***Aporte No. 8***Un destello en la obscuridad**Minific Candy y Neil**Cap. 4

Neil no quería presionarla, pero necesitaba saber que era lo que sucedía.

-¿Entonces?¿Por qué estás en New York? ¿Qué estúpida promesa hiciste? ¿Qué hacías sola en ese parque a esa hora?, Ella bajaba la cabeza y estrujaba sus manos sudorosas.

-No tiene caso Neil, yo...Yo mejor me voy, no tienes porqué cargar con todo este asunto, ella se levantó y por un momento el,dudó pero reaccionó a tiempo de detenerla.

-Espera, quiero saber que rayos paso, no prometo nada, ella sólo volteó su rostro y lo vio tras ella con la cara sería.

-Está bien, estaba dándose por vencida.

-Ok, toma asiento y cuéntame.

-Esto no debe saberlo nadie Neil, yo lo prometí, prometí alejarme de él, ella divagaba con la mirada.

-¿Él…quién? ¿De Terry?- Listo, lo dijo, tenía que saberlo, ella negaba lentamente con la cabeza.

-Ya entiendo ¿Por quién entonces?

-Por Annie, por el hogar, por Archie.

-Realmente eres una tonta ¿Por qué prometiste eso tan descabellado?- Ella suspiro.

-Porque ella se estaba muriendo, yo... yo pensé que realmente se moriría y Annie, ella me dijo que estaba muy mal y yo le creí.

-Siempre tan ingenua, le creíste a esa hipócrita, no entiendo porque tienes que sacrificarte por quién no ha sido fiel contigo, Neil se levanta de su asiento y caminaba hasta el bar para servir dos vasos de whisky y le ofreció uno a ella.

-Neil, ella es mi hermana, la defendió de Nueva cuenta.

-Eres tan predecible, por eso siempre te manipuló.

-Pero... Ella trato de refutarlo.

-Pero nada ¿tú crees que no sé cómo fué lo de tu adopción? O mejor dicho SU adopción, eras tú la que debió ser adoptada, fueron por ti, según supe esa pequeña manipuladora te engaño y luego se largó con los Britter ¿no? La rubia solo observaba a Neil, no decía nada, nunca había visto aquello de esa manera.

-Eres muy inocente Candy, siempre tu buen corazón te lleva al sacrificio, ella trato de decir algo pero las palabras no salían de su boca.

-¿Por qué estás en New York? ¿O debo preguntar… por quién?- La mirada de Neil delataba el malestar que le provocaba preguntar aquello.

-Por mí, fui a ver a la hermana María, ahora está sola encargada del hogar, la señorita Pony murió hace dos años y yo pensé que podría regresar y mantenerme lejos de Lakewood, de la mansión, de la tía abuela, pero de alguna manera ella se enteró, no tenía a donde ir y pues Terry me ha enviado algunas cartas, necesitaba abandonar ese lugar, Tom y Jimmy me ofrecieron ayuda pero no podía arriesgarlos, ellos no tiene porque verse involucrados.

-¿Ellos que tienen que ver en todo esto? No entiendo nada

-Ella me amenazó, dijo que sino desaparecía, ellos...ellos la pagarían,- ya en ese momento sus lágrimas empezaron a brotar.

-Vieja miserable, manipuladora, siempre queriendo imponer su voluntad ¿William se enteró de todo esto? La molestia de Neil iba en aumento.

-No, también creyó que ella estaba muriendo y luego tuvo que salir nuevamente de viaje y pues ya no  supe nada de él.

-¿Por qué estabas a esa hora en el parque? Ella esquivo su mirada y de un solo trago tomó el contenido del vaso, Fuí a ver a Terry ese día, pero él estaba en su departamento con una chica y no me vio, él estaba besándola y yo me retiré rápidamente de ese lugar… yo no sabía qué hacer, solo caminé sin rumbo hasta que llegué al parque, no vi a esos hombres, nuevamente el llanto se hacía presente y Neil sólo la veía, quería abrazarla y consolarla pero primero necesitaba saber cuáles eran sus planes.

-¿Piensas buscarlo?

-No, lo que escribió en esas cartas es mentira, supuestamente estaba solo desde que murió Susana, yo no quiero causarle problemas a nadie Neil, solo necesito tiempo para establecerme, un lugar para vivir, conseguir trabajo, el llanto no la dejó continuar.

-Deja de llorar por favor, ya tienes en donde quedarte, cuando menos los meses que este destacado acá, luego ya verás que hacer, ella aún lloraba y no prestó mucha atención a lo que él le decía.

-Neil me quiero ir, yo no tengo derecho a.........

-Demonios Candy, eres exasperante, ya te dije que te quedarás aquí conmigo y no lo voy a discutir, ella solo lo miraba, finalmente suspiro aceptando lo que el chico le decía.

-Mientras estés en la ciudad, está bien, acepto- dijo finalmente la rubia.

-Después ya veremos, aseveró Neil, dejando en claro que no estaba nada decidido sobre eso, ella solo asintió.

