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Buena noche chicas. Vengo a compartirles los capítulos 3 y 4, del mini fic “ANKH” La llave de la vida. Miles de gracias por su tiempo, likes y comentarios.
¡Saludos y nos leemos pronto!
Como siempre agradezco a Lizzi Villers y Lady Ardlay por su ayuda con la revisión ortográfica.
Dale clic para ver el Video Promocional de este Mini Fic.
Dale clic para leer los capítulos 1 y 2
¡Saludos y nos leemos pronto!
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ANKH
LA LLAVE DE LA VIDA
TERCER CAPÍTULO
“He aquí que deslizó el cerrojo de la Puerta, que se abre ante los misterios del Mundo Inferior”
Extracto del conjuro I, Libro Egipcio de Los Muertos. Wallis Budge.
—Demoré un par de segundos en ir detrás de ella y al llegar encontré la puerta abierta así que salí a la calle a buscarla, pero ya no estaba —con voz trémula y en un mar de lágrimas Patricia contaba a los jóvenes castaños como había desaparecido Candice, su novio la abrazó para tranquilizarla.
—Estoy seguro que todo esto tiene que ver con la daga y Neil está detrás. Pero ¿Qué pretenden con secuestrar a mi prima? —desasosegado habló Alistair.
Terence bebía de la infusión que Paty le había preparado, para amortiguar el dolor de cabeza y los síntomas de la resaca. Sin embargo, continuaba pensando en los últimos acontecimientos y trataba de encontrar respuestas.
—Stair pásame las notas, tal vez la palabra que nos hace falta sea la clave de todo este embrollo, probaré con unos anagramas —Cornwell le dio la libreta y el británico empezó a cambiar el orden de las letras.
—hetibsu, buteshi, hiestub, tsebhiu, ushebti… ushebti… eso es, es ¡ushebti! * —se puso de pie emocionado y palmeó con gran fuerza los hombros de su amigo—¡somos tres cabezas huecas! ¿Cómo no se nos ocurrió antes? —Stair anotó la palabra faltante.
Patricia había estado buscando entre sus apuntes el sortilegio que en una clase había anotado, que casualmente era el mismo que hacía referencia en el diario. Este era el conjuro X del Libro de los Muertos, sonrió satisfecha al encontrarlo y procedió a dar lectura:
He violado la entrada del Cielo.
Derribo ahora las puertas del horizonte.
Voy por la Tierra toda entera.
Espíritus superiores están bajo mis órdenes,
pues mis poderes mágicos son incontables.
Mi boca y mi mandíbula tienen gran fuerza.
Ciertamente, para toda la Eternidad, soy el Señor del Duat,
pero los medios de mi Ascensión no os serán desvelados…
—¡Maldita sea! —exclamó Terence comprendiendo todo, Stair se preocupó con la reacción de su amigo.
—¡Idiota, habla de una buena vez! — exaltado le exigió. Patricia que también había comprendido aquello, tomó a su novio de la mano para tranquilizarlo.
—Cielo, debemos volver a Tebas creo que ellos se dirigen al Valle de los Reyes ¿no es así Terry? — él castaño ojizarco asintió.
—¡Malditos bastardos! —furioso bufó Alistair, comprendiendo de qué se trataba aquello y del peligro que corría su prima.
—Apenas son dos horas las que nos llevan de ventaja, si nos damos prisa quizás podríamos detenerlos —. Terence hablaba al mismo tiempo que se colocaba las botas preparándose para salir.
—Paty querida, si aún te sientes cansada por el largo viaje, puedes quedarte. Además, creo que esto podría resultar muy peligroso para ti y moriría sí algo malo te llegara a suceder— Stair le dio un beso y un abrazo de despedida.
—De ninguna manera me quedaré aquí, además, sin ánimo de ofenderlos, pero aparte de Candice, la que mejor interpreta el idioma antiguo, soy yo —. La castaña se soltó del abrazo y también empezó a preparar su mochila para el viaje.
