Me gustaría poder volver al pasado para revivir la época en que era feliz y no lo sabía. Me gustaría volver el tiempo atrás para decirte lo que nunca te dije y que hoy necesito gritar.
Terry.
Desde el primer momento que nuestras miradas se cruzaron te convertiste en un acto descontrolado, en el que ni la cordura, ni la razón, o mis valores lograron detenerte. Y así seguías siendo un impulso desaforado de mi razón. Aún después de todo el daño que causas en mi interior. Nunca, ni en mis peores momentos, ni en las épocas en las que desconocía tus peores secretos, se me ocurrió pensar que estaríamos así, que podríamos tener una historia de esta forma tan dolorosa. Mucho menos que el destino nos hizo creer que existía un “nosotros”, ese nosotros que nos fue tan elusivo, e intenso a la misma vez. Te dije adiós tantas veces, por eso me parecía mentira volver a ti. Me parecía mentira poder respirar tu mismo aire, tocarte, acariciarte, cuando pensaba que a hora sí esto iba a formar parte del pasado irrumpes porque no puedes alejarte, no puedes separarte de mi. ¿Cómo voy a olvidarte? Después de tanto tiempo, después de tantos encuentros, tantos desencuentros. Otra vez eso que llaman amor te trae a mí. La primera ves que me besaste me dijiste que era distinto, diferente, que nuestro amor entraba en otra categoría. No te creí, por qué no era posible que hablaras de amor a primera vista. Con el tiempo tu teoría amorosa se hizo verídica y la creí, me convencí que el amor de nosotros era distinto, diferente, único. Cuando al final no es más que un amor igual al que viven los demás. Fueron muchas las veces que pregunté por el significado del sentimiento llamado amor, y que es posible vivir, que encuentras por casualidad y que llega a ser tan importante. Te confirmo que me costó mucho entenderlo, pero creo que te costó mucho más a ti creerlo, por qué no era lo que tenías planeado. Lo hiciste todo tan perfecto, pero como siempre aquello que llamamos destino termino moviendo las piezas y jugando contigo, te convertiste en una víctima de ti mismo. No volviste hacer él chico solitario, y arrogante… que eras antes de que se unieran nuestros caminos.
La vez que me convenciste, Y pensé que no quería morirme sin pisar Nueva York, hubiera sido un error rechazar ese viaje, y ya sabes que no me gusta arrepentirme. De nada me restaron 15 días de mis vacaciones para pasarme primeras navidades contigo en la ciudad de los rascacielos. La ciudad que nunca duerme. Las 9 horas en tren no fueron tan terribles gracias a unos potentes somníferos que ni siquiera te diste cuenta. Estabas físicamente junto a mí, pero tú "yo" interno estaba sufriendo por dentro. Hoy sigues sin creer que por lo general, como le pasa a la gran mayoría de las personas, existen eres que entran a nuestras existencias con el único fin de cambiarlo todo; en nuestro camino fue Susana, que el destino usó para poner nuestro amor a prueba, y que con un acto de honor lastimaste y saliste lastimado, pero también existen los Ados, y son los encargados de lograr el vuelco que se necesita para que podamos encontrarnos con nuestro verdadero propósito de vida. En este caso no fui yo quien salvó tu vida. La respuesta eras tú, fuiste tú quien me cambió la vida. ¿Por qué ahora? ¿Por necesito dejarte ir? Quisiera poder está ves dejarte ir, para recuperar algún tipo de paz a mí misma, pero sigues colándote en mi interior, como los rayos del sol, que por más negro que sea el día no dejan de salir, invadiéndome cada espacio, y cada pensamiento.
Poniendo mi vida de cabeza. Es ahora que me doy cuenta de lo tonta que fui cuando te dije adiós. Porque fue una locura precipitada. Un impulso por querer alejarme de ti y de todo lo que me hacía daño, y tú me hiciste mucho daño. No instante nunca deje de pensar en ti.
Desdedede el principio, así fue, aún cuando solo lo hacías para molestarme. Sabías como tenerme otra vez, sabías como derribar mis muros para tenerme de nuevo junto a ti. Aun sabiendo que soy parte de ti.
Como la primera vez que me encontré con tu mirada, de un color indescriptible, y que con el tiempo descubriré que cambian de tonalidad dependiendo de tú estado sentimental, de las tormentas que se llevaban a cabo en tú interior, del color de la ropa que usabas, de lo que estabas sintiendo cuando me mirabas. Azul oscuro como el fondo en el océano, así los tenías ese día, hostiles, y retadores mirándome intensamente. No me sonreías, solo me mirabas.
