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CAPITULO 5 **********EL IMPOSTOR*********
Los jóvenes entraron en aquella casa que era toda una locura. Pareciera que el festejo por el Día de Acción de Gracias lo hacían en grande. Al instante la mamá de Candy corrió a abrazar a la hija pródiga y no pudo evitar soltar unas lágrimas de felicidad.
—¡Candy, pequeña! Por fin estas de vuelta al hogar
—¡Mamá, como te he extrañado! ¡Los he extrañado a todos! ¿Y papá en donde está? ¿Y Albert ya llegó?—Candy recorría con mirada ensoñadora toda su casa. Bellos recuerdos se agolpaban en su mente y corazón sintiéndose dichosa, hasta que un codazo dado por su madre junto con un sonoro carraspeo la sacaron de aquel trance en el que se hallaba.
—Y bueno Candice Elizabeth, ¿no me vas a presentar al guapo joven que traes de acompañante? ¿Acaso tenemos por fin a un señor Darcy?—El rostro de la señora White era de total alegría.
—¡Mamá por favor, no empieces con tus cosas!—Una avergonzada Candy presentaba a Terry que no borraba una divertida sonrisa de la cara.
—Mamá, él es Terry…mi… novio—La voz de Candy casi que se perdía, hasta que un pequeño gesto en el rostro de Terry la hizo sentirse segura.
—Señora mía a sus pies. Mi nombre es Terence Graham y es un gusto estar hoy aquí con su distinguida familia—la madre de Candy quería saltar de puro gusto. Su pequeña no solo que traía un novio a la casa; sino que traía al más guapo de todos y como un plus adicional el joven parecía haber salido de su libro predilecto Orgullo y Prejuicio siendo el mismísimo Mr. Darcy.
—Chicos pasen, pónganse cómodos que pronto tendré lista sus habitaciones—apenas se giró comenzó a llamar a toda la familia para contar la buena nueva. El rostro de Candy no podía ocultar la vergüenza que estaba sintiendo en esos momentos y tampoco se atrevía a mirar de frente a Terry pues temía toparse con su rostro de burla, hasta que el castaño susurró en su oído algo que la hizo temblar.
—Vamos Pecas, cambia esa cara que ya lo peor pasó, a no ser que tu madre tenga preparada una sola habitación para los dos, jajajaja—Candy palideció ante las ocurrencias del castaño, aunque esa idea no la había contemplado en un inicio; podría pasar que al final si tuviera que compartir habitación con Terry, pues la casa estaba llena de familiares y nadie contaba con que ella trajera un novio.
Las presentaciones del caso fueron realizadas a todos los integrantes de la familia. Candy saludó efusivamente a su hermano y a sus primas, pero de manera particular a Annie con quien la unía un lazo especial de amistad más que de parentesco.
—¡Caray Candy, te ves algo cambiada! Esas gafas están lindas y resaltan el verde de tus ojos. Aunque aún hace falta un verdadero cambio de look. ¿Qué dices Patty?
—Yo opino que con un buen peinado y un poco de maquillaje quedará perfecta para la gran cena de mañana—Eran las acotaciones que realizaba Patty al abrazar efusivamente a su prima. Candy se encontraba feliz, tenía casi 4 años que no visitaba a su familia por sus temores hacia Neal; pero al reencontrarse otra vez con todo ese calor de hogar supo que había sido una auténtica cobarde.
Candy miraba como Terry en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba charlando amenamente con su padre, el Sr. William White y con su hermano Albert. Al parecer ese jaguar negro que había traído Terry era un auténtico imán para charlas masculinas. Hasta que, su madre los llamó para ya indicarles en donde se iban a hospedar y entonces, las piernas de la rubia comenzaron a temblar.
—Chicos, como ya se habrán dado cuenta la casa está a reventar. Así que les pediré que por favor compartan la misma habitación. Sé que no habrá problemas, pues como bien nos contó Terry ustedes ya tienen casi 2 años de novios—Candy se quería desmayar en ese momento y más cuando escuchó lo que el castaño había comentado
—¡Por supuesto mi señora! Yo compartiré habitación con Candy, para nosotros no es novedad compartir cama; es más, estamos pensando en mudarnos a vivir juntos en mi apartamento.
—¡Perfecto! así no tendré de qué preocuparme. Vamos pequeña lleva al joven a tu habitación.
