Índice
Portal
Últimas imágenes
Buscar
Conectarse
RETO MORADA MISTICA
FESTIVAL HENTAI
SIN IMPORTAR.
Odiaba el hecho de quedarse en casa desde siempre, por ello cada noche salía buscando la compañía de ese alguien para conseguir aquello que su ahora ex-esposa nunca pudo darle, un amor incondicional sin reclamos, sin regaños, sin esperar nada a cambio. Durante años había sufrido el ahíto de estar al lado de una mujer que no amaba y ahora que al fin los papeles estaban firmados y habían llegado a un acuerdo era libre de irse sin la necesidad de dar una explicación a quien se quedaba en aquella casa que a partir de ese momento no era la suya.
Salió de forma petulante, con una sonrisa y un hasta nunca en los labios, dando la espalda a la mujer postrada en aquella silla, quien entre llanto y coraje le había concedido la libertad a cambio de unas monedas, mismas que necesitaba para rehacer su vida.
- Te odio Terry, te odio. –le escucho decir antes de cerrar la puerta y la verdad es que sabía que ese odio era merecido, pues en ese tiempo no había aprendido a amarla y al contrario de lo prometido no pudo mantenerse fiel a ella y estaba consciente que ella siempre lo supo.
La condición para firmar fue algo extremo, Susana llego al borde de condicionar su divorcio por una noche con ella, pensó que al tenerlo en la cama podría retenerlo pero apenas se cerró la puerta de la habitación y quedaron ambos solos aquel espeso aire comenzó a respirarse entre ambos y la situación se tornó sumamente difícil para ambos.
Él se desnudó sin más preámbulo, sorprendiendo completamente a Susana quien esperaba ser tratada con la delicadeza de cualquier mujer pero mientras estaba sentada en la cama esperando que él se acercara y comenzara a besarla se dio cuenta que Terry solo le estaba ofreciendo a apagar el fuego que tenía dentro de una manera frugal, fría, como si el mismo fuera un objeto de placer.
- Terry!
El no dijo nada, se acercó y se paró frente a ella mostrando su desnudez, Susana intento taparse la vista y el con la mirada fría le tomo las manos y las coloco en su abdomen.
- Vamos, no estabas esperando esto?
- Así no.
- Que querías?
- Yo… yo…
Susana alejo las manos, tapo nuevamente su rostro y comenzó a llorar, Terry camino hasta su ropa y comenzó a vestirse sin prisa.
- Pensé que querías pasar conmigo la noche, acaso no estoy haciendo lo que quieres?
- No de esa forma, eres ruin.
- Tu eres quien me está condicionando, eres tu quien ha pedido algo que sabes es imposible entre nosotros. Una noche a tu lado para dejarme ir? Sé muy bien que no es eso lo que quieres y se también que no me amas lo único que quieres es demostrarte que puedes tenerme si lo quieres.
- ¿Porque no me amas?
- Simplemente porque no lo hago, nuestra relación desde un principio fue condicionada y lo sabes bien, tu madre misma hizo el trámite para que yo permaneciera a tu lado y por su causa ambos somos infelices, ¿no lo entiendes? ¿Quieres una noche a mi lado? Puedo dártela yo no tengo nada que perder ¿pero tú? ¿podrías lidiar sola con las consecuencias?
- Eres un ser ruin, un maldito.
- No, solo soy un ser humano y como tal quiero continuar, puedes rehacer tu vida, puedo darte la anulación y seria como si nunca nos hubiéramos casado, puedes conseguir un hombre bueno que te amé de verdad y mientras tanto puedo darte una mensualidad y una dote con la que puedes vivir bien, solo necesito que me dejes libre.
Susana no dijo nada, solo continuo llorando, Terry tomo su chaqueta y se alejó de aquel cuarto sin decir más. Al día siguiente, cuando llego de estar toda la noche fuera, un notario se encontraba con todos los requerimientos para empezar con la anulación del matrimonio, Terry apenas lo miro en la mesa del comedor a un lado de Susana se acercó para tomar aquellos papeles que se encontraban sobre la misma. No necesito escuchar a que iba, solo comenzó a leer ante las palabras de presentación del hombre y una perorata de instrucciones y condiciones que ya venían escritas en los papeles, lo único que le llamo la atención fue la petición de no casarse hasta después de un año de anulado el matrimonio lo cual en realidad era obvio para no daña la reputación de Susana, no importo, tomo la pluma y de inmediato firmo para irse de ahí.
