Encuentros
Capítulo III
Me encontraba cenando cuando comencé a recordar, lo que estaba haciendo hace algunos años, recién había obtenido los resultados de mis análisis cuando Patty había llegado a Escocia
Capítulo III
Me encontraba cenando cuando comencé a recordar, lo que estaba haciendo hace algunos años, recién había obtenido los resultados de mis análisis cuando Patty había llegado a Escocia
Inicio del flash back
- ¡Hola Candy! ¿Cómo estás? – me saluda Patty cuando llega a mi casa.
- ¿Como quieres que esté? Ferguson… ¡cuánto lo extraño! – suspiro siendo como doce veces ese día.
- ¿Qué es eso? – preguntó ella al ver un sobre en la mesa.
- Mis resultados, que más… - respondo, la verdad es que había llegado desde la mañana.
- No lo has abierto, Candy – me dijo, eso ya lo sabía.
- No quiero saber que moriré de lo mismo que Ferguson… - respondí, los laboratorios nunca se equivocan.
- Candy, el cáncer no se pega por tener relaciones íntimas, te lo he dicho ciento de veces – me informa Patty, entonces por qué mis otros análisis salieron positivos.
- Y como en su momento los análisis salieron positivos – decidí atacarla.
- Un error de laboratorio Candy, pero no era necesario que hicieras y dispusieras todo por si las dudas – me reclamó, se habrá enterado de mis óvulos.
- Entonces ¿me ayudas a abrirlo? – pregunté, quería distraerla.
- A ver Candy, debes esperar que no será así… ya verás que no es así…. A ver… sí claro…- comenzó a leer.
- ¿Qué pasa Patty? – le pregunté cuando no me prestaba atención y creo que a nada que estaba en esos análisis.
- Espera, sigo leyendo – me dijo intentando no mirarme.
- Patty, Patttyyyy – le hablé hasta que volví a gritarle, era como podría salir de su ensoñación o donde quisieran estar.
- Candy… tienes Leucemia… - me dijo después de decir mi nombre.
- ¡Oh Dios! ¡Oh Patty! ¿Qué haré? – le dije cuando me sentí abrazada, Patty era muy fuerte, pero a mí ya no me quedaba ninguna, después de lo de Ferguson se me había acabado.
- Repetir los examenes, eso es lo que debemos de hacer – auguró Patty cuando me soltó y yo sentí que otra oportunidad para vivir se me había ido.
- Asi los repitas cien veces, seguiré enferma – declaré, esa era la verdad.
- Candy hay muchos tratamientos, podemos visitar al mejor medico especialista – me aseguró y sí encontrar a Stear me dio el mejor gusto de todos para vivir mi vida.
- ¿Como quieres que esté? Ferguson… ¡cuánto lo extraño! – suspiro siendo como doce veces ese día.
- ¿Qué es eso? – preguntó ella al ver un sobre en la mesa.
- Mis resultados, que más… - respondo, la verdad es que había llegado desde la mañana.
- No lo has abierto, Candy – me dijo, eso ya lo sabía.
- No quiero saber que moriré de lo mismo que Ferguson… - respondí, los laboratorios nunca se equivocan.
- Candy, el cáncer no se pega por tener relaciones íntimas, te lo he dicho ciento de veces – me informa Patty, entonces por qué mis otros análisis salieron positivos.
- Y como en su momento los análisis salieron positivos – decidí atacarla.
- Un error de laboratorio Candy, pero no era necesario que hicieras y dispusieras todo por si las dudas – me reclamó, se habrá enterado de mis óvulos.
- Entonces ¿me ayudas a abrirlo? – pregunté, quería distraerla.
- A ver Candy, debes esperar que no será así… ya verás que no es así…. A ver… sí claro…- comenzó a leer.
- ¿Qué pasa Patty? – le pregunté cuando no me prestaba atención y creo que a nada que estaba en esos análisis.
- Espera, sigo leyendo – me dijo intentando no mirarme.
- Patty, Patttyyyy – le hablé hasta que volví a gritarle, era como podría salir de su ensoñación o donde quisieran estar.
- Candy… tienes Leucemia… - me dijo después de decir mi nombre.
- ¡Oh Dios! ¡Oh Patty! ¿Qué haré? – le dije cuando me sentí abrazada, Patty era muy fuerte, pero a mí ya no me quedaba ninguna, después de lo de Ferguson se me había acabado.
