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"CAMINO DE ESPINAS"
Capitulo seis.
Las heridas también se curan.
Se iban abriendo las puertas del ascensor cuando Terry escucho los gritos de Candy, sus pies automáticamente comenzaron a moverse con rapidez, cuando llega a la terraza ve una escena que no le agrada para nada.
—Suéltala Albert.
—¡No! ella sabe dónde está Susana.
—Te has vuelto loco. ¡suéltala!
—Terry ella tiene la misma marca que Susy. —Lo dicho dejo descolocado al castaño. Se acercó hasta ellos y siseo entre dientes con tono molesto.
—¡Te dijo que la sueltes!
—¡No! hasta que me diga donde esta Susana.
—¡Con un carajo Albert! —Terry se interpuso entre Candy y Albert y en un movimiento rápido le quito la chica de su alcance. La rubia de inmediato busco protección en el castaño que la encerró en un abrazo —Si quieres obtener respuestas, de esta manera no obtendrás ninguna.
Albert retrocedió un par de pasos lleno de frustración, su rostro se veía desencajado, —Perdón Candy, pero entiéndeme. Hace año y medio mi novia desapareció, estaba embarazada y no he sabido de ellos absolutamente nada. —sus manos despeinaban su cabellera rubia, miró fijamente a Candy —hace dos meses la encontré por casualidad en una farmacia. Cuando la vi no lo podía creer, me acerque a ella y por inercia la abrace con todas mis fuerzas. La escuche llorar y se me partió el alma cuando me dijo que me extrañaba y me amaba, pero que por el momento era mejor que la soltara y la dejara ir. —hace una pausa para tratar de recomponerse, —No podía hacer eso y se lo hice saber, se lo dije cerca de su oído porque no la quería soltar. besé su mejilla y su cuello fue entonces cuando vi esa marca que tú llevas; Susy también la tiene. —Albert desde donde se encontraba de pie señala a Candy. Ella se separa de Terry y se acerca un poco a él.
—¿Tienes una fotografía de ella? —Albert saca su dispositivo móvil de una de las bolsas de sus jeans, sus dedos se mueven atreves de la pantalla, cuando encuentra lo que busca, le entrega el celular a la chica.
—Ella es Susy. —Candy observa con detenimiento la pantalla del dispositivo móvil, con sus dedos agranda un poco la imagen sus ojos no dejan la pantalla cuando agrega.
——La conozco, pero…—dudo un poco, —ella ya no tiene más el pelo rubio, —los ojos de Albert se abren más de lo normal, —ni largo. Lo tiene corto hasta los hombros y es de color negro. En alguna ocasión la vi con un niño.
—¿Estas segura? —La interrogo Terry.
—Sí, estoy segura.
—¿Dónde está? dímelo por favor —Le imploro Albert. Candy comienza a relatarles lo que vivió.
—Cuando me escapé de ese lugar, me di cuenta que la finca está ubicada en el campo alejada de todo, recuerdo que hay muchos árboles, muchos. —Candy se sume en sus recuerdos y comienza a hablar — mi nombre completo es Candice White, tengo veinticinco años, vivía sola porque no tengo padre ni madre, soy huérfana. Curse mi carrera con becas y prestamos universitarios. Una profesora me ayudo a quedarme en una empresa que pertenece a su padre para dar mi servicio social y posteriormente mis prácticas profesionales, desde un principio recibí una remuneración cosa que no estaba permitida y que no debería de ser, pero, el señor Ballmer siempre me decía que era por mi labor sobresaliente y que quería poner un granito de arena para que yo no viviera preocupada por los gastos del mes. —Una sonrisa genuina se dibujó en sus labios recordando a la mujer y a su padre. —Ese día me dirigía al campus para rendir mi conferencia sobre el proyecto de mi tesis, en el cruce de una calle, un auto se paró y un hombre joven me pidió indicaciones, me acerque para decirle por donde debería de ir y solo sentí un golpe en mi cabeza y ya no supe más de mí, hasta que desperté en una habitación, tendida en una cama y con la cabeza vendada. El dolor de cabeza era muy fuerte y grite por el dolor entonces fue cuando entro una mujer mayor a la habitación, —Terry y Albert escuchaban con atención las palabras de Candy, — Ayudo a tranquilizarme y me dijo que para que esos hombres no me hicieran nada, fingiera estar fuera de la realidad y así lo hice, —La chica sonríe con amargura y su voz se quebró, —Uno de ellos me puso una pistola en la sien, me querían matar porque ya no les servía para sus fines perversos. Pony los convenció de que me dejaran a su cargo para que le ayudara con lo que pudiera en la cocina. Con renuencia me dejaron con ella y le sentenciaron que si no me controlaba se desharían de mí. Me hice la loca por mucho tiempo, pero eso no servía para escaparme de las golpizas y los tocamientos de todos esos cerdos.