Terence sonrió de lado al ver la tenacidad de su amiga, realmente disfrutaba cuando ella le hacía ese tipo de desplantes al inventor. Con mochila al hombro, salió —. Tortolitos, ya no hay tiempo que perder, así que yo me largo.
— ¡Tremendo idiota!, espéranos. — gritó Stair corriendo detrás de él, halando a Paty de la mano.
…
Candice se encontraba atada de manos y pies. Esa madrugada cuando fue secuestrada en la puerta de su casa, vestía únicamente una bata de algodón; por lo cual una mujer americana a quien llamaban Sussy, le había llevado una mudada de ropa. Candy tuvo que mostrarse dócil, pues aún no tenía un plan de escape.
Dormía por el cansado viaje cuando una acalorada discusión la despertó. Reconoció la voz del señor Onofre Ashrab, su jefe.
—Ya se lo dije señor Lalh, en esta ocasión no puedo servirle como usted me lo pide— la voz del señor Onofre sonaba suplicante.
—Maldito, eso era parte del trato—la otra voz masculina que era más joven, sonaba llena de furia. A continuación, escuchó a varios hombres carcajearse mientras el viejo Ashrab gritaba pidiendo piedad.
Ojiplática y con el corazón latiendo a mil, intentó zafarse del amarre, pero le era imposible. La voz de su jefe fue desvaneciéndose, entre cada golpe que recibía.
—Prefiero mil veces morir a manos de simples mortales—su voz era desgastada y muy débil.
—Viejo imbécil, con la linda egiptóloga a bordo, no eres más que un estorbo— la detonación ensordeció sus oídos.
Candy recordó al grupo de vándalos que habían atacado a Terence y temió de que tratasen de los mismos. No sabía con qué propósito la habían secuestrado y empezó a llorar. Pensó en sus nuevos amigos, en su querido primo y en lo angustiado que estaría.
Al caer la noche, Susana despertó a Candice indicándole que a partir de ese momento el viaje sería en camello. Por la oscuridad, no distinguió bien al hombre que se le acercó, pero sí reconoció su desagradable voz, era el asesino de su jefe.
—Realmente eres muy bella—hizo una pausa para admirar su esbelta figura —creo que después de esto te llevaré conmigo para que seas mi esposa.
Ella continuaba sin responderle, rogando al cielo para que su primo y Terry llegarán pronto a rescatarla. <<¿Terry? ¿Por qué en ese momento, pensaba en Terry?>>
—Es una lástima que no quieras hablar conmigo, mira que estoy siendo muy considerado y amable. Deberías por lo menos agradecerme que vienes cómodamente sobre un camello. Susy quería traerte amarrada caminando por todo el desierto, —se carcajeó— esa mujer sí que es muy mala.
Susana que iba detrás de ellos, vio el coqueteo de su hombre con esa mujercita y no le agradó para nada.
Cuando Candice se decidió en hablar, sólo lo hizo para reclamarle.
—Lo que hizo con el señor Ashrab…—Neil sonrió, al escuchar la tierna voz cargada de enojo y le gustó. Cada minuto que pasaba se convencía en hacerla su esposa.
—Créeme preciosa, que un favor le hice al pueblo al deshacerme de ese viejo —ella lo vio con desdén, entonces él continuó.
—Acaso ¿crees que yo sin su ayuda hubiese llegado hasta dónde estoy ahora? sabes, tengo más riquezas de las que puedas imaginar, a mis siete hijos y tres esposas les doy una vida de reyes —La rubia lo vio con repugnancia, él continuó —el viejo Onofre hacía lo mismo que yo, sólo que él era … más diplomático— le dedicó una sonrisa de lado y pegándole al camello con la fusta, se adelantó.
…
—Quién diría que al fin una de tus porquerías sería útil —el británico de un muy buen humor, le dijo su compañero.
—No le llames porquería a mi bebé — defendió su invento recién estrenado, Stair lo acarició con ternura—no le hagas caso al desalmado de Graham. Sí no fuera por ti, no habría manera de seguir la ruta por la que pasó Candy.
