AMOR CON SABOR A PELIGRO
GIANNY 17
GIANNY 17
Él, cargado de una ira inimaginable y con ojos inyectados en sangre arremetía con furia contra el hombre que ya se encontraba inconsciente y sangrante en el piso húmedo del lugar.
Al ver que ya no realizaba movimiento alguno, por fin dejo de golpearlo y poniéndose de pie, limpio la sangre de su rostro como si nada.
Un gemido de dolor lo obligó a patear al moribundo hombre y sacando un pañuelo de su bolsillo se limpió las manos manchadas con sangre.
---Jefe.- Dijo el joven que al llegar solo atino a mirar rápidamente al herido.- Doménico le busca, pide que se reúna con el de inmediato.
Chasqueando la lengua el guapo castaño atinó a sacar de su bolsillo un cigarrillo y metérselo a la boca, para después de prenderlo con paciencia dar una calada profunda y arrojar el humo mientras mirada el oscuro cielo nocturno.
---Hoy no se pueden ver las estrellas.- Habló como si nada.- Seria bonito ver las estrellas.- Dio otra calada más profunda mientras que con la otra mano sacaba el arma que tenía entre sus ropas.- Averigua donde puedo ver las estrellas y has una separación, que sea bonito y agradable.
---Bien.- Asintió el joven que silencioso solo lo observaba.
De pronto el sonido del seguro retirado se escuchó y al poco rato el disparo ahogado por el silenciador puso fin a la tarea de aquella noche.
---¿Dónde esta?.- Preguntó mientras le entregaba el arma y se acomodaba el saco.
---En la avenida dentro de su auto.
Asintiendo el hombre caminó hasta salir del oscuro callejón y al ver el auto se dirigió a el para luego subirse y sentarse al lado del hombre que lo había mandado a llamar.
---¿Por qué demoraste tanto?.- Preguntó el dueño del auto mientras dejaba a un lado el puro humeante.
---Aún no había terminado el trabajo.- Soltó el castaño mientras miraba por la ventana del auto.- Ya se dónde se fue tu dinero.
---Lo hiciste hablar.- Sonrió Doménico mientras abría la ventana para dejar salir el humo del interior.- Siempre puedo confiar en ti, Terrence, por algo eres mi hijo preciado.
El castaño apretó las manos y mirando a su padre, reconoció el parecido que tenía con él.
---Que tus hombres se encarguen del resto, yo iré a descansar.- Soltó al ver como su padre nuevamente se llevaba a la boca el puro.
---Ya.- Pero metiendo su mano al bolsillo de su saco logro sacar algunas fotos que alcanzó al joven que lo veía seriamente.- Pero quiero preguntarte algo.
Terry tomó lo entregado y pasando una por una solo atinó a sonreír de medio lado y responder.
---Me has mandado a seguir.
---Si mi hijo no me informa de su vida, tengo que investigarlo por mi cuenta.
---¿Y qué averiguaste? - Preguntó mientras le entregaba nuevamente las fotos.
---Que eres mejor de lo que pensaba .- Su padre aspiro con orgullo una vez más el puro y palmeando la espalda de su hijo, le soltó.- Despistar a los chicos y no dejarlos saber tus pasos, es muestra de lo bien que te eduque.
---Si no hay mas que decir me voy, como te dije quiero descansar.- El castaño cogió el mango de la puerta y se dispuso a salir, pero la voz de su padre lo detuvo.
---Si es una mujer, no tienes porque esconderla. – Terry miro de reojo al hombre de adentro.- Solo tráela a casa, tu madre estará feliz de conocerla.
---Ni lo sueñes.- Doménico sonrió ante la respuesta de su hijo y escuchando la puerta cerrarse dio la orden para retirarse.
Terry suspiró mientras veía el auto alejarse y llamó a Niel, su fiel amigo.
---Dime Terrence.
---¿Sabías que Doménico me estaba siguiendo?.- Le preguntó mientras sacaba otro cigarrillo de su bolsillo.
---Sabía que mando a preguntar por ti, estaba interesado en los lugares que ibas y con quien estabas…¿Por qué?¿Paso algo?
---Nada.- Dijo Terry ya fastidiado y sin prender el cigarro lo arrojo al suelo. – Dile a mi madre que saldré de la ciudad todo el fin de semana, que no se preocupe.
---¿De nuevo?.- El joven se rasco la cabeza incomodo y metiéndose las manos al bolsillo caminó hasta él.- Es por una chica, cierto.
---Nos vemos Niel.- Y sin decir más Terry se alejó de él.
