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SATURNO
CAPITULO 7 –PARTE II
DADIVAS DEL CORAZON.
CAPITULO 7 –PARTE II
DADIVAS DEL CORAZON.
Albert y George llegaron con retrasos a Nueva York, recibiendo la espantosa noticia de un accidente en un teatro de Nueva York, en seguida sintió pánico, temía que Terry estuviera involucrado. No tardó en hacer las averiguaciones pertinentes de Terry, pero sobre todo, necesitaba averiguar en dónde estaba Candy y los demás. Necesitaba hacer algo respecto a Stear, y no precisamente darle un regaño o quitarle su juguete favorito.
—¡Insisto! —Vocifero George mientras el taxi se detenía y él salía rápidamente para recoger las maletas —Esos muchachos y tú me tienen con canas verdes.
—¡Ya me tienes hasta el cansancio con tus regaños! Pareces la tía abuela.
—Gracias a Dios, ella me dio esa autoridad para regañarlos y criticarlos las veces que quiera.
Albert respiro profundo y negó con la cabeza, se preparó para bajar hacia el hotel donde se hospedaría y a hasta tener una respuesta de los muchachos que quien sabe cómo estarían. Solamente esa noticia sobre el accidente del teatro era lo que tenía para poder hallarlos. Apenas pagaron el taxi entraron al hotel, dónde no tardaron en preservar sus habitaciones y en el trayecto, Albert hacía comentarios al respecto que se había comunicado con los padres de Stear, los mismos no estaba enterado de los planes de su hijo, aquello terminó de darme mala espina al rubio ¿Qué era lo que quería Stear entonces?
—George… —dijo Albert en un suspiro –A veces siento que nos los comprendo. Ya crecieron y cada uno toma decisiones lógicas y estúpidas a la vez.
—De eso se trata esto de crecer, William —respondió George retirándose una fina capa de sudor de la frente —Tomar decisiones que sean buenas para nosotros y para los demás, y como todo, conlleva una responsabilidad.
—¿Crees que he sido responsable con los muchachos?
—Diría que la balanza se equilibra contigo en un 50/50 —contesta el pelinegro —Haces lo que sea por ellos si te lo pudieran. Pero no estas verdaderamente para darles un consejo o un abrazo, no les das la cara y les dices que valen la pena, en eso has fallado verdaderamente, y merecen que estés ahí. Stear te necesita en este instante.
El rubio vio al cielo azul que se había abierto para ellos, George tenía razón, sus ansias de conocer el mundo y de no tener responsabilidades estaban haciendo estragos, él debía tomarse seriamente su lugar como patriarca. Apenas encontrara a Stear, hablaría seriamente con él y pondría las cartas sobre la mesa.
Debía ser un ejemplo para Stear.
…….
Varias horas después del accidente, Candy no había mostrado signos de daño en su cerebro, y aquello eras una buena noticia, ya que era probable que pronto saliera del hospital, y Terry disfrutaría cada momento de tener a su pecosa a su lado. Patty estaba más que contenta de que sus amigos estuvieran juntos nuevamente y que lo de la falta de comunicación por las cartas haya sido tristemente una trampa de un tercero que intento separarlos nuevamente. Candy al saber lo que había ocurrido sintió tristeza de la maldad y los celos de la gente, pero no le haría ideas a lo ocurrido, lo que le importaba era que nadie podía interferir en su relación con Terry de ahora en adelante.
—¡Que bonitos! —Dijo Candy que no dejaba de admirar por pequeños juguetes que Stear había hecho —Si se parecen a ustedes. Hasta en los lentes.
—Stear es verdaderamente talentoso. Me imagino que se quedó cegatón por hacer estas bellezas.
—¡Terry! —reclamaron Patty y Archie al inglés.
—¿Qué? Estoy siendo realista —dijo sin fingimientos —Amigo mío, creo que te encargare un par para mi pecosa y para mí. Nuestra futura casa tendrá cosas lindas y estos juguetes serán parte de ellos.
—¿Nuestra futura casa? —pregunto Candy confundida. El actor le dio un beso en la frente al tiempo que deslizaba una de sus manos por una mejilla de la pecosa.
—¿Crees que después de tenerte aquí conmigo iba a dejarte ir? Ese fue mi plan desde el principio pecas —Dijo con anhelo —Oh, señorita con pecas. Mi objetivo será que usted se quede aquí a hacerme la vida cuadritos de tanto amor… a partir de ahora, serás la dueña de mi insomnio, mi salario y mi paciencia, te daré todo de mí, pecosa amada.
Ante esa declaración, Candy se arrojó a los brazos de Terry quien no tardo en besarla con ansias, había sido muy evidente la propuesta que acababa de hacerle a la rubia y mucho más directa la respuesta. Con eso, Stear se sintió más que satisfecho, Candy iba a estar segura con Terry, nadie la iba a lastimar mientras el estuviera a su lado.
