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A kzr2005, Yuriko Yokinawa, Cecilia Lagunes, Letzabeth1, Betty Laguna, Azul pequeña, ambar graham y a les gusta esta publicaciòn
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AstridGraham escribió:Hola niñas traviesas, les dejo la tercer parte de este mini escrito.Gene.sis_tg, ya está casi convencida de traernos el fanart sin censura...![]()
Citaré la frase de la bella Maxine Winters : ¡Se prendió está vaina!HAZME TUYA.Parte 3Terry.
Mi presa se había vuelto demasiado resbaladiza, ya no lograba coincidir con ella. Temía a que Toño volviera de su viaje, y la alejara por completo de mí, y no porque él era un mejor tipo que yo, de hecho, era todo lo contrario, pues el desgraciado le era infiel a Candy, con Susana.Siempre me decía que la niña pecosa, era eso, una niña, y que él era un hombre de acción, que necesitaba mucho más de lo que ella estaba dispuesta a ofrecerle.—¿Por qué no la dejas entonces? —Le pregunté alguna vez.—Porque quiero que sea mi esposa, estoy seguro de que los hijos que me dé, serán hermosos.
Desde aquella noche, no había hecho otra cosa más que agonizar pensando en Candy, y me dolía no verla. No podía dejársela a Toño, y estaba resuelto en continuar lo que iniciamos.Sin perder más el tiempo decidí ir a buscarla, sabía en dónde trabajaba, y su horario de salida. Llegué a la hora exacta, la observé de lejos despidiéndose de sus compañeras; lucía tan hermosa, que me hizo sentir algo inexplicable, eso me daba miedo.Salí del auto y caminé lento, dando tiempo a que se quedara completamente sola, y cuando lo estuvo, caminó buscando su auto y sin fijarse, topó conmigo. Alzó la vista y eso me bastó para perderme en sus hechizantes ojos verdes, ella en seguida se sonrojó, y las leves pecas de su nariz resaltaron más.
—Moría por verte… Luces muy bella Candy—. Le dije.Siempre había fantaseado en tenerla para mí, con su uniforme de enfermera. No pude evitar imaginarla, modelándome el atuendo blanco, el cual le quitaría, pieza por pieza, hasta dejarla solo con las medias blancas y los ligeros; y luego encendería su cuerpo, con ardientes caricias, preparándola para acogerme en su cálido interior.Sacudí mi cabeza, ante mis cachondos pensamientos, porque mi entrepierna comenzaba a despertar, y Candy obviamente lo iba a notar. Quise decirle tantas cosas, pero no podía pensar con claridad, no, cuando mantenía sus labios entre abiertos.—Terry, yo…—¡Shhh! No digas nada, debo decirte algo, pero este no es el lugar indicado—. Yo no me involucraba en relaciones sentimentales, lo mío solo era un acostón y fin de la historia; pero con ella, no sabía qué diablos me estaba pasando.
—Yo también, quiero decirte algo—. Me respondió.
—Tú, decide el lugar.
—A tu apartamento—. Dijo con firmeza, yo no me la creía.
—En tu auto o…
—Vamos en el tuyo—. De nuevo habló con seguridad.
La ayudé a cargar su bolso y la llevé mi auto. Conduje sin prisas, pues al saberla de nuevo en mi territorio, llevaba las de ganar. Durante el trayecto, se mostró muy nerviosa, y yo sin poder contenerme, posicioné mi mano sobre su muslo, ella no la apartó, y sonreí de lado, porque ese era un buen indicio.
Como ya conocía mi apartamento, se condujo con confianza al entrar, se tomó un tiempo en el sanitario, yo aproveché y corrí a mi habitación, para asegurarme de tener los preservativos suficientes, incluso, metí dos más, en el bolsillo de mi pantalón.Cuando llegué, ya estaba sentada sobre el sofá, tenía una pierna cruzada sobre la otra, dejando ver sus medias blancas del uniforme. Se veía concentrada mensajeando con alguien, pero yo sabía que solo era una pantomima, porque seguía muy nerviosa; así que fui por unos tragos de güisqui, los necesitábamos, ella más que yo.
—Antes que nada, quiero decirte que me gustas Terry—. Me confesó de golpe, y yo tuve que tragar el licor para no ahogarme.
—Linda, tú también me gustas.
—Bien—. Dijo y dio un sorbo a su trago, luego desvió la mirada.
—¿Bien? — Alcé una ceja, instándola a hablar.
—¿Sabes por qué se fue Anthony? —Me preguntó, y la sola mención del jardinero me sacó de mis casillas. Acaso, ¿quería que habláramos de él? ¡Eso era el colmo!
—Mira Candy, sí quieres hablar sobre tu novio, puedes buscar a alguien más. Ser tu paño de lágrimas, es lo último que deseo.
—Lamento decírtelo, pero es necesario que hablemos de él.
—Pues, no me apetece escuchar—. Intenté pararme, pero me detuvo. No sería capaz de escuchar cómo era que lo inmaculaba, cuando en realidad el hijo de puta, seguramente estaba cogiéndose en esos momentos, a Susana.
— ¡Le confesé que me gustas! — Soltó.
—¿Qué has dicho? — Me volví.