—Cariño eres todo un genio, por eso y todo lo que haces, es que te amo —Patricia lo abrazó por la espalda.
— ¡Qué asco! Ya van a empezar con sus cursilerías —Terence hizo mueca de disgusto.
—Pues, verás “granuja” —remarcó la palabra.
—Yo prefiero enamorar a mi novia siendo todo un cursi. Y no cómo otro sinvergüenza que en el primer día que conoce a una mujer, le roba un beso —Paty se sorprendió de escuchar aquello ¿de qué se había perdido? ¿Terry y Candy se habían besado? La ruidosa y cínica carcajada de Graham la sacó de sus pensamientos.
—Así que fingías dormir en el auto, bueno, quién te manda a meter la nariz donde no te invitan, “primito”—Terry seguía fastidiándolo.
—Más te vale que no juegues con ella, porque soy capaz de encerrarte en un sarcófago lleno de escarabajos para que te coman vivo.
—Vamos camarada, acaso ¿crees que este tedioso viaje lo estoy haciendo sólo por vengarme de Neil? —volteo a verlo y más serio que nunca le dijo—la gatita me interesa y más de lo que te imaginas.
…
Tal y cómo estaba planeado, al amanecer llegaron al Valle de Los Reyes. Realmente había sido una larga travesía y se encontraban exhaustos. Pero eso era lo que menos les importaba, desde que Susana escuchó la plática de Lalh en convertir a Candice su esposa, planeó muchas maneras para deshacerse de ella. Estaba furiosa y resentida, ya que durante esos cuatro años que llevaba siendo su amante, el moreno jamás le había realizado una propuesta matrimonial. Se juró a sí misma matarla antes de verla en brazos de su amado.
Cuando finalmente llegaron a la necrópolis del Valle de los Reyes, Candice estaba más que decidida en no ser partícipe de lo que ese delincuente y asesino tuviese planeado. Al momento de desmontar el camello, cayó sobre las arenas y fingió que se había doblado un tobillo, al ponerse en pie, le aventó un puñado de arena en los ojos a Susana y corrió lo más rápido que pudo, tratando de escapar. Los gritos de la Marlow, alertaron a sus hombres quienes, al ir sobre camellos pronto le dieron alcance en Maqābir al Mulūk.
Ante la resistencia de la joven egiptóloga, Susana le dio una gran bofetada y tenía la intención de seguirla golpeando, pero Lalh la detuvo. Los presentes sonrieron maliciosamente esperando en que el moreno le diera su merecido tal y como acostumbraba a hacerlo. Pero en lugar de eso, dejó a todos perplejos al tomarla de la mano y subirla a su camello.
—Mi instinto no me traicionó, sabía que eras de un alma indomable y así me gustas más. No intentes escapar de nuevo, Candice Rosemary White Ardlay. —ella lo vio sorprendida.
—No te sorprendas, sé perfectamente quién eres, quienes son tus familiares y sí no haces lo que te pido, ellos lo pagarán.
Volvieron al Valle de Los Reyes y Susana estaba cómo alma que lleva el diablo, ya que los hombres comentaban entre sí “Neil se cansó de Sussy”, “la pecosa será el nuevo juguete del jefe”, “el jefe está feliz con la carnita fresca”. Esa humillación no se la perdonaría a ninguno de los dos.
Sin más tiempo que perder, Neil ordenó que encendieran las antorchas para entrar. Cinco hombres encabezaban el grupo, al centro iba Candice y detrás del ella, Susana aferrada al brazo de Neil.
Un escalofrío recorrió la nuca de Candice al pasar por la antecámara de Tutankamón, no era la primera vez que entraba a ese lugar, pero el motivo sí era muy distinto al de las ocasiones anteriores y eso estaba causando en ella, mucho temor. Una vez que pisaron la cámara sepulcral el corazón empezó a latirles aceleradamente, la sensación de sentirse observados se hizo presente.
