De sangre y placer.
Mía Granchester.
Historia alterna a la original en el mundo del Steampunk.
Capitulo Uno.
El comienzo de la psicosis.
Nueva York 1900.
Por esta época el auge y crecimiento de la metrópoli fue
rápida y aunado a la llegada masiva de inmigrantes
europeos que fueron atraídos por el dinamismo del país.
La diversidad de las clases sociales tuvo un crecimiento
considerado por este motivo y también más agitación
social.
Los pobres aumentaron considerablemente, la mayoría de
ellos vivían amontonados en pequeños cuartos situados
en callejas inundadas por las emanaciones malolientes de
las aguas negras. Las enfermedades, el alcoholismo y la
prostitución causan graves estragos en este sector de la
población por la pobreza extrema. Por otro lado, la
rimbombante aristocracia se pierde en diversiones vanas
que llegaron con el auge que han dado las maquinas que
se mueven con la fuerza del vapor y por supuesto las
calamidades que suceden en los sectores pobres no son
de importancia para ellos hasta que un día ocurrió un
suceso que sacudió a toda la ciudad. El miedo se apodero
de toda una metrópoli.
Casi de madrugada el cuerpo de una mujer fue encontrado
en una de las callejas sucias y malolientes de la zona más
marginada del bajo Manhattan.
El hallazgo fue notificado a un par de policías que
patrullaban cerca del lugar de los hechos. Cuando los
gendarmes llegaron a la escena del crimen, quedan
horrorizados por la manera en la que actuó el asesino.
Entonces de inmediato contactaron al departamento de
casos especiales para que acuda al lugar.
—Helen ¿Dónde diablos esta Granchester? —Le grita
iracundo Neil a su secretaria desde dentro de su oficina. La mujer se acercó al quicio de la puerta de la oficina y le contesta con rapidez.
—Señor. Ya mandé a un mensajero a buscarlo a su casa.
—¿Porque tienes que mandar a buscarme Neil? —Se
escuchó la voz del castaño detrás de la Helen. La chica se
giró y disfruto de la imagen más hermosa que la vida le
pudo regalar en una noche de guardia. —Ya te he dicho
que no necesito una niñera, ¡no crees que estoy bastante
crecidito! —Terry le sonrió con amabilidad a la chica pasando junto a ella y entrando a la oficina. Sus zafiros fijos en el rostro de Neil. —¿Qué pasa ahora que te tiene vuelto loco?
De pie junto a su escritorio con las manos en la cintura, el
moreno saca el aire por sus fosas nasales y a la vez niega
con su cabeza. —¿De verdad Terry? Acaban de reportar el
hallazgo de un cuerpo. Debemos llegar antes que los
reporteros amarillistas.
—¡Deja de renegar hombre te van a salir canas! —una
risilla burlona se dibujó en los labios de Terry entonces
saca de la bolsa de su gabardina de piel un reloj de bolsillo
y lo señala con su dedo mirando al moreno—¡Vámonos se
hace tarde!
—Eres un maldito desgraciado. —El castaño se encoge de
hombros con una mueca de indiferencia en su rostro. Neil a veces maldice la suerte que tuvo el día que le asignaron a Terry como pareja, pero otras solo se resigna.
Ambos jóvenes caminan a paso rápido por los pasillos de
la jefatura de policía al salir a la calle el castaño le dice a
Neil.
—Sube, yo te llevo.
—No, no, no. Yo no me subo a tu cacharro. —le señala el
auto tipo Coupe de línea elegante y deportivo con un
diseño compacto y rendimiento potente que se mueve con
un motor de vapor.
—¡Y entonces te vas a ir caminando! —Le pregunta indignado. —¿pues no que tenías mucha prisa? —Neil lo medita por unos segundos y sabe que no tiene opción. Terry es un verdadero maniaco al volante. —Está bien vamos.
El castaño enciende la máquina que rugió a la vida con
mucha potencia entonces se dirigen a toda velocidad por
las sinuosas calles de la ciudad hacia la escena del crimen.
Al llegar al lugar se encuentran a varias personas curiosas
por el acontecimiento. Terry se aproxima a ellos, les
enseña su placa que lo acredita como detective de la
policía y procede a interrogarlos. Por su parte Neil observa
con detenimiento a la víctima e inspecciona con ojo de águila el lugar para encontrar algún indicio que los lleve a encontrar alguna pista y establecer la evidencia necesaria para encontrar al responsable del delito.
El modus operandi del victimario es nuevo para los
detectives. La victima tiene un corte profundo en la
garganta, la sangre se encuentra dispersa por su pecho y
su blusa, no hay mucho líquido rojo en el suelo ya que ha
sido absorbido por la ropa de la mujer. La occisa tiene el
gesto de dolor dibujado en su rostro que persiste aun
después de la muerte. Sus ojos desenfocados y abiertos
enormemente como mudos testigos de lo ocurrido.