-Vamos a ver que preparamos para comer, ¿o prefieres salir?- Ya sabía lo suficiente sobre el tema, necesitaba tranquilizarla.
-Preferiría cocinar algo acá,- contestó ella, juntos fueron a la cocina y se prepararon algo para cenar, durante la cena ninguno dijo mucho, cada quién se sumió en sus pensamientos, al terminar se dieron las buenas noches y cada uno fue a su habitación.

Media hora más tarde el timbre sonaba, Neil se extrañó, nadie sabía que ellos estaba allí, a no ser....

Al dirigirse a la puerta se lamentó haber olvidado que su amigo vendría a ver como estaba Candy, se apresuró y se sorprendió al ver aquella mujer ante él.

-¿Ellie? El rostro endurecido de Neil habría asustado a cualquiera pero aquella mujer era tan descarada que sin más, intentó entrar al departamento, así que Neil la detuvo atravesando su brazo.

-Vamos cariño, déjame pasar, tengo una sorpresa para ti, y sin más abrió su abrigo dejando ver su cuerpo totalmente desnudo, la molestia de Neil no se hizo esperar.

-Quiero que te largues de mi casa inmediatamente, deberías tener un poco de dignidad y respeto por ti misma y por tu padre,- la mujer reía ante lo que él le decía.

-Vamos cariño déjame entrar, no te vas a arrepentir, la mujer levantaba una de sus manos para acariciarle el rostro, y Neil esquivó su mano.

Candy que había salido de su habitación y había escuchado todo, se armó de valor y salió de su escondite.

-¿Amor? Apresúrate que te estoy esperando, al escuchar la voz de Candy, la mujer cerro su abrigo rápidamente.

-¡En un momento estoy contigo cariño!, Neil enseguida contestó siguiéndole el juego y al voltear hacia Candy se sorprendió de verla en una pequeño conjunto de dormir, vaya que era pequeño aquel atuendo.

-Can....Candy ¿por qué sales así?- Ella asomó su cabeza desde atrás de Neil, sonriente para ver a quien había llegado.

-Lo siento, pensé que siempre si irías por las fresas cariño,- Candy deslizaba su mano sobre el brazo de Neil acariciándolo hasta llegar a su mano y tomarla con fuerza sin salir de detrás de él.

-¿Neil, quien es está mujerzuela?- Gritó encolerizada Ellie.

-¿Mujerzuela yo?,- Al escuchar aquello Candy salió detrás del moreno dejándose ver, aunque esa mujer era más alta que ella, la cachetada que Candy le propinó la hizo tambalearse.

- La única mujerzuela aquí eres tú, que vienes a la casa de un hombre de ofrecida, Ellie trató de golpear a Candy pero Neil le agarro el brazo en el aire impidiéndole que se le acercara.

-¡Basta Ellie! la voz de Neil no se hizo esperar.

-¡Eres una estúpida y tú Neil me las vas a pagar!, mi padre se va a enterar de todo esto y ya verás, Ellie gritaba histérica.

-Claro que se va a enterar que su hija es una descarada, que vino a mi casa desnuda a ofrecerse como una cualquiera a mi marido, Dios libre a su padre de querer tocarle un solo cabello a Neil, porque va a saber cuan influyente somos los Andrew, Candy había hablado sin pensar, aquella mujer la había sacado de sus casillas y no dudó en lanzarle esa amenaza.

-Eres una pobre loca, hoy mismo mi padre se enterará de esto…¡te arrepentirás Neil, esto no se quedará así!,- aquella mujer se marchaba furiosa gritando improperios, mientras Neil sonreía de medio lado con los brazos cruzados en el pecho mirando extasiado a Candy.

-¿Qué? Pregunto la rubia levantando la barbilla muy digna, llevando las manos a sus caderas.

-Ahora sí que te queda mote que te decía Archie "GATITA", la chica estalló en risas al escuchar aquello.

-ja ja ja ja eres insufrible… ¿Quién es esa loca Neil? ¿Quién es su padre que te amenazó de esa manera?

-Esa mujer como bien has dicho es una loca y su padre es un General igual de loco que ella, Neil se quedó en silencio, Candy se veía tan sexy en ese atuendo, inevitablemente sintió excitación y el bulto entre sus piernas lo hacía más que evidente, esa noche sería larga muy larga para Neil.

-¿Te puede hacer algo realmente? Candy bajaba los brazos con desaliento.

-Hacer como hacer, no, pero es mi superior y sabrá Dios como reaccione a lo que la desquiciada de su hija le invente, no te preocupes por favor, vamos a dormir, mañana me gustaría que me acompañes a comprar algunas cosas que nos hacen falta para la casa.

- Si, vamos a dormir, estoy muy cansada, con gusto voy contigo mañana, Candy se quedó dormida enseguida, Neil por el contrario daba vueltas en la cama hasta que se decidió ir a darse una ducha de agua fría.

La imagen de Candy en ese camisón tan pequeño, lo tenía ardiendo, irremediablemente su miembro estaba erecto, debajo de la ducha Neil trataba de aliviar su deseo cuando se escuchó un grito que le heló la sangre.


Continuará...........