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CAPÍTULO 14.
Cuando Anthony llega a su casa se encuentra a su esposa en la habitación sentada cerca de la ventana mirando al exterior mientras sus ojos derraman lágrimas de dolor.
-Se puede saber ¿Qué demonios te pasó en el club? ¿Por qué agrediste a Annie?
-Todavía sigues viéndote con esa mujer ¿Verdad?
-Contesta mi pregunta. Cielos Candy, nunca me imaginé que fueras a comportarte de esa manera.
-Yo no hice nada.
-Por favor, no quieras engañarme que vi cómo le dejaste el rostro de magullado por la bofetada que le propinaste.
-Yo no fui, sino que Eliza se dio ese gusto, porque si lo hubiese hecho yo, créeme que le habría cruzado la cara dos veces por descarada. Por meterse con mi marido y por sinvergüenza.
-No mientas, si has sido tú quien incitó a Eliza para que también la maltratara, no hacía falta que la humillaran públicamente.
-¿Qué yo miento? Y tú ¿Qué? Me dijiste que lo vuestro había terminado, pero me la encuentro en tu oficina, se aparece en el club para encontrarse contigo y vete, está por todas partes y a saber cuántas veces más se han estado viendo a mis espaldas revolcándose en cualquier lugar. Incluso hoy estoy segura que te fuiste a acostar con ella para consolarla.
-Si tardé en regresar fue porque la llevé al hospital.
-Sí claro.
-Fue atacada por ustedes, cómo no habría de llevarla, podrían haberle hecho mucho daño.
-Te preocupas tanto por ella ¿Por qué no lo haces por mí? Yo soy tu esposa. ¿A caso no te importa el daño que me habéis causado los dos? La vergüenza que me habéis hecho pasar. Ahora todo Chicago sabrá que me eres infiel con esa mujer.
-Es un daño que te has buscado por hacer semejante escandalo precisamente en el club.
-No me crees cuando te digo que yo no tuve nada que ver ¿Verdad? Sin embargo, yo debía de creerte cuando me dijiste que lo de ustedes se había terminado, cuando me suplicaste que te perdonara que era la mujer más importante en tu vida, y ahora veo que no es así. Fui una tonta por creer en tus palabras, quería hacerlo. Estaba tan feliz de que lo nuestro se hubiese arreglado “supuestamente”, que tenía una gran noticia para darte.
-Accedí a que la echaras de la oficina y le prohibieras la entrada, y hasta dejé de hacer viajes de negocios para que no creyeras que los hacía para encontrarme con ella, pero no te es suficiente que tienes que humillarla cada vez que te la encuentras.
-Qué considerado de tu parte por no viajar sin que yo te lo pidiera, es evidente que cada vez que lo hacías era para encontrarte con esa fulana y fornicar sin restricciones. Incluso te la llevaste a nuestra casa donde vivíamos antes y la tenías como la señora ¡Eres un sinvergüenza!
-Te dije que iba a cambiar y así fue, no sé por qué ahora traes todo eso a colación si me has perdonado.
-Esto nunca se va a terminar mientras sigas viéndote con ella, mientras siga rondándote.
-¿Es eso una amenaza?
-Estoy diciendo lo evidente. Por si no te has percatado estás más preocupado por ella y culpándome de que la he atacado cuando no es así.
-Estoy molesto por cómo te has comportado. Eso es todo.
-Y yo decepcionada de ti Anthony. Ahora si no te importa me gustaría estar a solas.
-¿Me estás echando otra vez de nuestra alcoba?
-Pues si no te vas lo haré yo.
Y sin esperar replica alguna y evitando que la retenga, pues sabe que no soportaría contacto alguno de sus manos después de haber visto como había abrazado a Annie en sus narices, sale de la habitación y se dispone en abandonar la casa, él va tras ella porque siente que aún no ha terminado la conversación. Cuando llega al último escalón la puerta se abre dejando ver a los hermanos Corwell entrando al lugar, habían ido ahí al enterarse de lo que había pasado en el club.
