysia; dentro del hipogeo se veían jaulas con felinos y animales diversos y los gladiadores las llamaban por sus nombres con respeto. Esto complacía en especial a Nía, no así a Syria quien estaba pensando en qué cosas terribles les harían vencer ahora.
Cuando ya estaban listas para salir Terius se presentó en el hipogeo con soldados dispuesto a hacer valer su amenaza a Tulio pero este le dice que ha hecho un trato con la Celta, lo cual esta confirma: se quedará en el ludo y luchará hasta el final de los juegos, le pide a Terius que venga por ella entonces.
Terius decepcionado se retira hacia su lugar en el podio principal, al lado del emperador; no sin antes advertirle a Tulio que al final de los juegos se la llevará quiera o no.
La primera en salir a la arena romana es justamente Albreasheen, sale su oponente y ella se cuadra pero en seguida sale otro más. Ya Syria se esperaba algo así y hasta peor, la Celta comprende pero no se amedrenta. Pelea magistralmente contra ambos hombres que son rápidamente vencidos y se retira regalándole antes una sonrisa de seguridad a Terius que desde el podio la mira angustiado.
Está a solo kilómetros de su hogar y no era ahí donde se iba a dejar vencer.
*Hasta aquí la reseña de los capítulos anteriores; el capítulo 34 será publicado mañana en la sección de Fanfics.
La razón es que, me gustaría que comenten y como la GF está por terminarse, luego varias no van a poder comentar. Pero para mi esto sigue siendo un trabajo de GF.
En la GF del 2014 la comencé y la estoy terminando en la GF del 2015.
Muchas gracias a todas las que han esperado un año para continuar con esta historia, ustedes han sido mi aliciente.
Entonces, nos vemos mañana! =)
CAPITULO DIECISIETE:
En la ciudad de Leptis Magna el ludo se instala a causa de las celebraciones a las que han sido convocados; las dos mujeres nuevas son diestras pero una de ellas ofrece el problema de ser “ávida de vientre” y Tulio no desea problemas de ese tipo, así que luego de encontrarla teniendo intimidad con los esclavos, decide venderla antes de partir. Cosa de la que se arrepentiría poco después, pues en otro sitio le tocaría a aquella enfrentarse con Lysia, quien la vence y le da muerte de manera brutal.
Camino a Alejandría, Lysia se pone inquieta; Tulio le exige a Syria que la tranquilice. Lysia se altera demasiado y Albreasheen pregunta a Syria el motivo, a lo que esta contesta con evasivas.
La gran y hermosa Alejandría deja azorada a Albreasheen, y la primera en salir a la arena es Nut, quien es nativa de esa ciudad, luciéndose. Le siguió en turno Syria quien también hizo despliegue de pericia.
Lysia por su parte, aún alterada por un desconocido motivo, sale a la arena ataviada como un pretoriano igual que su oponente. La pelirroja pone toda su rabia contenida en ese encuentro y logra vencer a la mujer, al final el público pide el casco de la caída. Cuando Lysia le retira el casco al cadáver, se queda azorada de ver que la mujer tenía una larga y abundante mata de cabello rojo fuego, igual que ella, y por un momento siente que la muerta es ella. Cuando vuelve en sí, le llama la atención un instrumento pequeño y curioso que se escapa del armamento de la mujer: una daga de pecho. Lysia la toma a escondidas y se retira.
En Londres; los amigos asisten al funeral de la abuela de Patty para hacerle compañía, ahí Stear se da cuenta de que Patty aún lo quiere y llega a la conclusión de que su alejamiento seguro que era por la enfermedad de su abuela.
De vuelta a la universidad, Susanna que no puede más con la culpa, se sincera con Stear y le revela que ella es la culpable de que Leagan les robara la investigación. Le cuenta la verdad sobre la procedencia del esmeril que necesitaba para restaurar el gladius y le revela una anterior relación amorosa con Leagan que la dejó dolida durante mucho tiempo y que casi destruye su carrera.
Stear aconseja a Susanna contar la verdad a Albert pero ella se niega, él le advierte que no hacerlo podría ser muy perjudicial, pero ella igual se afirma en su decisión de no hablar.
CAPITULO DIECIOCHO:
El tiempo en Alejandría se termina y el ludo debe partir; Lysia, Syria y Tulio continúan con sus actitudes sospechosas. Una mañana, Tulio castiga fuertemente a Lysia y Albreasheen que intenta defenderla siendo golpeada también. Syria interviene.
Tulio pregunta a Nut por la muerte de su anterior amo y esta le dice que lo picó un alacrán. Aquella noche luego de una jornada en el coliseo, Albreasheen escucha a Syria rezar a sus dioses por Lysia y le pregunta lo que sucede, Syria le responde que hay asuntos en Alejandría que le interesan a Lysia y Tulio no se siente capaz de responder por ello, pidiéndole luego que no la interrumpa más y que mantenga vigilada a Kío.
Esa noche, tal como Syria le hubiera contado alguna vez, Albreasheen escuchó a Kío hablar y llorar en sueños y se entristeció pensando en sus hijos. A la mañana siguiente Tulio intenta castigara Kío alegando que ha intentado matarlo poniéndole unos alacranes en la tina de baño y las mujeres la defienden. Él amenaza con que si algo le pasa las regalará a los burdeles.
