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GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV

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Yuriko Yokinawa
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Yuriko Yokinawa

Yuriko Yokinawa
Niño/a del Hogar de Pony
Niño/a del Hogar de Pony

 GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV Portad50


Capítulo I. Terry Fics
Capítulo II. Terry Fics
Capítulo I. Candy Lovers
Capítulo II. Candy Lovers


Mi agradecimiento a Laura Balderas por tan bella portada.


ENTRE CARDOS Y NARCISOS
CAPÍTULO IV
CUNA DE LOBOS
POR YURIKO YOKINAWA


No fue fácil tomar la decisión de dejar el hogar de Pony, tuvo que pasar casi dos años para saber qué deseaba de su vida, se sentía completamente inútil cuando algún niño se enfermaba y más cuando varios de ellos parecían ponerse de acuerdo y enfermaban también.


Posteriormente a ese tiempo, la rubia se encontraba anímicamente mejor, lamentaba haber tomado tarde una decisión, pero sus miedos y demonios le impedían salir del Hogar de Pony. Mantenía correspondencia con su amigo Terry, ella lo seguía amando, en el fondo le agradecía que no le hablara de sus sentimientos, aunque su corazón demostrara lo contrario, deseaba que por un momento él la abrazara o que sus visitas fueran frecuentes. De acuerdo con sus misivas, le estaba yendo bien, las giras eran permanentes y de las dos veces que estuvo en Chicago para hacer sus presentaciones, visitó a la oji verde de entrada por salida, mantenía comunicación con su madre y en ocasiones cuando el tiempo de ellos lo permitía solían comer en algún discreto restaurant de la ciudad.


Albert también jugó un papel importante en su recuperación. Luego de presentarse ante la familia y poner en orden a los Leagan y a la señora Elroy fue a visitar a Candy, ella no cabía de la sorpresa, quien diría que su amigo de la niñez era su padre adoptivo y el amor infantil al considerarlo un príncipe en cuanto lo vio solo una vez a los seis años de edad, se sentía afortunada, de una u otra forma, él había visto por ella, también, agradecía que sus primos, en particular, a Antony, que hubieran gestionado su adopción, siempre estuvo  protegida por esos ángeles, ellos hasta el final la habían apoyado en sus decisiones, tampoco podía quejarse de sus dos amigas casi hermanas, aunque creció con Annie, tuvo que mantener la distancia después de que los señores Britter la adoptaron para poder salvaguardar las apariencias, solo las circunstancias hizo que ella tuviera el valor de no negar sus orígenes, tener una oportunidad con Archie y afianzar los lazos de hermandad con Candy. En cuanto a Patty, le brindó una inmediata amistad cuando percibió que un alma buena puede reconocer otra alma buena, fiel a sus convicciones y sentimientos pudo tener un romance con Stear. Patty y Annie habían madurado y crecido gracias a Candy, ya no eran esas niñas que agachaban la cabeza cuando alguien las subestimaba. Ellas sentían que tenían una deuda moral con la rubia.


Todas sus amistades habían seguido su camino, habían ingresado a la universidad, Archibald estudiaba economía, Alistear ingeniería industrial, Patricia filosofía y letras y Annie bajo el apoyo de su padre y con el grito en el cielo de su madre, estudiaba docencia. Neal y Elisa, que, aunque no eran amigos ni gratos para Candy, también estaban haciendo algo de sus vidas, él estaba estudiando administración de empresas y Elisa se preparaba para el matrimonio, ella era la única que en apariencia seguía la educación de una señorita de su clase.  Albert había tomado por completo las riendas familiares, la mayor parte del tiempo se la pasaba viajando, buscando nuevos mercados y socios comerciales. Cada vez que regresaba a Lakewood visitaba a Candy, la estancia del patriarca era un suspiro, pero bien aprovechado, poco a poco la fue liberando de sus temores, las cabalgatas a cortas distancias se fueron alargando, luego, breves salidas al pueblo para adquirir los insumos necesarios para la elaboración de los alimentos del hogar para que a la larga pudiera quedarse en Lakewood a seguir con sus estudios. Ella veía pasar los días, todos hacían algo para su futuro, por el bien del corporativo Andrew, por la satisfacción personal y del deseo de ayudar a quienes lo necesitan.