El sentimiento de ansiedad nuevamente lo invadió y maldiciendo caminó hasta donde había dejado estacionado su auto. Una hora y media fue lo que le tomo llegar hasta el hospital NYC Health, después de dar un largo paseo y visitar varios lugares por precaución, apago el motor y se estaciono a un lado del camino. Paso sus manos por su cabellera esperando poder arreglarla un poco y colocó un caramelo mentolado en su boca.
Sabia que a ella no le gustaba que el fumara, al igual que se preocupaba de como se hallaba, sonrió al recordar como sus cejas se fruncían y su pequeña nariz respingada se elevaba ofendida a ante sus faltas. Espero por al menos unos treinta minutos y después de enviar el mensaje de texto, salió fuera del auto y espero verla salir del establecimiento.
Su rostro se iluminó al verla caminar directo a él con una sonrisa y mientras mas se acercaba su corazón se llenaba de un calor indescriptible.
---Hola. - La saludo mientras la acogía en sus brazos. - ¿Cómo te ha ido? .- Beso suavemente su labios.
---Estoy agotada. - Se quejó la rubia mientras dejaba que el tomara sus cosas. – Hubo un accidente de transito en la 34 y estuvieron llegando heridos por al menos cinco horas, fue agotador, ya no puedo más.
---Vamos. - Le abrió la puerta del auto y la ayudo a subir.- Te preparare un baño caliente y pediremos algo de comida rápida.
---Y una cerveza. - Dijo ella con una sonrisa mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.
---Vale. - Sonrió Terry ante sus palabras.
---¿Sucedió algo interesante el día hoy?.- Terry hizo una mueca y negó mientras hablaba sin darle mucha importancia.- No, en realidad nada importante.
--Oh.- Candy lo miró y asintiendo dirigió su mano al autorradio.- Vamos a casa.
Terry manejó mientras escuchaba hablar a la hermosa mujer que tenia a su costado, no se cansaba de escucharla y no creía cansarse nunca. Sus locas ocurrencias lo divertían y sus palabras lo animaban a seguir a su lado, cuando ella susurraba en su oído su cuerpo se erizaba y sentía que no podía ni quería escapar de ella.
“ Si tan solo la hubiera conocido de diferente manera”
“ Si tan solo yo fuera alguien normal, común que se hubiera fijado en ella”
Cuando llegaron al modesto pero acogedor departamento ambos bajaron del vehículo, pero al verla arrastrando los pies, Terry divertido la tomó entre sus brazos y la cargo hasta su piso. Entre las risas de ambos pudieron llegar a la habitación y dejándola sobre la cama se fue a preparar lo prometido.
Ya caliente el agua la llevó al baño, después de desvestirla y jugar un poco la metió en la tina.
---Ven.- La mano de Candy lo apresó e invitándolo a acompañarla no le quedó de otra que quitarse la ropa y meterse con ella.
Su duro pecho sirvió de sostén para que ella apoyara su espalda en el y mientras Terry lavaba su cabello ella aprovechaba para acariciar las duras piernas que sobresalían del agua.
---La comida llegara en veinte minutos. - Le dijo Terry cuando sintió como su mano recorría su muslo.- Tenemos que terminar para eso.
Candy se giró aun con espuma en la cabeza y lo miró fijamente, después llevo sus manos al hermoso rostro y limpio algo que había en él.
---No fue un buen día, verdad.- Susurro mientras acariciaba su cara.
Terry suspiro agotado y apoyando su cabeza en su hombro negó. Las manos que recorrieron su espalda dándole alivio no dejaron de hacerlo por un tiempo y cuando sintió que el shampo chorreaba a sus ojos haciéndola lagrimear tuvo que al fin separarlo.
---Mis ojos.- Soltó con pena.- Me duelen.
Terry rio ante sus palabras y tomando la regadera quito al fin todo el producto.
---Termínenos de una buena vez con esto.- Soltó mientras tomaba el jabón y lo pasaba por el cuerpo de su chica.- La comida estará aquí en cualquier momento.
---Eres un agua fiesta…¿Qué tipo de chico malo eres? .- Refunfuño la rubia mientras levantaban sus brazos para jabonarlos.
---Uno con hambre.
---Bien.- Candy le quito el jabón y se lo paso por el húmedo pecho.- Después es mi turno de comer y tu.- Lo pico con la barra.- Serás mi platillo.
---Solo si no caes rendida del sueño.- Candy lo miró con ojos entrecerrados y siguiendo con su tarea pronto terminaron su baño.
Poco después tocaron el timbre y aun con el pelo mojado pero ya vestido con algo ligero, Terry recibió la comida y tal como lo dijo, a los pocos minutos después de tomar media cerveza la rubia caía inconsciente del sueño.
Terry tomó a la joven en sus brazos y la llevó a la cama para recostarla y mientras la observaba respirar dormida, los recuerdos llegaron a su mente.