Stear y Archie se aseguraron en todo momento de que nadie fuese a molestarlos, en especial Susana o su madre, ya tenían suficiente con lo que habían hecho como para que les interrumpiera la intimidad a los rebeldes. Stear se sentía satisfecho de haber hecho algo bueno por Candy y Terry, quien sabe las consecuencias que hubiera tenido aquel intento fallido de lastima de Susana a Terry por algo que no hizo. Salió de la habitación para estirar las piernas, pero fue seguido por Archie, quien no había terminado de hablar y debía aprovechar un instante donde pudieran estar a solas.
—Hermano… —Llamo Archie al inventor. Casi no se habían hablado desde que se fueron de Chicago, se sentía terrible por no haberle dirigido la palabra a su hermano en todo el camino y ahora en ese momento tan crítico como lo era la seguridad y bienestar de Candy — ¿Te sientes bien? No te dejaste revisar con algún medico después del accidente.
—Descuida, estoy bien. No hay de que preocuparse.
—¡Claro que sí! –Reclamo el elegante adelantándose unos pasos al frente para ver a su hermano a la cara –Todo lo que se trate de ti me preocupa. Por algo eres mi hermano.
—Así es. Y yo soy el mayor, es mi deber velar por ustedes.
—Y por eso tu insistencia en irte –Dijo el muchacho apretando los puños –Si insistes en ir, juro que me enlistare para irme detrás de ti.
—¿Qué? –pregunto Stear horrorizado.
—Lo que oyes… ¡Soy capaz de irme detrás de ti si sigues con esas ideas! No dejare a mi único hermano irse sin ningún motivo.
—Archibald… —menciono Stear sujetando a su hermano de los hombros –La guerra es para hombres, no para niños. Y eso es lo que eres para mí.
—¿Y es eso lo que quieres demostrar? —pregunto Archie. —Te escuche hablar con Terry, y creo que le doy la razón al imbécil ese.
—¿Estas escuchando mis conversaciones?
—Sí. Porque mientras logre convencerte o buscar la forma de que no te alejes de mi hare lo que sea. Stear, eres mi hermano, y desde que estamos juntos has sido incluso como un padre para mí, no quiero perder todo eso por las estupideces que por tu mente se pasa.
—Pequeño imbécil… —Stear toma a su hermano entre sus bazos y lo estrecha a su cuerpo, Archie se sintió extraño ante esas bruscas muestras de afecto del inventor —Tú no tienes nada que demostrar. Tú has sido alguien increíble, tú has demostrado tu valor de todas las formas habidas y por haber, yo no.
—¿Cómo eres capaz de decir eso? ¿No viste lo que hiciste? —Señalo la habitación de Candy con una mano con seriedad —Tú logaste que ellos estuvieran juntos. De no ser por ti, quizás Terry si se hubiera tenido que ver en la obligación de estar al lado de esa mujer que bien lo estaba chantajeando. Tú fuiste una conciencia para Terry para que no se dejara engañar ni cayera por su tonto honor ¿Acaso quieres otro acto de heroísmo?
—Archie, sé que entenderás mis razones. Pero quiero que sepas que voy a volver.
—No me vengas con mentiras.
—¡No mientas! Solo quédate con nosotros, te juro que nosotros si valoramos todo lo que haces ¡Tenemos tiempo de demostrarlo! —Suplico Archie esta vez siendo el quien forzara el abrazo. Stear sintió su pecho acongojarse ante la súplica de su hermano.
El abrazo lo sentía cada vez más fuerte, y un nudo se hizo en su garganta, sintió su camisa humedecerse por lagrimas que provenían de los ojos de Archie, eran contadas las ocasiones en las cuales su elegante hermano lloraba ¿Cómo podía el hacerle eso a su hermano? ¿Cómo podía causarle lágrimas a alguien que simplemente se preocupaba con esa intensidad?
—Bien… —dijo Stear dándole un nuevo abrazo s Archie —Por ustedes lo hare, no dejare que pienses que no valen nada para mí. Porque eso es un error catastrófico.
—¿Te quedas? —pregunto con anhelo.
—No lo sé aun. Pero no voy a perder el tiempo preocupándome por la guerra si los tengo a ustedes a mi lado para llenarme la cabeza con ideas locas. Además, creo que en cualquier momento tendremos boda de rebeldes si no nos avispamos.
—¡Terry comerá barro si se atreve a hacer eso antes que Annie y yo! —El elegante miro a Stear con sus ojos llenos de lágrimas y una enorme sonrisa que a Stear le pareció genuina —¡Prepararemos todo para que estas vacaciones sean maravillosas!