Candy no daba crédito a las palabras de Terry. La señora White se había quedado en una nube con solo pensar que pronto su niña se casaría. Una vez que se encontraron a solas en la habitación, la rubia no pudo evitar arremeter contra el castaño
—¡Pero qué te pasa Terry!
como se te ocurre seguirle el juego a mi madre. Si por ella fuera, esta misma noche efectuaría nuestro matrimonio. ¡No te conté que ella lo que más quiere en esta vida es verme casada y con nietos a los cuales consentir!
—Cálmate Pecas, que si sigues así se te notarán más las pecas. Deja que tu madre sea feliz por estas vacaciones, ya luego verás como solucionas los de los nietos. Ahora vamos, dime ¿qué lado te gusta más, izquierda o derecha? — Candy parpadeaba como queriendo encontrarle sentido a la pregunta del castaño
—¿Qué quieres decir con esa pregunta? espero que no te refieras a mí cama porque tú dormirás en el diván—Candy señalaba nerviosamente el diván que se encontraba al pie de la ventana de su habitación y que estaba repleto de peluches.
—Pecas, ¿tienes idea de cuánto mido? Además, creo yo que tu cama es bastante amplia y tranquilamente entramos sin ningún problema. Y por último no me veo durmiendo abrazado al Sr. Conejo.
Mientras los jóvenes comenzaban a enfrascarse en una de sus tantas discusiones, las primas de Candy invadieron la habitación y se llevaron a la rubia casi a rastras; pues necesitaban saber todos los detalles de su apuesto «novio»
Una vez que se encontró solo, el castaño recorrió la habitación tratando de saber más sobre la personalidad de la joven. Era una habitación pequeña pero cómoda. Parecía pertenecer a una universitaria y no a una arquitecta del consorcio Ardlay. Le llamó la atención la cantidad de peluches sobre el diván; pues denotaba que su rubia compañera había sido una chica romántica y soñadora. Al quererlos guardar dentro del diván se topó con que este estaba lleno de libros de literatura romántica, poemarios, novelas de época y de corte histórico; pero hubo uno que le llamó mucho la atención por su hermosa pasta en tono marfil y con letras doradas que decía «Candice White».
—Vaya, vaya, pero si la señorita Pecas hasta diario ha tenido.
Con razón su mamá busca un Mr. Darcy para ella y mínimo que le puso Candice Elizabeth por la tan mentada señorita Bennet—Rodando los ojos puso el diario justo donde lo había tomado. 
Recostado en la cama no dejaba de pensar en los cabos sueltos de la vida de la señorita Pecas. Se notaba que había tenido una vida feliz con su familia; pero al parecer alguien la había lastimado tanto que la hizo huir del abrigo de sus padres. Un rostro se le vino a la mente—EL IDIOTA DE LA TIENDA DE ANIMALES—se dijo. De golpe miró el diván y se dio cuenta que la respuesta a todas sus preguntas las encontraría en ese diario color marfil.
—Mejor dejo todo como está y solo me limito a ser un adorable impostor—Agarró su bolso y se dispuso a tomar una ducha para refrescarse.
*****************
En otra habitación al final del pasillo había una revolución de chicas. Todas rodeaban a Candy preguntando sobre su guapo novio. Patty, Flammy, Martha y Mary acribillaban de preguntas a Candy; mientras que Annie miraba sospechosamente a su prima.
—Vamos Candy, cuéntanos todos los detalles ¿Dónde lo conociste? ¿En qué trabaja? ¿Ese carro es de él? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo juntos? ¿Se van a casar? Y lo más importante ¿Besa rico? Anda dinos que morimos de curiosidad.
—Chicas, calma que me están mareando con tantas preguntas. A ver esto empezó así….—Y la joven rubia comenzó a contar un supuesto romance entre ella y Terry. Sin embargo Annie al observar un tanto nerviosa a su prima Candy decidió intervenir
—Bueno, bueno chicas ya dejen tranquila a Candy, que debe de estar agotada con el viaje. Mejor dejemos que descanse unas horas y luego nos ponemos al corriente del muñeco ese que tiene por novio. Vamos Candy te acompaño a tu cuarto para que descanses—
Las jóvenes caminaban por el pasillo hasta que Annie se atrevió a preguntar.
—Dime Candy, ¿es él en realidad tu novio o es nuestro «plan I» ?
—¿Qué es eso de «plan I» ?—Con un susurro la pelinegra le decía—Si es nuestro IMPOSTOR o es tu novio, porque déjame decirte que esta de infarto.