Automáticamente Candy se refugia en Stear y éste la protege entre sus brazos mientras que Archy da un par de pasos más para detener a su primo.
-Quítate, que tengo cosas que hablar con mi esposa.
-De eso nada Anthony.
-Que te hagas a un lado Archy, no te metas.
-Antes no lo hice porque ella me lo pidió, pero lo que pasó hoy en el club ha sido el colmo.
-Stear por favor, sácame de aquí.
-Como tú quieras Candy.
Acepta el joven a la súplica no sin antes dedicarle una mirada asesina a su primo por haber hecho llorar a ella. Archy se interpone para evitar que les siga.
-Como des un paso más te daré la bofetada que no te di antes.
-No te atreverías.
-No me pongas a prueba, desde el momento en que me enteré que tenías un romance con Annie tengo ganas de dártela. ¿Cómo pudiste meterte con otra mujer y hacerle éste daño a Candy?
-Es algo que a ti no te concierne.
Espeta molesto a la vez que intenta ir tras su esposa. Su primo estaba deseando que hiciera eso para poder darse el gusto.
-Tú te lo has buscado.
Y sin más le propina tal puñetazo que mandó al suelo al rubio, quien quedó atontado por el golpe y la sorpresa de que su primo se haya atrevido en levantarle la mano.
Esa noche Candy no regresó, la tía Elroy aprovechó para darle una reprimenda por su actuar desvergonzado y una cátedra de moral y comportamiento conyugal a su sobrino, aunque también quería darle un buen tirón de orejas por todo lo que estaba haciendo, incluido su proceder en el club. Nunca debió permitir que una simple aventura con esa fulana perturbara la estabilidad de su matrimonio.
-Ya está durando bastante ese devaneo de sábanas que tienes con esa mujer ¡Compórtate de una vez! Debes de darle el lugar a tu esposa y deshacerte de esa fulana de una vez por todas. Nunca en la historia de los Andrew se había visto tal escándalo. No alargues más la situación o de lo contrario ni Candy o yo podremos salir de ésta casa sin que se levanten rumores o chismes mal intencionados. ¡Oh cielos! Que me va a dar un soponcio de sólo imaginarlo, nuestra familia siempre ha sido tan discreta, respetada, y ahora seremos el hazme reír de toda la ciudad por culpa de la insensatez de éste muchacho. Ay, ay, que me va a dar algo.
Se quejaba la señora haciendo grandes aspavientos como si en verdad fuese a desmayarse, su sobrino quiso ayudarla, pero sólo logró con ello un golpe en su mano y una nueva reprimenda por la deshonra que estaba trayendo a la familia. Algo podía dar por sentado Anthony de todo lo que le había dicho su esposa, que por una amante insignificante ahora todo Chicago sabía de su amorío con Annie, por lo que necesitaba meditar muy bien lo que debía hacer.
Al día siguiente va al encuentro con sus amigos para tomar unas copas, éstos se saludan y toman asiento en su mesa habitual. La señorita Brither conocía ciertos hábitos y costumbres de su hombre por lo que también había salido para encontrarlo, deseaba verlo y enterarse de lo que había pasado a su regreso a la residencia de los Andrew; cuando estaba por acercarse hasta donde sabe que se encuentra Anthony se detiene al escuchar la conversación.
-No me lo puedo creer… tres mujeres peleando por ti y yo no tengo ninguna ¡Esto no puede ser! ¿Dime cómo le haces? ¿Con qué te bañas?
-Basta de tonterías Robert.
-Bueno… entonces dinos algo ¿Es cierto que Annie está embarazada?
-Sí… así es.
-¡Felicidades!
-Amigo, no sé si felicitarte o encargar tu corona para el entierro.
-¿De qué hablas Jason?
-Pues claro. ¿Tú crees que seguirás vivo cuando tu familia se entere que tendrás un hijo con otra mujer y no su esposa?
-Cierto.