Un día llego a la cocina la mujer de la foto, custodiada por un hombre que cuidaba de las chicas —observa a Albert—le pidió a Pony que le hiciera una infusión de hierbas para un dolor de estómago que tenía, llevaba con ella a una nena pequeña de piel muy blanca y pelusita rubia en su cabeza, sus ojos eran azules como el cielo.
—¿Es mi hija? —Le pregunto Albert con las lágrimas desbordándose por sus ojos.
—Estoy segura que sí.
—¿Cómo escapaste de ese lugar? —La interroga Terry.
—Pony me ayudo, esa noche me dijo que era la hora de que me fuera y no volteara atrás y olvidara todo que había pasado, me enfatizo “todo”. Me aconsejo que desaparecería del mapa por un tiempo. En escondidas me guio hasta el jardín trasero de la finca, ahí había un par de árboles con ramas muy largas que chocaban con otras de árboles que están fuera de la barda que bordeaba la propiedad y me entrego un gran lazo y me dijo que trepara el árbol y me ayudara con el lazo. Para mi suerte sabía muy bien trepar y utilizar el lazo, no lo dude y escape.
—Ella esta coludida con los malos.
—No. A ella también la secuestraron hacía ya muchos años.
—Puedes guiarnos hasta ese lugar.
—No lo sé, tal vez. Recuerdo que cuando huía, veía en el cielo luces y se escuchaba un ruido ensordecedor.
—El aeropuerto. —dijo Albert de repente. —Wolton tiene un rancho, seguro es ese.
Sin más la voz del castaño se escuchó tajante —Cámbiate vamos a salir—le informa Terry a la rubia.
—Yo voy con ustedes—refiere el rubio.
—No Albert. Llevare a Candy con los contactos que tengo para que nos ayuden a encontrar la ubicación exacta al lugar para poder ir de forma segura.
—¡ah, no! No me puedo quedar aquí, ¡entiéndelo!
—¡Entiéndelo tú! es muy riesgos ir los tres. Si nos pasa algo a nosotros, tú puedes seguir adelante y encontrarla.
Albert lo medito por unos minutos, vio la seguridad de Terry y accedió a quedarse.
—Está bien. esperare unas horas. Pero si no tengo noticias tuyas, iré a buscar ese lugar y no regresare hasta encontrarla.
—¡Ya está! Es un trato amigo.
Terry y Candy se apresuraron a salir montados en la moto en la dirección que solo el castaño, sabia. La noche comenzó a caer en la gran metrópoli, Albert comenzaba a caer en el desespero cuando el timbre de su celular sonó.
—¿Qué investigaste? ¡¿ya sabes donde la tienen? —Sus preguntas salían atropelladamente, hasta que guardo silencio y escucho a su interlocutor del otro lado de la línea. —Está bien aquí los espero—diez minutos después dos hombres vestidos con traje gris salían del ascensor del piso y se identificaban con sus credenciales con el rubio
—Albert Ardley.
—Sí.
—Acompáñenos, El agente de la Cía. Terrence Granchester nos ha mandado por usted. —Albert se quedó anonadado por las palabras dichas por estos hombres “Terry es policía” pensó el rubio.
—El lugar donde se encuentra su hija y esposa está ubicado y en pocos minutos se llevará a cabo una incursión dentro del predio señalado. Ya se encuentran en el lugar el agente Granchester en compañía de la señorita Candice White. —Albert tomo su chamarra y de inmediato salió en compañía de los hombres que lo condujeron hasta el sótano donde se encontraban dos unidades de la policía federal, subieron a una de ella y arrancaron a toda velocidad por las calles de la ciudad.
El tiempo le parecido eterno a Albert a pesar que el recorrido lo llevaban a alta velocidad, en el trayecto escucho el sonido de sirenas y el ruido en el cielo un helicóptero que paso como bólido con dirección a la ciudad.
Transitaron por un camino de terracería que estaba lleno de charcos por la lluvia que había caído previamente, el bamboleo de la camioneta era fatal, pero a Albert no le importaba porque se encontraba ansioso por conocer a su hija y ver nuevamente a su amada Susy, cada minuto más cerca del ansiado encuentro.
El rubio comenzó a experimentar preocupación y ansiedad al encontrarse en el camino en sentido opuesto al que transitaban las camionetas donde ellos viajaban, a un par de unidades médicas que iban con la sirena prendida y trataban de ir a la velocidad más rápida que les permitía el camino.
Uno de los agentes se dio cuenta del estado de nerviosismo del rubio, tomo el radio inalámbrico que llevaba a un costado de donde iba sentado y hablo en clave con otra persona, cuando se escuchó un pitido final que anunciaba la terminación de la charla en el radio, el hombre le dijo a Albert con voz ronca.
—No se preocupe. Me informan que están bien y a salvo.
Albert soltó el aire que estaba conteniendo y solo movió su cabeza en afirmación, agradeciendo la atención de aquel hombre. —gracias.