Con un largo suspiro la rubia le decía de manera secreta a su prima de quien se trataba el joven
—Más tarde te cuento todo de «el plan I», ahora voy a descansar Annie.
En cuanto entró a su recámara observó que Terry no se encontraba ahí; pensó que a lo mejor se encontraba siendo nuevamente interrogado por su hermano o su padre, así que se recostó en el diván abrazando al Sr. Conejo y enterrándose en medio de otros tantos peluches; se sentía cansada de aquel embrollo en el que se había metido y se cuestionaba si el famoso «plan I» saldría bien o si por el contrario terminaría todo en un desastre. De tanto pensar el sueño ya se estaba apoderando poco a poco de ella.
Terry recién salido de la ducha y envuelto en una toalla de la cintura para abajo, hacía su aparición en la recámara de Candy; traía sus audífonos puestos y a todo volumen, por eso no se percató que la rubia se encontraba dormida en el diván. El castaño tarareaba su acostumbrada música rockera mientras que secaba su cuerpo hasta que se llevó un susto de muerte.
—¡AAHHHH!— Un grito de espanto salía de entre los peluches del diván
—¡Pero qué diablos!—Como pudo Terry trataba de tapar sus partes íntimas con la toalla sin entender por qué los peluches gritaban. En dos zancadas se acercó hasta los muñecos para distinguir entre ellos una rizada cabellera y unos enormes ojos verdes que lo miraban con susto.
—¡Pero Pecas qué haces ahí metida en medio de tanto muñeco y observando lo que no debes!
—¿Es que no puedes ser más cuidadoso? Te he visto hasta la cicatriz que tienes al costado..ahí..en…en..ahí en..! ¡caray Terry, usa una toalla más grande!
El castaño sonrojado por lo penoso de la situación buscó rápidamente un pantalón y una camisa mientras Candy se encontraba con su rostro extremadamente rojo por la vergüenza y tapado con sus manos.
—Ya Candy, ya estoy presentable. Puedes mirar; pero, ahora dime ¿qué haces ahí enterrada entre tanto peluche? ¡Pensé que eran esos muñecos los que gritaban!
—¡Es mi habitación! ¿Acaso lo olvidaste? Además, me sentía muy cansada y me estaba quedando dormida; hasta que te vi entrar a medio vestir y te grité; pero tú… ¡no me escuchaste! ¿dios qué escuchabas que te tenía tan distraído?
«suspiro»—Bueno, ya te dije que me gusta el rock, y siempre que tengo cosas dando vuelta en mi cabeza, esta música me relaja. Pero bueno…olvidemos esto. Se supone que estabas con tus primas conversando ¿qué pasó?
—Nada, solo les dije verdades a medias y Annie me ayudó a salir de las mentiras; pues ella sabe que tú eres el «plan I»
—¿qué es eso de «Plan I»?
—Que eres el IMPOSTOR, pero como no podemos andarlo pregonando por todos lados te llamamos así «Plan I»
—Yaaa, ahora que soy solo una letra dime ¿cuál es el intinerario a seguir?
—¡No seas dramático Terry! En unas horas mi madre llamará a la cena familiar para planificar como será su Cena de Acción de Gracias y será el momento en que nos ataquen de preguntas. Así que por favor trata de no darle alas a mi madre ni menciones nada de supuestos planes de vivir juntos. Será mejor que nos pongamos de acuerdo en que decir, o sea cosas generales.
—Como diga usted «novia mía». Sin querer esa pequeña frase terminó por arrebatarle una sonrisa de medio lado al castaño
—¡Terry! ¡Eres imposible! —El joven no podía evitar embromar a la muchacha cada vez que ella se angustiaba por lo del supuesto romance. Siendo honesto con él mismo le agradaba verla hacer gestos de enojo e indignación cada vez que la llamaba «pecas» o «novia»
Los jóvenes se pusieron de acuerdo en lo que dirían esa noche en la cena para evitar levantar sospechas, y así lo hicieron. Terry se portó como todo un caballero contando netamente lo indispensable sin llegar a ser petulante y dando por sentado que su relación con Candy era seria. La señora White estaba fascinada con el joven pues, a parte de guapo se mostraba muy cariñoso y atento con su hija. Lo más importante era convencer a la señora White sin que ella terminara por casarlos esa misma noche. Sin embargo el señor White solo se limitó a decir
—Muchacho, ya eres todo un hombre y no necesito explicarte lo que significa la palabra HONOR; así es que, si yo veo a mi hija sufrir una vez más, te buscaré en cualquier parte de este mundo y te sepultaré en una de esas casas que ustedes construyen.