-Ya, ni me lo recuerdes… realmente se han complicado un poco las cosas.
-¿Y qué piensas hacer con el bebé?
-Tenerlo ¡Por supuesto Robert! No estoy de acuerdo en que Annie aborte a mi hijo.
-Ya pero… ese niño se va a criar sin su padre.
-No voy a dejar que eso pase. Todavía tengo un poco de tiempo para arreglar la situación.
-¿Te vas a divorciar de tu esposa?
-Por supuesto que no Jason.
-Pues entonces no lo entiendo… ¿Qué es lo que tienes pensado hacer?
-El hijo que lleva en su vientre Annie lleva mi sangre, por supuesto que lo voy a reconocer, pero lo criaremos Candy y yo.
-¿Y tu esposa sabe de eso?
-¿Vas a alejar de su verdadera madre a tu hijo?
-Por supuesto que Candy aún no lo sabe, pero eso es lo mejor. Nosotros podremos ofrecerle un hogar, amor, educación, un futuro… así Annie podrá seguir con su vida, casarse si alguien se lo propone y no quedarse sola para toda la vida con el estigma de ser "madre soltera".
-Pareces muy claro con tus ideas… pero me pregunto si ellas pensarán lo mismo y aceptarán como si nada.
-Jason no digas más estupideces o harás que me explote la cabeza.
Se queja el rubio dándole un golpe en el hombro a su amigo para después darle un sorbo a su bebida. Annie por su lado se gira y muerde el pulgar de su mano por la rabia, no podía creer que Anthony no considerase en separarse de su mujer y peor aún, que tenga pensado alejarla de su hijo. Tiene que evitarlo, impedir que bajo ninguna forma él se salga con la suya y la termine abandonando por completo. Algo debe maquinar.
Mientras tanto Candy da un paseo con Eliza, le había pedido poder encontrarse para hablar.
-Gracias por acompañarme.
-Bueno, sólo vine para pedirte disculpas. Sé que mi comportamiento del otro día no fue el correcto. Lo siento mucho en verdad, no quería exponerte de tal manera, pero es que ver a esa mujer hizo que me hirviera la sangre y no pensé sólo me dejé llevar.
-Te lo agradezco, pero créeme que no hacía falta.
-Al contrario, se merece eso y mucho más por ser una descarada. No entiendo cómo has podido quedarte sin hacer nada. Esa desgraciada se merece que la pongan en su lugar, ser humillada y despreciada por todos.
-Porque en todo caso quien tendría que hacer algo es Anthony. Es él quien tendría que darme mi lugar.
-Candy, sabes perfectamente que siempre he estado enamorada de Anthony, y que cuando se casó contigo preferí poner distancia para no sufrir. Si hubiese estado aquí habría hecho lo mismo que esa infeliz, con la diferencia que yo al menos habría ido de frente y le hubiese exigido que decidiese entre una de nosotras, pero nunca hubiese aceptado estar en un romance clandestino.
-Bueno, eso es porque tú eres una gran mujer con alta estima y muy segura de sí misma que no aceptaría las migajas de cualquier hombre.
-También es verdad. Por eso es que me enojo mucho más porque él nunca se fijó en mí. Pero tranquila que esa desgraciada no ha sufrido todavía lo suficiente, ya me encargaré yo de ello.
-Preferiría que no hicieses nada, puede que las cosas no salgan como te esperes y los daños sean más de lo que podríamos controlar.
-No seas tan ingenua Candy, esa mujer se merece sufrir el doble de lo que te está haciendo a ti y a mí.
De presto sus pasos se detienen al percatarse de que la persona a la que se referían la tenían frente de sí. Eliza tuvo el impulso de ir hacia ella para hacer o decirle algo que lastimara, pero Candy la detuvo haciéndole ver que no era buena idea.
-Si hacemos algo así ahora la haremos parecer la víctima, piensa un poco y no dejes nublar tu razón.
-Candy.
-No… déjalo, ella no está a nuestra altura.