*-*-*-*-*-*-*-*
Flashback
Fue un encuentro un poco accidentado, Terry había logrado una carrera sólida y un matrimonio estable en apariencia, aunque intento evitarlo la Sra. Marlowe había presionado tanto que termino cediendo y unido su vida a Susana, sin embargo el trato era solo un matrimonio en apariencia a lo que Susana nunca se conformó. Después de la muerte de su madre Susana buscaba de todas las formas posibles atar aún más a Terry, lo celaba cada día, le reclamaba sus salidas, hasta su forma de vestir o de comportarse con los demás hasta el punto en que el procuraba irse por días lejos de ella.
Fue en una de esas ocasiones cuando volvió a ver a Candy, un día de Mayo, justo llego con la primavera a su vida de nueva cuenta. No es que tuviera la ilusión de estar con ella nuevamente, después de años sin verla era lógico que quisiera invitarla a comer para platicar de sus vidas y no pensó que aquella comida daría paso a un nuevo romance con la rubia. Candy se mantenía soltera, trabajaba aun en el área de enfermería pero en esa ocasión tomaba vacaciones lejos de casa.
- Porque Nueva York? –le había preguntado en aquella ocasión.
- Quería dar un giro a mis días, por lo general cuando salgo de vacaciones voy al hogar de Ponny pero desde que murió la Srita. Ponny me da miedo ir a ese lugar…quería perderme en el ajetreo de las calles y acudir a los espectáculos que aquí se dan, lejos de todo y de todos…es una suerte que te haya encontrado en realidad.
Aquel encuentro marco la vida de ambos, ella había madurado y después de la larga plática que ambos tuvieron lamento haberse alejado en aquellos días. No era la misma chica inocente y soñadora de antes, la vida había sido dura con ella, ahora después de tantas experiencias vividas era alguien que sabía bien que para lograr sus sueños debía luchar por ellos y fue aquello que los llevo poco antes de que ella partiera de nueva cuenta a Chicago a tener un encuentro que nunca en sus vidas hubiesen esperado.
Aquella comida no fue la única, durante su estancia Terry se encargó de pasearla por todo Nueva York, aun cuando el tenía que acudir a un par de funciones a la semana no hubo día que no la acompañara a ver algún espectáculo o tarde que no la llevara a comer, ambos se sentían tan agosto como antaño, con la diferencia que ya no esperaban nada más que una simple amistad. Sin embargo aquella última noche ella se atrevió a algo que en el pasado no hubiera hecho, apenas Terry se dio la vuelta ella le alcanzo y sin lo beso sorprendiéndolo por completo, tal vez pensó que con aquel beso pagaba todo ese tiempo que perdieron por no luchar juntos o tal vez era un mero agradecimiento, la cosa fue que Terry se sintió vivo nuevamente apenas ella rozo sus labios.
Lo que paso después fue algo tan repentino para ambos que apenas tuvieron tiempo de pensar en la locura que estaban haciendo. Terry respondió a ese beso, respondió de tal forma por el deseo contenido que termino por aprisionarla en la pared, Candy supo que había cometido un error pero al mismo tiempo no quería arrepentirse, ya suficientes arrepentimientos tenía en su vida, además ella se iría al día siguiente y tal vez nunca volvería a verlo.
Para evitar que alguien los viera y aprovechado que estaban justo en la puerta del hotel ella con la dificultad provocada por tener a Terry besándola y abrazándola abrió para entrar ambos en una carrera hacia lo inminente, Terry cerró la puerta y sin pensar en nada mas la guio al sofá para seguirla besando, era como si quisiera cobrar cada día sin sus besos, cada hora sin su presencia, no era la Candy que conocía pero superaba sus expectativas en ese momento puesto que lo mismo que daba recibía.
Candy se recostó sobre el sofá, ansiosa pues su cuerpo empezaba a cosquillear y tenía la necesidad de continuar con aquellas sensaciones, Terry se quitó el saco y empezó a acariciar primero su cuello para luego lentamente para no asustarla, busco uno de sus senos, Candy jadeo pero no hizo el intento por parar, en la mente de Terry solamente había un pensamiento. “siempre te necesite”.
No se preguntó por qué Candy no tenía miedo, ni si había estado con otros hombres, no se preguntó que la había llevado a aquella acción y porque se dejaba amar en ese instante por él, solo se preocupó en ese momento por amarla como siempre lo soñó y llegar hasta donde ella se lo permitiera.