Un claro ejemplo era Albert, siempre ayudando al prójimo, el más cercano, el hogar de Pony, empezó a remodelar el lugar, amplió el orfanato, agregó más salones, acondicionó la cocina con los enceres necesarios y con los electrodomésticos de la época para hacer más fácil la vida de aquellas dos buenas mujeres, contrató dos maestras para que los niños tuvieran el privilegio de tocar un instrumento musical y para que aprendieran a hablar francés… lo que tenía, lo compartía, siempre afable, noble y protector. ¿Y ella? ¿Qué estaba haciendo? Ya se había planteado esa pregunta una y otra vez desde que la señorita Pony le dijo que ya era tiempo de abrir las alas y volar. Se había decidido, estudiaría enfermería. La señora Elroy mostró disgusto cuando Candy llegó a Lakewood a recuperar sus estudios con tutores, pero ese no era el problema, el problema era lo que dijera la familia, sus amistades y la sociedad al haber un miembro femenino laborando como enfermera, sentía desfallecer… No le quedó de otra más que aceptarlo, no por gusto sino por imposición. Candy estaría ahí hasta que ganara aún más confianza y seguridad.


La tía abuela en ocasiones la miraba desde su ventana, no soportaba la idea de ser su niñera, pero Albert así lo dispuso, debía estar al pendiente de la rubia y que no fuera perturbada por los Leagan y de la misma tía, la función de ella era enseñarle todo lo que una señorita de su edad debiera saber, no le costó trabajo que la muchachita aprendiera, se notaba que adquirió muy bien los conocimientos en el Colegio, ahora, debía de pulirla, quizá, en un futuro desistiría la idea de ser enfermera y así podría casarla con un buen partido que beneficiara al gran emporio Andrew. Ese sería su nuevo objetivo, no podía permitir que la futura heredera se casara con un don nadie oportunista, suficiente había sido el desliz y vergüenza que les había hecho pasar esa mujercita cuando le notificaron que la habían encontrado en una situación no propia de una dama.


Los tutores le daban clases intensivas, ella, se esforzaba, su rendimiento escolar era mucho mejor que cuando estaba en el colegio, quizá porque en ese tiempo no se sentía presionada como ahora y porque no tenía con nadie más con quien platicar. Albert la visitaba cada vez que su trabajo le permitía darse un breve descanso, solo en sus cartas le podía decir sus deseos de seguir con su camino, lo mismo, pero con mayor intimidad, le podía platicar a Terry, la correspondencia entre ambos era fluida, ese era su incentivo, aunque Albert, sus primos y amigas siempre la motivaban en seguir adelante, Terry, tendía a ser más directo en decirle las cosas, además, de que ella le seguía amando, sería enfermera por convicción, renacería la nueva Candy e iría del brazo de Terry con la cabeza en alto en caso de que él todavía conservara los mismos sentimientos hacia con ella. Ella estaba lista para su examen final. Después de un balanceado desayuno se dirigió a la habitación en donde le impartían sus clases. La tía abuela se encontraba presente sentada sobre un amplio sofá con un tejido en la mano, ella la saludó tal cual debía ser, se dirigió de una manera apropiada y le sirvió té porque así se lo pidió.


Candy se sentó en su escritorio posteriormente de saludar también a sus tutores, se notaba tranquila, tomó la pluma y respondió los exámenes que la acreditarían de haber concluido su enseñanza media. Estaba contenta, deseaba salir y saltar de felicidad, eso, tendría que esperar, no podrá echar a perder todo el esfuerzo que con el tiempo había logrado. Un mes debía esperar para que le dieran la acreditación y así hacer los trámites correspondientes para la escuela de enfermería en Nueva York. Ahí se encontraban sus amigos estudiando, Terry como actor Nóbel y Albert cuando no tenía que viajar al extranjero. Con seguridad, también se mudaría la Tía abuela a la mansión para cuidar de sus pasos.