-¿Y qué? Esa desgraciada se merece que la pisoteen como a un insecto, déjame hacerlo.
-Ya, pero no de ésta manera. Sé más astuta, recuerda que como parte de la familia Andrew debemos mantener siempre la clase allá donde estemos y no cualquiera puede hacer algo contra ello.
-¿Qué es lo que me quieres decir?
Cuando Annie las reconoció se quedó de piedra por unos instantes, bastante tenía con procesar lo que acababa de oír decir a Anthony, temía que ellas se atreviesen a hacerle algo como lo sucedido en el club, él no estaba cerca ni se imaginaba que se acaban de encontrar por lo que no saldría a su rescate ni podría refugiarse en él. Así que decide alejarse inmediatamente. Al ver ello la rubia retiene a su acompañante y le continúa explicando su idea.
-Pese a la conversación pendiente que he dejado con Anthony, he pensado que si realmente deseo no volverla a ver tengo que…
-¿No me diga que piensas matarla?
-¡No digas tonterías!
-Ya me habías alegrado, incluso estaba dispuesta en ayudarte a ocultar el cadáver.
-Pues no pienso hacer eso.
-Qué aguafiestas que eres. Está bien y qué es eso que tienes en mente.
-Pienso hacer uso del apellido Andrew para que le prohíban la entrada a los clubs, fiestas y demás actividades de la alta sociedad a los que suele ir ella, incluso que el consorcio termine cualquier negocio que tenga con los Brither.
-¿Sólo eso? Candy qué poca imaginación tienes. Deberías de exponer su aventura.
-De ninguna manera, eso sería exponer a mi marido y por ende exponer que me ha sido infiel. No podría con eso, no podría soportar que anduviesen rodando cualquier chisme o ser el tema predilecto de conversación de los demás, entonces sí que sería yo quien no tendría la cara suficiente para salir a la calle y demostrarme ante todos.
-Ay Candy, ni que lo fueran a hacer toda la vida. Pero está bien, acepto tu idea y te ayudaré, déjame poner mi granito de arena.
-Se puede saber ¿Qué demonios te pasó en el club? ¿Por qué agrediste a Annie?
-Todavía sigues viéndote con esa mujer ¿Verdad?
-Contesta mi pregunta. Cielos Candy, nunca me imaginé que fueras a comportarte de esa manera.
-Yo no hice nada.
-Por favor, no quieras engañarme que vi cómo le dejaste el rostro de magullado por la bofetada que le propinaste.
-Yo no fui, sino que Eliza se dio ese gusto, porque si lo hubiese hecho yo, créeme que le habría cruzado la cara dos veces por descarada. Por meterse con mi marido y por sinvergüenza.
-No mientas, si has sido tú quien incitó a Eliza para que también la maltratara, no hacía falta que la humillaran públicamente.
-¿Qué yo miento? Y tú ¿Qué? Me dijiste que lo vuestro había terminado, pero me la encuentro en tu oficina, se aparece en el club para encontrarse contigo y vete, está por todas partes y a saber cuántas veces más se han estado viendo a mis espaldas revolcándose en cualquier lugar. Incluso hoy estoy segura que te fuiste a acostar con ella para consolarla.
-Si tardé en regresar fue porque la llevé al hospital.
-Sí claro.
-Fue atacada por ustedes, cómo no habría de llevarla, podrían haberle hecho mucho daño.
-Te preocupas tanto por ella ¿Por qué no lo haces por mí? Yo soy tu esposa. ¿A caso no te importa el daño que me habéis causado los dos? La vergüenza que me habéis hecho pasar. Ahora todo Chicago sabrá que me eres infiel con esa mujer.
-Es un daño que te has buscado por hacer semejante escandalo precisamente en el club.
-No me crees cuando te digo que yo no tuve nada que ver ¿Verdad? Sin embargo, yo debía de creerte cuando me dijiste que lo de ustedes se había terminado, cuando me suplicaste que te perdonara que era la mujer más importante en tu vida, y ahora veo que no es así. Fui una tonta por creer en tus palabras, quería hacerlo. Estaba tan feliz de que lo nuestro se hubiese arreglado “supuestamente”, que tenía una gran noticia para darte.