Candy instintivamente bajo su mano por la espalda de él, se apretó a su cuerpo intentando tenerlo más y más cerca pero Terry se separó de improviso y la miro en un momento de cordura.
- Esta segura?
- Si no, no estaría aquí.
- Pero…
Ella le puso el dedo en los labios mirándolo con aquellos ojos verdes de pupilas dilatadas y entonces el ya no hizo más preguntas, comenzó a desvestirla lentamente disfrutando la visión que ella le regalaba, acariciaba su cuerpo tan lentamente con sus dedos que podía ver como a ella se le erizaba la piel y se llenaba más y más de deseo, el mismo fue quitándose la ropa quedando casi desnudo sobre ella mientras besaba cada rincón de la blanca piel de la rubia, saboreando las mieles que esta le ofrecía y sintiendo como ella se retorcía ante cada roce. Pronto cuando ya no pudo más fue introduciéndose lentamente intentando no lastimarla, ella se mordió los labios, le atrajo hacia su cuerpo logrando que él le diera una estocada que la hizo gritar de dolor, no, ella no había estado con nadie más y aquella primera noche de amor le pertenecía a él, se contuvo, no quiso lastimarla más de lo que ya lo había hecho y beso sus labios sintiéndose un tanto culpable por robarle su virginidad, Candy no supo todo lo que pasaba por su cabeza pero le beso incitándolo a continuar, lento, muy lento siguieron amándose hasta que el ya no pudo soportar aquel contoneo y aquella fricción en su miembro y exploto cayendo cansado a su lado, ella lo recibió con un beso y se quedó unida al a pesar del dolor que sentía en aquel instante. Candy se quedó en silencio acariciando su cabeza sabiendo que había hecho mal pero durante mucho tiempo había soñado con el estar en los brazos de Terry, cuando su cuerpo empezó a cambiar y cuando empezó a desear estar con alguien a su mente siempre llegaba la imagen de aquel chico que siempre había amado… no, no se arrepentía pero sabía bien que en un futuro sus noches de fantasía tendrían al fin un sabor diferente.
Ambos durmieron en los brazos del otro pero llegando la mañana ella se levantó aun un poco dolorida, tomo un baño y se arregló para partir. Terry se quedó un poco más de tiempo dormido, después de tanto tiempo era la primera vez que dormía tranquilo y feliz. Ella no lo molesto, pero cuando iba a irse el abrió al fin los ojos.
- Me voy, mi tren parte en un par de horas.
- ¿Porque irte?
- porque mis vacaciones se han terminado, tendré que presentarme a partir de mañana.
- Porque no quedarte a mi lado?
- Porque ambos tenemos una vida hecha, no vine a destruir la que ya tienes. – Le sonrió y le dio un beso de despedida.
- Candy.
- No me acompañes, es mejor que salga yo primero.
El entendió a lo que se refería y se quedó un poco más pensando en que debía hacer en esos momentos, entonces después de un rato se levantó y partió hasta la estación. Candy estaba sentada esperando que arribara el tren y lo vio llegar.
- Iré por ti pronto.
- No lo hagas, lo de anoche…
- Iré por ti pronto, lo prometo.
Ella le miro y supo que esta vez el había tomado la decisión que muchos años atrás no se había atrevido, seguirla sin importar nada más. Al llegar el tren ella subió, busco su asiento y a través de la ventana vio al hombre en el que se había convertido Terry mirarla fijamente con seriedad en el rostro. “Ese es Terry”… -pensó mientras el tren iba alejándose hacia su destino.
*-*-*-*-*-*-*-*-*
Lo primero que hizo al firmar el divorcio ir a la estación, malcomer algo en lo que esperaba que este llegara, subirse tren apenas llego e ir a buscarla como lo había prometido, tal vez debía esperar un año para casarse con ella pero de igual forma ella ya era su mujer en cuerpo y alma.
La sensación de libertad que tuvo en aquel momento fue lo mejor que le había pasado desde su encuentro con Candy meses atrás, cuando ambos al fin habían llegado al acuerdo de no separarse en silencio a pesar de sus ataduras y a pesar de las habladurías de la gente…
Al verlo llegar Candy supo que al fin ella lo había liberado, corrió a sus brazos y lo beso como la primera vez que lo había hecho cuando volvieron a encontrarse…
FIN
FESTIVAL HENTAI
SIN IMPORTAR.
