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Muy buenas tardes hermosas, nuevamente por acá el equipo de The Society of the Devil cumpliendo el reto propuesto por Gezabel, basado en la canción Zamba para no morir.
Esperemos lo disfruten.
Esperemos lo disfruten.
Soledad
Ahí va nuevamente ese hombre de zarape azul y sombrero raído, de caminar pausado y soledad infinita, parece esquivo con la vida y todo lo que esta representa, pero ¿y quien no lo seria en sus condiciones? La vida sin duda ha sido un tormentoso trayecto para él. Algunas veces pareciera demasiado cansado de su propia existencia, y sin embargo sigue avanzando.
Al beber pareciera recordar viejos tiempos de felicidad, a veces suele tararear una triste canción que desgarra a quien este alrededor. Sus ojos son dos luceros negros y tristes que reflejan la enorme soledad que vive y siente. Pero al día siguiente vuelve a su andar, como si no hubiera un ayer que recordar.
A lo lejos se vislumbra su figura que se aleja al unísono con el ocaso, ni siquiera voltea a mirar las huellas que ha dejado en su caminar, sigue con paso cansino pero seguro de a donde quiere llegar, más allá de las fronteras, esas que todos alguna vez deberemos cruzar, alza los brazos al cielo como queriendo alcanzar una luz que le ilumine y le lleve a su hogar.
Se duerme con la sonrisa en los labios y con la cara relajada, como quien llega a su casa después de una larga jornada, y es recibido entre abrazos, besos y arrumacos, por su familia querida que le ha extrañado por largo rato.
Al beber pareciera recordar viejos tiempos de felicidad, a veces suele tararear una triste canción que desgarra a quien este alrededor. Sus ojos son dos luceros negros y tristes que reflejan la enorme soledad que vive y siente. Pero al día siguiente vuelve a su andar, como si no hubiera un ayer que recordar.
A lo lejos se vislumbra su figura que se aleja al unísono con el ocaso, ni siquiera voltea a mirar las huellas que ha dejado en su caminar, sigue con paso cansino pero seguro de a donde quiere llegar, más allá de las fronteras, esas que todos alguna vez deberemos cruzar, alza los brazos al cielo como queriendo alcanzar una luz que le ilumine y le lleve a su hogar.
Se duerme con la sonrisa en los labios y con la cara relajada, como quien llega a su casa después de una larga jornada, y es recibido entre abrazos, besos y arrumacos, por su familia querida que le ha extrañado por largo rato.
FIN
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