- Repetir los examenes, eso es lo que debemos de hacer – auguró Patty cuando me soltó y yo sentí que otra oportunidad para vivir se me había ido.
- Asi los repitas cien veces, seguiré enferma – declaré, esa era la verdad.
- Candy hay muchos tratamientos, podemos visitar al mejor medico especialista – me aseguró y sí encontrar a Stear me dio el mejor gusto de todos para vivir mi vida.
Fin del flash back
- Stear, ¿cómo estarás? Hace tanto tiempo que no te he visto… - sí Stear fue una bendición que llegó a mi vida cuando más lo necesitaba. El mejor médico especialista, bueno Patty tuvo razón, fue el mejor médico, quién lo fuera a decir que terminarían juntos – y con ese dulce pensamiento me quedé totalmente dormida hasta que tres despertadores hicieron que me cayera de la cama.
Al otro día… ya en el hospital donde trabajaba Patty
- Buenos días, la señorita Patty O’Brien, por favor- pido a la señorita que encontré a la recepción.
- Un momento, ¿su nombre es? – me contesta ella sin despegar la vista de la computadora.
- Sí claro, Candy Whittaker – respondo, ahora con su mirada en mí.
- Espere un momento, señorita O’ Brien, la señorita Candy Whittaker se encuentra en recepción – se comunicó con ella por el aparato que tenia en su oreja.
- ¡Candy! ¡Pásala a mi oficina! Por favor – le pide al parecer Patty mientras ella ve los mensajes que llegan por red.
- Sí por supuesto, la haré pasar a su oficina, gracias. Puede seguirme, tome este es su gafete, no lo pierda – me indica, al parecer se desconecta el auricular y colocándose una cajita en la espalda que conecta de nueva cuenta al micrófono, se encamina a una caja grande que abre y saca un gafete, extendiéndolo y advirtiendo que no lo puedo perder.
- Gracias, la sigo – le agradezco colocándome el gafete en la solapa del traje y le indico que justo voy detrás de ella.
- Pase usted – pero ella se da cuenta que no debe ir delante de mí y se hace a un lado para ponerse al mismo paso que yo.
- Gracias – le agradezco, parece que aquí siempre andan a prisa.
- Candy ¿cómo estás? ¿Whittaker? Nunca usas tu apellido de casada – me dice sonriendo por mi travesura.
- Soy viuda Patty y ese debe ser mi apellido – refiero centrándome en el gran abrazo que Patty me ha dado, que reconfortante se siente como el que le di Ferguson cuando se enteró de que moriría en menos de dos meses.
Continuará…
Al otro día… ya en el hospital donde trabajaba Patty
- Buenos días, la señorita Patty O’Brien, por favor- pido a la señorita que encontré a la recepción.
- Un momento, ¿su nombre es? – me contesta ella sin despegar la vista de la computadora.
- Sí claro, Candy Whittaker – respondo, ahora con su mirada en mí.
- Espere un momento, señorita O’ Brien, la señorita Candy Whittaker se encuentra en recepción – se comunicó con ella por el aparato que tenia en su oreja.
- ¡Candy! ¡Pásala a mi oficina! Por favor – le pide al parecer Patty mientras ella ve los mensajes que llegan por red.
- Sí por supuesto, la haré pasar a su oficina, gracias. Puede seguirme, tome este es su gafete, no lo pierda – me indica, al parecer se desconecta el auricular y colocándose una cajita en la espalda que conecta de nueva cuenta al micrófono, se encamina a una caja grande que abre y saca un gafete, extendiéndolo y advirtiendo que no lo puedo perder.
- Gracias, la sigo – le agradezco colocándome el gafete en la solapa del traje y le indico que justo voy detrás de ella.
- Pase usted – pero ella se da cuenta que no debe ir delante de mí y se hace a un lado para ponerse al mismo paso que yo.
- Gracias – le agradezco, parece que aquí siempre andan a prisa.
- Candy ¿cómo estás? ¿Whittaker? Nunca usas tu apellido de casada – me dice sonriendo por mi travesura.
- Soy viuda Patty y ese debe ser mi apellido – refiero centrándome en el gran abrazo que Patty me ha dado, que reconfortante se siente como el que le di Ferguson cuando se enteró de que moriría en menos de dos meses.
Continuará…