Syria la regaña y Lysia la castiga duramente increpándola, golpeándola e insultándola, cosa muy dolorosa para Kío.
Era el ultimo dia de actividades en Alejandría, Albreasheen y Lysia pelean en la arena desquitando toda la presión de aquellos difíciles días, cuando toca el turno a Kío, un hombre sumamente grande fue su oponente. Lysia tiene un mal presentimiento y pide aTulio parar la pelea a lo cual él no accede.
Kío muere en la arena y Lysia, presa del dolor se enloquece intentando asesinar a Tulio con una espada, los esclavos la retienen. Tulio ordena ponerla en un cepo y tras varios días de cautividad, Syria se acerca al lanista a pedirle que la libere a lo que él se niega. Ella apela a su conciencia recordándole todas las cosas malas que le ha hecho a Lysia durante años y todo lo que su talento ha hecho por él; recordándole además aquello por lo que ella desearía quedarse en Alejandría y él no permite. Al final, el recurso de Syria da resultado, y Lysia es liberada.
En Londres; Anthony va al Museo de Londres a sacar datos para una tarea de la universidad, a lo lejos ve a Karen entrando al museo y decide encontrarse con ella pero la ve entrar hacia las oficinas. Decide seguirla; ahí presencia cómo Karen y Neil Leagan se besan cayendo en cuenta de que ella es la verdadera culpable de todo lo que ha sucedido.
En la universidad, la decana Grey y Albert hablan y ella le revela que han “descubierto” que la posible traidora es Susanna por unas grabaciones donde se la ve entrar al museo y entrevistarse con Leagan unos días después del descubrimiento, Albert se siente desilusionado y va a encararla.
CAPITULO DIECINUEVE:
Embarcados rumbo a Grecia, Albreasheen reflexiona acerca de las cosas que ha vivido; al admirar el mar siente una gran soledad pues nunca se había encontrado antes con tal inmensidad. Hace comparaciones entre las chicas; Lysia es altanera y grosera. Syria es amable y cordial, pero en algo eran iguales: no creaban vínculos, trataban de mantenerse lo más individuales posible.
De pronto pensó en Kío y comprendió el porqué; no era bueno crear vínculos pues no se sabe cuando perderás a una compañera; a pesar de todo ella espera jamás volverse así; si bien se había acostumbrado a muchas cosas que nunca pensó lograr, no quería acostumbrarse a ser tan desapegada ni quería acostumbrarse a que matar es algo cotidiano.
Habla con Tulio para pedirle que la deje ir a lo que él se niega, le explica que aun no ha pasado el tiempo que él considera “prudente” para darle su libertad y que además, está muy lejos de su hogar; le muestra una “carta marina” (mapa) y hace que Nut se la interprete para que comprenda lo que le está diciendo; en realidad está muy lejos de casa. Él le menciona los grandes anfiteatros donde participará y le habla de Roma pero ella no está interesada. Al final le dice que quizá será un año más lo que le tome volver a Britania y entonces, si llega viva, talvez la deje libre.
Albreasheen agobiada sale de su presencia y va a cubierta. Nut le aconseja tener paciencia y esperar a estar cerca de su hogar, y sobre todo, mantenerse a salvo. Lysia quien oye la conversación le advierte que Tulio nunca cumplirá, le enumera todas las bondades de su talento lo que aunado a su belleza la hacen sumamente valiosa, razones por las cuales Tulio jamás la dejará ir y que solo podrá ser libre cuando muera. Albreasheen le pregunta sobre lo sucedido en Alejandría pero la mujer vuelve a evadirla.
En Londres; Albert montado en cólera va donde Susanna y le increpa que ha sido ella quien les ha traicionado lo cual ella niega. La acusa de mantener una relación con Leagan y su mentira en el curriculum al no decir que había trabajado antes para el Museo. Él le recrimina la razón de su visita al museo aquella mañana y ella termina revelando que en efecto tuvieron algo hace muchos años y que fue a verlo porque él le había dado el esmeril, el cual ella dijo haberlo conseguido por otros medios.
Para Albert son demasiadas mentiras, y no le cree ni una sola de sus palabras o lágrimas.
Anthony cuenta Stear lo que ha presenciado en el museo con Karen y Leagan y le cuenta sobre el interés de la joven por saber todo sobre la investigación de su tío. Stear lo regaña pero ya nada puede hacerse al respecto sino informar. Stear va a ver a Susanna y la encuentra llorando, ella le cuenta todo lo sucedido con Albert.
Él se ofrece a decirle toda la verdad pero ella se niega, si no le ha creído a ella misma no le interesa nada.
CAPITULO VEINTE:
Susanna se enfrenta a la junta directiva de la universidad Oxford quienes la acusan de mantener relaciones con el museo de Londres y de haber colaborado a lo que sucedió, ella se defiende y acusa a Karen Klise, sin decir que la información que tiene le ha sido proporcionada por Anthony para no perjudicarlo. La junta decide tomar en cuenta la petición de Susanna de investigar a Karen y ellos acceden, prometiendo que, si todo lo que ella dice es verdad, podrá quedarse sin problemas en Oxford, pero ella declina; ha decidido marcharse.
Ya a solas, la decana cuenta a Susanna y a Stear que Karen llegó a Oxford recomendada por Patty ya que es amiga suya. La decana alega no estar acusando a Patty de nada y que por eso no dijo nada dentro en la junta pero pide a Stear que vaya y hable con ella. Stear se retira.
