Estaba solo, después de un arduo día de trabajo llego hasta su habitación para encontrar a su unica compañera, la enorme cama. La única que sabia sus secretos más intimos, aquella que adueñandose de su cuerpo desnudo le veía saciarse de placer de vez en cuando. Se recosto, primero con la intención de dormir, pero aquella sensación de deseo empezo a consumirlo poco a poco apenas pensaba en ella, como quisiera tenerla entre sus brazos, poder besar su blanco cuello, poder acariciar cada espacio de su piel... como quisiera poseerla de la misma manera que la poseía en sueños.
Sin pensarlo empezo a desnudarse y empezo a imaginarla mientras tocaba su cuerpo, mientras saciaba sus ganas con sus propias manos... Aquella cama volvio a llenarse de su jugo, volvio a poseer ese cuerpo desnudo entre sus sabanas y le abrazo para arrullarlo entre sueños acompañandolo de nuevo hasta el amanecer...