⚔️⚔️⚔️⚔️ LEGENDARIAS GUERRERAS DEL ZAFIRO *LOS SENTIMIENTOS DE TERRY* CAPITULO 4 TERRY FIC ⚔️⚔️⚔️⚔️

Capítulo 4

Ya es el quinto domingo, toda la escuela está vacía ya que todos se han ido de paseo, es el momento de tranquilidad más grande que he tenido desde que llegó la pecosa. Los murmullos constantes sobre ella de todos los muchachos es molesto, hablan de querer acercarse a ella, si supieran que Candy nunca les haría caso a hombres como ellos: falsos e interesados. Afortunadamente, y para no dar pruebas directas de lo que me hace sentir, Neal me hizo el favor de decirles a todos que cuando su pandilla se acercó a ella terminaron siendo golpeados por mi, es molesto que no dijeran los verdaderos motivos pero me alegra que sea así, de esa forma lo pensaran dos veces antes de acercarse a ella.

-¿Quién eres tú?- Una voz interrumpe mis pensamientos y sonrió mentalmente al reconocer que se trataba de Candy.
-¿Qué pasa qué estás tan alterada?- pregunto y soplo en su rostro. No pensé que la vería aquí el día de hoy, pero me alegra poder estar a su lado. -No tartamudees ni mires con envidia, si quieres fumar puedo convidarte- respondo a su pregunta, estoy loco por invitarla a fumar conmigo, pero no sé qué hacer, así que solo me dejo llevar.
-No me digas- Comienzo a reír por su expresión asustada.
-No pongas cara de miedo, se te ven más las pecas- vuelvo a reír como máscara ante nerviosismo. -Sabes que cuando frunces la nariz se te mueven las pecas- Es inevitable mencionarlo, mientras más la miro me siento más cautivado por ellas… Al parar de reír veo la misma expresión molesta del barco mientras me ordena que no lo repita, siento el impulso de jugar con ella otra vez. -Entonces debe gustarte más que te diga chica tarzán- la incertidumbre en su rostro es alucinante.

Explico el descubrimiento que hice cuando la vi entrar al dormitorio de chicos. -Pequeña pecosa, chica tarzán- Dos cualidades en ella que me gustan mucho. -¿Qué te parece tarzán pecosa?- Digo como si se me hubiera ocurrido la mejor idea del mundo. -Es tu nombre- Miento descaradamente cuando me pregunta qué es eso, no le voy a decir la verdad. -Dime ¿por qué estás aquí siendo el quinto domingo, en lugar de haber ido a pasear?- pregunto tratando de evitar una pelea con ella, no quiero que se haga una idea equivocada de mi.
-¿Por qué estás tú aquí?- Explico mis motivos de manera desinteresada.  -Estas loco, a este lugar lo llamó la segunda colina de Pony que es un lugar muy importante para mí  así que no puedes venir a fumar sin mi permiso- ¿Así que importante? eso significa que viene con frecuencia, debo admitir que tiene buen gusto, es un lugar muy lindo. Volteo y miro que se aleja, eso significa que se ha acabado la diversión para mi. Termino tirando mi cigarrillo atendiendo a lo ultimo que me dijo, algo muy impropio de mí… Si está aquí querré verla otra vez, será mejor que salga del colegio…

Escucho el bullicio de la gente en el hipódromo, quiero ver si puedo ganar algo de dinero… ¿Es el destino o la casualidad que está haciendo de las suyas? ahí está Candy, admirando a Royal Queen. Me siento tentado por la idea de acercarme y tocarla, al hacerlo siento la emoción en mi estomago. Rápidamente le hago ver su error antes de que mi deseo por besarla regrese otra vez, debo comportarme como un caballero. Su rostro avergonzado es muy tierno, si sigo pensando así me volveré loco… más loco de lo que ya me he vuelto. Como solución a mis turbulentos sentimientos hago una apuesta con ella, si gana la llamaré por su nombre, pero si pierde será mi esclava.

Al principio lo dije pensando que de esa manera podría convivir más tiempo con ella, pero ahora que el caballo va atrasado me arrepiento, no deseo que me vea como un tirano, sino cómo… ni sé si quiero que me vea como amigo o que piense en mi de la misma manera que yo en ella. Cuando el caballo avanza y presenció su entusiasmo acepto que me ha cautivado, es inútil negar lo evidente: mis pensamientos, mi corazón acelerado, mi instinto protector con ella, mi comportamiento, todo demuestra lo que mi cabeza trata de negarme. Como un rayo me levanto de mi asiento cuando se dirige a mi.