A lo lejos Albert comenzó a divisar las luces de varias las patrullas y unos vehículos enormes que tenía en sus techos grandes reflectores que iluminaban aquella finca. La policía tenía un cerco muy grande alrededor el rancho de Wolton para evitar que algún delincuente se quisiera escapar. La operación estaba a cargo la división de inteligencia contra secuestros y terrorismo de la Cía., El número de elementos desplegados para dicha tarea era impactante.
Cuando los vehículos llegaran al lugar del cerco, los dejaron pasar sin ser detenidos y Albert fue conducido hasta donde se encontraba ubicado Terry. El vehículo hizo alto total, Albert baja lo más rápido que sus piernas le permiten hasta llegar a donde se encuentra Terry, no pudo evitar soltar un reclamo al castaño.
—¡Me engañaste maldito desgraciado! —Albert le da un golpe con su puño en el hombre a Terry.
—No podía ponerte en peligro amigo, cuando las investigaciones apuntaron hacia una organización criminal de “trata” el asunto se volvió demasiado gordo. Optamos por infiltrarme en la organización sin levantar sospechas.
—Sin mal no recuerdo, tú ya llevabas rato en esto. Cuando te conté mi historia decidiste ayudarme, pero realmente ¿Por qué decidiste hacerlo?
—Te lo dije antes y lo sostengo ahora, porque eres mi amigo. Después de que me comentaste lo sucedido con Susana y sobre la marca en su cuello me di a la tarea de investigar más a fondo con las chicas del club y algunas de ellas también la tenían. Así que fue una prueba más de que Susana y tu hijo estaban en manos de Wolton. Cuando descubriste la misma marca en Candy sabía que lo teníamos, por eso la lleve conmigo para reunir a mi equipo y llevar a cabo la operación.
—¿Y dónde está ella ahora? —El castaño entendió de inmediato que preguntaba por Susana.
—Te llevo ahora mismo para que te reúnas con tu familia. —Terry rodeo los hombros de su amigo con su brazo para infundirle confianza, caminaron unos metros y llegaron hasta donde estaba situada una unidad médica móvil. Las puertas se abrieron y por fin sus ojos celestes pudieron ver al amor de su vida y a su bella hija, cuando Susana se percató de la presencia de Albert sin pensarlo dos veces ella y su hija se lanzaron a los brazos del rubio en un llanto incontrolable, Albert las abrazo fuertemente y no pudo evitar las lágrimas.
Terry se sintió satisfecho con el cuadro que observaban sus ojos, se retiró del lugar dándoles el espacio que necesitaban. Camino rumbo a la gran casa y se encontró con un oficial que le indico donde se encontraba Candy. La rubia se encontraba junto a una mujer mayor que abrazaba con mucho cariño.
—Terry ella es Pony la mujer que me salvo de toda esta basura.
El castaño se presentó como era debido ante la vieja mujer y le explico que por el momento quedaría en calidad de testigo al igual que Candy, muchas de las chicas que estaban en esa casona tenían denuncias de desaparición por parte de los familiares entonces también servirían como testigos para refundir en la cárcel a Wolton y sus cómplices. Los meses pasaron y desarticularon la organización en su totalidad, fueron muchos los que cayeron en las garras de la justicia. La heridas fueron sanando poco a poco y se convirtieron en cicatrices que se desvanecieron con el tiempo, Albert junto a Susana y su bebe salieron adelante juntos como una familia sólida que vence a la adversidad, se mudaron a otro estado y su familia inevitablemente está creciendo.
Por su parte Terry siguió frecuentado a Candy y la enamoro de mil formas a las cuales la rubia no se resistió y cayo inevitablemente en los brazos del castaño. Una tarde le comunico que tendría que viajar para llevar a cabo una nueva investigación sobre el tráfico de drogas en una pandilla de motociclistas apodados “Los Ángeles del infierno” al parecer están causando estragos entre la comunidad de motocicletas del lugar.
—¿Cuánto tiempo estarás fuera Terry?
—No lo sé. Pueden ser solo un par de semanas o tal vez hasta unos meses.
—Voy contigo. Y no quiero un no por respuesta. —Terry no pudo evitar sonreír, sabía que comenzarían una nueva aventura juntos.
Fin.
Si quieren saber que paso después, les recomiendo que lean la historia que va vinculada a esta. Por cosas de la vida apenas en esta GF este fic., vio la luz ya que la otra la publique en la guerra Florida del 2020.
Se las recomiendo ampliamente se llama Renovación, les dejo el enlace del primer capítulo.
Renovación .CAPITULO UNO.
Esta es mi última participación en cuestión de escritura, espero lo hayan gozado tanto como una servidora.
Espero que la lectura haya sido de tu agrado.
Gracias por acompañarme en esta gran aventura.
comenzando una vida juntos terry es de la CIA me gusto ese dato ,disfrute muchísimo de tu aporte gracias mil por escribir camino de espina 
y sin pensarlo todo se arregló así que policía de la CIA 