*Flashback
Aquella noche me había visto envuelto en un enfrenamiento con una banda de los suburbios de NY, se supone que debía ser algo rápido y sin tanta molestia pero todo se fue a la mierda cuando uno de los soquetes del otro bando disparó nervioso a Archi y lo hirió en el hombro, todo se volvió un infierno, las balas atravesaban el ambiente y los hombres caían como moscas…la mayoría eran los del otro bando…todo indicaba que como siempre saldríamos victoriosos pero nunca imagino que aquella pequeña y ridícula mujer que temblaba a un lado de bar le dispararía cuando intentó ayudarla a salir de aquel lugar.
“Vaya suerte la mía”
Susana siempre me llamó la atención, es por eso que al verla inofensiva y temblando,removió algo en mi interior y mi hombre caballeroso surgió para poder ayudarla y protegerla.
Pero nunca imagine que después de sacarla por la puerta trasera del bar ella sacaria un arma y me dispararia ante mi total sorpresa.
Debí matarla ese momento pero la conmoción de ser herido me invadió y mirando el agujero sangrante a un costado hizo que perdiera la oportunidad de hacerle pagar por lo que me hizo.
---Por aquí. - Las voces de otros me hicieron voltear el rostro. Y tambaleándome por el dolor me apoye en la sucia pared del lugar. – Vi como Susana lo saco por aquí.
---Rayos.- Dije al descubrir que había sido víctima de una treta.
Y caminé adolorido mientras presionaba la herida y me escabullí por otros pasajes oscuros.
No se cuánto anduve, pero de pronto sentí como las fuerzas abandonaban a mis piernas y tropezando logre sentarme en una banca de un paradero de buses.
---Que ridículo es terminar de esta forma.- Dije mientras sacaba un cigarrillo y me lo metía a la boca.- ¿Cómo deje que ella me disparara?.- Gruñí al recordar a la rubia.- Saldré de esta e iré por ti, te vas a arrepentir de haberme hecho esto.
De pronto alguien se sentó a mi lado y maldije al sentir nuevamente el dolor en un costado de mi cuerpo, pero de pronto el dulce aroma a vainilla inundo el ambiente y girando la cabeza pude ver a la hermosa mujer sentada a un lado.
“Vaya” Pensé mientras recorría mi mirada por todo su cuerpo “ Estas criaturas se juntan para poder atormentarme”
A duras penas prendí el cigarrillo y arrojando el humo pronto escuché como la mujer tosía exageradamente.
---¿Podrías apagarlo, por favor? .- La suave voz me hizo cosquillas en los oídos pero no lo suficiente como para obedecer.
---Podrías irte tú a otro lado. - Di otra calada al cigarro.
---No puedo. - Se atrevió a responderme. - Mi autobús pasa por aquí, además solo estoy pidiendo que lo apagues por un momento.
Una punzada de dolor y las ganas de vomitar me invadieron, de pronto mi frente se llenó del frio sudor y apretando los dientes solté.
---Mira bonita.- Intenté limpiar mi frente húmeda.- Sino te gusta vete, estas empezando a cansarme.
---Sabias que fumar eso en exceso puede causar Impotencia sexual en el varón, además de otros problemas también graves.
Bufé adolorido y antes que pudiera responder simplemente se todo a mi alrededor se puso negro.
Cuando abrí los ojos, la oscuridad de la noche me recibió y algo desorientado intenté ponerme de pie. La cabeza me dio vueltas, pero después de un rato pude volver a la normalidad.
---Ya despertaste. - La voz desconocida me hizo sobresaltarse y al buscar mi ropa me percaté que estaba desnudo, sin camisa y con solo un vendaje en el torso. – Tu ropa la estoy lavando.- La joven muchacha se sentó a mi lado y me tendió un plato de comida. – Estaba muy sucia y no se aun sirva…come.
---No.- Alejé lo alcanzado e intentando salir de la cama me di cuenta que también me faltaba los pantalones.
---Te dije que estaba muy sucia.- El rostro de la joven se tiño de rojo y nuevamente me volvió a alcanzar el plato.- Come, perdiste mucha sangre y necesitas recuperar fuerzas.
---Te dije que no.- Le solté ya algo enfadado.- Dame algo que ponerme.
La rubia me miró y tomando la cuchara probo un bocado de la comida.
---No le puse nada raro, es solo comida que te ayudara a sanar.
La miré en silencio mientras dejaba el plato a un lado.
---Sino comes nada, pronto la fiebre llegara y si eres inteligente te darás cuenta que no estamos en un hospital.- La vi cruzarse de brazos.- Imagino no querías ir a uno y tener que explicar el porque tenías un arma y llevabas una bala alojada en el vientre.
Mis ojos se abrieron y haciendo acopio de las pocas fuerzas que tenía me acerque a duras penas a ella.