Los maestros guardaron los exámenes y se retiraron. Candy se quedó sola con la señora Elroy, le pidió que se sentara, debían de platicar sobre su futuro, ella se estremeció en cuanto escuchó sus palabras, presentía que esa conversación no sería nada bueno a sus intereses.


–“Candy, desde que regresaste de Inglaterra te recluiste en esa tierra olvidado por Dios y que solo Albert ha hecho que volteen a verla, por un momento creí que ahí te quedarías para no salir jamás, me has sorprendido, tienes agallas, después de la forma en que te encontraron y que la familia del susodicho no respondiera tu deshonra, llegué a pensar que hacías lo correcto en esconderte, pero ahora, que has decidido salir de esa madriguera, es para poner nuevamente en entre dicho nuestro buen nombre, bien sabes que una señorita de nuestra clase no debería hacer actos de caridad de ese tipo, para eso están las damas que tendemos a realizar eventos para recaudar fondos y entregarlos a orfanatos, hospitales, albergues o cualquier tipo de fundaciones que sirva como ayuda a nuestro prójimo. Candy, espero que entiendas lo que te quiero decir, deberías seguir el ejemplo de mi sobrina Elisa, ambas están en la edad casadera, es tiempo que te cases, si lo deseas, puedo hacer un baile de presentación para que conozcas a tu futuro esposo y si me permites, te podría ayudar a elegirlo, tiene que ser alguien de cuna, linaje, prestigio y de buen nombre, con una posición igual a la de nuestra familia”-


Candy se había quedado muda, sus ojos se quedaron perdidos en el limbo, su mente empezaba a traicionarla, de un salto se levantó de su asiento y solo atinó a decir antes de que saliera corriendo del lugar que Albert jamás haría algo en contra de su voluntad. La matriarca apretó su tejido, tenía tensa la mandíbula y el ceño demasiado fruncido, esa menuda muchachita la hacía rabiar al escudarse bajo las sombras de su sobrino William, y todavía él le toleraba y cumplía sus caprichos de hacer lo que ella deseaba, le había dado demasiada autonomía, a ese paso ella saldría con su domingo siete si seguía con su libertinaje. La señora se santiguó, hizo sonar la campanilla para que la mucama hiciera acto de presencia y mandara una carta en calidad de urgente, para hacer de su conocimiento la situación que imperaba con su protegida. Él debía tomar cartas en el asunto.


¡Claro que tomaría cartas sobre el asunto! William leyó la correspondencia en cuanto le llegó, arrugó la hoja, parecía que a la tía Elroy no le había quedado claro el mensaje. Debía regresar lo más pronto posible a Lakewood y evitar ese supuesto compromiso que la matriarca deseaba realizar por el bien y beneficio de la familia. Inmediatamente envió un telegrama a George para que lo tuviera informado sin hacerse presente en la mansión. Necesitaba ganar tiempo y mantener comunicación con Candy para que no se preocupara de lo que fuera a suceder, él estaría ahí y que todo se manejaría con discreción. Él no permitiría que le hicieran más daño, ella tomaría sus decisiones y elegiría su propio destino… Candy no estaba lista para un matrimonio y menos con un desconocido.


Inevitablemente, George Jhonson fue requerido por la matriarca, como la mano derecha del patriarca debía redactar los acuerdos prenupciales, en cuanto hubiera candidato para dicho fin, también, debía de hacer entrega de las invitaciones para la fiesta de presentación, que, según la señora, iba a ser algo discreta, hijos de altos empresarios, no aceptaría menos que eso. En un futuro, la rubia le agradecería… Mientras Albert William Andrew no se casara y tuviera un primogénito, la única heredera de la fortuna familiar recaería en Candice.


