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Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3

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Malinalli
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Malinalli

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Mauretania de “Su gracia”

Capítulo 1

Capítulo 2

Los personajes de Candy Candy son propiedad de Mizuki e Igarashi y TOEI Animation Co., Tokio, 1976. Usados en este fic sin fines de lucro.

Capítulo 3. Entre la bruma

Lord Terrence de Grandchester se dirigió a un privado de la National Gallery y pagó a un joven para que buscara a su hombre de negocios y le indicara que se reuniera con él. Las órdenes de su gracia se cumplieron sin chistar casi de inmediato. Después de unos segundos recibiendo instrucciones el hombre de negocios, aún sorprendido porque su gracia hubiese decidido venir personalmente a la subasta repasaba las instrucciones en voz alta, porque así se lo había ordenado su señor, a modo de verificación:

-Dejaré pasar el escritorio si es que lo separan de la estola que le interesa y su puja precede a la de la prenda. Pujaré por la estola hasta el límite de la inversión diaria planeada, sin importar que no llevemos nada más a casa que esa estola.

-Es correcto. Es justo lo que deseo que hagas – había cierto aire de complacencia en Terry. Tenía sus manos en los bolsillos de su abrigo, acariciando dentro con total adoración la estola de seda roja que había recogido aquel lejano ocaso.

Woodruf distinguió un extraño brillo en los ojos de su gracia. No tenía ni la menor idea del interés por esa vieja prenda de vestir, pero estaba acostumbrado a no cuestionar las órdenes. Hizo una reverencia y salió del privado, repitiendo las instrucciones, como clavándolas en su cabeza.

-Parece que tenías por costumbre olvidar tus estolas, pecosa – Terry extrajo de su bolsillo su antiquísimo tesoro y lo llevó a su nariz. El aroma había desaparecido hacía muchos años, pero estaba en su memoria, lo recordaba a la perfección.

La misma escena se repitió en un privado más. El secretario hizo la misma reverencia a su señor y salió.

Unos minutos después el escritorio fue subastado en una rápida puja. Había sido la pieza de apertura del evento de esa tarde. La estola no tenía mucho valor, según la Hampton & Sons; aunque estaba en perfecto estado, era antigua y la dueña de la prenda estaba con vida.

-Quizás si hubiera muerto, podríamos obtener más dinero – pensó decepcionado el señor Hampton. En fin. Pediré lo mínimo.

-Sí papá. Quizás alguna mujer quiera obtenerla.

-Lo dudo. Pero aquí vamos.

El señor Hampton salió a la sala y se colocó tras un pequeño pero elegante púlpito frente a los compradores. Con una sonrisa tomó la vieja estola y la presentó sin poder ocultar su falta de confianza en la prenda que sostenía en alto.

-Es una estola de vicuña, la lana más cara del mundo – dijo con una sonrisa, doliéndose por no poder secarse el sudor que corría por su frente – solo una libra de vicuña tiene el precio de doscientas libras esterlinas. Esta hermosa estola, usada por una señorita aristócrata pesa casi tres libras. Es una prenda muy abrigadora, sin duda la señorita jamás sintió frío al usarla y hoy la estamos subastando por tan solo cien libras esterlinas – terminó elevando la prenda con fingido aire de triunfo.

Hubo murmullos entre los asistentes. Algunas damas observaron la prenda y murmuraron al oído de sus esposos. Pero nadie levantó su paleta.

-¡Vamos señores! ¿Quién comenzará la puja? – llamó a una de las pocas edecanes del evento y le pidió que la usara – ¡cien libras a la una, cien libras a las dos, cien libras…!

-¡Ciento un libras! – era la voz de Woodruf.

El señor Hampton se sintió aliviado y recuperado. Respondió con una amplia sonrisa.

-¡Ciento un libras a la una, ciento un libras a las dos…!

-¡Ciento veinte libras! – propuso una voz al fondo del salón y algunas personas giraron para ver de quién se trataba, era obvio que el comprador deseaba permanecer anónimo y que el hombre en la sala no era más que su empleado.

En el privado Terry Grandchester se sentía indignado porque la puja hubiese comenzado con un precio tan bajo. Esa era la pieza más valiosa del barco, pero nadie lo sabía. Solo él.

-Vamos Woodruf, acaba con esto – dijo Terry en voz alta mientras se paseaba de un lado al otro del privado mirando hacia la sala de subasta.