La decana ofrece a Susanna ayudarla con algunos contactos para que logre conseguir trabajo en otro sitio, luego Stear vuelve y le informa a Susanna que Karen se encuentra en los sótanos y ella va a encararla.
El ludo ha llegado a Grecia y han comenzado una vez más su viaje por tierra. En la ciudad de Mégara Tulio se encuentra con compañeros de profesión y uno de ellos reta a sus gladiadoras a un duelo con las suyas, a ver si en verdad son tan buenas cono Tulio dice.
Hacen las apuestas y el hombre accede, Syria alecciona a Albreasheen para que luche junto con Lysia y ella irá con Nut, Tulio no está de acuerdo pero la rubia insiste en que es lo mejor. Las mujeres lucharán esposadas la una a la otra, cosa muy difícil, pero al final la contienda resulta a favor.
El vencido ofrece a Tulio comprar a Lysia y Albreasheen y ofrece quince mil denarios de oro por cada una, pero Tulio no acepta, luego ofrece treinta mil solo por Albreasheen pero Tulio necea.
Al final, Se retira con sus gladiadoras, con lo ganado y con las mujeres vencidas como premio de la apuesta.
CAPITULO VEINTIUNO:
El ludo continúa el viaje por territorio griego, las nuevas adquisiciones de Tulio son dos mujeres jóvenes y altaneras que se creen superiores y suelen hablar pestes de sus compañeras creyendo que nadie comprende su idioma pero con un golpe en la nariz a una de ellas, Lysia les deja claro que ella sí les comprende.
Acampando, Albreasheen hace algunas preguntas a Syria y ella le cuenta algo de la llegada de Lysia al Ludo y también que en una ocasión ella misma había huído pero luego había vuelto por voluntad propia. Albreasheen no cree lo que oye y atosiga a Syria pero esta no quiere responder más.
Continúan el viaje y se detienen en un burdel, propiedad de una vieja amiga de Tulio. Esto pone nerviosas a las mujeres; es un sitio que Tulio visita cada vez que está en Grecia y la última vez fue hace 15 años.
La propietaria recibe al lanista y le pregunta por la chica que le regaló hace tiempo, él le responde que se ha convertido en la mejor gladiadora de su ludo lo cual hace adivinar que la mujer se refiere a Lysia. Esta ofrece nuevamente una muchacha a Tulio ya que la considera “llorona” y mala para su negocio.
Pasan la noche ahí y Syria le cuenta a Albreasheen y a Nut la forma cómo ella llegó al ludo, y el porqué habiendo escapado una vez, decide regresar por voluntad propia.
También le cuenta que, efectivamente, Lysia salió de ese mismo burdel hace quince años para formar parte del ludo y cómo esta se convirtió en la mejor gladiadora de Tulio. Le revela además que la madre de Lysia aún vive y sigue en ese mismo burdel, aunque ella misma haya dicho lo contrario.
A la mañana siguiente Albreasheen encuentra a Nut leyendo algo a escondidas, charlan acerca de su gusto por la lectura y Nut le habla acerca de su amo que era muy bueno con ella, y le revela además que tuvo una hija suya, también le cuenta porqué ha sido vendida y lo que ha sido de su hija.
Cuando estaban por marcharse la dueña del burdel se acerca a saludar a Lysia y esta le entrega unas joyas agradeciéndole el haberla regalado, salvándola así de volverse como ella. Fue el primer día en mucho tiempo que las mujeres vieron sonreír con genuina alegría a Lysia.
Al partir, se llevaron entre ellos una nueva muchacha; una joven de 15 años llamada Nía.
En Londres; Stear se entrevista con Patty para preguntarle acerca de Karen Klise, cuando él le cuenta todo lo que ha sucedido, que el museo se llevó la investigación y que estaban Susanna, Albert y él metidos en un lío, la mujer se echó a llorar y entre lágrimas confesó a Stear su participación en el asunto; que accedió ya que le prometieron ayudarla con su abuela pero que al final había decidido no participar.
Patty le dice que Karen le mintió cuando le dijo que ya no harían nada al respecto y que Leagan ya no estaba interesado, y dice que se presentará a decir la verdad para que no los perjudiquen más.
Albert sale de una de sus clases y topa con su sobrino quien muy someramente le cuenta que Karen es la espía de Neil, pero no puede ahondar pues debe irse. Albert se da cuenta de que ha cometido una estupidez.
CAPITULO VEINTIDÓS:
El ludo continúa su viaje hasta que ven puerto otra vez; Syria y Albreasheen son las encargadas de entrenar a Nía, pero la muchacha no da ni una sola de habilidad.
Harto de escucharla llorar tanto Tulio le dice un día que es igual que Syria cuando llegó, que así era ella de llorona y asustadiza; y la amenaza diciéndole que quiera o no quiera de todas maneras la iba a meter a una arena de combate.
Syria le dice a Tulio que no está segura de que logre estar lista hasta llegar a Roma, pero la estrategia de Tulio es que la chica vea los combates de ellas en los diversos anfiteatros que aun deben visitar en territorio italiano y que dada su experiencia en el burdel, se decidirá a ser gladiadora antes que su amante.