---¿Dónde está mi arma?
---No te la daré a menos que obedezcas. - La miré con el ceño fruncido.- Ya te dije, no intentó hacerte nada, soy enfermera y solo quiero ayudarte.
“¿Ella es enfermera?”
La ponerse de pie y mientras salía de la habitación aproveche para sentarme nuevamente en la cama y pensar en lo inverosímil de la situación en la que me meti.
“¿Qué persona cuerda trae a su casa a un desconocido?”
“Nadie”
“Que mujer para más rara”
Mire nuevamente todo a mi alrededor y suspire agotado, tome la sábana de la cama y la enrollo en mi cintura, me puse de pie a duras penas y caminando fuera de la habitación encontré a la mujercita sentada en el sillón observando su portátil.
---¿Sueles traer a hombres desconocidos a tu casa muy seguido?.- Le pregunte mientras me apoyaba de manera sugestiva en el marco de la puerta.
La joven que observaba atenta una clase virtual giro su cabeza y se me quedo mirando atentamente.
---De vez en cuando. - Me respondió con una sonrisa.- Una nunca sabe cuando encontraras a un pobre indigente herido y al borde de la muerte tendido en la banqueta.- Su sonrisa cambio a una coqueta mueca de sus labios.- A veces ayudar a desconocidos te da una excelsa sensación de bienestar.- Y mirándome de arriba abajo logró que los nervios se apoderaran de mi razón.
---¿No te da miedo que sea un pervertido, asesino o algo peor?.- Me cruze de brazos y adopte una postura más seria.
---¿Miedo?.- Negó divertida.- Ahora de poder ser algo que dijiste ¿Lo eres? .- La miro cada vez más confundido.
---Si lo fuera.
---Eso respondería al arma que tenías y algunas cicatrices de tu cuerpo.
La escucharla hablar de mis cicatrices no pude evitar sorprenderme…¿Cuánto había mirado aquella mujer?
---¿Qué me hiciste mientras estaba inconsciente?
Su risa resonó en la habitación de manera graciosa y volviendo su vista a la pantalla habló.
---Si te preocupa que hiciera algo malo contigo dormido, no lo hice.- Se volvió a colocar los audífonos.- Y si te preguntas por qué no te tengo miedo, ya te dije que soy enfermera, se defenderme…y .- Me miro divertida.- Perdiste mucha sangre debes estar a punto de desmayarte y totalmente agotado, se que si no comes pronto tendrás fiebre y deberé llevarte a un hospital.- Volvió a mirarme de manera maliciosa.- Eres un chico grande, será difícil moverte pero créeme que será más fácil defenderme de ti en esas circunstancias.
Me le quede mirando y comprendí que no podría salir de ese lugar a menos que ella me lo permitiera.
---Quiero mi ropa.- Solté en tono fastidiado.
---Ya te dije está lavándose, pero…- La vi detenerse un momento y poniéndose de pie camino hacia la otra habitación del lugar.
La observe sin decir nada, podía haber caminado hasta ella y sorprenderla por la espalda pero como ella lo dijo, apuras penas estaba sosteniéndome en pie y sentía que si daba un paso caería de pura debilidad.
---Toma.- Me alcanzó algo de ropa y mirándome con una sonrisa espero a que yo me moviera.- Espero sea de tu talla.
---¿De tu novio?.- Pregunte al ver la ropa de hombre en sus manos.
---Ex.- Sonrió divertida. - Vamos te ayudaré. – Creo que se dio cuenta que no podría dar un paso y tomándome del brazo me ayudo a llegar a la cama.- Come algo y descansa, estoy segura que para mañana estarás mejor y podrás irte.
La vi salir de la habitación y mirando la ropa que me había entregado no me quedo de otra que empezar a ponérsela.
---Así que su ex .- Solté con una extraña sonrisa en los labios.
Después de vestirme, probé la comida traída y obedeciendo las órdenes dadas por la joven me volví a meter en la cama, aquello era simplemente extraño y sonriendo deje que el sueño me tranquilizará.
A la mañana siguiente me desperté alrededor del media día y tuve que admitir que me sentía un poco mejor, el tenue dolor de cabeza me obligó a tomar un vaso de agua y fue ahí cuando encontré la nota dirigida hacia a mi persona.
“ Buenos días, espero estés mejor, de todas formas deje algo de medicamento para ti (no es veneno, solo antibióticos, analgésicos y algo para la fiebre…tómalo), tu ropa esta encima de la mesa y deje algo de comida en el microondas, cuando hayas terminado puedes irte.
P.D. Por favor no te robes nada y cierra bien la puerta
Atentamente
Tu ángel de la guarda”
Sonreí ante la inusual nota y dejándola sobre la mesa tome todo aquello que me pidió tomar, al terminar, ya vestido volví a guardar el papel en mi bolsillo y saliendo de la casa me marche.