Elisa tiraba todo lo que tenía a su alcance, gritaba como una loca poseída por el odio y la envidia que le tenía a la hija de Pony, ¿Cómo era posible que después de la vergüenza que le provocó a la familia la premiaran con un matrimonio? La señora Sarah intentaba calmarla, le dio miedo verla con los ojos casi a punto de salirse de sus cuencas, la tomó por el brazo para infundirle confianza y se refugiara en ella, pero solo logró que Elisa se soltara de forma violenta y le propinara una cachetada. Neal, al ver el proceder de su hermana se irguió del apoyo que tenía sobre la puerta y en tres zancadas la sometió abrazándola por la espalda llevándosela a su recámara mientras ella gritaba improperios hacia la rubia, así como la culpabilidad que tenían sus padres por haberle impuesto una dama de compañía. Sarah Leagan, por vez primera, le dio la razón a su esposo al admitir que estaba mal criando a sus hijos y lo más grave de todo, de haberle hecho segunda en algunas calumnias que su hija le orquestó a la oji verde.


En cuanto Neal cruzó la puerta de la recámara de su hermana y lo cerró con el pie, de forma inmediata la aventó a la cama, ella cayó boca abajo y como niña de tres años haciendo un berrinche por no tener el juguete deseado comenzó a patalear, manotear y llorar como un lobo herido. Neal sintió lástima y pena, dejó que descargara sus emociones, en cuanto sintió que ya no le quedaba fuerza se sentó a su lado, le acarició el cabello e infundiéndole seguridad, le dijo que no todo estaba perdido. Hablaría con sus padres para que él fuera un candidato para cortejar a Candice. Siendo familia, no habría ningún conveniente para emparentarlos. Todo quedaría entre ellos mismos, quedando en un futuro el control de las empresas y posesiones en cuanto faltara el patriarca.  Elisa sonrió de manera diabólica, abrazó a su hermano y apoyó su cabeza en el hombro de él. Siendo así, Elisa le haría su vida un infierno. Para Neal, intentaría en verdad enamorarla, porque él, ya lo estaba.


El día del evento se acercaba, empleados de la floristería desfilaban de un lado a otro acomodando rosas en el salón de fiesta, los meseros arreglaban las mesas en donde se ofrecería una gran cena, cocineros preparaban todo tipo de bocadillos para ofrecer a los invitados y un platillo gourmet para el deleite de ellos, sin faltar, claro está, la champaña, vino y el mejor whiskey escocés. Una orquesta amenizaría el ambiente. Todo estaba listo, estaba confirmada la asistencia de los invitados, menos el de William, para la señora Elroy era una forma muy clara de manifestar su desacuerdo… eso no impediría la cancelación la fiesta de presentación y deshacerse de Candice White Andrew y que su futuro marido pusiera en cintura a esa chica rebelde.


Mientras la señora Elroy ultimaba detalles, Elisa recibía un presente del tío abuelo Williams, un hermoso vestido del más exquisito gusto, no había que ser conocedor para distinguir tan fina prenda con bordados en plata. Elisa danzaba un vals imaginario con el que sería su atuendo. Al fin el tío le daba un obsequio digno de una Leagan. Esta noche traería sorpresas, y una de ellas, sería quitarle presencia a su más odiada enemiga y ver su rostro cuando le dieran el nombre de su hermano como su prometido. Se esmeró en su arreglo, la mucama la peinó y maquilló tal cual como ella lo pidió. Se transformó en una mujer, peinado en alto con algunos caireles que la hacían ver interesante, atractiva, su vestido delineaba su figura, estaba segura de que sería el alma de la fiesta. ¡Ella no se equivocaría al darse cuenta de que sorpresas le daría la vida!


Archie, Stear, Annie y Patty trataban de convencer a Candy para que escapara de su eminente compromiso con un desconocido. Ella los miraba con cierto misticismo, sus amigos de toda la vida como siempre intentando salvarla, solo faltaban Albert y Terry, pero sabía que ambos tenían compromisos laborales. Terry desconocía los acontecimientos, al menos ella no se lo había confiado por carta, temía que él hiciera algo del que luego se fuera arrepentir. Albert, como su amigo y Williams como su padre adoptivo, le escribió diciéndole que él arreglaría todo, que dejara que las cosas se hicieran como su tía lo tenía planeado. -“Chicos, no se preocupen, todo estará bien, ya no quiero seguir huyendo y menos por algo que no deseo hacer, si no lo enfrento, la tía seguirá queriendo decidir sobre mi vida haciendo a un lado mi felicidad y mis deseos.”- Sus amigos entendieron las palabras de la rubia, lo dijo con tal convicción que le creyeron sin saber que, en el fondo, ella se sentía insegura y con miedo.


