-…Suenas a película de los años veinte…
-¡Alto!, que no era de los años veinte, sino ambientada por esas épocas…
-A propósito… ¿quieres escuchar mi versión?
-¿Tuya…? ¿Hace cuánto que no tocas el piano?
-…Hace algún tiempo… Solía recordarme momentos tristes… No sé por qué siempre relaciono el piano con la armónica y mi mente vuela hacia Londres, en una noche fría, recostado contra las piedras de un viejo torreón que servía de cárcel…
-Ah… ya… ¿Te recuerda a Candy?
-Sí, pero como una vieja herida, la cual ves, acaricias y recuerdas que es únicamente eso… la cicatriz que quedó de un momento en el tiempo.
-¿Cambiarías alguna de las decisiones que tomaste?
-No, porque cada una de ellas me llevó hacia este preciso instante, en el que puedo tenerte aquí, a mi lado, sintiendo cómo tu mente me comprende y tu corazón me cobija. Quita esa cara de circunstancia, que el pasado no se olvida porque sea bueno o malo, sino porque está muerto y mi mejor momento es aquí y ahora, contigo.
-No quisiera estar en ningún otro sitio, más que aquí...
-Ni yo quisiera que estuvieras en ningún otro sitio más que aquí, conmigo. Son estos momentos los que llenan mi vida de sentido y ellos, más que el éxito o la fama, son los que hacen que cada noche regrese a tus brazos, sediento de ti.
-Ejem… ¿vas a tocar el piano para mí?
-Una y mil y un millón de veces…
-Alto, ven acá y antes de acariciar el piano con tus manos, acaríciame como si este momento fuera eterno…
-Este momento es eterno, porque no existe nada más en el mundo que importe en este mismo momento…
-¡Alto!, que no era de los años veinte, sino ambientada por esas épocas…
-A propósito… ¿quieres escuchar mi versión?
-¿Tuya…? ¿Hace cuánto que no tocas el piano?
-…Hace algún tiempo… Solía recordarme momentos tristes… No sé por qué siempre relaciono el piano con la armónica y mi mente vuela hacia Londres, en una noche fría, recostado contra las piedras de un viejo torreón que servía de cárcel…
-Ah… ya… ¿Te recuerda a Candy?
-Sí, pero como una vieja herida, la cual ves, acaricias y recuerdas que es únicamente eso… la cicatriz que quedó de un momento en el tiempo.
-¿Cambiarías alguna de las decisiones que tomaste?
-No, porque cada una de ellas me llevó hacia este preciso instante, en el que puedo tenerte aquí, a mi lado, sintiendo cómo tu mente me comprende y tu corazón me cobija. Quita esa cara de circunstancia, que el pasado no se olvida porque sea bueno o malo, sino porque está muerto y mi mejor momento es aquí y ahora, contigo.
-No quisiera estar en ningún otro sitio, más que aquí...
-Ni yo quisiera que estuvieras en ningún otro sitio más que aquí, conmigo. Son estos momentos los que llenan mi vida de sentido y ellos, más que el éxito o la fama, son los que hacen que cada noche regrese a tus brazos, sediento de ti.
-Ejem… ¿vas a tocar el piano para mí?
-Una y mil y un millón de veces…
-Alto, ven acá y antes de acariciar el piano con tus manos, acaríciame como si este momento fuera eterno…
-Este momento es eterno, porque no existe nada más en el mundo que importe en este mismo momento…