Honestamente
siempre para CFRio...
Angie Jb
Tus palabras son parte del legajo de mis cosas imperdibles…
(Releo estas primeras líneas y te veo sonreír. ¡Soy cursi chica! ¿Qué le vamos a hacer? Pero continuaré escribiendo porque después de leer a Janik, las palabras se desbocaron en mi mente y yo soy obediente a las palabras que salen de improviso, impulsivas, desgajadas… No las sé desperdiciar…
¿Ves? ¡Te digo! Soy irremediablemente yo, cuando pienso en ti…)
Íntegramente salva, entre lo más preciado de mis recuerdos, presta para surgir con tu sonrisa y tu sarcasmo tan peculiarmente honesto.
Ahí, esa tu mirada tranquila,
la forma en la que te dejas abrazar acurrucada en las palabras.
Ahí, tu juicio sin tapujos ni mordazas.
Tu honestidad a prueba de la vida, la salud, el dolor, la amistad.
Ahí, cada genuina celebración por los deleites culinarios más sencillos de casa,
por los platillos que imaginaste
y alevosamente nos entregaste para atraparnos en ese placer
a puro gusto de la imaginación...
Ahí, la forma tan completamente abandonada en la que creo en ti.
Ahí, las palabras vigentes que tatuaste en mis pupilas, en la yema de mis dedos,
en los pensamientos que regresan a ti ocasionalmente.
Que te quieren y confían,
desde que estás y desde que no estás,… desde que te quedaste.
Sobre mi hombro, siento la mirada triste de Albert que lee mi arranque literario. No me dice nada. Solo me mira y comprende. Siento su mano sobre mi hombro, apretándolo un poco. A veces, él tampoco puede sonreír...
...Y se va. Quiere estar solo un momento y lo entiendo. Sale a caminar sin avisar a nadie. El sendero, la banqueta, los árboles, los autos. Y mientras camina mirando todo por él y por tí, por tu recuerdo y tu latido, se detiene en los detalles sutiles del día que corre.
Y Albert sonríe, así, igual que tú sonríes por la forma en que se mece ligeramente el follaje de los árboles. Por el niño lleno de tierra hasta la última pestaña y que se desliza con una sonrisa triunfante, sobre un pedazo de cartón por la colina,... ese niño que se para inmediatamente para ir por otra más.
Y Albert cede al impulso de parar su camino y tocar la corteza añeja del fresno, que ha visto a tantos pasar y quedarse y partir y permanecer.
Y cierra los ojos tranquilo, porque recuerda lo que fue cuando estabas tú, y lo que quedó en él cuando te fuiste.
Y de cómo el haberte conocido, queridísima CFRio, le dejó el corazón un poco más grande.
siempre para CFRio...
Angie Jb
Tus palabras son parte del legajo de mis cosas imperdibles…
(Releo estas primeras líneas y te veo sonreír. ¡Soy cursi chica! ¿Qué le vamos a hacer? Pero continuaré escribiendo porque después de leer a Janik, las palabras se desbocaron en mi mente y yo soy obediente a las palabras que salen de improviso, impulsivas, desgajadas… No las sé desperdiciar…
¿Ves? ¡Te digo! Soy irremediablemente yo, cuando pienso en ti…)
Íntegramente salva, entre lo más preciado de mis recuerdos, presta para surgir con tu sonrisa y tu sarcasmo tan peculiarmente honesto.
Ahí, esa tu mirada tranquila,
la forma en la que te dejas abrazar acurrucada en las palabras.
Ahí, tu juicio sin tapujos ni mordazas.
Tu honestidad a prueba de la vida, la salud, el dolor, la amistad.
Ahí, cada genuina celebración por los deleites culinarios más sencillos de casa,
por los platillos que imaginaste
y alevosamente nos entregaste para atraparnos en ese placer
a puro gusto de la imaginación...
Ahí, la forma tan completamente abandonada en la que creo en ti.
Ahí, las palabras vigentes que tatuaste en mis pupilas, en la yema de mis dedos,
en los pensamientos que regresan a ti ocasionalmente.
Que te quieren y confían,
desde que estás y desde que no estás,… desde que te quedaste.
Sobre mi hombro, siento la mirada triste de Albert que lee mi arranque literario. No me dice nada. Solo me mira y comprende. Siento su mano sobre mi hombro, apretándolo un poco. A veces, él tampoco puede sonreír...
...Y se va. Quiere estar solo un momento y lo entiendo. Sale a caminar sin avisar a nadie. El sendero, la banqueta, los árboles, los autos. Y mientras camina mirando todo por él y por tí, por tu recuerdo y tu latido, se detiene en los detalles sutiles del día que corre.
Y Albert sonríe, así, igual que tú sonríes por la forma en que se mece ligeramente el follaje de los árboles. Por el niño lleno de tierra hasta la última pestaña y que se desliza con una sonrisa triunfante, sobre un pedazo de cartón por la colina,... ese niño que se para inmediatamente para ir por otra más.
Y Albert cede al impulso de parar su camino y tocar la corteza añeja del fresno, que ha visto a tantos pasar y quedarse y partir y permanecer.
Y cierra los ojos tranquilo, porque recuerda lo que fue cuando estabas tú, y lo que quedó en él cuando te fuiste.
Y de cómo el haberte conocido, queridísima CFRio, le dejó el corazón un poco más grande.
Este es el link a la bella historia de Janik, Caramelos y Chocolates para CFRio, que me movió el tapete y es la principal provocadora de la inspiración que me asaltó hoy sábado por la mañana... ¡gracias Janik una vez más!
https://www.elainecandy.com/t19816-alss-caramelo-y-chocolate-para-cfrio-agente-janik-andrew
Última edición por Angie Jaba el Dom Abr 19, 2015 8:05 pm, editado 1 vez