-¡Doscientas libras! – respondió Woodruf y Terry se sintió complacido. El señor Hampton no podía creer que la cifra inicial ya se hubiese doblado. Los murmullos en la sala de subasta comenzaron a hacerse más fuertes.

-¡Doscientas libras al caballero! ¡¿Alguien da más?! Doscientas libras a la una, doscientas libras a las dos…

-¡Trescientas… trescientas libras! – el hombre del fondo se levantó de un salto elevando su voz fuera de lo normal.

Woodruf no entendía nada de lo que acontecía. ¿Pero qué rayos estaba pasando aquí? ¿Esa estola tendrá súper poderes?

-¡Trescientas libras al caballero del fondo!

Woodruf ya no permitió que el señor Hampton hiciera el tradicional conteo. Se espabiló, comprendió que estaba compitiendo y que su señor seguramente estaba molesto por aún no haber obtenido la prenda, así que tomó aire y con resolución se levantó como si hubiese triunfado sobre quien fuera que osara hacer la competencia y dijo disfrutando del poder con el que había sido investido por su jefe.

-¡Mil! ¡Mil libras! – Woodruf se tornó desafiante hacia el hombre del fondo, con una sonrisa burlona y con sus ojos brillando en ambición.

-¡La tenemos! ¡La tenemos! ¡La tenemos! ¡Es nuestra! ¡Bien hecho, Woodruf! – Terry prácticamente gritó y bailó en su privado. Esta noche dormiría cobijado por esa preciosa lana de vicuña. Seguramente Albert la habría comprado en algún viaje a Machu Pichu sin saber que años después estaría cubriendo la cama de un noble.

El hombre del fondo del salón aprovechó el silencio que se hizo en la sala para tomar aire. Estaba sudando frío. Casi llegaba al límite que su jefe le había dado, aunque claro, su jefe no se imaginaba que habría alguien tan interesado en esa insignificante estola.

El señor Hampton también había tenido que recuperarse. No eran tiempos de despilfarro, sin embargo, aquí estaban dos hombres pujando por una prenda de lana latinoamericana, vieja y abandonada. Cayó en la cuenta que no había hecho el conteo, así que comenzó:

-Mil libras a la una, mil libras a las dos, mil libras…

-Cin-co mil li-bras – deletreó el hombre del fondo claro y fuerte, sin dejar de mirar a Woodruf, quien no podía creer lo que pasaba. Woodruf también estaba a punto de llegar a su límite.

El hombre del fondo ahora estaba acompañado por su elegante jefe. Un hombre como de 36 años, guapísimo, con mirada desafiante y cuerpo atlético, de ojos profundos y cristalina mirada de miel. Había comprendido que esa puja era algo personal, así que salió y dio la cara.

-Cornwell – Lord Terrence de Grandchester tampoco pudo permanecer anónimo. Aceptó el desafío y salió del privado – parece que no terminas de comprender el mundo en el que vives; bueno, yo te lo mostraré.

Salió a la sala de subasta y le quitó la paleta de puja a Woodruf, la levantó en alto clavando los ojos en su antiguo condiscípulo y exclamó:

-¡Diez mil! ¡Diez mil libras!

Ahora los murmullos en la sala se incrementaron. Y el señor Hampton se quedó sin habla.

-¡Veinte, Archie! – el hombre de ojos de miel se giró y se encontró con los profundos cielos de su tío Albert, que miraba desafiante a su gracia.

-No te metas, tío, esto es entre Grandchester y yo – habló atropelladamente.

-No me digas que no me meta. Esa estola era de mi hermana, se la regaló mi cuñado y debe volver a casa – la mirada de Albert estaba encendida. Archie supo que no podía dejarlo fuera. Por supuesto entendía que no era por la tía Rosemarie que deseaba la estola, pero fingió creerle.

-Y si su gracia se atreve a pujar más alto, tengo otros diez – le dijo.

-Y yo otros diez – era la voz de Neal Legan que recién llegaba a la subasta.

-¿Tú también, Neal?

-La tía Rosemarie fue la única que nos dio amor maternal a mi hermana y a mí. La quiero devuelta a la familia.

Y Archie volvió a fingir que creía en el argumento de Neal.

-¡Doce mil libras! – esa fue la inteligente jugada de Archie. Quería que Terry comprendiera que no cederían y que no valía la pena seguir perdiendo su dinero. Su puja no fue tan exponencial porque era un hombre de negocios y esperaba que Terry también lo fuera.

Su gracia, Lord Terrence de Grandchester, se llevó la mano al bolsillo de su abrigo y comprendió todo. No importaba cuánto pujara, los Andrew pujarían siempre más.

