❦ BANDOLERAS DE TERRY ♥ FANFIC LEGADO GRANCHESTER ♡ CAPÍTULO 6 PARTE 2. BY ASTRID GRAHAM

AstridGraham escribió:

LEE AQUÍ EL CAPÍTULO 6 PARTE 1

LEGADO GRANCHESTER.

CAPÍTULO 6.

PARTE 2

—Candy, ¿cómo estás? ¿Qué tal la gira? —Frannie Hamilton la saludó.

 

—Hola Frannie, siéntate. Estoy bien gracias, y sobre la gira, me ha ido bien.

 

—¿Qué hay con el señor Carson? ¿Finalmente renunció?

 

—No, no renunció, pero me costó lo que no tienes idea. Tuve que explicarle como mil veces, sobre el peligro al que están expuestos, si no toman las precauciones indicadas, a la hora de estibar los productos.

 

—Ah, ya me imagino, sobre todo con lo testarudo que es.

 

 —Sí, y a la larga estuvo de acuerdo —. Candy hizo un espacio en su escritorio, porque estaba muy desordenado.

 

—Eso sí que es nuevo, la verdad, porque con lo orgulloso y poco razonable que es ese señor, pensé que traerías su carta de renuncia.

 

—Pues gracias a Dios, no fue así. ¿Me acompañas a cafetería? —La rubia le pidió, pues aún se sentía muy alterada.

 

—Claro, vamos.

 

Las mujeres bajaron a cafetería. Por ser horario laboral, todo el lugar estaba vacío, ellas tomaron asiento. Candice fue la primera en hablar—Ah, te cuento que John, ya está mucho mejor—. Hizo una pausa cuando llegó Doug, las saludó y alzó su libreta para tomarles la orden.

 

Ellas respondieron al saludo. Candice hizo su pedido—Por favor me puedes traer un americano.

 

El alegre muchacho tomó nota, y se giró para tomar la orden de Frannie—¿Y a usted que le traigo ingeniera?

 

—Un expreso, gracias.

 

El muchacho anotó y de nuevo les preguntó —¿Algo para comer? —Frannie negó con la cabeza, Candice se quedó pensando—Doug, ¿tendrás pie de queso con mermelada de fresa?

 

—Claro que sí, lo hicimos hoy y nos quedan unas cuantas porciones.

 

—Tráeme una porción, por favor.

 

—Con gusto, en un momento vuelvo—. Doug se retiró.

 

Hamilton siguió con la conversación—Pues me alegra saber que ese muchacho ya está mejor, después de ese accidente, tuvimos que agregar algunas cláusulas al manual de seguridad. Por cierto, Jimmy te copió el correo, en cuanto puedas, léelo y si tienes alguna sugerencia u observación, me la dices para anexarlo. Hablé con el Lic. De recursos humanos, y me dijo que, en dos meses a más tardar, es la renovación de contratos laborales. Quisiera que llevaras ambas cosas a las sucursales.

 

—Ok, dame esta semana para checarlo.

 

Doug llevó los cafés y el pie. La rubia dio un sorbo a su café—¿Y cuándo es que vuelve Jimmy?

 

—Ni idea cuando vaya a regresar, es que los Ligan son unos desgraciados.

 

—¿Y por qué lo dices? ¿Qué hicieron ahora?

 

—Pues cuando llegó, Ligan le dijo no era necesaria su presencia, que con las copias era más que suficiente.

 

—Ash, ese hombre siempre hace lo mismo—. Candy respondió, y siguió comiendo su postre.

 

—Yo en lo personal detesto a ese hombre. Y en verdad es una lástima que sean los más confiables en el puerto. El otro día le sugerí a tu esposo, que abramos una agencia aduanera, exclusiva para nosotros.

 

—Me parece perfecto, ¿y qué te dijo?

 

—Qué era una excelente idea, y le pediría a Michael que empezará a buscar algún inmueble o edificio cercano.

 

—Podríamos empezar a averiguar los permisos en salubridad; ya ves que todas esas autorizaciones y trámites llevan meses.

 

—Tengo una amiga en ese departamento, voy a empezar con esa gestión.

 

Candice terminó su postre, y se quedó jugando con el tenedor pensando en MarloweChemicals, Frannie revisaba su celular, entonces la rubia habló de otro tema— ¿Ya viste al técnico francés? ¿Todavía te gusta?

 

Hamilton sonrío apretando los labios—Sí, lo vi esta mañana, bueno, de hecho, fue a saludarme a mi oficina—. Dijo como si fuera la cosa más normal del mundo.

 

—¿Baughman hizo eso? — Candice estaba sorprendida.

 

—Sí, y me invitó a salir, pero no sé si vaya.

 

—¡Wow!, me parece que el ingeniero Rolf, vino muy decidido esta vez. Ya me imaginó tu diciéndole “Oui” a todo —. Candice gozaba embromando a Frannie.

 

—No digas estupideces. Además, recuerda que sigo creyendo que tiene mujer en Francia, y esa idea no logro sacármela de la cabeza.

 

—Pues cuando Terry estuvo de viaje por allá, conoció a sus papás, hermanos, sobrinos y demás. No había ninguna mujer, ni mucho menos hijos. Deberías de aceptarle la cita, mira qué don "glúteos de acero" tiene una agenda muy apretada—.

 

Ambas mujeres se carcajearon estruendosamente, que llamaron a atención de Doug y Gloria.

 

En una ocasión, Candice, Terry, Frannie y Rolf, fueron a cenar, en donde Hamilton algo pasadita de copas le confesó a Candice, que a partir de ese entonces se referiría al técnico francés, como don “glúteos de acero”, y tal apelativo, se explicaba por sí solo.

 

—¡¡¡Shhh!!! Te juro que, si vuelves a decir eso en público, le paso mi renuncia a tu marido—. Frannie la amenazó apuntándole con el dedo índice, Candy sabía que aquello solo era parte de un juego y no paraba de reír.

 

—Está bien, está bien. Pero deberías de aceptarle la invitación, vayan a bailar y a terminar de conocer la ciudad. Porque si no te avivas, te lo van a bajar, ¡así! — Candice chasqueó los dedos.

 

—Lo pensaré... Creo que me caerá bien ejercitar la lengua.

 

—¡¡¡¿Qué demonios?!!! —Candice se ahogó con su propia saliva y empezó a toser, para recuperar el aire… — ¡Por Dios!, no tienes por qué darme esos detalles—. Exclamó roja como tomate.

 

—Anda a confesarte mujer, porque yo estoy hablando de practicar el idioma francés. No sé qué cochinadas tienes en esa mente…

 

—Es que como dijiste ejercitar la lengua, yo…

 

—¡Sucia, pecadora! — Frannie reía, negando con la cabeza, siempre le pasaba lo mismo con Candy. —Vayámonos Candy, tenemos muchas cosas por hacer.

 

Cancelaron la cuenta y antes de llegar a sus oficinas, pasaron por presidencia, Candy ahogó un suspiro con decepción porque su esposo aún no llegaba.

Continuará...