En el estudio de la mansión de Lakewood, Williams se encontraba con la señora Elroy y George, él en su amplio sillón de cuero se imponía ante la oscuridad de la noche, su fiel administrador y amigo, en una esquina de la estancia esperando indicaciones, ella se sentía pequeña ante su sobrino, seguía sin creer que le diera prioridad a la chica que le robaba su tranquilidad desde que sus sobrinos la llevaron por vez primera a la residencia. “No permitiré que esa muchachita siga enlodando el buen nombre de nuestra familia, ya te lo expliqué en la carta que te envié manifestando las razones por las cuales debe casarse”- de forma altiva y con la nariz hacia arriba se defendía. –“Tía, solucionemos esto de la mejor manera posible, no puedo ponerme en medio de las dos, a ambas las quiero, deberías darte la oportunidad de conocerla más, la juzgas sin saber lo que hay detrás de los acontecimientos”- Con toda la calma del mundo Albert le manifestaba del alma noble de Candy, pero parecía que ella no entraba en razón, así que no le quedó de otra que ser determinante con la persona que terminó de criarlo:


-”Tía, me opongo rotundamente a que mi hija se case en contra de su voluntad, ella decidirá con quién y cuándo casarse, ella tiene libre albedrío de disponer su vida como mejor le convenga. Yo confío plenamente en ella, la conozco desde que tenía seis años y sé por todo lo que ha pasado, por lo que ha sufrido, ella es un libro abierto para mí y hasta ahora, ante mis ojos, no ha manchado el apellido familiar, al contrario, admiro su valentía por hacer lo que cualquier dama no haría, por no haberse quejado de la indiferencia de usted, por ser ella misma…”-


Y remató: -“ Y como usted está muy interesada en crecer las empresas y de que el apellido no se enlode, tengo la solución a ese problema, no hay objeciones, preguntas, ni vuelta atrás, se hará como yo diga.”- Albert sonrió de manera maliciosa y la señora Elroy palideció aún más con esa advertencia. –“Te escucho Williams”- fue la respuesta apenas audible que recibió el patriarca de su tía. –“Me alegra saber que le ha quedado claro. ¡George, trae los documentos por favor!”-


Todos los invitados se encontraban presentes para cuando la señora Elroy y Albert entraron al salón. Candy y sus primos les habían dado la bienvenida a los invitados vestidos con el típico traje escocés en la entrada de la mansión. Las amplias sonrisas francas cautivaron a la mayoría de ellos. No pudieron pasar por desapercibidos, sobre todos para las chicas casaderas que esperaban tener una oportunidad con ellos en un futuro. Candy tampoco fue la excepción, solo que ella agachaba la cabeza cuando algún caballero se acercaba a entablar conversación o la invitaba una pieza de baile, solamente decía que no se sentía bien. Elisa desde lo lejos no le apartaba la vista, de manera discreta observaba a la rubia y gozaba de la forma en que ella se contraía. Ella podía oler su miedo e inseguridades, se permitió apostar con su hermano de que se desmayaría cuando hicieran su presentación y tuviera que bailar con cada prospecto a matrimonio.


La música se detuvo. Albert se dirigía al centro de la pista junto con su tía, los invitados se acercaron y los rodearon. Había nerviosismo por parte de los chicos, todos sonreían ante la expectativa de lo que fuera a pasar después de lo que fuera a decir. Candy confiaba en Albert, más, sin embargo, no tenía idea de cómo él la podría salvar si de todas formas se anunciaría la presentación para concertar un matrimonio. Por un momento flaqueó, apoyó cada brazo con sus dos primos, a pesar de que les regaló una sonrisa, para los que la conocían sabían que ya no podía disimular, sus ojos cristalizados estaban por traicionarla. Albert le sonrío e inclinó un poco la cabeza y sin decir palabra le pidió que se calmara.