Después comprendi que me mirabas como si fuera un reencuentro, y no nuestro encuentro. Esa primera vez recuerdo que observé tu rebelde cabello castaño. Cómo un mechón caía sobre tu frente. Tus ojos de color azul como la noche brillante y tu perfecta sonrisa.
¡Solo hacía minutos que nos conocíamos!. No hicieron falta demasiados días, ni meses, ni años para aprender a quererte. No hizo falta aprender. Desde el principio fue muy especial. Ese fue el momento, Terry cuando mi corazón supo que habías llegado para quedarte con él, antes de que mi mente fuera capaz de procesarlo. Después de ti, ninguna de mis decisiones desde que te conocí las tomé por mi bienestar, siempre tome mis decisiones pensando en ti, por encima el dolor que me causaba tu comportamiento grosero, cuando estaba más que de claro que tenías buenos sentimientos. Desde ese momento me había prometido averiguar los secretos que esconden tus ojos azules como la noche. Todavía, hasta el día de hoy, no deja de sorprenderme en la manera en que se mueve el mundo, todo lo que sucede para que dos personas se encuentren. amores marcados por el destino, amores que vencieron los obstáculos en el amor. Debimos luchar por nuestro amor, no era justo que algo tan especial y hermoso se quedará incompleto.
Debo admitir que también tuve mis momentos bastante buenos, y aunque la mayoría de ellos solo nos pasamos peleando. Debo admitir que me hubo gustado conocerte aún después de todo lo el daño que nos causo decirnos adiós, ese adiós tan doloroso por nuestra propia decisión. Todavía me preguntó por que el destino no hizo otra movida de cualquier otra manera que le quitara a esta historia ese aire de maldad y crueldad. Aún siento la intensidad de nuestro amor, la rebeldía de nuestras almas iguales y tan lejanas. Nada entre nosotros era normal. Como no era posible que este amor atormentado y loco naciera de la normalidad, de un suceso cotidiano y trivial. Contigo Terry todo fue impredecible, inesperado, y que solo sucede a través de un destino empeñado en hacer su voluntad.
Conocí tus miedos, y tus más grande secretos, aquellos que llevas en el alma. Es de locos lo que te voy a decir, pero aun sigo rogando qué si tenemos una oportunidad no caigamos en las mentiras, ni la maldad de otros. Ahora estoy reflexiónando lo que en su momento fue imposible , estoy aquí pensando todo lo que en su momento no pude. Estoy aquí sin poder hacer nada por cambiar algo de nuestra historia, una historia que ya fue vivida.
Muy tarde descubrí que las personas en quienes más confías no son lo que creías, esas personas causan más dolor y te hacen el mayor daño, por qué son las personas que conocen tus miedos, y tus más íntimos secretos, y saben dónde herirte, pero también te hacen más fuerte, aunque no borre el daño ya hecho.
Siempre venías a mi mente. Ahora debo reconocer, No me importaba porque, Terry, yo no quería olvidarte. Algo en mí me decía que algún día volveríamos para está vez terminar nuestra historia juntos. Que lo que nos separó solo había sido una piedra en el camino. Después de ese momento te convertiste en una adicción. Una adicción peligrosa y atrayente. Por qué vuando tenía una pequeña dosis de ti, nunca era suficiente.
Es asombroso tener tan cerca a alguien que logra hacerte sentir tanto, como sacarte de ti misma, para llevarte a lugares inimaginables que solo existen cuando estás enamorado. Todavía hasta el día de hoy sigues tan presente como el primer día que nuestras miradas se encontraron.
Quiero vivir contigo. Quiero decirte todas las cosas que me pasan por la cabeza, hacer y experimentar todo lo que me apetezca. A tu lado siempre me sentía más viva que nunca. No puedo evitar preguntarme cómo podido sobrevivir este difícil mundo sin ti. Recuerdo perfectamente como si hubiera sido ayer nuestra última conversación al caer la noche en esa escalera del hospital. La conversación que no se dijeron en palabras, sino en las palabras que se dijeron nuestras almas. Yo ya no soy esa mujer que conociste la mujer que siempre supo elegir pensando en que era lo mejor al menos tratando de hacer lo correcto. Qué no era lo que quería cuando tú estabas reteniendo mi cuerpo junto al tuyo.
Todas las noches le pregunto a la vida por qué no puedo decirte hoy estás palabras que nunca te dije.
Siempre tuya.
Candy White.
Última edición por Jill Valentine el Vie Abr 02, 2021 9:13 am, editado 3 veces (Razón : Tamaño de letra; justificación, espaciamiento y centrado de texto. Anjou)