Él había amasado una gran fortuna propia, pero sin duda, no sobrepujaba la de los Andrew, Cornwell y Legan juntas. Había escuchado hablar de ellos en su mundo de negocios. Tendría mucho dinero más cuando su padre muriera, pero ellos todos, ya habían heredado las milenarias fortunas de sus familias. Los Andrew, eran banqueros; los Cornwell, eran petroleros y los Legan eran comerciantes.

Extrajo nuevamente la delicada estola de seda y saludó con ella a los hombres que lo miraban fijamente, como burlándose de ellos. Mostrando la prenda, asegurándose de que la reconocieran.

-Pueden quedarse con esa estola. Yo ya tengo esta – era su mensaje.

Sonrió de lado y se dio media vuelta tras escuchar:

-¡Doce mil libras a la una, doce mil libras a las dos, doce mil libras a las tres! ¡Vendido al Honorable Archivald Cornwell-Andrew!

Terrence caminó sereno hacia la salida de la National Gallery seguido por su hombre de negocios.

-Su gracia – se atrevió a interrumpir los pensamientos del noble – esta tarde ha sobrepasado su límite diario de inversión ¿es así como va a funcionar?

-Ahora no, Woodruf – le advirtió y su hombre de negocios guardó silencio.

El chofer bajó y abrió la puerta a su gracia. Woodruf se quedó esperando alguna palabra de despedida, pero eso no sucedió, se quedó en la acera observando cómo el lujoso auto se perdía en las calles de Londres.

-Al zoológico – ordenó Terry al chofer.

Cuando llegaron al lugar, su gracia no esperó a que su empleado le abriera la puerta, bajó del auto con serenidad en su rostro.

-No sé a qué hora volveré. Ve a casa – le instruyó.

Su gracia, caminó con el peso de su apellido y su título a cuestas: con los fantasmas de sus ancestros cuyas vidas había memorizado desde niño; con el escudo de armas de su familia, de valeroso significado; con el valor económico de sus fincas, con sus odiosos protocolos.

Quería únicamente por un día volver a ser solo Terry. Y la realidad era que solo con aquella chica pecosa él había logrado eso. Ella nunca le hizo una reverencia, ella nunca le llamó “su gracia” y nunca inclinó la cabeza sumisa.

Para ella, él solo fue Terry.

-Simplemente, Terry – suspiró.

Llegó a su banca favorita, la que estaba justo frente a la jaula de los monos y se concentró en sus memorias.

Aquella noche de invierno en medio del Atlántico el año nuevo los encontró en total algarabía y la celebración fue mayor para honrar el último viaje del capitán. Aún faltaban cuatro días para arribar a Southampton. Terry no había encontrado la forma de acercarse a la pecosa, pero aún percibía el calor en su pecho cuando se atrevió a decir su nombre en voz alta.

¿Por qué esa joven tenía tanto amor dentro de sí? ¿Por qué el jamás había conocido ese amor que a ella se le escapaba por cada poro? Regresaba de su fallido intento de ver a su madre. El Duque de Grandchester no era precisamente el padre más cariñoso del mundo y él estaba tan necesitado de un abrazo. Ojalá ella lo hubiera amado, ojalá ella lo hubiese acurrucado entre sus brazos. Pero no: Terry volvía vacío a Londres. Seguramente su padre no estaría feliz por su escape, pero tendría que soportarlo.

En eso estaba pensando justamente en el pasillo de observación del Mauretania. La tristeza tomó forma de llanto en medio de la penumbra provocada por la niebla. Terry no podía ver el mar. Todo lo que lo rodeaba era esa espesa bruma que comenzaba a sentir parte de él. La bruma y el frío, el frío del Atlántico en invierno, el frío de Nueva York, el frío del corazón y los brazos de su madre.

En medio de su frío vacío escuchó un ruido. Alguien se había acercado, estaba seguro.

-¿Hay alguien ahí? – indagó receloso de que alguien hubiese invadido su privacidad.

Fue entonces que la voz más angelical llegó hasta sus oídos en forma de disculpa, diciendo que le había parecido verlo muy triste.

-¡Oh cielos! ¡Es ella! ¡Es la pequeña pecosa! ¿Qué debo hacer? ¡Qué ganas de abrazarla fuerte, de que ella comparta conmigo un poco del amor que tiene para todos!

-¿Qué estaba muy triste? No es verdad. Estoy muy triste – dijo, queriendo regresar sus palabras al instante. No supo qué más decir y fue presa de un ataque de risa.