Dos hombres, los más corpulentos, retiraron y aventaron las enormes vasijas que ocultaban el paso hacía la cámara del tesoro. Candy les gritó furiosa y les prohibió que siguieran destruyendo aquellas reliquias. Neil sólo se carcajeó ante el coraje de la muchacha, pero una mirada bastó para ordenar a sus hombres que hicieran lo que ella les pedía.
Caminaron hasta llegar a un tope, frente a una pared vacía que sólo tenía una pintura de Anubis. Entonces Neil sacó del bolso de cuero que cargaba sobre el pecho, la daga. Candy abrió los ojos como platos al reconocer la daga, la cual se había perdido en el museo. El moreno concentrado, como sí fuese una llave, la introdujo en un pequeño cerrojo casi invisible y la giró.
Empezaron a escuchar ruidos, seguidamente fritos de dolor y sufrimiento. Movimientos telúricos se hicieron presentes, los cuales aumentaron en intensidad, se abrazaron unos con otros para sostenerse. En la pared se formaban pequeñas fisuras que pasaron a convertirse en grietas y luego de un gran estruendo el lugar se llenó de polvo. Se derrumbó por completo la pared y dejó de temblar. Todos quedaron perplejos ante lo que sus ojos veían.
Los tres arqueólogos también habían llegado, estaban desmontando los camellos cuando sintieron el estremecimiento en el suelo y los ruidos provenientes de adentro.
Nota de la autora:
*(Ushebti es un término egipcio que significa «los que responden» y son pequeñas estatuas que, en el Antiguo Egipto, se depositaban en la tumba del difunto. La mayoría estaban hechas de fayenza, madera o piedra, aunque las más valiosas estaban talladas en lapislázuli. Su cometido en la religión y mitología egipcia era servir al difunto en el Aaru -el paraíso de la mitología egipcia-, ya que los egipcios pensaban que los espíritus de estas estatuillas trabajarían para ellos en la otra vida. Generalmente eran figuras momiformes a imagen del difunto, portando una azada y a veces un saco a la espalda)
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ANKH
LA LLAVE DE LA VIDA
CUARTO CAPÍTULO
¡Heme aquí! ¡Llego!, He pasado las puertas del Más Allá”
Extracto del conjuro IX, Libro Egipcio de Los Muertos. Wallis Budge.
Nueva York, Estados Unidos de América 1.925.
Después de que Alistair y Candy se fueran de Estados Unidos, Archibald continuó sus estudios universitarios quién al graduarse, se convirtió en un gran apoyo para William. Luego de un entrenamiento a la par de Georges Villers, el elegante joven se quedó a cargo de los negocios en Nueva York.
Archie y Yassira se conocieron cuatro años atrás, cuando a solicitud de Gilbert, su señor padre; le brindó apoyo en aquel país americano. Al principio, Cornwell estaba molesto ya que no le agradaba la idea de fungir como niñero y menos de una mujer. Con el paso del tiempo, Yassira le demostró su habilidad y capacidad en los negocios, inclusive en algunas ocasiones llegó a ser mucho más persuasiva y astuta que él.
Yassira era alta, de complexión delgada, cabello largo lacio negro azabache y sus grandes ojos negros cautivaban a más de uno. A pesar de tener la misma edad que Archie, aparentaba ser mucho más joven. Sin esperarlo, ambos llegaron a enamorarse y con el consentimiento del tío abuelo William se mudaron a la mansión de la familia en esa ciudad, ya que la pareja estaba en la dulce espera.
A pesar de que los señores Halim, habían cortado todo tipo de comunicación con su hija, ella eventualmente les enviaba misivas para hacerles saber que se encontraba bien, pero siempre omitía la parte amorosa de su vida. El principal motivo de discusión en la joven pareja, se debía a que Yassira se oponía rotundamente en que Archie comunicara a sus padres sobre su relación.
Archie quién sí mantenía comunicación con los esposos Cornwell, les había dado la noticia que en un par de meses serían abuelos. La señora Aileana era la más feliz, agradecía a Alá por concederle su añorada petición, de formar una alianza sanguínea entre los Cornwell y los Halim. Emocionada le pidió a su esposo que programaran un viaje a América porque quería estar presente cuando su naciera el heredero de la familia, porque estaba completamente segura de que sería un hermoso varoncito.