Syria se pone severa con Nía y le dice que si no se dedica a aprender no sobrevivirá a su primer combate y eso deja pensando a Nía. En cada ciudad donde hubo enfrentamientos Nía observaba y el estilo de Syria la impresionaba; luego de ver varios combates, le dijo a Syria que estaba lista y comenzaron a entrenar.
Después de pasar por varias ciudades importantes como Nola, Pompeya, Pozzuoli y Bevagna, por fin una mañana llegaron a Roma.
CAPITULO VEINTITRES:
En Roma; Terius es despertado por su sirviente diciéndole que su esposa está a punto de dar a luz; cuando él acude, ella una vez más le promete que será un varón. Shai su médico no le permite quedarse y él sale reviviendo lo que han sido los meses de miedo desde que se supo del embarazo de Ageda, quien ya no es una mujer joven.
Leonor se despierta y acude a él haciéndole compañía, luego de muchas horas Shai le anuncia que su hijo ha nacido y se lo pone en los brazos, efectivamente es un varón. Ageda está bien y Terius se siente feliz.
En Londres; Patty le cuenta a la junta directiva de Oxford toda su relación con Karen Klise y con el caso narrándoles lo del cheque y la mentira de la joven a lo cual ella se confió.
Obviamente la junta directiva decide separarla de la universidad inmediatamente.
Albert, Stear y Anthony conversan de lo sucedido; Albert se siente muy mal y relata a los jóvenes las cosas que le dijo a Susanna preso de la ira; cada uno de los amigos se echa su parte de culpa pero no hay nada más que hacer. Al final Stear y Anthony aconsejan a Albert que vaya y hable con Susanna y terminan convenciéndole.
Al principio Albert no sabe cómo comenzar y entonces se da cuenta de que Susanna está recogiéndolo todo de la oficina, y le pide que no se vaya que ya iban a recuperar todo y tenían que presentar la investigación los tres, pero ella declina.
Le cuenta que la esperan en su nuevo trabajo en Francia.
Albert se deshace en disculpas para con ella, las cuales ella acepta pero, aunque aún lo quiere y él a ella; Susanna comprende que quizá lo que ha sucedido haya sido lo mejor para ambos. Se abrazan y se dan un último beso antes de despedirse; después de eso Albert se va y poco tiempo después, Susanna termina de empacar y abandona su oficina.
CAPITULO VEINTICUATRO:
Susanna se ha ido desde hace ya varios días y ya alguien más toma su lugar, Stear intenta animar a Albert pero sin resultado, Archie ha enviado por su medio un informe detallado de su trabajo, Albert lo recibe sin mucho ánimo.
Conversando de todo para matar el tiempo, Albert recibe la llamada de la decana para informarle que los vestigios vuelven a Oxford y que tiene que recibirlos.
Los dos amigos muy entusiasmados van por sus cosas y comenzaron a revisarlas minuciosamente; es entonces cuando Stear monta en cólera al darse cuenta de que falta el hueso de la pelvis del esqueleto; importante pieza que comprueba que el esqueleto es femenino.
Ya en Roma, el ludo llega y busca instalarse; Tulio para un momento en la imponente construcción del anfiteatro y uno de los capataces se ríe de él cuando le cuenta que sus gladiatrices entrarán a la naumaquia y le recomienda que mejor las alquile para entretenimiento de los gladiadores.
En una escuela de gladiadores donde intentan hospedarse, los hombres se mofan de las mujeres y uno de ellos comete el error de preguntar cuánto cuesta una noche con Lysia. Esta lo reta a un duelo y si él gana se acostará con él; pero pierde y lo deja herido en carne y orgullo.
Entre los gladiadores libres se haya André, el que besó a Syria antes de ser vencido por ella en Mauritania.
El encargado de la escuela dice a Tulio que tiene un lugar para ellas solamente, sin hombres y le aconseja no llevarlas a la naumaquia pero él no lo escucha. El hombre les lleva a un lugar abandonado y lleno de maleza, pero que una vez limpio sirve muy bien. Ahí Tulio regaña a Lysia por haber desafiado a aquel gladiador.
André se acerca al encargado de la escuela y le pregunta por ellas, el hombre le dice que el lanista pretende llevarlas a la naumaquia. André se alarma y pide ser inscrito en el evento también.
A la mañana siguiente, Syria y Tulio salieron muy temprano a caballo; mientras entrenaba con Nía, Albreasheen escuchó que la llamaban y vio a André colgado de una pared; preguntaba por Syria. Por medio de él ella se enteró de que Terius y su familia estaban en Roma.
Un día después, Tulio y Syria volvieron con seis nuevas mujeres para el ludo, a Lysia le pareció muy extraño pues solo recordaba una ocasión en que Tulio hubiera comprado tantas de una vez, pero Tulio le responde con evasivas. Va con Syria quien intenta hacer lo mismo pero el carácter de la pelirroja la obliga a decir la verdad: Las han comprado para que sirvan como escudo de ellas en la naumaquia; para que sean como carne de cañón. Albreasheen se horroriza pero Syria les pide ayuda a ambas para entrenarlas bien y tratar de volverlas tan buenas como ellas y así tratar de que varias salven la vida. Lysia se sentía renuente a esto pero al final, accede.
CAPITULO VEINTICINCO:
Stear y Albert acuden a la decana Grey a comunicar lo sucedido: el esqueleto está incompleto, el Museo no lo ha entregado todo. La mujer pregunta si de verdad es tan concluyente aquella pieza y los jóvenes le explican su importancia. La queja se presenta y días después todos comparecen en el ministerio, Neil se defiende como es normal, alegando que los profesores Andrew y Cornwell siempre lo atacan.