El elegante se soltó de Stear y corrió de regreso a la habitación e Candy con una sonrisa, se había llevado la esperanza de que hubiera cambiado la opinión de su hermano. Stear saco de su bolsillo un sobre con el sello del gobierno apenas perdió la vista de Archie y se retiró del pasillo, respiro profundo porque no debía ser visto por ninguno de sus amigos.
…..
Al día siguiente, Candy fue dada de alta, Terry por supuesto no iba a dejar que su prometida se fuera a un hotel. Ahora era la prometida de Terrence Graham, la presento casi al instante como su prometida ante todos los que la conocían, Karen por supuesto no perdió el tiempo en regar la noticia para quitar de la lengua el falso cuento de Susana y Terry, ahora veía al rebelde sonriendo genuinamente por esa pecosa que lo había enamorado en cuerpo y alma.
Fueron llevados a la mansión de Eleonore Backer, ella los esperaba con ansias, quería conocer a cada uno de ellos, y bien se había enterado que el famoso Alistear era su admirador, de lo cual, Terry se aprovecharía en lo absoluto.
—¡Wow! Esto es enorme —dijo Annie con sorpresa —¿aquí vive tu mama, Terry?
—Así es, Annie. Le dije que preparara habitaciones exclusivamente para ustedes —contesto el inglés mientras sujetaba a Candy de una mano, la rubia observaba con sorpresa el lugar en donde estaba, no podía creer que así se viera un lugar así —¿te pasa algo, Candy?
—Es bellísimo este lugar.
—Así o más grande será nuestra casa. Te lo prometo —dijo el inglés dándole un beso en la mejilla —¿te cansaste?
—Un poco —contesto la chica. No tardó mucho en sentir su cuerpo chocar contra loa espalda de Terry y elevarse unos centímetros, y el sonrojo fue más que evidente al sentir las manos de Terry sobre sus piernas para sujetarla —¿Qué haces?
—Usted se cansa y como su fiel corcel y caballero la cargare —fue la respuesta del actor, quien cargando a su pecosa se encamino con las parejas detrás de el a la mansión.
Patty y Archie se miraron a modo de complicidad, ya sabían quién vivía en ese lugar, esa sería una de las fases de su plan para Stear, ya habían obtenido una respuesta de él, pero se asegurarían de que no se fuera para atrás. Patty llevaba una mochila en la espalda con algo metálico que cada que hacia algún movimiento se detenía para que no sonaran y Stear no se diera cuenta.
—¡Llegaron, qué bueno! —Se escuchó una voz femenina, sin embargo, el grito masculino que se escucho fue suficiente para provocar las risas de todos.
—¡Aaaaaaah! Oh por dios ¡OH POR DIOS! —Vocifero con todas sus fuerzas Stear dando saltos e hiperventilando ante lo que veía —Eres… eres… eres… ¡ERES ELEONORE BACKER!
—Stear, no sabía que eras admirador de mi madre —dijo Terry con voz fingida.
—¿Ella es tu madre? —Pregunto con una enorme sonrisa —¡Candy! ¿Por qué no me lo dijiste?
—No me correspondía.
—¡Ay por Dios! Eso es nuevo en ti —dijo Annie tratando de cubrir una sonrisa de su rostro al tiempo que veía a los demás sonrojarse. Parte del plan se estaba llevando a cabo.
—Vaya, que amigos tan vivarachos tiene mi hijo. —La rubia no puede evitar sonreírle al chico quien no tardo en tragar en seco mientras las piernas le temblaban —Es a ti a quien le debo que mi hijo este sano y salvo ¿No?
—¿Yo?... yo… —se dio la vuelta y miro a Terry y a Archie, ya se imaginaba a donde iba aquello. Pero no fue hasta que sintió el abrazo de Eleonore sobre sí mismo que cualquier indicio de ira se apagó. Era delicioso ser abrazado por esa mujer.
—Estoy agradecida por lo que hiciste por él y Candy ¡Bienvenidos! Tengo que agradecer lo que hiciste, joven héroe.
—No… no fue nada… al contrario, puedo tirarlo a un tren para salvarlo.
—¡Oye! —reclamo el inglés con una sonrisa. Quería reclamarle en especial que no disfrutara de estar echado sobre el pecho de su madre, pero el objetivo seguía siendo hacer lo imposible para que se quedara con ellos —Mamá, había olvidado decirte que mi amigo te admira y que le gustaría verte actuar.
—¿Así? Entonces esta noche habrá una actuación especial para el joven Stear ¿quieren pasar? Tenemos mucho que celebrar —explicó la rubia mientras dirigía a todos dentro de la casa.
Mientras tanto por su parte, Patty por sugerencias de Archie aprovecho para salir y llevar el objeto que tenía en su mochila a otro sitio para guardarlo, estaba a pocos días de sacarlo. Y era la noche perfecta para los dos.
Continuara…