Al ver que ya no realizaba movimiento alguno, por fin dejo de golpearlo y poniéndose de pie, limpio la sangre de su rostro como si nada.
Un gemido de dolor lo obligó a patear al moribundo hombre y sacando un pañuelo de su bolsillo se limpió las manos manchadas con sangre.
---Jefe.- Dijo el joven que al llegar solo atino a mirar rápidamente al herido.- Doménico le busca, pide que se reúna con el de inmediato.
Chasqueando la lengua el guapo castaño atinó a sacar de su bolsillo un cigarrillo y metérselo a la boca, para después de prenderlo con paciencia dar una calada profunda y arrojar el humo mientras mirada el oscuro cielo nocturno.
---Hoy no se pueden ver las estrellas.- Habló como si nada.- Seria bonito ver las estrellas.- Dio otra calada más profunda mientras que con la otra mano sacaba el arma que tenía entre sus ropas.- Averigua donde puedo ver las estrellas y has una separación, que sea bonito y agradable.
---Bien.- Asintió el joven que silencioso solo lo observaba.
De pronto el sonido del seguro retirado se escuchó y al poco rato el disparo ahogado por el silenciador puso fin a la tarea de aquella noche.
---¿Dónde esta?.- Preguntó mientras le entregaba el arma y se acomodaba el saco.
---En la avenida dentro de su auto.
Asintiendo el hombre caminó hasta salir del oscuro callejón y al ver el auto se dirigió a el para luego subirse y sentarse al lado del hombre que lo había mandado a llamar.
---¿Por qué demoraste tanto?.- Preguntó el dueño del auto mientras dejaba a un lado el puro humeante.
---Aún no había terminado el trabajo.- Soltó el castaño mientras miraba por la ventana del auto.- Ya se dónde se fue tu dinero.
---Lo hiciste hablar.- Sonrió Doménico mientras abría la ventana para dejar salir el humo del interior.- Siempre puedo confiar en ti, Terrence, por algo eres mi hijo preciado.
El castaño apretó las manos y mirando a su padre, reconoció el parecido que tenía con él.
---Que tus hombres se encarguen del resto, yo iré a descansar.- Soltó al ver como su padre nuevamente se llevaba a la boca el puro.
---Ya.- Pero metiendo su mano al bolsillo de su saco logro sacar algunas fotos que alcanzó al joven que lo veía seriamente.- Pero quiero preguntarte algo.
Terry tomó lo entregado y pasando una por una solo atinó a sonreír de medio lado y responder.
---Me has mandado a seguir.
---Si mi hijo no me informa de su vida, tengo que investigarlo por mi cuenta.
---¿Y qué averiguaste? - Preguntó mientras le entregaba nuevamente las fotos.
---Que eres mejor de lo que pensaba .- Su padre aspiro con orgullo una vez más el puro y palmeando la espalda de su hijo, le soltó.- Despistar a los chicos y no dejarlos saber tus pasos, es muestra de lo bien que te eduque.
---Si no hay mas que decir me voy, como te dije quiero descansar.- El castaño cogió el mango de la puerta y se dispuso a salir, pero la voz de su padre lo detuvo.
---Si es una mujer, no tienes porque esconderla. – Terry miro de reojo al hombre de adentro.- Solo tráela a casa, tu madre estará feliz de conocerla.
---Ni lo sueñes.- Doménico sonrió ante la respuesta de su hijo y escuchando la puerta cerrarse dio la orden para retirarse.
Terry suspiró mientras veía el auto alejarse y llamó a Niel, su fiel amigo.
---Dime Terrence.
---¿Sabías que Doménico me estaba siguiendo?.- Le preguntó mientras sacaba otro cigarrillo de su bolsillo.
---Sabía que mando a preguntar por ti, estaba interesado en los lugares que ibas y con quien estabas…¿Por qué?¿Paso algo?
---Nada.- Dijo Terry ya fastidiado y sin prender el cigarro lo arrojo al suelo. – Dile a mi madre que saldré de la ciudad todo el fin de semana, que no se preocupe.
---¿De nuevo?.- El joven se rasco la cabeza incomodo y metiéndose las manos al bolsillo caminó hasta él.- Es por una chica, cierto.
---Nos vemos Niel.- Y sin decir más Terry se alejó de él.
El sentimiento de ansiedad nuevamente lo invadió y maldiciendo caminó hasta donde había dejado estacionado su auto. Una hora y media fue lo que le tomo llegar hasta el hospital NYC Health, después de dar un largo paseo y visitar varios lugares por precaución, apago el motor y se estaciono a un lado del camino. Paso sus manos por su cabellera esperando poder arreglarla un poco y colocó un caramelo mentolado en su boca.
