La música suena de manera estridente, el salón está oscuro y los reflectores iluminan de vez en cuando para darle más ambiente, los cuerpos sudan al ritmo desenfrenado de las notas; es una típica noche de viernes en Cleveland.
Una joven de cabellos rizados se pasea despreocupadamente por el lugar observando descaradamente a los hombres que ahí se encuentran, éstos le prestan muy poca atención, pero eso no la desanima. Finalmente ve a un chico cerca de una columna, sentado sobre un taburete alto, y decide acercarse a él.
En un principio el caballero no había reparado en la presencia a su lado, daba un sorbo a su copa y observaba la pista de baile, cuando la rubia se coloca entre sus piernas, haciendo que con ello el hombre se sobresalte; molesto un poco por tal osadía, levanta su mano para empujarla lejos de él, pero la joven sujeta con su mano y desliza sus dedos por el dorso masculino. Inmediatamente el semblante del chico cambio, y su corazón se aceleró al sentir como su palma era dejada sobre el pecho de la mujer.
Inexplicablemente un deseo primario sensual se enciende en sus entrañas, esos ojos felinos lo seducen y la calidez que emana ese cuerpo le agita; nuevamente la joven se inclina sobre él y le susurra unas palabras al oído, el hombre entiende perfectamente la petición y accede a irse con ella.
No hacían falta las palabras, la rubia empezó a besar al hombre alto, fornido y de cabellos castaños; éste se sentía arrebatado, su cabeza por las nubes, su cuerpo volátil y frío, y las caricias de esa joven ser como fuego sobre su piel. El deseo de poseerla se incrementaba a cada segundo, por lo que se quita la ropa con presteza, desea poder sentir la nívea piel de ella sobre su pecho.
Recorre su cuello depositando besos, hasta bajar a sus senos. Con su lengua juguetea, los sorbe y hasta los muerde, llevado por la lujuria; siente claramente como esas caricias la encienden. Sin más preámbulo se posiciona entre sus piernas con la intención de poseerla, su glande palpita al sentir la calidez de su sexo y dejando de lado los miramientos se introduce completamente.
Bramidos roncos se escapan de su garganta al sentir como las paredes de esa vagina rodean su pene, la joven mueve sus caderas, lo besa, acaricia y tira de sus cabellos; ambos enardecen por la lujuria. De presto, ella le empuja para cambiar de lugar y posicionarse sobre el hombre, desea ser quien lleve el ritmo, procurar mayor profundidad y un explosivo orgasmo. Se empala consecutivamente, la humedad recorre cada centímetro de su sexo, dentro de la bruma del placer él sólo se limita en darle un par de nalgadas mientras siente como entra y sale de sus entrañas.
Estruja su trasero con lascivia mientras se lleva un pecho a su boca y lo succiona con fuerza, la rubia arquea la espalda cuando siente que está por alcanzar las estrellas; sus caderas se mueven con nuevo estilo, sintiendo con ello que le toca ese punto tan sensible y devastador. Su ser vibra, arde y enloquece ante la proximidad del orgasmo. Respira de manera entrecortada, segundos después el castaño alcanza el clímax y siente perfectamente cuando el cálido líquido seminal llena sus entrañas
Ambos están cansados, sus corazones laten fuerte en sus pechos, la rubia se levanta pues no ve la necesidad de prolongar más tiempo el contacto, una vez conseguido su objetivo; el castaño por su parte, aun respirando con dificultada y una sonrisa de complacencia por haber tenido un sexo tan espectacular le habla
¬ Ha sido sensacional
Y le dedica un gesto como cumplido, la joven no dice nada y se dirige al cuarto de baño; el hombre la observa un poco anonadado ¿Será que no le está prestando atención?
¬ ¿Me has escuchado?
Se acomoda sobre la cama, apoya sobre su codo derecho y estira su cuello para poder ver a la mujer desde su lugar; un respira con dificultad
¬ Eh... ni siquiera sé cómo te llamas...
Pero la rubia sigue sin decir palabra alguna, sólo se limita a observarlo desde la distancia; de presto, el hombre siente que entra en pánico, hay algo que no está bien... hay algo que no cuadra... su corazón se lo dice... éste lo presiente... pues los latidos son cada vez más intensos, amenazando con romperle las costillas de un momento a otro.
¬ Coj... coj... coj... ¿Quién eres? ¿Qué... ahhhhh!
El pecho le arde, siente que algo le dificulta respirar... las venas de su cuello y rostro se sobresaltan, el carmín que antes le cubría por el éxtasis es remplazado uno que es provocado por el miedo. Poco a poco se va quedando sin aire, los pulmones están a punto de reventar. El castaño cae tumbado sin fuerzas, una espuma sanguinolenta sale por su boca, mientras que por su nariz se percibe claramente que ha sufrido una hemorragia... poco a poco el cuerpo fue quedando lívido.
Mientras tanto la rubia sigue observando como el alma abandona el cuerpo del hombre, sus manos recorren las curvas de su cuerpo mientras éste va cambiando... por el reflejo del espejo se puede apreciar claramente cada que ella toca una parte de su cuerpo éste cambia... deja de lado las sensuales líneas femeninas... donde antes había dos hermosos pechos turgentes, ahora se han reducido y forman parte de un pectoral muy masculino; sus sensuales piernas, ahora tienen un aspecto más robusto y velludo. Las facciones de su rostro cambian a unas más robustas y donde su monte de venus ocultada su delicada flor, ahora se expone claramente un órgano viril en todo su esplendor. Tras el cambio la que fue una joven agraciada, ahora toma las ropas del hombre que ya hace muerto sobre la cama y se la coloca; pasa sus dedos por la cabellera rubia cerciorándose que se ve deseosamente presentable y abandona la habitación del hotel cubierto por la oscura madrugada.