Se habla de Karen y de Patty pero el hombre niega que exista alguna confabulación. Leagan obviamente se coloca en papel de víctima ofendida y el todo parece encaminarse a su favor; al final Albert explota y Neil lo amenaza con demandarlo si lo sigue calumniando. Albert monta en cólera y lo golpea delante del ministro y las autoridades. Neil exige para él la sanción máxima en la rama educativa.
En Roma; en el Senado el administrador imperial Plinio, tío de la esposa de Terius, anuncia a los asistentes que ya está todo organizado para las festividades que se darán a cabo en honor del dios Baco y pide a sus compañeros de toga sus generosas colaboraciones. Titus dona por él y su hermano 200 denarios y Terius hace un donativo extra, a nombre de su hijo.
En el ludo, Tulio alecciona a sus mujeres para que se preparen entregándoles ropas y perfumes pues han sido invitados al banquete de bienvenida. Albreasheen le cuenta a Syria que André ha venido a verla y ella le cuenta a Nía cómo fue que casi lo mata cuando lo enfrentó.
Al atardecer, todas asisten ataviadas al banquete en el palacio del mismo César, despertando la admiración de los presentes por su belleza. Ahí estaba André quien, al verlas llegar se acercó a Syria quien intentó alejarlo sin éxito hasta que llegó Tulio y le dijo que si quería hablar con Syria, debía pagar por ella.
Tulio se encuentra con Titus Severo, quien ante sus amistades alaba a sus diestras gladiatrices y les cuenta las hazañas que presenció de ellas. Cuando Vespasiano César llega al salón, pide verlas de cerca quedando visiblemente congraciado con la belleza de Lysia.
Terius no asistiría al banquete, su esposa estaba atravesando una ligera fiebre puerperial que no pasó a mayores pero él no se movió de su lado. A la mañana siguiente comenzaron los combates y la primera en salir a la arena fue Albreasheen y él se sintió muy complacido de verla completamente recuperada.
CAPITULO VEINTISEIS:
Las mujeres de Tulio siguen reuniendo triunfos en la arena, solo Nía sigue siendo para él un eslabón débil a pesar de lo mucho que se esfuerza; Syria, Lysia y Albreasheen siguen entrenando a las nuevas compañeras para mejorar sus técnicas de combate cada día más.
Un día las llamaron a participar en una carrera de cuadrigas en la cual participaron Lysia, Syria y Nut, luego de lo cual el nombre de “Lysia la griega” fue coreado por toda la cavia del circus, comenzando desde el podio del mismo emperador Vespasiano.
Tulio promete de premio lo que ellas quieran, Nut pide efigies de Isis y Anubis, dioses de los que es devota; Tulio le da dos hermosa lamparillas de cerámica talladas con el rostro de estos dioses.
André de Galia anuncia a sus compañeros gladiadores que entrará a la naumaquia; luego de varios regaños y de algunos que se alejan, pregunta quienes desean acompañarlo. Sabiendo que su amigo entraba por ayudar a las gladiadoras de Tulio y que tiene sentimientos por una de ellas, sus amigos acceden.
Por la tarde André se presenta al ludo de Tulio a escondidas y soborna a un esclavo para poder hablar con Syria un momento, quiere contarle sobre la naumaquia pues, tal como lo imaginaba, Tulio no las ha informado de nada; pero son interrumpidos. André se va preocupado y pensando cómo volver a hablar con ella para advertirla.
El César ha enviado regalos para las gladiadoras por su victoria en el Circus Magna, y a la noche siguiente llegó un sirviente pidiendo a la gladiatrix Syria por una noche para su señor.
Syria pide a Tulio que desista, siente que sus preocupaciones no le permitirían servir a nadie, pero Tulio no acepta. Al llegar al sitio se da cuenta que el hombre que pagó por ella no es otro que André el gladiador, quien no tuvo otra manera de poder hablar a solas con ella para poder explicarle en qué consiste la naumaquia. Syria lo escucha y queda anonadada por lo terrible que se escucha. Pero no se preocupa por ella sino por sus compañeras.
En el ludo Tulio ha hecho llamar a Nía a sus aposentos e intenta aprovecharse de la chica, pero Lysia no lo permite y actúa una escena de celos para que Tulio una vez más se satisfaga con ella y no con la muchacha.
CAPITULO VEINTISIETE:
Las mujeres de Tulio se preparan para la Naumaquia y… lo siento no hallé manera de resumir eso, simplemente hay que leerlo.
CAPITULO VEINTIOCHO:
Albert está en su oficina, ha recibido dos sobres: uno del ministerio y otro de su sobrino Anthony, este lleno con las fotografías de su viaje; el otro es una demanda de Neal Leagan, Stear entró sin llamar como siempre y al ver el sobre de la demanda lo abre sorprendiéndose con las mentiras del hombre y la suma que pedía de indemnización.
Stear ofrece a Albert la idea que tratar de buscar ADN en los huesos de la tumba para comprobar que es femenino y así tener la prueba concluyente que necesitan, van donde la decana Grey para ofrecerle la idea pero ella tiene una noticia que darles: la investigación queda desestimada por orden de la junta directiva y además el ministerio exige que el Prof. Albert Andrew sea destituido de Oxford por agravante de conducta violenta.