Sabia que a ella no le gustaba que el fumara, al igual que se preocupaba de como se hallaba, sonrió al recordar como sus cejas se fruncían y su pequeña nariz respingada se elevaba ofendida a ante sus faltas. Espero por al menos unos treinta minutos y después de enviar el mensaje de texto, salió fuera del auto y espero verla salir del establecimiento.
Su rostro se iluminó al verla caminar directo a él con una sonrisa y mientras mas se acercaba su corazón se llenaba de un calor indescriptible.
---Hola. - La saludo mientras la acogía en sus brazos. - ¿Cómo te ha ido? .- Beso suavemente su labios.
---Estoy agotada. - Se quejó la rubia mientras dejaba que el tomara sus cosas. – Hubo un accidente de transito en la 34 y estuvieron llegando heridos por al menos cinco horas, fue agotador, ya no puedo más.
---Vamos. - Le abrió la puerta del auto y la ayudo a subir.- Te preparare un baño caliente y pediremos algo de comida rápida.
---Y una cerveza. - Dijo ella con una sonrisa mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.
---Vale. - Sonrió Terry ante sus palabras.
---¿Sucedió algo interesante el día hoy?.- Terry hizo una mueca y negó mientras hablaba sin darle mucha importancia.- No, en realidad nada importante.
--Oh.- Candy lo miró y asintiendo dirigió su mano al autorradio.- Vamos a casa.
Terry manejó mientras escuchaba hablar a la hermosa mujer que tenia a su costado, no se cansaba de escucharla y no creía cansarse nunca. Sus locas ocurrencias lo divertían y sus palabras lo animaban a seguir a su lado, cuando ella susurraba en su oído su cuerpo se erizaba y sentía que no podía ni quería escapar de ella.
“ Si tan solo la hubiera conocido de diferente manera”
“ Si tan solo yo fuera alguien normal, común que se hubiera fijado en ella”
Cuando llegaron al modesto pero acogedor departamento ambos bajaron del vehículo, pero al verla arrastrando los pies, Terry divertido la tomó entre sus brazos y la cargo hasta su piso. Entre las risas de ambos pudieron llegar a la habitación y dejándola sobre la cama se fue a preparar lo prometido.
Ya caliente el agua la llevó al baño, después de desvestirla y jugar un poco la metió en la tina.
---Ven.- La mano de Candy lo apresó e invitándolo a acompañarla no le quedó de otra que quitarse la ropa y meterse con ella.
Su duro pecho sirvió de sostén para que ella apoyara su espalda en el y mientras Terry lavaba su cabello ella aprovechaba para acariciar las duras piernas que sobresalían del agua.
---La comida llegara en veinte minutos. - Le dijo Terry cuando sintió como su mano recorría su muslo.- Tenemos que terminar para eso.
Candy se giró aun con espuma en la cabeza y lo miró fijamente, después llevo sus manos al hermoso rostro y limpio algo que había en él.
---No fue un buen día, verdad.- Susurro mientras acariciaba su cara.
Terry suspiro agotado y apoyando su cabeza en su hombro negó. Las manos que recorrieron su espalda dándole alivio no dejaron de hacerlo por un tiempo y cuando sintió que el shampo chorreaba a sus ojos haciéndola lagrimear tuvo que al fin separarlo.
---Mis ojos.- Soltó con pena.- Me duelen.
Terry rio ante sus palabras y tomando la regadera quito al fin todo el producto.
---Termínenos de una buena vez con esto.- Soltó mientras tomaba el jabón y lo pasaba por el cuerpo de su chica.- La comida estará aquí en cualquier momento.
---Eres un agua fiesta…¿Qué tipo de chico malo eres? .- Refunfuño la rubia mientras levantaban sus brazos para jabonarlos.
---Uno con hambre.
---Bien.- Candy le quito el jabón y se lo paso por el húmedo pecho.- Después es mi turno de comer y tu.- Lo pico con la barra.- Serás mi platillo.
---Solo si no caes rendida del sueño.- Candy lo miró con ojos entrecerrados y siguiendo con su tarea pronto terminaron su baño.
Poco después tocaron el timbre y aun con el pelo mojado pero ya vestido con algo ligero, Terry recibió la comida y tal como lo dijo, a los pocos minutos después de tomar media cerveza la rubia caía inconsciente del sueño.
Terry tomó a la joven en sus brazos y la llevó a la cama para recostarla y mientras la observaba respirar dormida, los recuerdos llegaron a su mente.