En el escenario de un crimen en Crown Point.
El inspector Willson le explica a los dos agentes federales que han llegado. Ambos visten de traje y gabardina oscura, el agente William Andrew tiene los cabellos dorados, alto y fornido, observa detenidamente el cadáver en busca de pruebas; mientras que su compañero, de cabellos castaños y porte atlético escucha con desgano el informe del inspector.
¬ Era un hombre de negocios de New York, llamó a su mujer para desearle las buenas noches, pero había buscado a una fulana para que le hiciera de compañía mientras estaba aquí... a partir de ahí, pocas cosas tienen sentido
¬ ¿A qué se refiere inspector?
¬ La cámara de seguridad grabó entrando con una mujer a las 10:13... la misma cámara grabó a un hombre saliendo después de media noche
¬ Quizás ella se cambió de ropa o él ya estaba en la habitación
¬ No hay indicios de que la victima hubiese quedado con un hombre y en la grabación no se le ve entrar, y que sea la prostituta quien sale es mucho menos posible, ya que en el monitor se ve que tiene 15 kilos más y el cabello corto, pero a ella no se le ve salir de la habitación
¬ Inspector Willson, estamos en un séptimo piso ¿Cómo puede ser que esa mujer haya escapado sin ser vista? ¿La han buscado bien?
¬ Agente Greum, es la misma pregunta que nos hacemos
Le responde de mala gana al hombre, tiene ese aire y tono arrogante capaz de incomodar al que se le acerque, sin duda alguna es perceptible que el agente Greum está incomodo con el caso, le parece tan insignificante y fuera de su jurisdicción; mientras que su compañero coge muestras de los restos en la boca del cadáver, con intención de calmar los ánimos le pregunta al Inspector
¬ Disculpe inspector Willson, pero ¿Ha establecido ya el forense la causa de la muerte?
¬ Sí, se le reventó una artería... debió de echar un polvo de infarto
El agente Greum, pone los ojos en blanco por el comentario tan inapropiado de Willson
¬ Quien diría que existen personas capaces de acostarse con un perfecto desconocido... en fin, inspector Willson, ¿Hay algún indicio de robo?
¬ El hombre salió con la ropa puesta de la victima y su maleta, la cartera ha desaparecido
¬ ¿En serio? ¿Y nos han llamado sólo para buscar a una fulana capaz de unos polvos de infarto, que le encanta robar las billeteras?
¬ Pues tenemos un aviso por si salía algún caso parecido
¬ ¿Parecido?
Greum estaba desconcertado, por lo que miró a su compañero, estaba seguro que él estaba tras todo esto. Ambos se dirigen a un lado de la habitación y saca de su portafolio un par de carpetas y se la entrega.
¬ Escucha Greum, estamos ante un gran caso... siete asesinatos, cuatro en las ultimas cinco semanas entre Cleveland, Fort Wayne y North Judson, la victima muere en pleno arrebato pasional, tres mujeres y tres hombre sin incluir la última victima
¬ Y podría apostar que todos son jóvenes, saludables y fuertes
¬ Exacto, pero todos con la misma causa de muerte, síntomas de paro cardiaco fulminante
¬ ¿Qué te hace creer que es el mismo sospechoso? ¿No podría ser una nueva droga y nada más?
¬ Puede que sea la más vieja de todas, pero no es ilegal... todos los cadáveres tenían gran cantidad de feromonas
¬ ¿Feromonas? ¿Las sustancias químicas que segregan los animales? ¿Ese que usan para hacer sus reclamos sexuales?
¬ Ese mismo Greum, sólo que en concentraciones mucho más altas de las que puedes encontrar en la naturaleza, tanto, como para ser capaz de provocar un infarto o choque anafiláctico
¬ ¿Crees que alguien la está sintetizando?
¬ Hay quienes lo han intentado, pero nunca en esas grandes concentraciones... y agárrate bien Greum, ésto te va a encantar... las feromonas de las que hablamos, contienen ADN humano
¬ ¿Estás seguro? Aún hay dudas de que si el ser humano es capaz de producir esa sustancia ¿Cómo es posible?
¬ He, he... no lo sé, pero de ser así, éste tipo es un afrodisiaco ambulante, una especie de imán sexual
¬ ¿Él o ella? Hay victimas de ambos sexos, y aparece tanto un hombre como una mujer en el monitor de vídeo, tal vez no encontramos ante una pareja sádica sexual
¬ Eso es lo que lo hace más emocionante... hace más de un año tome nota de otra muerte con las mismas características; un sindicalista de 32 años fue encontrado muerto a las afueras Lakewood, Chicago; y tras hacer carias pesquisas descubrí que allí se encuentra un orfanato desde hace varios años
¬ ¿Y qué tiene ese lugar de especial?
¬ Viven sin electricidad, teléfono, sin ninguna comodidad de la vida moderna, algo así como los Amish y son muy conocidos por sus objetos de cerámica hecha a mano, ellos mismo extraen la arcilla de la colinas de la zona
¬ ¿Y eso que tiene de extraño? Al menos saben cómo ganarse la vida
¬ La arcilla blanca de esas colinas sólo se encuentra en esa región, en ningún otro lugar más, y casualmente es la misma sustancia que encontré en los arañazos de la última victima
¬ Ha, ha, ha... espera un momento William, no estarás diciendo que ellos tienen algo que ver... ¿A caso no estamos hablando de orfanato?
¬ Sí, pero tal vez... uno de esos niños que estuvo ahí, se le olvidó lavarse las manos y ha salido a tocar todo cuanto se le antoja
Greum suelta un suspiro pesado, pues intuye que su siguiente destino está en Lakewood, e inevitablemente se pregunta... ¿Qué sorpresas se llegará a encontrar ahí?