Distinguió los ojos verdes sorprendidos, clavados en él, preocupados y eso le dio bríos para continuar, aunque no precisamente de la forma que lo había planeado.

Se burló de ella a causa de sus pecas, mientras que por otro lado deseaba dibujar en ella todas las constelaciones de la bóveda celeste; se burló de ella porque seguramente nadie habría querido ser su pareja durante el baile, mientras que él se moría por tomarla entre sus brazos y empezar con ella un baile sensual y eterno; finalmente, se burló de esa naricita que él habría querido besar suavemente.

La vio enfadarse, defenderse, llamarlo celoso a causa de no tener pecas y todavía se precipitó a aclarar que gustaba de sus pecas.

Y cómo no, si a él también le parecían bellas. Bellas y sensuales.

Le dijo que estaba pensando cómo conseguir más.

Por supuesto, se vería hermosa.

Añadió que estaba celoso de sus pecas porque él no tenía ninguna.

-Claro que estoy celoso de tus pecas, porque ellas están sobre tu piel y yo no. Porque quisiera ser una de tus pecas, solo que no decido si alguna en tu pecho o alguna cerca de tus ojos… Terry se sorprendió de sus audaces pensamientos, pero la voz de George interrumpió tan romántico dialogo.

-¿Es usted, señorita Candy?

-Adiós, pecosa – le dijo mientras huía.

Por supuesto que huía. Pudo haberla invitado a entrar al salón de baile, pudo brindar con ella por el año nuevo, pudo tomarla entre sus brazos al compás de un vals. Pero no: No supo cómo. Nadie nunca le dijo qué se debe hacer cuando el estómago revolotea, cuando el corazón salta emocionado, cuando la sangre fluye a prisa, cuando en su cabeza solo hay un pensamiento: ella.

Sus pies tropezaron entonces con una estola, se agachó y la tomó entre sus manos. Regresó sobre sus pasos y la vio a punto de entrar a la cubierta A, con ese hombre abriendo la puerta para ella.

-Espera, pecosa – alargó sus pasos y puso la abrigadora pieza sobre sus hombros – me parece que esto es tuyo, podrías enfermar – le dijo con ternura infinita. Sus dedos rosaron delicadamente la piel de su cuello y sus hombros. Él sintió una corriente eléctrica recorriendo su cuerpo, se sonrojó, hizo una reverencia y salió huyendo, una vez más.

El sol se estaba poniendo en el zoológico y Terry continuaba sumido en sus memorias, en la misma banca, mirando hacia el suelo. De pronto una sombra impidió que los rayos del sol se posasen sobre el cuerpo cabizbajo de su gracia. Vio los lustrosos y finos zapatos de un hombre frente a él y levantó lentamente la mirada, pero los rayos del sol le impidieron distinguir de primera de quién se trataba.

-Escúchame bien, Terry, no pierdas esta oportunidad, no seas estúpido – era la voz de Archivald Cornwell, con el gesto retador, con la voz más madura y varonil, por lo tanto, con mayor fuerza.

Terry se quedó sin habla por un momento, pero se esforzó por comprender. Tenía la visión y el entendimiento completamente obnubilados.

-¿Qué es lo que quieres, Cornwell? ¿Has venido a burlarte de mí?

-Imbécil – respondió con desprecio –. De verdad no comprendo…

Archie se detuvo de cualquier cosa que quisiera expresar y se hizo a un lado para que la visión de Terry quedara libre hacia un árbol no muy lejos de ahí. En cuestión de segundos, una hermosa figura femenina salió de detrás del tronco del árbol.

-No lo eches a perder – le advirtió Archie antes de dejarlos solos, pero Terry ya no lo escuchó.

oOoOoOoOoOoOoOoOo

De mi escritorio:
Muchas gracias por darle la oportunidad a este minific. Deseo de verdad que lo estén disfrutando como disfruto yo al escribirlo.

Malinalli. Para la Guerra Florida. 4 de abril de 2018. Torreón, Coahuila, México.

igzell

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Niño/a del Hogar de Pony
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Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 87337 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 87337 casi me voy de espalda de la risa cuando esos dos buscaban como excusas lo de la tia-hermana "Rosemarie",y yo imaginandome la cara que puso Archie al "fingir" que les creia...