-Accedí a que la echaras de la oficina y le prohibieras la entrada, y hasta dejé de hacer viajes de negocios para que no creyeras que los hacía para encontrarme con ella, pero no te es suficiente que tienes que humillarla cada vez que te la encuentras.
-Qué considerado de tu parte por no viajar sin que yo te lo pidiera, es evidente que cada vez que lo hacías era para encontrarte con esa fulana y fornicar sin restricciones. Incluso te la llevaste a nuestra casa donde vivíamos antes y la tenías como la señora ¡Eres un sinvergüenza!
-Te dije que iba a cambiar y así fue, no sé por qué ahora traes todo eso a colación si me has perdonado.
-Esto nunca se va a terminar mientras sigas viéndote con ella, mientras siga rondándote.
-¿Es eso una amenaza?
-Estoy diciendo lo evidente. Por si no te has percatado estás más preocupado por ella y culpándome de que la he atacado cuando no es así.
-Estoy molesto por cómo te has comportado. Eso es todo.
-Y yo decepcionada de ti Anthony. Ahora si no te importa me gustaría estar a solas.
-¿Me estás echando otra vez de nuestra alcoba?
-Pues si no te vas lo haré yo.
Y sin esperar replica alguna y evitando que la retenga, pues sabe que no soportaría contacto alguno de sus manos después de haber visto como había abrazado a Annie en sus narices, sale de la habitación y se dispone en abandonar la casa, él va tras ella porque siente que aún no ha terminado la conversación. Cuando llega al último escalón la puerta se abre dejando ver a los hermanos Corwell entrando al lugar, habían ido ahí al enterarse de lo que había pasado en el club.
Automáticamente Candy se refugia en Stear y éste la protege entre sus brazos mientras que Archy da un par de pasos más para detener a su primo.
-Quítate, que tengo cosas que hablar con mi esposa.
-De eso nada Anthony.
-Que te hagas a un lado Archy, no te metas.
-Antes no lo hice porque ella me lo pidió, pero lo que pasó hoy en el club ha sido el colmo.
-Stear por favor, sácame de aquí.
-Como tú quieras Candy.
Acepta el joven a la súplica no sin antes dedicarle una mirada asesina a su primo por haber hecho llorar a ella. Archy se interpone para evitar que les siga.
-Como des un paso más te daré la bofetada que no te di antes.
-No te atreverías.
-No me pongas a prueba, desde el momento en que me enteré que tenías un romance con Annie tengo ganas de dártela. ¿Cómo pudiste meterte con otra mujer y hacerle éste daño a Candy?
-Es algo que a ti no te concierne.
Espeta molesto a la vez que intenta ir tras su esposa. Su primo estaba deseando que hiciera eso para poder darse el gusto.
-Tú te lo has buscado.
Y sin más le propina tal puñetazo que mandó al suelo al rubio, quien quedó atontado por el golpe y la sorpresa de que su primo se haya atrevido en levantarle la mano.
Esa noche Candy no regresó, la tía Elroy aprovechó para darle una reprimenda por su actuar desvergonzado y una cátedra de moral y comportamiento conyugal a su sobrino, aunque también quería darle un buen tirón de orejas por todo lo que estaba haciendo, incluido su proceder en el club. Nunca debió permitir que una simple aventura con esa fulana perturbara la estabilidad de su matrimonio.
-Ya está durando bastante ese devaneo de sábanas que tienes con esa mujer ¡Compórtate de una vez! Debes de darle el lugar a tu esposa y deshacerte de esa fulana de una vez por todas. Nunca en la historia de los Andrew se había visto tal escándalo. No alargues más la situación o de lo contrario ni Candy o yo podremos salir de ésta casa sin que se levanten rumores o chismes mal intencionados. ¡Oh cielos! Que me va a dar un soponcio de sólo imaginarlo, nuestra familia siempre ha sido tan discreta, respetada, y ahora seremos el hazme reír de toda la ciudad por culpa de la insensatez de éste muchacho. Ay, ay, que me va a dar algo.