El Cairo, Egipto 1.925.
Encendieron sus antorchas y entraron a la necrópolis.
Terry iba a la cabeza, estaba ansioso por rescatar a Candice y pelear a muerte si era posible con ese maldito, la gran cicatriz que atravesaba su pierna izquierda, era el recordatorio diario de que tenía una cuenta por cobrar.
Neil y su grupo caminaban por unos pasadizos subterráneos que se habían desplegado al caer aquella pared y llegaron a un tope sin salida que tenía un mural con imágenes talladas en roca muy antigua. Del lado izquierdo aparecía el inconfundible guardián y señor de las necrópolis, mitad chacal y mitad perro, Inpu (Anubis). Del Lado derecho, el dios que proyecta energía solar, el hombre con cabeza de halcón, Horus. Ambos dioses sostenían una lanza con la cual juntos protegían el mundo terrenal del mundo eterno. Al centro en la parte superior estaba la llave de la vida, la cruz ansada y sobre ésta, el wedjat (un ojo en parte humano y en parte de halcón. El ojo de Horus es un símbolo solar que encarnaba el orden, lo imperturbado, el estado perfecto. Símbolo de estabilidad cósmico estatal).
Entonces Neil dio la señal e inmediatamente Susana le entregó un papiro a Candice para que diera voz a un sortilegio del Libro de los Muertos. Pero Candy se negó, estaba determinada en no ser partícipe de aquellas conspiraciones a los dioses y almas que se encontraban en el enorme lago celeste a la deriva de Osiris.
Neil se llevó las manos a la cabeza, Candice empezaba a agotar su paciencia. Susana quién sonreía complacida, tomó una pistola y se la colocó en las sienes a la renuente chica. Un potente grito la detuvo y voltearon buscando al intruso. Neil instintivamente abrazó a la egiptóloga, no podía permitir que escapara, ya que ella era muy importante para sus planes.
…
Alistair y Patricia se encontraban perdidos en otros pasadizos. Stair había colocado su mano involuntariamente sobre una figura, la cual abrió unos enormes chorros de donde empezó a brotar sangre. Corrieron hasta llegar a una especie de rampa que los mantendría alejados de aquel líquido mortuorio. Y fue hasta en ese momento en el que se percataron de que se habían separado, ya que Terry había corrido al lado opuesto.
Siguieron caminando entre los pasillos, Paty buscaba en los murales, algo que le indicara la salida y fue cuando llegaron a un tope sin salida. Leyó unos grabados que se encontraban frente a ellos. Las arenas debajo de sus pies se volvieron inestables e intentaron salir de ellas, pero les fue imposible. Entre más se esforzaban por tratar de salir, se hundían con más rapidez. Así que sin oponer resistencia se dejaron deslizar debajo de éstas y cayeron en otro lugar. Un leve rayo solar se colaba en aquel lugar y eso fue suficiente para permitirles volver a encender unas antorchas que se encontraban allí.
…
Cuando Terry corría de aquel río de sangre, saltó hacía un puente, que lo guío precisamente hacía Neil y sus hombres. Vio de lejos a Candy, sujetada por dos hombres y a una mujer apuntándole en la cabeza.
—Déjala— Terry gritó, con su arma apuntando a Neil. Todos voltearon buscando al dueño de esa inconfundible voz y fue cuando Neil atrapó a Candy.
—¡Que gusto me da verte de nuevo! —Neil le dedicó una sonrisa llena de sarcasmo.
—Qué la sueltes, te dije —le exigió al ver a Candy intentando zafarse de su agarre.
—Y sí no me place hacerlo ¿qué?
Terry abrazó a Susana por detrás y también le colocó la pistola en la cabeza —si no la sueltas, le vuelo los sesos a tu amante.
El moreno se carcajeo y escupió al suelo—, por mí haz lo que quieras, es más juega con ella y luego si quieres… mátala —. Susana no podía creer que el hombre a quien ella amaba ciegamente, la tratara de esa manera, le dolió en el alma y no pudo evitar derramar unas lágrimas.