El castaño observa el cuerpo ensangrentado. Se nota a
simple vista la saña con la que fue tratada la occisa con el
único objetivo de hacerla sufrir antes de matarla. Terry se
acerca a Neil y le dice cerca al oído:
—Ya viene encamino Stear.
—Sí que va a hacer falta su presencia aquí.
Terry comienza a comentarle a Neil la perspectiva que
tiene de la escena. —Observas con que precisión está
realizado el corte en su cuello. —Lo señala con el dedo
índice de su mano. — la herida en la garganta es terrible, va prácticamente de oreja a oreja
—Pareciera que el asesino tiene habilidades quirúrgicas. —
concreto Neil.
—Pudiera ser un médico o un tal vez hasta carnicero. —
Sugirió Terry
—¡mmm! Es algo descabellada tu teoría, pero pudiera ser
posible. — Ambos jóvenes se miran a los ojos y saben que
podría ser una pista.
Siguen inspeccionando el lugar en busca de algún indicio
que les dé más pistas y seguir una línea de investigación.
—¿Quién fue la persona que la encontró? Neil le pregunta
al castaño
—El hombre que se encuentra con el policía. —Hace la
referencia señalando con un pequeño movimiento de su
rostro a las dos personas situadas a unos metros de ellos,
continua el castaño, — Refiere que se dirigía a su trabajo,
—Neil lo observa con una mueca de duda— una panadería
—agrego Terry, —dice que venía caminando por la calle y
vio algo que estaba tendido en la banqueta, cuando se
acerca distingue que es una mujer. Entonces supuso que
era una de tantas mujeres que se dedican a la prostitución
y estaba caída por estar ebria. Cuando se acerca un poco
más, ve sus ropas llenas de sangre y corrió a buscar un
policía. — Neil iba a decir algo, pero Terry continuo — El
policía me dijo algo que nos puede servir.
—¿Qué es? —Quiso saber Neil.
— Cuando él y su pareja arribaron al lugar, el cuerpo de la
mujer aún estaba tibio.
—Entonces no había transcurrido mucho tiempo del
asesinato.
—Exacto Neil. Además, no debemos descartar que entre
alguno de estos curiosos puede estar nuestro hombre.
—Podría ser una posibilidad. —Quedo sumido en sus
pensamientos por unos segundos. —Da la orden de que
todos esos sean llevados a la estación de policía para ser
interrogados. —Señalo a todos los curiosos.
—¡Muy bien! ya le informo a los gendarmes para que
procedan —Minutos después hizo arribo al lugar Stear. De
inmediato bajo del auto con algunas herramientas con las
que desarrolla su trabajo.
— Hola chicos. ¿Que tenemos?
—Mujer de aproximadamente veinticinco años, herida
profunda en el cuello. Garganta totalmente sesgada. —
Terry hace una pausa y continúa hablando Neil.
— Le falta una oreja, —Con cuidado Neil mueve el cabello
de la mujer a un lado. Stear escucha y observa con
atención, su mente está asimilando rápidamente la
información. Los dos jóvenes detectives esperan una
respuesta del pelinegro.
—¿Se cercioraron de que no hubiera algún animal cerca?
un perro, gato, incluso una rata.
Terry le asegura —Eso no es viable, ya inspeccionamos la
zona y no hay rastros de sangre por ningún otro lado.
Stear procede a examinar el cuerpo y se percata de otra
situación en el cuerpo de la occisa entonces les pregunta a los detectives:
— ¿Ya levantaron todas las pesquisas necesarias para
formular su caso?
—Ya está cubierto Stear. —Afirmo Terry.
—Entonces procederé al levantamiento. —Agrego—
Cuando terminen los espero en el mortuorio de la
demarcación, tenemos mucho de qué hablar —Los
detectives afirmaron con un sentamiento de cabeza. El
personal que acompaña a Stear sigue sus indicaciones al
pie de la letra para el levantamiento del cadáver.
El cuerpo se encuentra en posición decúbito supino*
entonces proceden a tomar su espalda y piernas, la
voltean hacia un lado e introducen con cuidado una estructura plana debajo de la occisa, después la deslizan sobre dicha estructura y la cubren con una manta blanca. La levantan del suelo y la llevan al vehículo que será conducido hasta el lugar donde se le llevara a cabo la autopsia que marca la ley, para determinar cuáles fueron las causas que provocaron su muerte. Paradójicamente en otro lugar muy diferente otra persona sufre la crudeza de la muerte del alma y del espíritu.
Continuará...
*Posición decúbito supino: Postura en la que el cuerpo se
haya tumbado boca arriba de forma paralela al suelo
Espero que la lectura haya sido de tu agrado
Gracias por acompañarme en este maravilloso viaje