Oh,el elegante hizo algo que se le puede agradecer? xD

http://larojamelenaquesellevoelviento.blogspot.com/

Andreia Letellier

Andreia Letellier
Niño/a del Hogar de Pony
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Mon Dieu qué cosa!! Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 500265 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 500265 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 500265

Esos Andrew no sé por qué le tienen tanto coraje a Terry, ni que él hubiese tenido la culpa de lo que sucedió, o de la decisión de Candy de irse y dejarlo solo... él no fue el único que se equivocó ¿o sí? Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 523232

Bueno, pero mejor me emociono con la perspectiva de que ahora encuentre a la pecosa... al menos Archie la quiere lo suficiente como para darle ese "amable" consejo a su gracia Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 77731

¡Sigo pendiente!

https://www.fanfiction.net/u/7428859/AyameDV

Tania Lizbeth

Tania Lizbeth
Niño/a del Hogar de Pony
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Bueno creo que voy atrasada con un cap

Lady Lyuva

Lady Lyuva
Niño/a del Hogar de Pony
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Ah que su gracia que no tiene ninguna para ganarse el corazón de su pecosa. Y Aechie ayudándolo! Eso es madurez.

Lady Supernova

Lady Supernova
Niño/a del Hogar de Pony
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Un capítulo esperanzador ¡Se va encontrar con ella! Ahhhhhhhyyyy que bello, ya quiero leer el siguiente capítulo. Gracias por actualizar Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 162544

https://www.fanfiction.net/u/2786408/Lady-Supernova

stormaw

stormaw
Niño/a del Hogar de Pony
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Hola

Amiga que capítulo, ya sentía que salía Candy también por esa estola. Así que mi adorado Archie la esra haciendo de Cupido, Malinalli, adoro tu historia. Cuídate

Mon_Andrew

Mon_Andrew
Niño/a del Hogar de Pony
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Que emocionante estuvo esa subasta, todos pujando por la dichosa estola, solo faltaba que hasta la tía abuela Elroy saliera ofreciendo su lanita jejeje Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 460690 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 460690

Que emoción que se van a encontrar mis hermosos rebeldes.

Ya quiero leer el siguiente capítulo

Friditas

Friditas
Niño/a del Hogar de Pony
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Terry muy en su personaje, autocompadeciéndose en vez de mover el trasero e ir en búsqueda de "su gran amor".

No es posible que mejor ella tome la iniciativa, caray. Tan acostumbrado está "su gracia" a que se inclinen ante él, que ya no quiere mover un dedo. Esperemos que espabile y tome el consejo de Archie.

Y esa escena de la puja es maravillosa. Mi Dios, y en todos esos años, ni Archie, ni Albert, ni Neal pudieron aspirar a algo mas que una simple estola... Tsss. Si la muchachona se ponía difícil, entonces.

cary

cary
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

O que fue eso ?? Es candy ??? Por que archie llegó ahí que hacía todos los andrew en la subasta jajajja ya me confundí pero me encanta este relato y quiero saber que más pasará

Gissa Alvarez

Gissa Alvarez
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 233976 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 233976 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 233976 ¡Qué emoción!  Candy está ahí, y Archie también, y de seguro Archie la llevo, OMG.
Ya no me importa que los 3 Andrew le hayan robado la estola Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 692777  
El que sigue Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 334740 por favor

Luana Hoffman

Luana Hoffman
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

¡Quiero más! Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 334740 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 334740 Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 334740 Estuvo precioso el capítulo, me gustó mucho ver cómo Terry se empeñaba en conseguir esa estola sólo como un recuerdo de Candy. ¿Por qué será que los Andrew se ensañarán así con Terry?Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 836918  Por lo menos Archie se reivindicó al final con esa oportunidad que le dio. Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 393507  Voy ahora mismo al siguiente capítulo para ver que sucede. Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 856396

Rocaquicas

Rocaquicas
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Que emocion , voy por el ultimo sis. Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 334740

Malinalli

Malinalli
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

Muchas gracias por leer, amigas!!!

Muchas gracias, sister!!!

Bleu Moon

Bleu Moon
Niño/a del Hogar de Pony
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Albert. solamente tú te creíste que era un recuerdo de tu hermana,
Neil, eso de que solo la Tía Rosemary les dío amor, poco creible
Mi  Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 820833  tan lindo, no le creyo a ninguno ,me alegro que la estola
haya quedado en la famila Andrew, la verdad les correspondia a ellos!
Asi que la pecosa tambien sigue soltera,  
de seguro pido a mi  Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 820833 que la llevara al zoo para declararsele  a Terryto.
Emocionante capitulo, te sigo  Dryades del lago. Terryfic: "MAURETANIA DE "SU GRACIA" Capítulo 3 4149639568

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