—¡Papá por dios que dices!
—¡Santo dios William! ¿¡Qué pensará el joven de nosotros con esas amenazas tuyas!?
Terry se quedó estático ante las palabras dichas por el padre de Candy. Recién se percataba que todo lo actuado ahí podría tener daño colateral.
La cena terminó y la familia White se enfrascó en la planificación de la cena de mañana. Todos colaborarían en preparar algún platillo o arreglando la casa; en fin, todos tendrían tarea para mañana.
Ya en la habitación Candy y Terry se recostaron cansados en la cama; ambos estaban callados y pensativos mirando hacia el techo, varios minutos de tenso silencio pasaron hasta que Candy se animó a preguntar
—¿Estás arrepentido de haber aceptado este loco plan?
—Las palabras de tu padre me hicieron ver que este plan te traerá problemas más adelante Pecas. Yo estoy empeñando mi palabra en algo que sé de antemano que no es verdad y lo que tus padres buscan solo es tu felicidad, que por si no lo has notado, ellos no desean volverte a ver sufrir. Ningún buen padre desea ver sufrir a su hijo —Esta última frase la dijo más para sí mismo que para Candy.
—Terry, sé que es verdad lo que dices; pero necesito tiempo para afrontar mis temores y siento que aún no estoy preparada—La muchacha se puso en posición fetal de espaldas al castaño— Solo necesito que mi madre me deje de presionar con tener una relación sentimental para la cual no estoy lista
El joven se limitó a acariciar los cabellos de Candy sin decir una sola palabra y ella se dejó consentir. Terry silenciosamente escuchaba el loco palpitar de su corazón. Sin darse cuenta el sueño se apoderó de ellos.
CONTINUARA.....
GRACIAS POR LEER ESTE CAPITULO Y ESPERO QUE LES GUSTE. LAS AMO
Los jóvenes entraron en aquella casa que era toda una locura. Pareciera que el festejo por el Día de Acción de Gracias lo hacían en grande. Al instante la mamá de Candy corrió a abrazar a la hija pródiga y no pudo evitar soltar unas lágrimas de felicidad.
—¡Candy, pequeña! Por fin estas de vuelta al hogar
—¡Mamá, como te he extrañado! ¡Los he extrañado a todos! ¿Y papá en donde está? ¿Y Albert ya llegó?—Candy recorría con mirada ensoñadora toda su casa. Bellos recuerdos se agolpaban en su mente y corazón sintiéndose dichosa, hasta que un codazo dado por su madre junto con un sonoro carraspeo la sacaron de aquel trance en el que se hallaba.
—Y bueno Candice Elizabeth, ¿no me vas a presentar al guapo joven que traes de acompañante? ¿Acaso tenemos por fin a un señor Darcy?—El rostro de la señora White era de total alegría.
—¡Mamá por favor, no empieces con tus cosas!—Una avergonzada Candy presentaba a Terry que no borraba una divertida sonrisa de la cara.
—Mamá, él es Terry…mi… novio—La voz de Candy casi que se perdía, hasta que un pequeño gesto en el rostro de Terry la hizo sentirse segura.
—Señora mía a sus pies. Mi nombre es Terence Graham y es un gusto estar hoy aquí con su distinguida familia—la madre de Candy quería saltar de puro gusto. Su pequeña no solo que traía un novio a la casa; sino que traía al más guapo de todos y como un plus adicional el joven parecía haber salido de su libro predilecto Orgullo y Prejuicio siendo el mismísimo Mr. Darcy.
—Chicos pasen, pónganse cómodos que pronto tendré lista sus habitaciones—apenas se giró comenzó a llamar a toda la familia para contar la buena nueva. El rostro de Candy no podía ocultar la vergüenza que estaba sintiendo en esos momentos y tampoco se atrevía a mirar de frente a Terry pues temía toparse con su rostro de burla, hasta que el castaño susurró en su oído algo que la hizo temblar.