Se quejaba la señora haciendo grandes aspavientos como si en verdad fuese a desmayarse, su sobrino quiso ayudarla, pero sólo logró con ello un golpe en su mano y una nueva reprimenda por la deshonra que estaba trayendo a la familia. Algo podía dar por sentado Anthony de todo lo que le había dicho su esposa, que por una amante insignificante ahora todo Chicago sabía de su amorío con Annie, por lo que necesitaba meditar muy bien lo que debía hacer.
Al día siguiente va al encuentro con sus amigos para tomar unas copas, éstos se saludan y toman asiento en su mesa habitual. La señorita Brither conocía ciertos hábitos y costumbres de su hombre por lo que también había salido para encontrarlo, deseaba verlo y enterarse de lo que había pasado a su regreso a la residencia de los Andrew; cuando estaba por acercarse hasta donde sabe que se encuentra Anthony se detiene al escuchar la conversación.
-No me lo puedo creer… tres mujeres peleando por ti y yo no tengo ninguna ¡Esto no puede ser! ¿Dime cómo le haces? ¿Con qué te bañas?
-Basta de tonterías Robert.
-Bueno… entonces dinos algo ¿Es cierto que Annie está embarazada?
-Sí… así es.
-¡Felicidades!
-Amigo, no sé si felicitarte o encargar tu corona para el entierro.
-¿De qué hablas Jason?
-Pues claro. ¿Tú crees que seguirás vivo cuando tu familia se entere que tendrás un hijo con otra mujer y no su esposa?
-Cierto.
-Ya, ni me lo recuerdes… realmente se han complicado un poco las cosas.
-¿Y qué piensas hacer con el bebé?
-Tenerlo ¡Por supuesto Robert! No estoy de acuerdo en que Annie aborte a mi hijo.
-Ya pero… ese niño se va a criar sin su padre.
-No voy a dejar que eso pase. Todavía tengo un poco de tiempo para arreglar la situación.
-¿Te vas a divorciar de tu esposa?
-Por supuesto que no Jason.
-Pues entonces no lo entiendo… ¿Qué es lo que tienes pensado hacer?
-El hijo que lleva en su vientre Annie lleva mi sangre, por supuesto que lo voy a reconocer, pero lo criaremos Candy y yo.
-¿Y tu esposa sabe de eso?
-¿Vas a alejar de su verdadera madre a tu hijo?
-Por supuesto que Candy aún no lo sabe, pero eso es lo mejor. Nosotros podremos ofrecerle un hogar, amor, educación, un futuro… así Annie podrá seguir con su vida, casarse si alguien se lo propone y no quedarse sola para toda la vida con el estigma de ser "madre soltera".
-Pareces muy claro con tus ideas… pero me pregunto si ellas pensarán lo mismo y aceptarán como si nada.
-Jason no digas más estupideces o harás que me explote la cabeza.
Se queja el rubio dándole un golpe en el hombro a su amigo para después darle un sorbo a su bebida. Annie por su lado se gira y muerde el pulgar de su mano por la rabia, no podía creer que Anthony no considerase en separarse de su mujer y peor aún, que tenga pensado alejarla de su hijo. Tiene que evitarlo, impedir que bajo ninguna forma él se salga con la suya y la termine abandonando por completo. Algo debe maquinar.
Mientras tanto Candy da un paseo con Eliza, le había pedido poder encontrarse para hablar.
-Gracias por acompañarme.
-Bueno, sólo vine para pedirte disculpas. Sé que mi comportamiento del otro día no fue el correcto. Lo siento mucho en verdad, no quería exponerte de tal manera, pero es que ver a esa mujer hizo que me hirviera la sangre y no pensé sólo me dejé llevar.