La decana ofrece a Albert una recomendación como hizo con Susanna pero él se siente ofendido, le cuenta a la decana quién es él en realidad y le dice que dejó detrás la fortuna de su familia porque él no quería ser el recomendado de nadie.
La decana le da una cachetada con guante blanco con un discurso que es una gran lección para el joven quien se da cuenta que no ha sido más que un tonto y un soberbio.
Al final acepta irse a su hogar un tiempo, descansar y luego quizá aceptar el ofrecimiento de la decana. Stear lo espera afuera, cuando salen le revela que a pesar de haber sido despedido, se siente muy bien, y se van juntos por un whisky.
CAPITULO VEINTINUEVE:
En Roma; Albreasheen despierta sobresaltada pero se recupera pronto al darse cuenta que no está en la naumaquia; a su lado Terius la acaricia sabiendo que aún está muy nerviosa por todo lo vivido.
Ella le pide volver y él le dice que ha ofrecido comprarla. Ella le pide que no lo haga ya que no soportaría que él la tratara como su propiedad y que además, su sueño es volver a su hogar, Terius lo comprende y le dice que es exactamente lo que él desea para ella.
Momentos después de terminada la Naumaquia, Syria vuelve en sí; no ha muerto pero está muy grave.
Shai, el médico personal de Terius ha venido y felicita a Albreasheen por haber atado aquel lazo en la pierna de Syria, lo cual impidió que ella se desangrara del todo. Llevan a Syria al ludo para poder operarla y ahí, Terius y Tulio tienen una conversación muy acalorada.
Terius le exige a Tulio que le venda a Albreasheen, pero el hombre se niega, Terius le menciona que ellas han podido morir ahí a lo que Tulio le responde que si hubieran muerto él simplemente habría tenido que comprar más. Terius queda sorprendido y asqueado de ver cómo el alma de un hombre puede corromperse tanto con la ambición al punto de que la vida humana se vuelve desechable para él.
Tulio le dice que no puede venderle a la Celta ya que le ha dado su palabra de que llegando a Britania la dejará en libertad; entonces bajo amenazas, Terius obliga a Tulio a firmar un documento en blanco como una salvaguarda de que él cumplirá su palabra y si no lo hace, lo perjudicará con ese documento.
Luego Tulio pregunta a Lysia si podría volver a entrar a la arena pronto, ella se ríe de ver lo malsano que puede llegar a ser pero ya lo conoce y no le queda más que acceder.
Un esclavo llega solicitando la presencia de Tulio en casa de su señor, Tulio se presenta y quien le ha mandado llamar no es otro que André que lo espera con un arcón de denarios para comprarle a Syria.
Tulio se burla de él diciéndole lo vieja que está Syria y la cantidad de hombres que han pasado por ella. Aunque André le ofrece más no hay manera de que él acepte, no se la dará.
Al volver al ludo Tulio le pregunta a Syria si quiere irse con él, dejándole antes implícita la inocente amenaza de que cuando ella se vaya las venderá a todas las demás. Ella le dice que no quiere irse, que se quedará. Tulio finge aceptar, cuando él ya sabía que esa sería su respuesta.
André va al ludo a ver a Syria y se da cuenta de que está vacío. Tulio se las ha llevado sin decir nada a nadie y dejando varias fechas incumplidas, pero para cuando André se da cuenta ya ellos van atravesando las montañas. Las chicas reclaman a Tulio que Syria aun no estaba en condiciones de viajar pero él no las escucha.
CAPITULO TREINTA:
Desde la perspectiva de Terius, vemos lo que él vio y cómo él lo vio durante la naumaquia.
No muy dado a los espectáculos de arena, se ve obligado a asistir cuando el emperador o el senado asisten. Esa tarde no tenía ni idea de lo que vería y se altera al ir presenciando poco a poco la masacre que se arma. Sin oír las advertencias de sus compañeros de toga, Terius sale del podio y dice a uno de sus esclavos de compañía que vaya por su médico y luego lo lleva hasta donde Tulio, anonadado, observaba.
El mismo Tulio no podía creer lo que veía, jamás había visto una naumaquia; cuando todo terminó y vio a los sobrevivientes correr para ponerse a salvo, nada le importó que toda Roma mirara, Terius aferró a Albreasheen a su pecho como si no la quisiera soltar.
Terius y su médico volverían a su casa al día siguiente de la naumaquia; cuando su esposa lo vio abatido y con la toga sucia él le cuenta lo que había presenciado y externó sus sentimientos al respecto.
Ageda su esposa, se ofreció a hablar con su tío para conseguir una audiencia con el César y al ver la bondad de su mujer, Terius decide sincerarse con ella y confesar su aventura con Albreasheen, pero ella ya lo sabe. Sin embargo, como toda buena esposa romana, siempre supo que era su deber callar y aceptar, pero renueva su deseo de ayudarlo a que esas mujeres consigan su libertad.
Su tío Plinio la recibe airado, ofendiendo a Terius contándole cosas que ella no tenía porqué saber y lastimándola aún más, pero Ageda se mantiene firme explicando las razones de su marido para querer la libertad de esas mujeres.