*Flashback
Aquella noche me había visto envuelto en un enfrenamiento con una banda de los suburbios de NY, se supone que debía ser algo rápido y sin tanta molestia pero todo se fue a la mierda cuando uno de los soquetes del otro bando disparó nervioso a Archi y lo hirió en el hombro, todo se volvió un infierno, las balas atravesaban el ambiente y los hombres caían como moscas…la mayoría eran los del otro bando…todo indicaba que como siempre saldríamos victoriosos pero nunca imagino que aquella pequeña y ridícula mujer que temblaba a un lado de bar le dispararía cuando intentó ayudarla a salir de aquel lugar.
“Vaya suerte la mía”
Susana siempre me llamó la atención, es por eso que al verla inofensiva y temblando,removió algo en mi interior y mi hombre caballeroso surgió para poder ayudarla y protegerla.
Pero nunca imagine que después de sacarla por la puerta trasera del bar ella sacaria un arma y me dispararia ante mi total sorpresa.
Debí matarla ese momento pero la conmoción de ser herido me invadió y mirando el agujero sangrante a un costado hizo que perdiera la oportunidad de hacerle pagar por lo que me hizo.
---Por aquí. - Las voces de otros me hicieron voltear el rostro. Y tambaleándome por el dolor me apoye en la sucia pared del lugar. – Vi como Susana lo saco por aquí.
---Rayos.- Dije al descubrir que había sido víctima de una treta.
Y caminé adolorido mientras presionaba la herida y me escabullí por otros pasajes oscuros.
No se cuánto anduve, pero de pronto sentí como las fuerzas abandonaban a mis piernas y tropezando logre sentarme en una banca de un paradero de buses.
---Que ridículo es terminar de esta forma.- Dije mientras sacaba un cigarrillo y me lo metía a la boca.- ¿Cómo deje que ella me disparara?.- Gruñí al recordar a la rubia.- Saldré de esta e iré por ti, te vas a arrepentir de haberme hecho esto.
De pronto alguien se sentó a mi lado y maldije al sentir nuevamente el dolor en un costado de mi cuerpo, pero de pronto el dulce aroma a vainilla inundo el ambiente y girando la cabeza pude ver a la hermosa mujer sentada a un lado.
“Vaya” Pensé mientras recorría mi mirada por todo su cuerpo “ Estas criaturas se juntan para poder atormentarme”
A duras penas prendí el cigarrillo y arrojando el humo pronto escuché como la mujer tosía exageradamente.
---¿Podrías apagarlo, por favor? .- La suave voz me hizo cosquillas en los oídos pero no lo suficiente como para obedecer.
---Podrías irte tú a otro lado. - Di otra calada al cigarro.
---No puedo. - Se atrevió a responderme. - Mi autobús pasa por aquí, además solo estoy pidiendo que lo apagues por un momento.
Una punzada de dolor y las ganas de vomitar me invadieron, de pronto mi frente se llenó del frio sudor y apretando los dientes solté.
---Mira bonita.- Intenté limpiar mi frente húmeda.- Sino te gusta vete, estas empezando a cansarme.
---Sabias que fumar eso en exceso puede causar Impotencia sexual en el varón, además de otros problemas también graves.
Bufé adolorido y antes que pudiera responder simplemente se todo a mi alrededor se puso negro.
Cuando abrí los ojos, la oscuridad de la noche me recibió y algo desorientado intenté ponerme de pie. La cabeza me dio vueltas, pero después de un rato pude volver a la normalidad.
---Ya despertaste. - La voz desconocida me hizo sobresaltarse y al buscar mi ropa me percaté que estaba desnudo, sin camisa y con solo un vendaje en el torso. – Tu ropa la estoy lavando.- La joven muchacha se sentó a mi lado y me tendió un plato de comida. – Estaba muy sucia y no se aun sirva…come.
---No.- Alejé lo alcanzado e intentando salir de la cama me di cuenta que también me faltaba los pantalones.
---Te dije que estaba muy sucia.- El rostro de la joven se tiño de rojo y nuevamente me volvió a alcanzar el plato.- Come, perdiste mucha sangre y necesitas recuperar fuerzas.
---Te dije que no.- Le solté ya algo enfadado.- Dame algo que ponerme.
La rubia me miró y tomando la cuchara probo un bocado de la comida.
---No le puse nada raro, es solo comida que te ayudara a sanar.
La miré en silencio mientras dejaba el plato a un lado.
---Sino comes nada, pronto la fiebre llegara y si eres inteligente te darás cuenta que no estamos en un hospital.- La vi cruzarse de brazos.- Imagino no querías ir a uno y tener que explicar el porque tenías un arma y llevabas una bala alojada en el vientre.
Mis ojos se abrieron y haciendo acopio de las pocas fuerzas que tenía me acerque a duras penas a ella.
---¿Dónde está mi arma?
