Hola chicas, resulta que estuve transcribiendo el cuento de un chico que me despertaron sentimientos maternales asi que quise publicarlo aqui. El chico es pescador, estudia y tiene 13 años.
Espero que les guste.
HUMOR Y CUENTO
Ya me voy en un coche
Con dos batatas
Porque me corre un piojo
Con veinte patas.
En el medio de la ruta
Suspiraba un avestruz
Y en el suspiro decía:
“Detengan el autobús”.
En el medio de la lluvia
Suspiraba un gato gris
Y en el suspiro decía:
“No me moje la nariz”.
CUENTO: AGUSTIN Y SOFI
Agustín y Sofía, eran un gusanito y una mariposa, amigos desde hace mucho tiempo, una tarde se encontraron en el jardín.
El sol brillaba en el cielo y las flores se veían mas lindas que nunca.
-Vamos a jugar una carrera – dijo Sofía, y voló hasta apoyarse en el borde de una maceta. Agustín corrió y corrió para alcanzarla. Pero cuando estaba por llegar, Sofía se posó en una margarita. Debajo de la margarita se detuvo Agustín. Sofía voló sobre un charco de agua y Agustín rodeó el charco a toda velocidad para alcanzarla.
Sofía, que estaba dispuesta a ganar la carrera, se trepó en la punta de un tallito a ganar la carrera, se trepó en la punta de un tallito que brotaba de la tierra. ¡Ah!, no suspiró Agustin, hasta allí no llegó, es muy alto…
-Arriba, arriba-lo animó, Sofía.
Entonces, se posó en la punta del tallo hasta doblarlo para que los dos pudieran estar juntos.
-Muchas gracias, Sofí-dijo Agustín.
-De nada, para eso están los amigos-contestó ella.
Y los dos, bien abrazados, se quedaron en el tallo tomando sol.
Espero que les guste.
HUMOR Y CUENTO
Ya me voy en un coche
Con dos batatas
Porque me corre un piojo
Con veinte patas.
En el medio de la ruta
Suspiraba un avestruz
Y en el suspiro decía:
“Detengan el autobús”.
En el medio de la lluvia
Suspiraba un gato gris
Y en el suspiro decía:
“No me moje la nariz”.
CUENTO: AGUSTIN Y SOFI
Agustín y Sofía, eran un gusanito y una mariposa, amigos desde hace mucho tiempo, una tarde se encontraron en el jardín.
El sol brillaba en el cielo y las flores se veían mas lindas que nunca.
-Vamos a jugar una carrera – dijo Sofía, y voló hasta apoyarse en el borde de una maceta. Agustín corrió y corrió para alcanzarla. Pero cuando estaba por llegar, Sofía se posó en una margarita. Debajo de la margarita se detuvo Agustín. Sofía voló sobre un charco de agua y Agustín rodeó el charco a toda velocidad para alcanzarla.
Sofía, que estaba dispuesta a ganar la carrera, se trepó en la punta de un tallito a ganar la carrera, se trepó en la punta de un tallito que brotaba de la tierra. ¡Ah!, no suspiró Agustin, hasta allí no llegó, es muy alto…
-Arriba, arriba-lo animó, Sofía.
Entonces, se posó en la punta del tallo hasta doblarlo para que los dos pudieran estar juntos.
-Muchas gracias, Sofí-dijo Agustín.
-De nada, para eso están los amigos-contestó ella.
Y los dos, bien abrazados, se quedaron en el tallo tomando sol.