—Lo que escuchaste, terminamos porque tú me gustas Terry—. Abrí los ojos con sorpresa. ¡Maldito desgraciado!, ¿por qué se fue sin decírmelo?
— No me dijo nada—. Le dije, y ella desvió su mirada con un dejo de tristeza.
—Es que se fue con el corazón roto, debes comprenderlo—. Ella estaba al borde de las lágrimas, en verdad que iba a necesitar mucho aplomo para no decirle la clase de sinvergüenza, que había mantenido por novio.
—Puedo imaginarlo—. Rodé los ojos sin que me viera, y nos sentamos de nuevo en el sofá, permanecimos en silencio.Ella contemplaba el líquido ambarino con los cubos de hielo, entonces se lo quité y dejé los vasos en la mesa. La atraje a mí, y ella colocó su cabeza sobre mi pecho. Candy sería solo mía… ¡Ya era hora!Le alcé el mentón con lentitud, y la besé en la boca. Esta vez, no fue como la primera, porque ahora la sentía distinta, ella se entregaba con pasión.La deseaba sí, pero de pronto, necesitaba tenerla para siempre a mi lado. Empecé a acariciarle el rostro y pasó sus manos sobre mi pecho, no sé por qué Anthony decía que era una frígida, cuando a mi lado era como lava ardiente, quemando todo lo que tocaba a su paso.
—¿Desde cuándo sientes algo por mí? — Le pregunté al oído mientras dejaba un rastro húmedo de besos por su cuello.
—Desde que te conocí—. Respondió apenas audible.
—¿Y por qué no me lo habías dicho antes? — La vi fijamente a los ojos.
—No, estaba totalmente segura.
—¿Y ahora, lo estás?
—Sí, sé lo que siento por ti—. Me detuve, y esta vez no vi duda en sus esmeraldas, sino un brillo especial. Escuchar aquello elevó mi ego, bueno, y mi miembro también.De nuevo nos besamos, y con mi cuerpo aprisionándola, ella se fue recostando sobre el sofá, aparté mi boca de la suya y bajé hasta el escote de su blusa, repartiendo besos. Ella se arqueaba con cada roce, le arranqué los botones a la blusa, dejando su pecho desnudo a mi merced. Ella temblaba, sabía que era su primera vez, y moría por hacerla mía; pero a la vez, quería disfrutar cada segundo que recordaría para toda la vida.Volví a saciarme de su boca, y hundí mis dedos entre sus cabellos, logrando quitarle la coleta, sentí la fragancia que emanaba de sus rizos, y aquello era una exquisitez para mis sentidos. Con una mano, le desabroché el sujetador, y cuando sus pechos quedaron libres para mí, engullí uno entre mi boca, ella se arqueó, con una mano deslicé su falda hacia arriba y acariciaba sus muslos, su respiración era entrecortada. Mis dedos buscaban su intimidad, de la cual ella se negaba a darme libre acceso, le prometí que no le haría daño y entonces se relajó, hallé lo que tanto buscaba y estaba exquisitamente húmeda, separé su prenda íntima y llegué a sus labios, acaricié el clítoris, una y otra vez, una y otra vez.
Alcé mi rostro y le mordí un pezón, ella suplicó por más, así que la complací clavando los dientes con poca fuerza, temiendo en arrancárselo; luego, le presté atención al otro, su entre pierna quemaba y yo ansiaba fundirnos en un solo ser.Me separé y bajé mis pantalones de mezclilla, en cuanto me liberé, ella no dudó en acariciarme sobre mis interiores, estaba muy mojado y tan firme como el acero. Bajó mi ropa y sentada como estaba en el sofá, giró la muñeca, oscilándola de arriba a abajo, de abajo hacia arriba, despacio, deprisa, una y otra vez, una y otra vez, me veía, y sus ojos brillaban con perversidad, con su pequeña mano trataba de aprisionar mi falo. Sus dedos llegaron más atrás, y yo sentí la gloria cuando su boca se apoderó de mí, arrancándome gemidos guturales. Su lengua y dientes me llevaron al borde de la cordura.
Se apartó solo un poco, y yo agaché la cabeza para verla—Terry, hazme tuya—. me suplicó de rodillas, yo tenía mis dedos enredados entre sus cabellos, mi miembro palpitaba a punto de explotar. Esto lo había deseado durante tanto tiempo.
Respiré hondo para controlarme, «solo unos minutos más», me dije. Ella lo merecía, así que la cargué y llevé a mi dormitorio, donde mi cama estaba más que dispuesta para acogerla.Se viene el final chicas...![]()
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Jajaja, te dije que no podrías dormir jajajaLady Letty escribió:Omg! Tendrd que darme un baño con agua fría.
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» El Ciber Hogar de Pony » Guerra Florida 2023 » Lado Rosa Oscuro » ♥♥♥LAS BANDOLERAS DE TERRY ♥♥♥ TRAEN UN EXPLOSIVO Y ARDIENTE MINIFIC♡"HAZME TUYA"♡ /PARTE 3/ESCRITO POR MARLENE WHITE Y ASTRID GRAHAM, CON UNA COLABORACIÓN EXCLUSIVA DE LA ARTISTA GENE.SIS_TG
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