Odiaba el hecho de quedarse en casa desde siempre, por ello cada noche salía buscando la compañía de ese alguien para conseguir aquello que su ahora ex-esposa nunca pudo darle, un amor incondicional sin reclamos, sin regaños, sin esperar nada a cambio. Durante años había sufrido el ahíto de estar al lado de una mujer que no amaba y ahora que al fin los papeles estaban firmados y habían llegado a un acuerdo era libre de irse sin la necesidad de dar una explicación a quien se quedaba en aquella casa que a partir de ese momento no era la suya.
Salió de forma petulante, con una sonrisa y un hasta nunca en los labios, dando la espalda a la mujer postrada en aquella silla, quien entre llanto y coraje le había concedido la libertad a cambio de unas monedas, mismas que necesitaba para rehacer su vida.
- Te odio Terry, te odio. –le escucho decir antes de cerrar la puerta y la verdad es que sabía que ese odio era merecido, pues en ese tiempo no había aprendido a amarla y al contrario de lo prometido no pudo mantenerse fiel a ella y estaba consciente que ella siempre lo supo.
La condición para firmar fue algo extremo, Susana llego al borde de condicionar su divorcio por una noche con ella, pensó que al tenerlo en la cama podría retenerlo pero apenas se cerró la puerta de la habitación y quedaron ambos solos aquel espeso aire comenzó a respirarse entre ambos y la situación se tornó sumamente difícil para ambos.
Él se desnudó sin más preámbulo, sorprendiendo completamente a Susana quien esperaba ser tratada con la delicadeza de cualquier mujer pero mientras estaba sentada en la cama esperando que él se acercara y comenzara a besarla se dio cuenta que Terry solo le estaba ofreciendo a apagar el fuego que tenía dentro de una manera frugal, fría, como si el mismo fuera un objeto de placer.
- Terry!
El no dijo nada, se acercó y se paró frente a ella mostrando su desnudez, Susana intento taparse la vista y el con la mirada fría le tomo las manos y las coloco en su abdomen.
- Vamos, no estabas esperando esto?
- Así no.
- Que querías?
- Yo… yo…
Susana alejo las manos, tapo nuevamente su rostro y comenzó a llorar, Terry camino hasta su ropa y comenzó a vestirse sin prisa.
- Pensé que querías pasar conmigo la noche, acaso no estoy haciendo lo que quieres?
- No de esa forma, eres ruin.
- Tu eres quien me está condicionando, eres tu quien ha pedido algo que sabes es imposible entre nosotros. Una noche a tu lado para dejarme ir? Sé muy bien que no es eso lo que quieres y se también que no me amas lo único que quieres es demostrarte que puedes tenerme si lo quieres.
- ¿Porque no me amas?
- Simplemente porque no lo hago, nuestra relación desde un principio fue condicionada y lo sabes bien, tu madre misma hizo el trámite para que yo permaneciera a tu lado y por su causa ambos somos infelices, ¿no lo entiendes? ¿Quieres una noche a mi lado? Puedo dártela yo no tengo nada que perder ¿pero tú? ¿podrías lidiar sola con las consecuencias?
- Eres un ser ruin, un maldito.
- No, solo soy un ser humano y como tal quiero continuar, puedes rehacer tu vida, puedo darte la anulación y seria como si nunca nos hubiéramos casado, puedes conseguir un hombre bueno que te amé de verdad y mientras tanto puedo darte una mensualidad y una dote con la que puedes vivir bien, solo necesito que me dejes libre.
Susana no dijo nada, solo continuo llorando, Terry tomo su chaqueta y se alejó de aquel cuarto sin decir más. Al día siguiente, cuando llego de estar toda la noche fuera, un notario se encontraba con todos los requerimientos para empezar con la anulación del matrimonio, Terry apenas lo miro en la mesa del comedor a un lado de Susana se acercó para tomar aquellos papeles que se encontraban sobre la misma. No necesito escuchar a que iba, solo comenzó a leer ante las palabras de presentación del hombre y una perorata de instrucciones y condiciones que ya venían escritas en los papeles, lo único que le llamo la atención fue la petición de no casarse hasta después de un año de anulado el matrimonio lo cual en realidad era obvio para no daña la reputación de Susana, no importo, tomo la pluma y de inmediato firmo para irse de ahí.