—Vamos Pecas, cambia esa cara que ya lo peor pasó, a no ser que tu madre tenga preparada una sola habitación para los dos, jajajaja—Candy palideció ante las ocurrencias del castaño, aunque esa idea no la había contemplado en un inicio; podría pasar que al final si tuviera que compartir habitación con Terry, pues la casa estaba llena de familiares y nadie contaba con que ella trajera un novio.
Las presentaciones del caso fueron realizadas a todos los integrantes de la familia. Candy saludó efusivamente a su hermano y a sus primas, pero de manera particular a Annie con quien la unía un lazo especial de amistad más que de parentesco.
—¡Caray Candy, te ves algo cambiada! Esas gafas están lindas y resaltan el verde de tus ojos. Aunque aún hace falta un verdadero cambio de look. ¿Qué dices Patty?
—Yo opino que con un buen peinado y un poco de maquillaje quedará perfecta para la gran cena de mañana—Eran las acotaciones que realizaba Patty al abrazar efusivamente a su prima. Candy se encontraba feliz, tenía casi 4 años que no visitaba a su familia por sus temores hacia Neal; pero al reencontrarse otra vez con todo ese calor de hogar supo que había sido una auténtica cobarde.
Candy miraba como Terry en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba charlando amenamente con su padre, el Sr. William White y con su hermano Albert. Al parecer ese jaguar negro que había traído Terry era un auténtico imán para charlas masculinas. Hasta que, su madre los llamó para ya indicarles en donde se iban a hospedar y entonces, las piernas de la rubia comenzaron a temblar.
—Chicos, como ya se habrán dado cuenta la casa está a reventar. Así que les pediré que por favor compartan la misma habitación. Sé que no habrá problemas, pues como bien nos contó Terry ustedes ya tienen casi 2 años de novios—Candy se quería desmayar en ese momento y más cuando escuchó lo que el castaño había comentado
—¡Por supuesto mi señora! Yo compartiré habitación con Candy, para nosotros no es novedad compartir cama; es más, estamos pensando en mudarnos a vivir juntos en mi apartamento.
—¡Perfecto! así no tendré de qué preocuparme. Vamos pequeña lleva al joven a tu habitación.
Candy no daba crédito a las palabras de Terry. La señora White se había quedado en una nube con solo pensar que pronto su niña se casaría. Una vez que se encontraron a solas en la habitación, la rubia no pudo evitar arremeter contra el castaño
—¡Pero qué te pasa Terry!
como se te ocurre seguirle el juego a mi madre. Si por ella fuera, esta misma noche efectuaría nuestro matrimonio. ¡No te conté que ella lo que más quiere en esta vida es verme casada y con nietos a los cuales consentir!—Cálmate Pecas, que si sigues así se te notarán más las pecas. Deja que tu madre sea feliz por estas vacaciones, ya luego verás como solucionas los de los nietos. Ahora vamos, dime ¿qué lado te gusta más, izquierda o derecha? — Candy parpadeaba como queriendo encontrarle sentido a la pregunta del castaño
—¿Qué quieres decir con esa pregunta? espero que no te refieras a mí cama porque tú dormirás en el diván—Candy señalaba nerviosamente el diván que se encontraba al pie de la ventana de su habitación y que estaba repleto de peluches.
—Pecas, ¿tienes idea de cuánto mido? Además, creo yo que tu cama es bastante amplia y tranquilamente entramos sin ningún problema. Y por último no me veo durmiendo abrazado al Sr. Conejo.
Mientras los jóvenes comenzaban a enfrascarse en una de sus tantas discusiones, las primas de Candy invadieron la habitación y se llevaron a la rubia casi a rastras; pues necesitaban saber todos los detalles de su apuesto «novio»
Una vez que se encontró solo, el castaño recorrió la habitación tratando de saber más sobre la personalidad de la joven. Era una habitación pequeña pero cómoda. Parecía pertenecer a una universitaria y no a una arquitecta del consorcio Ardlay. Le llamó la atención la cantidad de peluches sobre el diván; pues denotaba que su rubia compañera había sido una chica romántica y soñadora. Al quererlos guardar dentro del diván se topó con que este estaba lleno de libros de literatura romántica, poemarios, novelas de época y de corte histórico; pero hubo uno que le llamó mucho la atención por su hermosa pasta en tono marfil y con letras doradas que decía «Candice White».
—Vaya, vaya, pero si la señorita Pecas hasta diario ha tenido.