—Si me disculpas, tengo planes con esta preciosa muñequita. ¡Kafele, Abasi desháganse de él!
Los hombres se abalanzaron contra Terry, él soltó a Susana. Neil que aún sujetaba a Candice apuntó para dispararle a Graham por la espalda.
—¡No lo hagas! Te lo suplico no le dispares— Candy le imploró y este quedó perplejo ante la angustia de la chica. Pensó rápidamente y sí confirmaba sus sospechas, podría sacar una gran ventaja.
—Abasi, agárrenlo —Ordenó. Y cuando tuvieron sometido al británico, intentó besar a Candice, pero ella volteó su rostro, poniendo resistencia. Al ver a arqueólogo volverse un demonio frente a la escena, el moreno confirmó sus sospechas.
—Si no quieres que lo mande directo al infierno, lee esto ahora le exigió y extendió el papiro frente a ella.
—No lo hagas Candice, yo puedo salir de esto —Terry dijo tratando de soltarse. Neil caminó hacía él y le dio un golpe en la cabeza con la empuñadura de la pistola. Candy gritó rogando que no le hicieran daño y prometió hacer lo que le pidieran. Complacido de escuchar aquellas palabras, el moreno volvió a Candy y la besó en la mejilla, ella lo vio con repugnancia y asco. Lalh tenía el control de todo.
Impotente ella empezó a dar lectura al conjuro I:
Ha 'ana 'azlaq mizlaj albab
aladhi yuftah 'amam 'asrar alealam alsuflii
aftah altariq 'iilaa ruhi nahw manzil 'uwzuris!
'anah yumkinuk alwusul 'iilayh bi'amani!
akhruj minha bisalami!
la tadaeuha tunfir eind almadkhal wataeud lilkhalafa!
daeh yati wayadhhab hasab alraghba
(He aquí que deslizó el cerrojo de la Puerta
que se abre ante los misterios del Mundo Inferior
¡Abrid la Vía a mi Alma hacia la morada de Osiris!
¡Que pueda acceder a ella con seguridad!
¡Que salga de ella en paz!
¡Que no sea repelida a la entrada e impulsada a retroceder!
¡Que le permitan entrar y salir a su voluntad)
El suelo se estremeció nuevamente, el mural delante de ellos se partió por la mitad y se deslizó hacía los lados, dando paso a un sendero que se perdía en una tenebrosa oscuridad. Las gradas eran estrechas y no tenían paredes laterales, deberían de bajar uno por uno, Neil mandó primero a tres de sus hombres.
Cuando el primero dio un paso en el primer escalón, un fuerte viento detrás de su espalda apagó su antorcha, se asustó del abismo delante suyo y trastabillando cayó en la profundidad. Los otros dos que le seguían, intentaron retroceder, pero Neil los esperaba apuntándoles con la pistola, así que muy cautelosos empezaron a descender.
…
Stair y Paty estaban sorprendidos del lugar a donde habían ido a parar. Al parecer se trataba de una cámara funeraria que tenía varios sarcófagos.
—Stair, ¿habías leído algo sobre este lugar?
—No, patito, me temo que esto no había sido descubierto. Mira los símbolos de acá, tendrán aproximadamente unos tres milenios de antigüedad
—Tengo miedo de las maldiciones faraónicas, vámonos Stair, sigamos buscando a Terry y Candy.
—No tengas miedo Paty ¿recuerdas el óstracon que leyó el profesor Howard en la antecámara?
—Claro, aún lo recuerdo.
—Vez, de eso han pasado casi tres años y él sigue vivito y coleando. Pero sí quieres irte, vámonos.