Plinio una vez más se niega intentando meterle en la cabeza que Terius será tan sinvergüenza como él mismo lo ha sido y que la obligará a aceptar a su amante en su propia casa. Ella defiende airadamente el honor de su marido pues lo conoce y sabe que no haría tal cosa. Plinio se niega rotundamente y ella se retira pero no deja de pensar en las palabras de su tío.
Un par de días después, Shai va a revisar a Syria, pero vuelve con la novedad de que el sitio está vacío y nadie sabe de ellos. Terius va y en efecto lo encuentra vacío y cerrado, se encuentra con André quien también está decepcionado y sin saber qué hacer.
Entonces Terius le dice que por ahora no hay mucho que hacer, pero que dentro de un año todos deben encontrarse en Londunim, en Britania.
CAPITULO TREINTA Y UNO:
Luego de varias semanas viajando, el ludo de Tulio ha llegado a la Germania Superioris (Alemania), Syria mejoraba pero su incapacidad los obligaba a viajar más despacio de lo que a Tulio le gustaría.
Topa amistades que le dan datos de donde podría hacer participar a sus mujeres y así ellas poco a poco reanudan actividades, un par de meses después a Lysia le tocó enfrentar a una germana enorme y que casi la mata. Lysia salió viva de milagro en un combate muy desigual, pero aunque ganó la contienda, resulta mal herida. Tuvieron que detener el viaje para que Lysia pudiera recuperarse de una fractura en las costillas. Albreasheen y Nut se dedicaron a entrenar arduamente a Nía mientras Syria que de a poco se recuperaba, las supervisaba.
Pasaron dos meses en los que tanto Lysia como Syria terminaron de recuperarse, Lysia volvió a tomar la espada de entrenamiento y reta a Nía a un duelo para probarla y luego poder decir, no sin asombro, que ya estaba más que lista para cualquier arena y no mentía, pues su primer combate a muerte Nía lo ganó en minutos y casi sin rasguño alguno.
En Roma, Terius recibe a su hija quien enfadada le pregunta si es cierto que le va a conseguir un marido y le revela que ella no quiere casarse porque desea ser una gladiatrix.
Sus padres intentan disuadirla y entonces ella decide que será una actriz y se retira recitando versos de Eurípides. Cuando Terius se queda solo con su esposa, le cuenta que el César ya ha mandado por él y que lo quiere para gobernador de Britania, a lo que Ageda se siente acongojada pues sabe que ese nombramiento no le permitirá gozar de la presencia de su marido.
Terius tiene una idea: llevarse con ellos a su hermano Titus y su familia para ver si les dan una gobernación compartida como en Mauritania.
Eso no alegra mucho a Ageda a quien no agradan mucho algunos procederes de su cuñado, pero acepta.
En el anfiteatro de Xantén en Germania (Alemania) Syria entra nuevamente a la arena luego de varios meses de inactividad; ingresa en una lucha a mancuernas junto con Nut, y se da cuenta con placer de que su pierna no le presenta molestias y de que no ha perdido cualidades.
Por fin una mañana en un puerto fluvial que desemboca al mar, se embarcan y parten hacia Britania. La primera en divisar las islas en medio de la espesa niebla fue Syria y se lo hace notar a Albreahseen quien, con lágrimas en los ojos abraza a su amiga. Por fin está volviendo a casa.
CAPITULO TREINTA Y DOS
Albert preparaba su viaje, ya lo tenía todo listo y Stear se quedaría con muchas de sus cosas, incluyendo la música para lo que tenían gustos afines. Donó muchas de sus cosas a la beneficencia, dejó su departamento en venta, se despidió de todos los que había conocido y llegó el día de marcharse. Ya en el avión listo para marcharse, llega Stear y se sienta a su lado, ya que ha decidido acompañarlo a América un tiempo.
Ya en América, Stear se gana a la familia en especial a la tía Elroy; Albert tiene que asistir a su entrevista con el Dr. George Johnson, Rector de la U. de Chicago y Stear decide acompañarlo para conocer el lugar.
El Dr. Johnson informa, como al descuido, a Albert que es el nuevo decano de la facultad de ciencias sociales y él no lo puede creer luego de todo lo que ha pasado, pero el Dr. Johnson le informa que conoce de lo acontecido y le reitera todo su apoyo como profesional. Albert es nombrado decano.
En Londinum; Terius y su familia por fin han llegado a Britania, a Leonor no le agrada el sitio porque dice que es muy frío.
Plinio, el tío de Ageda les ha conseguido una casa preciosa, y es ahí cuando Terius ve el primer indicio de que realmente algo no va bien entre Plinio y él, pero no le da mayor importancia. Titus alaba la casa que les han conseguido sin darse cuenta siquiera que Tadea, su joven esposa en su tercer embarazo, no está sintiéndose bien. Titus comenta a Terius de la frialdad de Plinio hacia él pero Ageda aligera el momento, haciéndole mención a Titus de la salud de Tadea.
Tulio y sus gladiatrices han llegado a Londinum y la gente admira la belleza de las mujeres que Tulio trae encadenadas a pesar de las protestas de Syria; pero Tulio no se arriesgaría a un intento de escape.
Ya instalados algunos días Albreasheen increpa a Tulio sobre su libertad y le exige que cumpla la palabra empeñada, él que no desea ceder, apela a su conciencia hablándole de las heridas de Syria y Lysia y pidiéndole que no las deje solas pues no se sabe cuándo esas heridas podrían traicionarlas.