Con razón su mamá busca un Mr. Darcy para ella y mínimo que le puso Candice Elizabeth por la tan mentada señorita Bennet—Rodando los ojos puso el diario justo donde lo había tomado. Recostado en la cama no dejaba de pensar en los cabos sueltos de la vida de la señorita Pecas. Se notaba que había tenido una vida feliz con su familia; pero al parecer alguien la había lastimado tanto que la hizo huir del abrigo de sus padres. Un rostro se le vino a la mente—EL IDIOTA DE LA TIENDA DE ANIMALES—se dijo. De golpe miró el diván y se dio cuenta que la respuesta a todas sus preguntas las encontraría en ese diario color marfil.
—Mejor dejo todo como está y solo me limito a ser un adorable impostor—Agarró su bolso y se dispuso a tomar una ducha para refrescarse.
*****************
En otra habitación al final del pasillo había una revolución de chicas. Todas rodeaban a Candy preguntando sobre su guapo novio. Patty, Flammy, Martha y Mary acribillaban de preguntas a Candy; mientras que Annie miraba sospechosamente a su prima.
—Vamos Candy, cuéntanos todos los detalles ¿Dónde lo conociste? ¿En qué trabaja? ¿Ese carro es de él? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo juntos? ¿Se van a casar? Y lo más importante ¿Besa rico? Anda dinos que morimos de curiosidad.
—Chicas, calma que me están mareando con tantas preguntas. A ver esto empezó así….—Y la joven rubia comenzó a contar un supuesto romance entre ella y Terry. Sin embargo Annie al observar un tanto nerviosa a su prima Candy decidió intervenir
—Bueno, bueno chicas ya dejen tranquila a Candy, que debe de estar agotada con el viaje. Mejor dejemos que descanse unas horas y luego nos ponemos al corriente del muñeco ese que tiene por novio. Vamos Candy te acompaño a tu cuarto para que descanses—
Las jóvenes caminaban por el pasillo hasta que Annie se atrevió a preguntar.
—Dime Candy, ¿es él en realidad tu novio o es nuestro «plan I» ?
—¿Qué es eso de «plan I» ?—Con un susurro la pelinegra le decía—Si es nuestro IMPOSTOR o es tu novio, porque déjame decirte que esta de infarto.
Con un largo suspiro la rubia le decía de manera secreta a su prima de quien se trataba el joven
—Más tarde te cuento todo de «el plan I», ahora voy a descansar Annie.
En cuanto entró a su recámara observó que Terry no se encontraba ahí; pensó que a lo mejor se encontraba siendo nuevamente interrogado por su hermano o su padre, así que se recostó en el diván abrazando al Sr. Conejo y enterrándose en medio de otros tantos peluches; se sentía cansada de aquel embrollo en el que se había metido y se cuestionaba si el famoso «plan I» saldría bien o si por el contrario terminaría todo en un desastre. De tanto pensar el sueño ya se estaba apoderando poco a poco de ella.
Terry recién salido de la ducha y envuelto en una toalla de la cintura para abajo, hacía su aparición en la recámara de Candy; traía sus audífonos puestos
y a todo volumen, por eso no se percató que la rubia se encontraba dormida en el diván. El castaño tarareaba su acostumbrada música rockera mientras que secaba su cuerpo hasta que se llevó un susto de muerte.—¡AAHHHH!—
Un grito de espanto salía de entre los peluches del diván—¡Pero qué diablos!—Como pudo Terry trataba de tapar sus partes íntimas con la toalla sin entender por qué los peluches gritaban. En dos zancadas se acercó hasta los muñecos para distinguir entre ellos una rizada cabellera y unos enormes ojos verdes que lo miraban con susto.
—¡Pero Pecas qué haces ahí metida en medio de tanto muñeco y observando lo que no debes!
—¿Es que no puedes ser más cuidadoso? Te he visto hasta la cicatriz que tienes al costado..ahí..en…en..ahí en..! ¡caray Terry, usa una toalla más grande!
El castaño sonrojado por lo penoso de la situación buscó rápidamente un pantalón y una camisa mientras Candy se encontraba con su rostro extremadamente rojo por la vergüenza y tapado con sus manos.
—Ya Candy, ya estoy presentable. Puedes mirar; pero, ahora dime ¿qué haces ahí enterrada entre tanto peluche? ¡Pensé que eran esos muñecos los que gritaban!