---No te la daré a menos que obedezcas. - La miré con el ceño fruncido.- Ya te dije, no intentó hacerte nada, soy enfermera y solo quiero ayudarte.
“¿Ella es enfermera?”
La ponerse de pie y mientras salía de la habitación aproveche para sentarme nuevamente en la cama y pensar en lo inverosímil de la situación en la que me meti.
“¿Qué persona cuerda trae a su casa a un desconocido?”
“Nadie”
“Que mujer para más rara”
Mire nuevamente todo a mi alrededor y suspire agotado, tome la sábana de la cama y la enrollo en mi cintura, me puse de pie a duras penas y caminando fuera de la habitación encontré a la mujercita sentada en el sillón observando su portátil.
---¿Sueles traer a hombres desconocidos a tu casa muy seguido?.- Le pregunte mientras me apoyaba de manera sugestiva en el marco de la puerta.
La joven que observaba atenta una clase virtual giro su cabeza y se me quedo mirando atentamente.
---De vez en cuando. - Me respondió con una sonrisa.- Una nunca sabe cuando encontraras a un pobre indigente herido y al borde de la muerte tendido en la banqueta.- Su sonrisa cambio a una coqueta mueca de sus labios.- A veces ayudar a desconocidos te da una excelsa sensación de bienestar.- Y mirándome de arriba abajo logró que los nervios se apoderaran de mi razón.
---¿No te da miedo que sea un pervertido, asesino o algo peor?.- Me cruze de brazos y adopte una postura más seria.
---¿Miedo?.- Negó divertida.- Ahora de poder ser algo que dijiste ¿Lo eres? .- La miro cada vez más confundido.
---Si lo fuera.
---Eso respondería al arma que tenías y algunas cicatrices de tu cuerpo.
La escucharla hablar de mis cicatrices no pude evitar sorprenderme…¿Cuánto había mirado aquella mujer?
---¿Qué me hiciste mientras estaba inconsciente?
Su risa resonó en la habitación de manera graciosa y volviendo su vista a la pantalla habló.
---Si te preocupa que hiciera algo malo contigo dormido, no lo hice.- Se volvió a colocar los audífonos.- Y si te preguntas por qué no te tengo miedo, ya te dije que soy enfermera, se defenderme…y .- Me miro divertida.- Perdiste mucha sangre debes estar a punto de desmayarte y totalmente agotado, se que si no comes pronto tendrás fiebre y deberé llevarte a un hospital.- Volvió a mirarme de manera maliciosa.- Eres un chico grande, será difícil moverte pero créeme que será más fácil defenderme de ti en esas circunstancias.
Me le quede mirando y comprendí que no podría salir de ese lugar a menos que ella me lo permitiera.
---Quiero mi ropa.- Solté en tono fastidiado.
---Ya te dije está lavándose, pero…- La vi detenerse un momento y poniéndose de pie camino hacia la otra habitación del lugar.
La observe sin decir nada, podía haber caminado hasta ella y sorprenderla por la espalda pero como ella lo dijo, apuras penas estaba sosteniéndome en pie y sentía que si daba un paso caería de pura debilidad.
---Toma.- Me alcanzó algo de ropa y mirándome con una sonrisa espero a que yo me moviera.- Espero sea de tu talla.
---¿De tu novio?.- Pregunte al ver la ropa de hombre en sus manos.
---Ex.- Sonrió divertida. - Vamos te ayudaré. – Creo que se dio cuenta que no podría dar un paso y tomándome del brazo me ayudo a llegar a la cama.- Come algo y descansa, estoy segura que para mañana estarás mejor y podrás irte.
La vi salir de la habitación y mirando la ropa que me había entregado no me quedo de otra que empezar a ponérsela.
---Así que su ex .- Solté con una extraña sonrisa en los labios.
Después de vestirme, probé la comida traída y obedeciendo las órdenes dadas por la joven me volví a meter en la cama, aquello era simplemente extraño y sonriendo deje que el sueño me tranquilizará.
A la mañana siguiente me desperté alrededor del media día y tuve que admitir que me sentía un poco mejor, el tenue dolor de cabeza me obligó a tomar un vaso de agua y fue ahí cuando encontré la nota dirigida hacia a mi persona.
“ Buenos días, espero estés mejor, de todas formas deje algo de medicamento para ti (no es veneno, solo antibióticos, analgésicos y algo para la fiebre…tómalo), tu ropa esta encima de la mesa y deje algo de comida en el microondas, cuando hayas terminado puedes irte.
P.D. Por favor no te robes nada y cierra bien la puerta
Atentamente
Tu ángel de la guarda”
Sonreí ante la inusual nota y dejándola sobre la mesa tome todo aquello que me pidió tomar, al terminar, ya vestido volví a guardar el papel en mi bolsillo y saliendo de la casa me marche.