Con copa de champaña en mano al igual que los invitados, Albert William Andrew comenzaba a hablar. -“¡Damas y caballeros… familia!, tengo el honor de presentar ante ustedes y la sociedad a mi más preciado tesoro, del cual estoy orgulloso, digna representante de la familia y futura enfermera, noble profesión que ayuda a los más necesitados, a quienes necesitan unas palabras de aliento para poder sobrellevar alguna enfermedad que la ciencia todavía no ha podido curar… les presento a mi hija Candice White Andrew, ¡brindemos por ella!”- Albert estiró su mano para que ella se acercara y dirigiera unas palabras. Con todo el aplomo que pudo agradeció a su padre adoptivo, a la familia y a los invitados. Le dio un abrazo al igual que a la tía Elroy y regresó junto a sus primos.


Cuando Candy se acomodó en su lugar, la señora Elroy tomó la palabra: -“ Amigos, familia, después de presentar a mi sobrina Candice como miembro de nuestro clan, es de mi agrado proclamar que esta fiesta es para anunciar el compromiso de mi apreciada sobrina Elisa Leagan con Karol Bonfil, primogénito de… ¡Elisaaa!”- Eso fue lo último que escuchó la pelirroja antes de caer desmayada ante los invitados.
CONTINUARÁ



Última edición por Yuriko Yokinawa el Miér Jun 03, 2020 7:58 am, editado 7 veces

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Dar042

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Niño/a del Hogar de Pony
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 GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 746140 quien quedo asi!!! no digo que me alegra lo de eliza, pero no hay que desear mal al projimo  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400

me imaginaba que Terry y Albert, estarían ahí!!!  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 692777  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 692777  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 692777  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 692777

esperando
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DTG

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Niño/a del Hogar de Pony
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Jajajaja!!! Tómala víbora infeliz  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 504400

Felicity Grand


Niño/a del Hogar de Pony
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Jajajaja excelente Yuriko!!! Le llegó el revés a la víbora... :clap::clap::clap:

Lau_4_U

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Niño/a del Hogar de Pony
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 GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 463717 Excelente capítulo Yuriko.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 463717

Así que Candy ve como todos sus amigos toman su camino y ella no... con aplomo decide que será enfermera y retoma sus estudios para poder estudiar enfermería.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 614292

Mientras tanto la tía Abuela decide por ella,  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 898997 que ya es hora de que se case y formar una familia  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 910295 , pretende casarla con un millonario y le organiza un baile de presentación.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 69440

Albert por su parte está dichoso de lo que ha decidido Candy y la apoya en todo momento, así se lo hace saber.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 856396

Mientras tanto en el baile de presentación Albert hace saber a todos los concurrentes lo dichoso que se siente de que su hija adoptiva se haya decidido a estudiar una noble profesión.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 500265

La tía abuela anuncia el compromiso de Eliza... jaja...  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 87337  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 87337 ella que tanta envidia le tenía a Candy, lo que no entiendo es ¿por qué se desmalla? si para eso la están educando.  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 275964

Mil gracias por compartir tus maravillosas letras...  GUERRA DE GUERRILLAS. "ENTRE CARDOS Y NARCISOS" CAPÍTULO IV 971718 Te mando un fuerte abrazo.

Amethyst

Amethyst
Niño/a del Hogar de Pony
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Ha ha ha eso no se lo esperaba! 🤣

Claudia Ceis

Claudia Ceis
Niño/a del Hogar de Pony
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Bueno Elisa quería casarse no? Supongo que cualquier prospecto estará bien o no? Jaja bueno ya quiero saber quién es ese tipo y porque la pelirroja no se emociono jaja 
Me gusta mucho como vas manejando el carácter de Candy... Realista en cuanto a sobrellevar su dolor y su miedo y a la vez ayudándole a madurar. Me ha gustado 

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