*-*-*-*-*-*-*-*
Flashback
Fue un encuentro un poco accidentado, Terry había logrado una carrera sólida y un matrimonio estable en apariencia, aunque intento evitarlo la Sra. Marlowe había presionado tanto que termino cediendo y unido su vida a Susana, sin embargo el trato era solo un matrimonio en apariencia a lo que Susana nunca se conformó. Después de la muerte de su madre Susana buscaba de todas las formas posibles atar aún más a Terry, lo celaba cada día, le reclamaba sus salidas, hasta su forma de vestir o de comportarse con los demás hasta el punto en que el procuraba irse por días lejos de ella.
Fue en una de esas ocasiones cuando volvió a ver a Candy, un día de Mayo, justo llego con la primavera a su vida de nueva cuenta. No es que tuviera la ilusión de estar con ella nuevamente, después de años sin verla era lógico que quisiera invitarla a comer para platicar de sus vidas y no pensó que aquella comida daría paso a un nuevo romance con la rubia. Candy se mantenía soltera, trabajaba aun en el área de enfermería pero en esa ocasión tomaba vacaciones lejos de casa.
- Porque Nueva York? –le había preguntado en aquella ocasión.
- Quería dar un giro a mis días, por lo general cuando salgo de vacaciones voy al hogar de Ponny pero desde que murió la Srita. Ponny me da miedo ir a ese lugar…quería perderme en el ajetreo de las calles y acudir a los espectáculos que aquí se dan, lejos de todo y de todos…es una suerte que te haya encontrado en realidad.
Aquel encuentro marco la vida de ambos, ella había madurado y después de la larga plática que ambos tuvieron lamento haberse alejado en aquellos días. No era la misma chica inocente y soñadora de antes, la vida había sido dura con ella, ahora después de tantas experiencias vividas era alguien que sabía bien que para lograr sus sueños debía luchar por ellos y fue aquello que los llevo poco antes de que ella partiera de nueva cuenta a Chicago a tener un encuentro que nunca en sus vidas hubiesen esperado.
Aquella comida no fue la única, durante su estancia Terry se encargó de pasearla por todo Nueva York, aun cuando el tenía que acudir a un par de funciones a la semana no hubo día que no la acompañara a ver algún espectáculo o tarde que no la llevara a comer, ambos se sentían tan agosto como antaño, con la diferencia que ya no esperaban nada más que una simple amistad. Sin embargo aquella última noche ella se atrevió a algo que en el pasado no hubiera hecho, apenas Terry se dio la vuelta ella le alcanzo y sin lo beso sorprendiéndolo por completo, tal vez pensó que con aquel beso pagaba todo ese tiempo que perdieron por no luchar juntos o tal vez era un mero agradecimiento, la cosa fue que Terry se sintió vivo nuevamente apenas ella rozo sus labios.
Lo que paso después fue algo tan repentino para ambos que apenas tuvieron tiempo de pensar en la locura que estaban haciendo. Terry respondió a ese beso, respondió de tal forma por el deseo contenido que termino por aprisionarla en la pared, Candy supo que había cometido un error pero al mismo tiempo no quería arrepentirse, ya suficientes arrepentimientos tenía en su vida, además ella se iría al día siguiente y tal vez nunca volvería a verlo.
Para evitar que alguien los viera y aprovechado que estaban justo en la puerta del hotel ella con la dificultad provocada por tener a Terry besándola y abrazándola abrió para entrar ambos en una carrera hacia lo inminente, Terry cerró la puerta y sin pensar en nada mas la guio al sofá para seguirla besando, era como si quisiera cobrar cada día sin sus besos, cada hora sin su presencia, no era la Candy que conocía pero superaba sus expectativas en ese momento puesto que lo mismo que daba recibía.
Candy se recostó sobre el sofá, ansiosa pues su cuerpo empezaba a cosquillear y tenía la necesidad de continuar con aquellas sensaciones, Terry se quitó el saco y empezó a acariciar primero su cuello para luego lentamente para no asustarla, busco uno de sus senos, Candy jadeo pero no hizo el intento por parar, en la mente de Terry solamente había un pensamiento. “siempre te necesite”.
No se preguntó por qué Candy no tenía miedo, ni si había estado con otros hombres, no se preguntó que la había llevado a aquella acción y porque se dejaba amar en ese instante por él, solo se preocupó en ese momento por amarla como siempre lo soñó y llegar hasta donde ella se lo permitiera.