-Te lo agradezco, pero créeme que no hacía falta.
-Al contrario, se merece eso y mucho más por ser una descarada. No entiendo cómo has podido quedarte sin hacer nada. Esa desgraciada se merece que la pongan en su lugar, ser humillada y despreciada por todos.
-Porque en todo caso quien tendría que hacer algo es Anthony. Es él quien tendría que darme mi lugar.
-Candy, sabes perfectamente que siempre he estado enamorada de Anthony, y que cuando se casó contigo preferí poner distancia para no sufrir. Si hubiese estado aquí habría hecho lo mismo que esa infeliz, con la diferencia que yo al menos habría ido de frente y le hubiese exigido que decidiese entre una de nosotras, pero nunca hubiese aceptado estar en un romance clandestino.
-Bueno, eso es porque tú eres una gran mujer con alta estima y muy segura de sí misma que no aceptaría las migajas de cualquier hombre.
-También es verdad. Por eso es que me enojo mucho más porque él nunca se fijó en mí. Pero tranquila que esa desgraciada no ha sufrido todavía lo suficiente, ya me encargaré yo de ello.
-Preferiría que no hicieses nada, puede que las cosas no salgan como te esperes y los daños sean más de lo que podríamos controlar.
-No seas tan ingenua Candy, esa mujer se merece sufrir el doble de lo que te está haciendo a ti y a mí.
De presto sus pasos se detienen al percatarse de que la persona a la que se referían la tenían frente de sí. Eliza tuvo el impulso de ir hacia ella para hacer o decirle algo que lastimara, pero Candy la detuvo haciéndole ver que no era buena idea.
-Si hacemos algo así ahora la haremos parecer la víctima, piensa un poco y no dejes nublar tu razón.
-Candy.
-No… déjalo, ella no está a nuestra altura.
-¿Y qué? Esa desgraciada se merece que la pisoteen como a un insecto, déjame hacerlo.
-Ya, pero no de ésta manera. Sé más astuta, recuerda que como parte de la familia Andrew debemos mantener siempre la clase allá donde estemos y no cualquiera puede hacer algo contra ello.
-¿Qué es lo que me quieres decir?
Cuando Annie las reconoció se quedó de piedra por unos instantes, bastante tenía con procesar lo que acababa de oír decir a Anthony, temía que ellas se atreviesen a hacerle algo como lo sucedido en el club, él no estaba cerca ni se imaginaba que se acaban de encontrar por lo que no saldría a su rescate ni podría refugiarse en él. Así que decide alejarse inmediatamente. Al ver ello la rubia retiene a su acompañante y le continúa explicando su idea.
-Pese a la conversación pendiente que he dejado con Anthony, he pensado que si realmente deseo no volverla a ver tengo que…
-¿No me diga que piensas matarla?
-¡No digas tonterías!
-Ya me habías alegrado, incluso estaba dispuesta en ayudarte a ocultar el cadáver.
-Pues no pienso hacer eso.
-Qué aguafiestas que eres. Está bien y qué es eso que tienes en mente.
-Pienso hacer uso del apellido Andrew para que le prohíban la entrada a los clubs, fiestas y demás actividades de la alta sociedad a los que suele ir ella, incluso que el consorcio termine cualquier negocio que tenga con los Brither.
-¿Sólo eso? Candy qué poca imaginación tienes. Deberías de exponer su aventura.
-De ninguna manera, eso sería exponer a mi marido y por ende exponer que me ha sido infiel. No podría con eso, no podría soportar que anduviesen rodando cualquier chisme o ser el tema predilecto de conversación de los demás, entonces sí que sería yo quien no tendría la cara suficiente para salir a la calle y demostrarme ante todos.
-Ay Candy, ni que lo fueran a hacer toda la vida. Pero está bien, acepto tu idea y te ayudaré, déjame poner mi granito de arena.
Última edición por Cherry Cheddar el Miér Abr 17, 2024 8:11 am, editado 1 vez