—¡Es mi habitación! ¿Acaso lo olvidaste? Además, me sentía muy cansada y me estaba quedando dormida; hasta que te vi entrar a medio vestir y te grité; pero tú… ¡no me escuchaste! ¿dios qué escuchabas que te tenía tan distraído?
«suspiro»—Bueno, ya te dije que me gusta el rock, y siempre que tengo cosas dando vuelta en mi cabeza, esta música me relaja. Pero bueno…olvidemos esto. Se supone que estabas con tus primas conversando ¿qué pasó?
—Nada, solo les dije verdades a medias y Annie me ayudó a salir de las mentiras; pues ella sabe que tú eres el «plan I»
—¿qué es eso de «Plan I»?
—Que eres el IMPOSTOR, pero como no podemos andarlo pregonando por todos lados te llamamos así «Plan I»
—Yaaa, ahora que soy solo una letra dime ¿cuál es el intinerario a seguir?
—¡No seas dramático Terry! En unas horas mi madre llamará a la cena familiar para planificar como será su Cena de Acción de Gracias y será el momento en que nos ataquen de preguntas. Así que por favor trata de no darle alas a mi madre ni menciones nada de supuestos planes de vivir juntos. Será mejor que nos pongamos de acuerdo en que decir, o sea cosas generales.
—Como diga usted «novia mía». Sin querer esa pequeña frase terminó por arrebatarle una sonrisa de medio lado al castaño
—¡Terry! ¡Eres imposible! —El joven no podía evitar embromar a la muchacha cada vez que ella se angustiaba por lo del supuesto romance. Siendo honesto con él mismo le agradaba verla hacer gestos de enojo e indignación cada vez que la llamaba «pecas» o «novia»
Los jóvenes se pusieron de acuerdo en lo que dirían esa noche en la cena para evitar levantar sospechas, y así lo hicieron. Terry se portó como todo un caballero contando netamente lo indispensable sin llegar a ser petulante y dando por sentado que su relación con Candy era seria. La señora White estaba fascinada con el joven pues, a parte de guapo se mostraba muy cariñoso y atento con su hija. Lo más importante era convencer a la señora White sin que ella terminara por casarlos esa misma noche. Sin embargo el señor White solo se limitó a decir
—Muchacho, ya eres todo un hombre y no necesito explicarte lo que significa la palabra HONOR; así es que, si yo veo a mi hija sufrir una vez más, te buscaré en cualquier parte de este mundo y te sepultaré en una de esas casas que ustedes construyen.
—¡Papá por dios que dices!
—¡Santo dios William! ¿¡Qué pensará el joven de nosotros con esas amenazas tuyas!?
Terry se quedó estático ante las palabras dichas por el padre de Candy. Recién se percataba que todo lo actuado ahí podría tener daño colateral.
La cena terminó y la familia White se enfrascó en la planificación de la cena de mañana. Todos colaborarían en preparar algún platillo o arreglando la casa; en fin, todos tendrían tarea para mañana.
Ya en la habitación Candy y Terry se recostaron cansados en la cama; ambos estaban callados y pensativos mirando hacia el techo, varios minutos de tenso silencio pasaron hasta que Candy se animó a preguntar
—¿Estás arrepentido de haber aceptado este loco plan?
—Las palabras de tu padre me hicieron ver que este plan te traerá problemas más adelante Pecas. Yo estoy empeñando mi palabra en algo que sé de antemano que no es verdad y lo que tus padres buscan solo es tu felicidad, que por si no lo has notado, ellos no desean volverte a ver sufrir. Ningún buen padre desea ver sufrir a su hijo —Esta última frase la dijo más para sí mismo que para Candy.
—Terry, sé que es verdad lo que dices; pero necesito tiempo para afrontar mis temores y siento que aún no estoy preparada—La muchacha se puso en posición fetal de espaldas al castaño— Solo necesito que mi madre me deje de presionar con tener una relación sentimental para la cual no estoy lista
El joven se limitó a acariciar los cabellos de Candy sin decir una sola palabra y ella se dejó consentir. Terry silenciosamente escuchaba el loco palpitar de su corazón. Sin darse cuenta el sueño se apoderó de ellos.
CONTINUARA.....
GRACIAS POR LEER ESTE CAPITULO Y ESPERO QUE LES GUSTE. LAS AMO
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con este bello novio impostor espero que nada malo... y candy sea muy feliz espero con ansias el siguiente capítulo 
pronto lo sabras estoy segura. Gracias por un exelente capitulo espero con ansias el siguiente 