Candy instintivamente bajo su mano por la espalda de él, se apretó a su cuerpo intentando tenerlo más y más cerca pero Terry se separó de improviso y la miro en un momento de cordura.
- Esta segura?
- Si no, no estaría aquí.
- Pero…
Ella le puso el dedo en los labios mirándolo con aquellos ojos verdes de pupilas dilatadas y entonces el ya no hizo más preguntas, comenzó a desvestirla lentamente disfrutando la visión que ella le regalaba, acariciaba su cuerpo tan lentamente con sus dedos que podía ver como a ella se le erizaba la piel y se llenaba más y más de deseo, el mismo fue quitándose la ropa quedando casi desnudo sobre ella mientras besaba cada rincón de la blanca piel de la rubia, saboreando las mieles que esta le ofrecía y sintiendo como ella se retorcía ante cada roce. Pronto cuando ya no pudo más fue introduciéndose lentamente intentando no lastimarla, ella se mordió los labios, le atrajo hacia su cuerpo logrando que él le diera una estocada que la hizo gritar de dolor, no, ella no había estado con nadie más y aquella primera noche de amor le pertenecía a él, se contuvo, no quiso lastimarla más de lo que ya lo había hecho y beso sus labios sintiéndose un tanto culpable por robarle su virginidad, Candy no supo todo lo que pasaba por su cabeza pero le beso incitándolo a continuar, lento, muy lento siguieron amándose hasta que el ya no pudo soportar aquel contoneo y aquella fricción en su miembro y exploto cayendo cansado a su lado, ella lo recibió con un beso y se quedó unida al a pesar del dolor que sentía en aquel instante. Candy se quedó en silencio acariciando su cabeza sabiendo que había hecho mal pero durante mucho tiempo había soñado con el estar en los brazos de Terry, cuando su cuerpo empezó a cambiar y cuando empezó a desear estar con alguien a su mente siempre llegaba la imagen de aquel chico que siempre había amado… no, no se arrepentía pero sabía bien que en un futuro sus noches de fantasía tendrían al fin un sabor diferente.
Ambos durmieron en los brazos del otro pero llegando la mañana ella se levantó aun un poco dolorida, tomo un baño y se arregló para partir. Terry se quedó un poco más de tiempo dormido, después de tanto tiempo era la primera vez que dormía tranquilo y feliz. Ella no lo molesto, pero cuando iba a irse el abrió al fin los ojos.
- Me voy, mi tren parte en un par de horas.
- ¿Porque irte?
- porque mis vacaciones se han terminado, tendré que presentarme a partir de mañana.
- Porque no quedarte a mi lado?
- Porque ambos tenemos una vida hecha, no vine a destruir la que ya tienes. – Le sonrió y le dio un beso de despedida.
- Candy.
- No me acompañes, es mejor que salga yo primero.
El entendió a lo que se refería y se quedó un poco más pensando en que debía hacer en esos momentos, entonces después de un rato se levantó y partió hasta la estación. Candy estaba sentada esperando que arribara el tren y lo vio llegar.
- Iré por ti pronto.
- No lo hagas, lo de anoche…
- Iré por ti pronto, lo prometo.
Ella le miro y supo que esta vez el había tomado la decisión que muchos años atrás no se había atrevido, seguirla sin importar nada más. Al llegar el tren ella subió, busco su asiento y a través de la ventana vio al hombre en el que se había convertido Terry mirarla fijamente con seriedad en el rostro. “Ese es Terry”… -pensó mientras el tren iba alejándose hacia su destino.
*-*-*-*-*-*-*-*-*
Lo primero que hizo al firmar el divorcio ir a la estación, malcomer algo en lo que esperaba que este llegara, subirse tren apenas llego e ir a buscarla como lo había prometido, tal vez debía esperar un año para casarse con ella pero de igual forma ella ya era su mujer en cuerpo y alma.
La sensación de libertad que tuvo en aquel momento fue lo mejor que le había pasado desde su encuentro con Candy meses atrás, cuando ambos al fin habían llegado al acuerdo de no separarse en silencio a pesar de sus ataduras y a pesar de las habladurías de la gente…
Al verlo llegar Candy supo que al fin ella lo había liberado, corrió a sus brazos y lo beso como la primera vez que lo había hecho cuando volvieron a encontrarse…
FIN
me encanto