Le pide que espere solo a que terminen las festividades que les han llevado a Londinum, dos meses.
Ella le hace mención a la promesa que le ha incumplido a Lysia y él le dice que esas son cosas de pareja que ella no entiende; al final por la insistencia de Albreahseen el lanista termina revelándole que Terius le ha hecho firmar un documento que significa su libertad aunque él no quisiera dársela. Entonces, sabiendo que tiene esa garantía, Albreasheen decide aceptar esperar esos dos meses.
Terius está preparando todo para posicionarse como gobernador pero menciona que quisiera la gobernación compartida con su hermano, a lo cual tanto el actual gobernador como Plinio, aceptan; Titus está de acuerdo con la idea pero parece no estar complacido con la propuesta de sueldo compartido, Terius le menciona que ellos tienen mucho dinero y que lo que realmente importa es la posición pidiéndole que le diga con tiempo si acepta o no para no tener que darle disgustos al César. El joven acepta.
André llega a Londinum y se encuentra con un antiguo compañero de espada que ahora se dedica al comercio; este le informa que, por las señas que André le ha dado, Syria y sus compañeras han desembarcado ahí mismo hace pocos días; le invita a quedarse con él y escucha su historia.
CAPITULO TREINTA Y TRES:
Habiendo escuchado toda la historia, el amigo de André se ofrece a ayudarle averiguando por el domicilio del nuevo gobernador. Albreasheen cuenta a sus compañeras lo que Tulio le ha dicho de Terius, ellas le recomiendan que acepte irse con él y que no se quede, pero ella dice tener un presentimiento que la obliga a quedarse.
André da con la casa de Terius y pero al no estar él en casa lo recibe Ageda. André decide volver en otro momento, pero saliendo alcanza a ver al mismo Tulio en su litera cargada por esclavos, intenta seguirlo pero tropieza con una niña que llevaba unas frutas y lo pierde de vista. Se encuentra con Terius y le comunica que las gladiadoras ya están en Londinum.
Días después, Terius y Titus eran posicionados como gobernadores de Britania y Tulio se da cuenta del poderoso enemigo que le ha tocado; una vez más son invitados al banquete presidido por el mismo Vespasiano César, ahí Syria y André pudieron verse de nuevo después de tanto tiempo, aunque sea de lejos.
También Albreasheen vio a Terius y sintió ganas de correr a él, pero cuando vio a su esposa a su lado profesándole tanto amor en la mirada, sintió vergüenza de la pasión que ese hombre despertaba en ella porque se sentía culpable de que Terius le fallara a su esposa.
Cuando llegó el momento de presentar a las gladiadoras, el mismo Vespasiano tomó la palabra contando él mismo las hazañas de esas mujeres enalteciendo en especial a Lysia, quien ya era obvio se había ganado la simpatía del César desde la primera vez que la viera, por su gran belleza.
A Terius no le pasa por alto que Albreasheen lo evita y Ageda a su lado sufre sintiéndose vieja y fea frente a la joven belleza que es Albreasheen. Tulio por su parte está más que amargado; tiene ahí al hombre que lo tiene amenazado, se topa con el gladiador que se la tiene jurada por Syria y como si eso fuera poco, el mismísimo César parece estar enamorado de su mejor gladiadora que además es su mujer.
El día que comenzaron los juegos la ciudad era una locura la gente esperaba ver a las campeonas de la naumaquia lucirse en la arena. Unos niños le regalaron a Nía una estatuilla de cerámica que representaba a Lysia; dentro del hipogeo se veían jaulas con felinos y animales diversos y los gladiadores las llamaban por sus nombres con respeto. Esto complacía en especial a Nía, no así a Syria quien estaba pensando en qué cosas terribles les harían vencer ahora.
Cuando ya estaban listas para salir Terius se presentó en el hipogeo con soldados dispuesto a hacer valer su amenaza a Tulio pero este le dice que ha hecho un trato con la Celta, lo cual esta confirma: se quedará en el ludo y luchará hasta el final de los juegos, le pide a Terius que venga por ella entonces.
Terius decepcionado se retira hacia su lugar en el podio principal, al lado del emperador; no sin antes advertirle a Tulio que al final de los juegos se la llevará quiera o no.
La primera en salir a la arena romana es justamente Albreasheen, sale su oponente y ella se cuadra pero en seguida sale otro más. Ya Syria se esperaba algo así y hasta peor, la Celta comprende pero no se amedrenta. Pelea magistralmente contra ambos hombres que son rápidamente vencidos y se retira regalándole antes una sonrisa de seguridad a Terius que desde el podio la mira angustiado.
Está a solo kilómetros de su hogar y no era ahí donde se iba a dejar vencer.
*Hasta aquí la reseña de los capítulos anteriores; el capítulo 34 será publicado mañana en la sección de Fanfics.
La razón es que, me gustaría que comenten y como la GF está por terminarse, luego varias no van a poder comentar. Pero para mi esto sigue siendo un trabajo de GF.
En la GF del 2014 la comencé y la estoy terminando en la GF del 2015.
Muchas gracias a todas las que han esperado un año para continuar con esta historia, ustedes han sido mi aliciente.
Entonces, nos vemos mañana! =)
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André ya apareció,Syria esta nerviosa,y como no? si André es un partidaso
de pies a cabeza)