La pareja eligió una de las siete salidas. Pero antes de salir Stair vio un sello en la pared, cuya inscripción traducida decía: «La muerte golpeará con su miedo a aquel que turbe el reposo de mi madre»
Un fuerte viento los hizo estremecer ¿cómo era aquello posible? Si se encontraban en una cámara subterránea. Voltearon a ver hacia atrás y escucharon pequeños sonidos provenientes de un sarcófago. La curiosidad les ganó y se acercaron agudizando el oído. Paty pensó en que quizás se tratara de algún animalito atrapado.
Cuando estuvieron cerca el sonido cesó, Stair quería fisgonear dentro y juntos retiraron con sumo cuidado la tapadera. La momia a la que observaban portaba una máscara funeraria de oro con incontables piedras preciosas, seguramente en el pasado había sido alguien muy importante, ya que aquel recipiente estaba elaborado en cuarcita que albergaba dos féretros.
Ellos estaban sin palabras ante el descubrimiento. Paty tomó una de las joyas que más llamó su atención, cuando la momia cómo si hubiese cobrado vida, se sentó dejando caer la máscara, espantando a la pareja. Abrió enormemente sus mandíbulas arrojando un enjambre de moscas hacía la arqueóloga. Paty dejó la joya de dónde la había tomado.
—¡Disculpe! — dijo a la momia, antes de salir corriendo despavorida. Stair que iba detrás de ella, volteo a ver hacía atrás y se llevó el susto de su vida al ver que la momia empezó a caminar detrás de ellos.
—¡¡¡Ah!!! corre Paty.
…
Kafele el hombre más fornido de Lalh encabezaba la fila, mientras descendía las gradas empezó a sentir comezón por todo su cuerpo y antes de poner el pie en el último escalón, rascó con desesperación su cuerpo por el ardor. Fue cuando vio las úlceras que le estaban saliendo. Entre más frotaba, más erupciones le brotaban en la piel. Sin soportar el gran tormento que estaba viviendo cayó dentro de un hoyo de aguas negras. Trataron de sacarlo, pero era cómo si fuerzas malignas lo halaban de los pies y se hundió, unos segundos después su cuerpo flotó ahogado.
Candy y Terry estaban convencidos de que morirían uno a uno, si no salían de ese lugar. Eso había sido consecuencia de invocar aquel conjuro, que a su vez había despertado las plagas para su destrucción. Le pedían a Neil que se detuviera, pero el moreno estaba reacio a obedecer.
Por fin, habían encontrado el lugar que estaban buscando. Pero al parecer no eran los primeros en llegar, ya que unas huellas sobre las arenas parecían recientes. El sarcófago principal estaba abierto y vacío, sin su momia; pero sí los tesoros.
Neil ordenó a sus hombres restantes que abrieran todos los sarcófagos, tenían que encontrar la momia que poseía el brazalete de oro. Susana que custodiaba a Terry y Candy, se descuidó y ambos lograron escapar. Terry deseaba pelear con su enemigo, pero antes quería asegurarse de dejar a Candy en un lugar a salvo. Cuando Neil se dio cuenta, fue detrás de ellos.
La pareja se escondió en un pasillo, que los condujo a otra cámara la cual estaba llena con cientos o miles de estatuillas en tamaño real. Terry tomó de la mano a Candy
—¿Te hizo daño ese imbécil?
—No.
—¿Te puso una mano encima?
—No.
—¿Trató de propasarse contigo?
—No.
—¿Estás bien?
—Si.
—¿Me extrañaste?
—¡¡¡TERRYYYYYY!!! —ella no pudo evitar el impulso y lo abrazó, él rodeó su cintura correspondiéndole. Realmente estaba aliviado al tenerla entre sus brazos, ella se sentía segura y protegida. Se inclinó buscando sus labios, ella también ansiaba besarlo. Se besaron tal y cómo lo hicieron la noche anterior, tierna y dulcemente.
Continuará…
Dale clic para leer el capítulo 5 (Final) y epílogo.
Última edición por AstridGraham el Vie Abr 29, 2022 5:09 pm, editado 1 vez (Razón : Vine a actualizar link de lectura.)
, ojalá y se coma a Niel y a la Susana esa momia viviente 
más capítulos pls.
. Cualquier momento es bueno para demostrar afecto 
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