-Perdí, ¿primero te lustro los zapatos?- Pregunta decepcionada.
-Desde aquí lo vi llegar tercero- Miento, sintiendo paz y tranquilidad, dos cosas que hasta hoy eran desconocidas para mi. -Digamos que fue un empate- afirmo y me apresuro a salir de ahí, no comprendo porque hice eso si ya esta aclarado que me enamore… es extraño decirlo, yo me enamore de Candy…

Abro los ojos con perezosa lentitud, el sol llega directamente a mi rostro y me desperezo con calma y sintiendo la energía de un nuevo día. Antes era un suplicio despertar y saber que me tenía que enfrentar a otro día sin sentido, pero desde que acepte que Candy me gusta todo es diferente, me siento bien, emocionado por saber que pasará y ansioso por saber algo de ella. Para mi buena o mala suerte no la han mencionado mis compañeros por los pasillos, ha sido reemplazada por esa tal Annie, para ser sincero es perfecto que sea de esa manera, así no debo preocuparme de que otro hombre tenga intenciones con ella.

Salgo de mi habitación dispuesto a disfrutar del aire libre, el día es perfecto para ir a la colina, “a este lugar lo llamo la segunda colina de Pony” vuelven a mi mente los recuerdos, quisiera conocer esa colina de Pony, debe ser un lugar mucho más hermoso que la colina del colegio. Al llegar enciendo un cigarrillo y me acuesto, el cielo azul está despejado, sereno, como si no hubiera nada que corrompiera esa belleza que posee.

-Terry Grandchester- Me levanto completamente asustado pero me tranquilizo al ver a Candy parada junto a mi.
-Pensé que era la hermana Grace haciendo una inspección- Es una terrible confusión, de entre todas las comparaciones esa es la peor, pero no puedo culparme si imitó su voz a la perfección. -¿Quieres fumar? aquí tienes, toma- le extiendo la mano a pesar de que se que me va a rechazar, molesta me vuelve a pedir que no fume pero me sorprende al tirar y pisar mi cigarro, no pensé que fuera capaz de hacer semejante acción, pero tiene sentido, su personalidad ha sido fuerte desde que la vi por primera vez.

-Esto es para ti-
-Una armónica?- Es un curioso regalo, lo tomo y aprovechó la oportunidad de tocar su mano de manera apenas perceptible, el contacto con ella estremece mi piel; sus manos son suaves y blancas.
-¿Es mi instrumento favorito- Así que ella ha tocado este instrumento con sus labios, siento a mi corazón brincar ante la idea.
-¿Qué quieres? ¿Qué te dé un beso indirectamente?- pregunto con sincera ilusión.
-No te enojes Candy, es una broma, la tocaré si tu quieres- Digo decepcionado por su petición a que no diga nada, me conformare con complacerla al tocar una melodía. Comienzo a soplar el instrumento dejando que mi corazón se exprese. De repente suena la campana dando fin a la tranquila escena que protagonizamos, no quiero que termine así que continuo tocando.

-Oh, comienza la clase y tú debes ir, ¿entiendes? y recuerda que en vez de fumar toca la armónica, adiós Terry- Dice mientras se aleja riendo.
-Tarzán pecoso y entrometido- ¿Quién se cree que es para decirme que hacer? es usted muy atrevida señorita pecas, sonrió interiormente mientras miro el instrumento, me lo obsequio para que deje de fumar, eso significa que se preocupa por mi ¿verdad? le preocupa mi salud pero, ¿por qué pedirme que asista a clase? no me agrada la idea de ir pero si me lo pide lo haré, por ella.

Comienzo a bajar por la colina en camino al salón, tal vez no sea tan malo después de todo. -¿Por qué? nadie lo entiende pero no es tan malo como parece- Detengo mi caminar al escuchar su voz, ¿está hablando de mi? Debería irme pero tengo curiosidad por saber más.
-¿Si no lo sabes porque lo proteges?- ¿Proteger a quien? no entiendo que es lo que pasa.
-Archie, estas muy diferente hoy ¿Qué te pasa?-
-No quiero perderte por él- Mi corazón se estremece de pánico, necesito saber de quién están hablando. -Por ese malcriado- La incertidumbre me va a enloquecer, por más que mi intuición me diga que se trata de mi, necesito estar seguro. -Te he amado durante mucho tiempo Candy- Se me hiela la sangre con solo escucharlo, entonces se acerca a ella, no puedo soportarlo, no puedo quedarme aquí sin hacer nada.
-Basta- Me detengo al escuchar una tercera voz. -Por favor- de entre los arbustos sale una chica de cabellos oscuros. -Quería darle este regalo de cumpleaños a Archie pero…- Arroja la caja que llevaba en sus manos y sale corriendo seguida por Candice.

Lleno de ira miro a ese rubio matándolo con la mirada, es una pena que no pueda hacer nada para satisfacer mis deseos de estrellar mi puño en su cara. Completamente molesto sigo mi camino a la salida del colegio, no puedo, no quiero estar aquí.